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Bajar

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Los mejores deseos

Nota editorial: Este mensaje iba dirigido al cofundador de Taylor, Kurt Listug, en referencia a la última parte de la columna que escribió para el número 102 de Wood&Steel (edición 1 de este año):

«También me gustaría dar las gracias a todos los propietarios de guitarras Taylor repartidos por el mundo por ser una parte esencial de nuestra evolución a lo largo de los años. Sabemos que mucha gente ha empezado a tocar la guitarra hace muy poco, y esperamos que los nuevos dueños de modelos Taylor disfruten de su experiencia con el instrumento. Uno de los propósitos del traspaso de la propiedad de la empresa a los trabajadores es mantener el objetivo a largo plazo de crear las mejores guitarras que podamos y continuar inspirando a las personas a expresarse a través de la música».

Acabo de leer vuestra revista; siempre me gusta saber lo que Bob y tú hacéis y hacia dónde se encamina Taylor. Me asombra hasta qué punto ha crecido la empresa. Yo ahora tengo nueve Taylor que son sin ninguna duda mis favoritas entre las 50 guitarras que he usado desde 1977.

Os merecéis todo el apoyo que os podamos dar como clientes. Muchas gracias por vuestros comentarios; os deseo lo mejor para cuando decidáis jubilaros. ¡Enhorabuena por el trabajo!

Daid

Una GT que enamora

Acabo de recibir mi nueva GTe Mahogany enviada por la tienda Chicago Music Exchange (que ha sido todo eficiencia y amabilidad). Esta guitarra tiene un tono extremadamente bien equilibrado: claro, brillante y articulado en todo el espectro de frecuencias. Además, genera mucho más volumen de lo que podía esperarme en un modelo de este tamaño.

A mis 79 años, la comodidad con el instrumento es algo crucial para mí, y la GTe ha superado totalmente mis expectativas. Todo resulta fácil de tocar, independientemente de la posición en el diapasón o de la complejidad de las secuencias de acordes.

A mí me gusta mezclar fingerpicking, punteos con púa y pasajes rítmicos que aprendí escuchando a Chet Atkins, Merle Travis y Scotty Moore durante mis años de formación. Y cualquier combinación de estos estilos suena genial en esta GTe de caoba. 

Yo empecé en los años 50 tocando guitarras Kay, Harmony y Stella; luego, cuando el bolsillo lo permitió, pasé a modelos Guild, Gretsch y Gibson. Actualmente utilizo sobre todo instrumentos Taylor por su calidad, sonido, comodidad, estética y relación calidad-precio, y también por vuestra preocupación por la sostenibilidad y las buenas prácticas empresariales. De hecho, si me compro alguna otra guitarra en el futuro, será una Taylor.

Gracias por otro instrumento musical fantástico, y ojalá consideréis la posibilidad de añadir la GTe a las series 300 o 500 a corto plazo.

John Clower Monroe, Georgia

Familia 800

Quería deciros cuánto me gustan vuestras guitarras y aprovechar para contaros mi historia con Taylor.

 Mis padres tenían un pequeño barco en los canales del Reino Unido, pero en el 2014 dejaron de poder mantenerlo. Decidieron venderlo, y parte de las ganancias nos llegaron a mi hermano y a mí.

Como tenía dinero, me puse a buscar una guitarra acústica de las buenas. Tenía en mente una Takamine o una Martin, y mi primera parada fue la tienda Sounds Great, cerca de Manchester (que, desgraciadamente, ya no existe). Allí toqué varias guitarras, y lo que más me llamó la atención fue la riqueza del tono y el volumen de una Taylor 814ce del 2014. Probé algunos modelos más de otras marcas y, una semana después, fui a hacer lo mismo a PMT Salford, otra tienda de la zona. Allí tenían una oferta de instrumentos mucho más amplia, pero ninguno me atrapó como la 814ce. 

 Volví a Sounds Great y, por suerte, la Taylor seguía allí, tan magnífica y potente como la recordaba. Es una guitarra increíble que me apasiona y que conservaré toda mi vida no solo porque es buenísima, sino también porque me recordará a mi padre, que lamentablemente está muy enfermo.

 Así empezó mi historia de amor con mi 814ce, disfrutando de cada minuto que la tengo en las manos y deseando que el cartero me traiga Wood&Steel para devorarla. Y, cuando un día me enteré de que había una Taylor Serie 800 de segunda mano a la venta, me dije que como mínimo tenía que probarla. 

 La verdad es que, mientras iba en el coche para encontrarme con el vendedor, tenía una sensación agridulce y me preguntaba por qué me estaba tomando siquiera la molestia. Sin embargo, pocos segundos después de tocar aquella 810 LTD de 1997, ya me había decidido a comprarla. Era otra guitarra con un aspecto y sonido indescriptibles que, según me explicaron, fue construida para una feria en los Estados Unidos y comprada por alguien que la acabó trayendo al Reino Unido. 

Así que ahora tengo otro hermoso instrumento antiguo además de mi modelo 814ce más joven, y no voy a venderlos jamás. El año que viene cumpliré 60, y espero gozar de mis dos guitarras durante mucho tiempo.

 Me encanta Taylor, como empresa y como fabricante de instrumentos insuperables. Hay gente que dirá que las guitarras de gama alta no justifican el dinero que cuestan, pero el placer y la felicidad que me dan mis Taylor (aparte de su esplendor y comodidad) valen cada céntimo.

Paul Stubbs Cheshire, U.K.

Mis primeras veces con Taylor

La primera Taylor que toqué en mi vida fue la 815 de 1985 de un amigo, una jumbo con puente de tipo mostacho. La primera Taylor de la que me enamoré fue una 514 de 1996. La primera Taylor que me compré fue una 314 LTD del 2002 con fondo y aros de arce. Y ahora, con 64 años, tengo una 522e que es la primera guitarra que satisface todas mis necesidades: caja pequeña, escala corta y tapa de caoba, ideal tanto para el fingerstyle como para puntear con púa.

Steve