Ed. Nota: este artículo se publicó originalmente en nuestra edición de verano de 2016. Dado que recientemente lanzamos lotes de guitarras barítonos de 6 y 8 cuerdas de edición especial, pensamos en volver a publicarlo para los lectores que quizás se lo hayan perdido la primera vez.
La primera vez que vi una guitarra Taylor baritone de 8 cuerdas, pensé que era muy rara… Y perfecta para mí. Pensé que era un magnífico instrumento, nuevo y muy especializado, sin esperanzas de que llegara a un público más amplio. Ya en casa, me di cuenta de que también había surgido de la tradición que tienen los luthiers de dar pequeños pasos evolutivos. Como resultado, este diseño lógico convierte a la barítono de 8 cuerdas —y la baritone de 6 cuerdas, algo menos excéntrica— no solo en un instrumento único, sino que consigue que cualquier guitarrista se sienta cómodo prácticamente desde el primer momento.
Afinación
Cuando tuve oportunidad de preguntar a Bob Taylor a quién pensaba que estaba dirigida la guitarra, me encantó su respuesta y mi aprecio por el instrumento se duplicó. «Es para la gente de edad que ya no llega a las notas agudas de “Have You Ever Seen The Rain”», bromeó. Y así es: proporciona una manera sencilla de tocar tu canción favorita y conseguir cantar melodías que, de otro modo, quedarían fuera de tu alcance. Ya basta de transportar o afinar de nuevo: agarra la baritone, rasguea un acorde con forma de Do y he aquí que consigues un glorioso Sol. Y esa nota La aguda, que está en tantísimas canciones de John Fogerty, por no mencionar a los Journey, The Who, Eagles y similares, se convierte en un Mi, mucho más cómodo. (Si estas tonalidades y la jerga del canto es nueva para ti, no te pierdas mi lección de canto del artículo “Bate tu marca personal” del número de Wood&Steel de primavera de 2013.)
Soy consciente de que Bob solo hablaba medio en serio —si hay alguien que sabe que la baritone tiene innumerables aplicaciones, ese es el Sr. Taylor en persona—, pero también hay mucho de cierto en su broma. Los cantautores que tocan la guitarra suelen tener predilección por las tonalidades cómodas para guitarra (Sol, La, Mi y DO, por ejemplo), lo cual significa que muchos acaban cantando muchas notas «altas» que el guitarrista medio que toca por afición no conseguirá cantar sin cierta formación vocal. La baritone hace posible que el guitarrista/cantante promedio consiga cantar canciones, tocando los acordes de forma tradicional, pero los acordes que se escuchan son una cuarta más graves, lo cual da al guitarrista aficionado mayor posibilidad de no desafinar con la voz.
A normal guitar only allows you to go up in pitch with a capo. The baritone, by being tuned a fourth lower, actually allows you go up and down in pitch.
Te escucho diciendo «esto es genial pero, ¿qué pasa si no necesito bajar una cuarta? Tal vez me baste con un tono más grave. O, a lo mejor no necesito bajar nada, simplemente me gusta el sonido de las 8 cuerdas». Pues bien, la respuesta a estas preguntas es tan sencilla que habrá quien diga que es hacer trampas. Sí, me refiero a usar una cejilla. (He notado que la cejilla que mejor funciona es la Kyser para 12 cuerdas).
A diferencia de las guitarras normales, que solo permiten subir la tonalidad usando cejilla, la baritone, al estar afinada una cuarta más grave, en realidad te permite subir y bajar de tonalidad. Todo cuanto necesitas para que una baritone quede con afinación estándar es colocar la cejilla en el 5º traste. Toca un acorde de Sol y eso es lo que escucharás. Pero, si quieres tocar un tema de Van Halen en Mi bemol, no afines de nuevo: baja la cejilla un traste, toca un Mi y así conseguirás un Mi bemol. O supongamos que quieres tocar encima de la versión original de «Yesterday» de los Beatles. Baja la cejilla dos trastes; «Yesterday» suena en Fa, pero McCartney tocaba en Sol, afinando un tono completo más grave. ¿Por casualidad te va más la velocidad de «Hear My Train a Comin’», de Hendrix? Pon la cejilla en el primer traste de la baritone; y ¡buena suerte! (¡Hendrix usó una afinación dos tonos completos más grave!). Como puedes notar, simplemente la versatilidad de poder usar una afinación más grave es suficiente para atraer el interés de cualquiera. Pero, espera, aún hay más…
Textura, tono y falso bajo
Una de las muchas virtudes que también ofrece la afinación más grave de la baritone es la manifestación tímbrica de acordes y notas individuales que colocan el sonido de la baritone en un punto intermedio entre una guitarra estándar y un bajo… O, como me gusta pensar, un cello. La de 8 cuerdas cuenta con la ventaja adicional del repique de las dos cuerdas centrales octavadas, que llenan el sonido aún más, en especial al tocar rasgueos.
