Como de costumbre, ahora mismo en Taylor Guitars estamos a tope de proyectos. En primer lugar, ya llevamos varios meses con nuestro nuevo PTAE que ha cedido el 100 % de la propiedad de la empresa a los empleados. Lo que más me gusta de esta nueva etapa son todas las conversaciones que he ido teniendo con nuestra gente en los pasillos y en los puestos de trabajo. Para mí está muy claro que, cuando las personas sienten que pueden salir adelante económicamente, se interesan más por lo que tienen entre manos y empiezan a cambiar hábitos. Se me ocurren muchas preguntas sobre la mejor forma de ahorrar para la jubilación, ahorrar en general, hacer inversiones y contribuir de manera más directa al éxito de Taylor a través de lo que hacemos a nivel personal en nuestro día a día. Se trata de un cambio de intereses importante pero relativamente sutil, porque nuestros empleados ya actuaban como si Taylor Guitars fuera de su propiedad. Ahora lo es de verdad, y es mejor así. Arrancamos nuestro PTAE con un capital social bastante saludable, así que los trabajadores ya habían recibido una buena cantidad de dinero en sus cuentas en el momento del primer balance. Y esto es un incentivo inmejorable para impulsar un interés más personal e individual en el mantenimiento de una empresa sólida basada en la excelencia operativa y que sirve bien a sus clientes para beneficio de todos.
El artículo de portada de este número de Wood&Steel habla de las incrustaciones nacaradas. Siempre he dicho que mi carrera como constructor de guitarras se ha desarrollado durante un trascendental período de transición en cuanto a los materiales naturales. Hoy en día, las cosas están evolucionando desde lo que habían sido siempre hacia algo nuevo que perdurará mucho tiempo. Y vivir en tiempos de cambio es más complicado que hacerlo antes o después del cambio. Pero yo siempre digo: «hay que invertir en lo inevitable», porque si es inevitable, no tiene sentido negarlo.
No hay ninguna duda de que tendremos menos madera antigua disponible para hacer guitarras, quizá también menos abulón, y habrá menos productos químicos que, aunque efectivos, sean peligrosos. Una cosa a tener en cuenta es que el futuro de la madreperla es más prometedor que el del abulón, ya que muchas ostras se cultivan en criaderos de producción de perlas en los que crecen hasta alcanzar un gran tamaño. Por su parte, el abulón utilizado tradicionalmente para los trabajos con concha se recoge en el medio salvaje por su carne; la concha no deja de ser un producto secundario que acaba siendo usado en incrustaciones. Se trata de un abulón maduro con conchas exteriores totalmente calcificadas. La carne del abulón cultivado en granjas madura mucho antes de que la concha exterior se calcifique, de manera que esas conchas no sirven para las incrustaciones. La buena noticia es que los científicos están empezando a «trasplantar» abulón criado en granjas: toman especímenes jóvenes y los colocan cuidadosamente en entornos naturales que les permiten crecer hasta la madurez, lo cual es de esperar que ayude a la recuperación de la especie.
Continuaremos haciendo guitarras fabulosas aunque nuestros materiales cambien un poco.
Bob Taylor
Afortunadamente, tenemos muchas formas de decorar instrumentos. A nosotros nos encanta hacerlo, y parece que a vosotros os encantan esas guitarras. Algún día también os gustarán los modelos construidos con tapas de pícea de cuatro piezas. Puede ser que ni siquiera os deis cuenta de ello porque haremos un trabajo tan fino como siempre, pero están al caer. Mientras escribo esta columna, se están produciendo cambios en los lugares de crecimiento de la pícea en el oeste de Canadá y en los Estados Unidos. Finalmente, la gente está aceptando el hecho de que no se puede cortar toda la madera antigua disponible. Una parte, sí. Toda, no. En realidad, esto supone un paso adelante respecto a la época en que la humanidad solo dejó de cortar árboles grandes cuando ya había tumbado el último. Ahora veo que estamos pisando el freno antes de que sea demasiado tarde, y yo lo aplaudo. Podemos adaptarnos. Nosotros lo haremos. Vosotros también. Como dice mi amigo Eric Warner de Pacific Rim Tonewoods: «adaptarse, migrar o morir». Tiene toda la razón, así que nos adaptaremos y continuaremos haciendo guitarras fabulosas aunque nuestros materiales cambien un poco.
Estoy trabajando muy de cerca con Scott Paul en todos nuestros programas medioambientales, y me alegra poder decir que siguen viento en popa. Por mi experiencia, si quieres que alguien te ayude a involucrarte cada vez más en el desarrollo de proyectos como estos, lo que tienes que hacer es contratar a alguien que fuera hippie de Greenpeace y dejarle trabajar. A la que yo digo: «oye, he pensado una cosa…», Scott ya se pone manos a la obra. Esa es su naturaleza y su profesión. Espero que os guste lo que cuenta en este número de la revista.
Por último, me gustaría desearles de todo corazón un feliz 20.º aniversario a mis queridos amigos, proveedores, compañeros y socios de Madinter. Como seguramente sabéis, somos copropietarios del aserradero Crelicam en Camerún. Hemos trabajado codo con codo durante los últimos diez años (nuestro décimo aniversario será en noviembre del 2021); si quieres conocerles mejor, entra en Madinter.com. Madinter colabora con fabricantes de guitarras de toda Europa y especialmente de España, donde hay una cantidad de constructores realmente increíble: parece que todo el mundo conoce a un luthier, lo cual no sucede en Estados Unidos. ¡Vale la pena verlo in situ! Vidal, Luisa, Jorge: para mí es un placer haber trabajado con vosotros todos estos años. ¡Feliz aniversario!