En la vida de un músico suele producirse una progresión natural que pasa por aprender un instrumento, tocar con otras personas, actuar ante un público y componer canciones. Y, hoy en día, es muy habitual que a estas fases se les una la grabación de música en casa. Grabarte tocando la guitarra acústica no solo es una forma ideal de compartir tus canciones con otras personas, sino que también es un excelente indicador para ver (y escuchar) en qué punto de tu viaje musical te encuentras.
La grabación doméstica se ha popularizado mucho gracias a las innovaciones en la tecnología y a la creciente disponibilidad de equipos relativamente asequibles. Este sector ha evolucionado desde los grabadores de cinta de cuatro pistas hasta llegar a las estaciones de audio digital (o DAW, de digital audio workstation) y las interfaces de audio. Cuando yo empecé en esto, no había muchos recursos para aprender a grabar en casa. Podías encontrar algunos libros en la biblioteca, pero en la era pre-Internet las opciones eran muy limitadas. Mi padre, cantautor, llevaba años grabando en el estudio casero de un amigo, primero en máquinas de cinta de cuatro y ocho pistas y luego en ADAT. La mayoría de la gente usaba equipos analógicos o sistemas digitales integrados de primera generación, aunque la grabación basada en software iba creciendo rápidamente.
Mi primera sesión en un estudio de Akron (Ohio) se grabó en cinta magnética de dos pulgadas. Yo quería componer y grabar canciones, así que me compré una de las primeras interfaces USB del mercado y el micrófono de condensador más barato que encontré en mi zona. Empecé a experimentar y me enamoré para siempre del proceso de grabación, que se acabó convirtiendo en una parte muy importante de mi carrera.
He tenido la inmensa suerte de trabajar con Taylor Guitars en varios proyectos como The Acoustic Sessions, Coffee & Guitars, el podcast From the Factory y, ahora, el Music Together Project (lee la sección Resonancias de esta edición de Wood&Steel). También soy uno de los administradores del grupo de propietarios de guitarras Taylor en Facebook y colaboro como moderador en otro grupo dedicado a la grabación doméstica.
Bien; pongamos que te has comprado tu primera interfaz de grabación y quizá incluso un micrófono. ¿Y ahora qué? Aquí tienes algunas de las preguntas sobre la grabación de guitarras acústicas más habituales en las publicaciones de mis grupos en Internet.
¿Cuál es la mejor guitarra para grabar?
Las combinaciones de maderas y la forma de la caja desempeñan un papel determinante en la selección de una guitarra para tocar en casa o con una banda… y, claro, también en el resultado final de tus grabaciones. No hay reglas estrictas que dicten lo que sirve y lo que no: igual que ocurre con la elección de una guitarra, es una cuestión de preferencias personales. Si te gusta rasguear sin contemplaciones para tocar folk y bluegrass, una Grand Pacific con fondo y aros de palosanto o caoba te irá muy bien. En cambio, una Grand Auditorium de la Serie 600 con fondo y aros de arce puede ser perfecta para encajar bien en una mezcla. Quizá quieras tocar una delicada pieza de fingerstyle con una Grand Concert, o buscar un sonido más orquestal con una Grand Symphony. O podrías subvertir completamente estas ideas y optar por una vía que no tenga nada que ver. Aquí no hay decisiones equivocadas, sino distintas opciones creativas. Los que me conocen saben que me encanta la caoba. Mi primera Taylor fue una 514ce que me compré en el 2005 y con la cual grabé un disco entero. Cuando me hice con mi 517 WHB Builder’s Edition, se convirtió inmediatamente en la pieza central de mi arsenal de guitarras. Actualmente tiendo a usar la 517 WHB Builder’s Edition para rasguear con el tono cálido y «asilvestrado» de la caoba y una 814ce de palosanto y pícea para casi todo lo demás.
“La tapa de la guitarra mueve el aire, de manera que siempre es recomendable dejar algo de espacio entre el micrófono y la tapa para capturar ese movimiento.”