Algunas de las aplicaciones prácticas de estas características únicas son: 1) variación de texturas cuando se toca con otros guitarristas, gracias a las cuerdas más graves y las cuerdas unísonas (tocar Sol, Do y Re al unísono con una guitarra estándar ya es una experiencia auditiva emocionante); 2) variaciones en la sonoridad de los acordes que permiten que la baritone se toque en distintos registros de frecuencias, con distintas formas de acordes; por último, 3) la capacidad para tocar líneas de falso bajo. Estas dos últimas funciones pueden requerir una explicación un poco más detallada, de manera que vamos a situarlas en el contexto de una canción.
El Ejemplo 1 es la melodía de la sección A del clásico indispensable del bluegrass "Arkansas Traveler", con notación para guitarra con afinación normal, en clave de Re, con acordes abiertos de tipo «cowboy». Hasta aquí, nada inusual.
El Ejemplo 2 es exactamente la misma melodía, pero transcrita para baritone. Si no tienes una baritone a mano, no te ofusques: sí, la tonalidad ha cambiado sobre el papel, pero cuando tocas la baritone en tonalidad de La, en realidad sonará en tonalidad de Re. Como sin duda habrás notado, no solamente la melodía ha cambiado de posición, sino que los acordes también son diferentes. Una vez más, gracias a que la baritone está afinada una cuarta más grave, el acorde de La en realidad sonará como un acorde de Re. Este es un ejemplo de cómo utilizar la baritone para variaciones de la sonoridad de los acordes y del registro de frecuencias.
El Ejemplo 3 presenta una línea de bajo para guitarra estándar. Ahora bien, si lo tocas con una guitarra normal, verás que el Ejemplo 3 funciona, pero resulta bastante agudo para ser una línea de bajo.
Por otro lado, el ejemplo 4, transcrito para baritone, resulta denso, está lleno de matices y tiene un sonido pleno, como debe ser una línea de bajo.
¿Un instrumento nuevo?
A principios del siglo XVIII, Bartolomeo Cristofori inventó lo que ahora llamamos piano, que era una variación radical del clavicordio (y mucho más que eso). A pesar de que la apariencia física externa tanto del clavicordio y del piano son similares, nadie confundiría jamás el sonido de ambos instrumentos. Además, ambos pueden tocarse de la misma manera, pero el mayor control expresivo y la flexibilidad tímbrica del piano hizo que los compositores se replantearan su manera de abordar la música para teclado y ayudó a conformar un nuevo corpus de obras musicales que cambió la música para siempre.
Así es como veo y escucho la baritone de 8 cuerdas.
Ya he explicado en detalle por qué creo que las baritone de 6 y de 8 cuerdas son una incorporación estupenda para la colección de cualquier guitarrista, pero permitidme que me exprese de manera un poco más personal y sugiera que la barítone de 8 cuerdas no tiene más límites que los de nuestra propia imaginación.
Personalmente, he hecho todo cuanto he podido para componer, lento pero seguro, un corpus de música específicamente diseñada para la baritone de 8 cuerdas. Estos temas enfatizan la textura individual, el tono y el timbre del instrumento; realzan los enormes y resonantes armónicos que produce la guitarra y explotan las diferencias extremas de registro existentes entre las cuerdas sin entorchado, la dobles y las graves entorchadas. A efectos prácticos, estos temas solo pueden interpretarse adecuadamente con una baritone de 8 cuerdas, una guitarra que permite producir una música que ningún otro instrumento consigue. Y estoy escribiendo esa música porque ella misma quiere ser escrita. En última instancia, este es el motivo por el cual la baritone de 8 cuerdas es perfecta para mí: inspira y estimula. ¡Y también responde!