¿Cuál es la mejor colocación de micrófonos para una guitarra acústica?
La posición de un micrófono es mucho más importante que el modelo que utilices, y mover un micro durante el proceso de grabación puede ser una solución claramente más útil que cualquier cosa que se te ocurra para modificar el sonido ya registrado. Para empezar con buen pie, lo mejor es entender cómo capturar la mejor imagen sonora de la guitarra para que se ajuste a lo que buscas.
Si estás grabando una acústica para una pieza instrumental, puedes usar varios micrófonos para captar la gama completa de sonidos que irradia la caja. Así lograrás transmitir una experiencia inmersiva que incluirá no solo el sonido de la guitarra, sino también el ambiente de la sala. A veces, los ingenieros colocan dos micrófonos idénticos en una configuración XY estéreo que refleja la forma en que escuchan los oídos para situar al oyente justo enfrente del instrumento. En una mezcla de pop o rock, te bastará con un único micrófono para poner el foco en las cualidades percusivas de la guitarra y conseguir que se abra paso en un contexto de banda. Normalmente, yo utilizo entre uno y tres micrófonos para grabar una guitarra acústica, aunque mi punto de partida es casi siempre el mismo.
Si has buscado “grabación de guitarra acústica” en Google o YouTube, es posible que hayas encontrado contenidos que recomiendan colocar el micrófono cerca del traste 12 o del punto de unión entre el mástil y la caja. La idea es evitar que el micrófono apunte directamente a la boca del instrumento, que genera ese fuerte «soplo de aire» en el que tanto insistía Andy Powers cuando se estrenaron los nuevos modelos Grand Pacific.
Por mi parte, yo suelo empezar con una posición ligeramente distinta. A mí me gusta orientar el micrófono hacia el lado de agudos del lóbulo superior de la caja (la parte del cutaway) desde unos 30 centímetros de distancia. Si veo que el sonido es muy retumbante, abro ligeramente el ángulo del micrófono respecto a la boca. Cuando alguien me comenta que la guitarra le ha quedado demasiado brillante o «fina» en una grabación, lo primero que le pregunto es dónde colocó el micrófono. La mayoría de las veces, la respuesta es que el micro apuntaba efectivamente a la zona del traste 12 pero estaba situado a solo unos 5 centímetros del mástil, lo cual elimina toda la resonancia y el cuerpo del sonido. Cuando pruebes diferentes posiciones de micrófono, ten en cuenta que la tapa de la guitarra mueve el aire, de manera que siempre es recomendable dejar algo de espacio entre el micro y la tapa para capturar ese movimiento.
¿Cuál es el mejor micrófono para una guitarra acústica?
Esta es una pregunta muy común en foros y grupos de Facebook de grabación doméstica. Hay tres tipos de micrófonos que se suelen utilizar para guitarras acústicas.
Micrófonos dinámicos
Los micrófonos dinámicos, como el omnipresente Shure SM57, cuentan con una bobina móvil adherida a un diafragma (una membrana) y unida a un imán. Cuando las ondas sonoras impactan sobre la membrana, el diafragma genera una vibración (igual que el cono de un altavoz) y la bobina se mueve con él. El desplazamiento de la bobina altera el campo magnético y se convierte en una señal eléctrica. Este funcionamiento requiere un nivel de presión sonora relativamente alto para producir sonido, así que estos micrófonos se utilizan normalmente en actuaciones en directo aunque también son válidos para la grabación. A diferencia de lo que ocurre con una caja de batería o un amplificador de guitarra eléctrica, por ejemplo, los micrófonos dinámicos necesitan una ganancia bastante elevada para capturar fuentes comparativamente sutiles como una guitarra acústica. Además, estos micros son unidireccionales, lo cual significa que solo «escuchan» el sonido por un lado.
Micrófonos de cinta
Los micrófonos de cinta, como el Royer R-121, siguen un principio similar. Sin embargo, en lugar del diafragma y la bobina utilizan una fina lámina metálica suspendida en el centro del micrófono, de manera que captan el sonido procedente de ambos lados (son bidireccionales). Este tipo de micros, igual que los dinámicos, suelen requerir una ganancia muy alta. Una excepción es el Audio-Technica AT4081, que recibe una corriente de 48v enviada desde la interfaz o mesa de mezcla a través del cable del micrófono y conocida como alimentación phantom.
Micrófonos de condensador
Los micrófonos de condensador, como el Shure SM81 o el Audio-Technica AT4040, son un poco más complejos. Se basan en un diafragma acoplado a una placa metálica electrificada cuya salida se envía a un circuito que refuerza la señal internamente, lo cual permite captar el sonido con mucha más sensibilidad. Todos los micrófonos de condensador requieren el uso de alimentación phantom, excepto algunos modelos que operan con batería para uso remoto. Una de las características de los micros de condensador es el tamaño de su diafragma: los modelos de diafragma grande generan un ruido ligeramente menor, mientras que los de diafragma pequeño graban con algo más de detalle. En cualquier caso, ninguno es intrínsecamente mejor que otro por esta razón. Si se colocan dos diafragmas uno frente al otro, estos micrófonos también se pueden utilizar con patrón multidireccional.
La verdad es que no se puede decir que haya un micrófono objetivamente mejor que los demás. Existe una amplia variedad de tipos de micrófono que pueden servir para colorear el sonido de muchas formas. Si estás empezando en la grabación, probablemente un micro de condensador de diafragma pequeño sea el más fácil de usar. Una alternativa innovadora e interesante podría ser un micro de condensador que utilice tecnología de modelado digital en forma de plug-ins para replicar las características de otros micrófonos. El Slate Digital ML-2, por ejemplo, es una opción magnífica para obtener un montón de sonidos con un solo micrófono y por poco dinero.
¿Se puede conectar la guitarra directamente al grabador?
Si tu guitarra acústica dispone de una pastilla integrada, ahí tienes otra solución fácil para grabarla. Yo he conseguido muy buenos resultados con la electrónica ES2 de Taylor. Aunque un micrófono siempre capturará mejor la voz natural de la guitarra, el sistema de pastillas ES2 es perfecto para dar tus primeros pasos y puede ser un excelente complemento al uso de un micrófono. De hecho, cuando tengo que grabar instrumentos para vídeos como los de las Acoustic Sessions, llevo conmigo un cable de guitarra y una caja DI para grabar desde la pastilla además de con el micrófono. Así, tengo una fuente de audio de reserva por si se da el caso de que en la sala se escuche algo de ruido o que el artista se mueva respecto a la posición ideal del micrófono. Esta grabación de apoyo también puede ser útil si el intérprete toca delicadamente o puntea muchas secuencias de una sola nota, ya que en esas situaciones la pastilla aporta definición. Una caja DI convierte la señal de alta impedancia de un cable de instrumento estándar en una señal de baja impedancia apta para un cable de micrófono. Algunas interfaces de grabación incluso tienen una DI integrada como entrada de instrumento. Sin ir más lejos, la frase de guitarra que suena en la presentación de los vídeos de Acoustic Sessions es mi 814ce conectada y grabada directamente a través de la pastilla ES2.
Es importante subrayar que la señal que se graba desde una pastilla suena diferente a la que se escucha por un sistema de PA, ya que en ese caso pasa por una mesa de mezcla, se le añade ecualización y compresión y acaba emitida por unos altavoces que mueven el aire en el espacio en el que se encuentra el oyente. De cualquier forma, la señal directa se puede retocar sin problemas durante la mezcla y sigue siendo un gran recurso para la grabación.
Espero que estos consejos te ayuden con tus primeras experiencias. Igual que el propio hecho de tocar la guitarra, la grabación y mezcla de audio es un campo de conocimiento para desarrollar y disfrutar, y ofrece una forma igualmente maravillosa de capturar y compartir música.