Sustentabilidad

Proyecto Ébano: Fase 2

Bajar

Diez años después de la compra de un aserradero de ébano en Camerún, nuestros esfuerzos por garantizar una cadena de suministro ética han dado lugar a nuevos descubrimientos científicos y a un programa de plantación comunitaria escalable que está a punto de duplicar su alcance.

Bob Taylor suele decir una frase que se ha convertido en una especie de mantra en el campus de Taylor. Recurre a ella en conversaciones sobre decisiones estratégicas a largo plazo, muchas veces relacionadas con proyectos ambiciosos que plantean grandes desafíos iniciales y que pueden no generar dividendos inmediatos pero que son muy prometedores de cara al futuro. «De aquí a 10 años, nos alegraremos de haberlo hecho», nos recuerda Bob para que pensemos en una perspectiva amplia y no solo en el impacto inmediato. Estas palabras me vienen a la mente cuando reflexiono sobre la iniciativa que ha acabado convirtiéndose en nuestro Proyecto Ébano en Camerún.

En el 2011, Taylor Guitars y la empresa española Madinter (proveedora de madera para Taylor) adquirieron el aserradero de ébano Crelicam en Yaundé, Camerún. La idea era crear una cadena de valor socialmente responsable para los componentes de ébano de los instrumentos musicales. Durante los primeros años nos adaptamos a las realidades de operar en Camerún, reconstruimos el aserradero, formamos a los empleados en el uso de nuevas máquinas y herramientas, y modificamos nuestras especificaciones de abastecimiento para reducir los residuos y optimizar el rendimiento (por ejemplo, utilizando ébano con abigarramiento y no solo piezas de color negro puro). Después de esa primera etapa, centramos nuestra atención en otro aspecto de la gestión del suministro responsable: el desarrollo de un esquema de plantación de ébano escalable.

Ese plan se lanzó oficialmente en el año 2016 con el nombre de Proyecto Ébano. Nos asociamos con el Congo Basin Institute (CBI) de Yaundé con el propósito inicial de realizar una investigación ecológica básica sobre la propagación del ébano (sorprendentemente, había poca bibliografía sobre ello) y aprovechar todo lo que fuéramos descubriendo para establecer viveros y definir un programa de plantación comunitaria que se pudiera ampliar. El primer objetivo fue la plantación de 15 000 árboles de ébano junto con un número indeterminado de árboles frutales como fuente de alimento e ingresos para las aldeas que participaban en el programa.

Durante estos cinco años, el Proyecto Ébano ha avanzado lento pero seguro, y hemos aprendido mucho. En el 2020 superamos la meta de los 15 000 árboles de ébano plantados, y el investigador principal del proyecto, el doctor Vincent Deblauwe, publicó artículos científicos que se están convirtiendo rápidamente en la literatura de referencia sobre esta especie.

Cada año, el equipo del proyecto redacta un informe de los progresos para documentar los éxitos y dificultades del año anterior y articular nuevos objetivos y oportunidades para el futuro. Estos informes, disponibles públicamente, quieren ser una evaluación honesta del estado del proyecto en cada momento. Si tienes interés en el tema, encontrarás el informe más reciente en crelicam.com/resources.

Como consecuencia de la evolución del proyecto en los últimos años, firmamos una asociación público-privada con el gobierno de Camerún, y tanto la Fundación Franklinia como la Universidad de California aportaron algo de dinero a la causa. Pero, en términos generales, hasta ahora toda la iniciativa ha sido financiada personalmente por Bob Taylor.

Expansión con capital externo

Cuando logramos establecer una prueba de concepto a través de nuestro paradigma de plantación comunitaria, el Proyecto Ébano empezó a captar la atención y, en última instancia, más financiación. El Proyecto Ébano quedará enmarcado en una iniciativa de conservación forestal en Camerún con un presupuesto total de 9,6 millones de dólares aportados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. (El FMAM, o GEF por sus siglas en inglés, es un fondo fiduciario multilateral cuyos recursos financieros están destinados a ayudar a los países en desarrollo a invertir en la naturaleza y a apoyar la implementación de grandes acuerdos internacionales relacionados con aspectos como la biodiversidad, la degradación de la tierra y el cambio climático. El Gobierno de Camerún y el Fondo Mundial para la Naturaleza administrarán los fondos del FMAM en Camerún).

El Proyecto Ébano recibirá aproximadamente 1,4 millones de dólares de la subvención del FMAM que nos permitirán aprovechar nuestra experiencia de los cinco años anteriores y ampliar el radio de plantación de seis aldeas a doce. Esta inversión también impulsará nuestra ya revolucionaria investigación científica sobre la ecología del ébano de África Occidental y la selva tropical de la cuenca del Congo. Es un momento muy emocionante para el proyecto… ¡pero aún hay más!

Increasing Fruit Tree Production

El programa Partnerships For Forests (P4F), financiado por el gobierno del Reino Unido, se ha asociado con el CBI para comprender mejor las posibilidades de expansión de la producción de árboles frutales del Proyecto Ébano y explorar formas de acceder a los mercados locales y regionales. La idea es presentar un incentivo económico para mantener la biodiversidad intacta y, al mismo tiempo, combatir la inseguridad alimentaria. Aunque nuestra iniciativa fue bautizada como «Proyecto Ébano», la plantación de árboles frutales adecuados a la zona siempre estuvo en la ecuación. Y, si bien hay que reconocer que la faceta «frutal» del proyecto ha quedado por detrás de la plantación de ébano y la investigación científica, ha ido creciendo año tras año y esperamos que la aportación del P4F pueda llevarla a otro nivel. Dependiendo de los resultados del análisis, el proyecto P4F contempla la ampliación de la inversión para dinamizar la creación de viveros de árboles frutales y estimular el comercio.

Entretanto, el doctor Deblauwe y su equipo continúan realizando descubrimientos científicos de importancia crucial que amplían nuestro conocimiento de los bosques de la cuenca del Congo. De hecho, esa investigación independiente fue fundamental para la reevaluación en la Lista Roja del 2017 de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) del ébano de África Occidental, clasificado como «en peligro» hacía 20 años, pero ya recolocado en la categoría más optimista de «vulnerable». (Para más información sobre esta reevaluación, puedes leer mi artículo en la sección «Sostenibilidad» del número 94 de Wood&Steel publicado en verano del 2019). El proyecto ha mejorado nuestra comprensión del ciclo de fructificación en varios años del ébano, y las innovadoras cámaras de visión nocturna activadas por movimiento han identificado por primera vez a los insectos que polinizan la flor del ébano y a los mamíferos que se comen la fruta, transportan las semillas en su tracto digestivo y las dispersan a través de la defecación, lo cual ayuda al árbol a reproducirse.

Desarrollo de una herramienta de análisis de datos

En todo este proceso, el responsable de inteligencia empresarial de Taylor Steve Theriault ha estado trabajando con el doctor Deblauwe para introducir los datos del proyecto recopilados a mano o en ordenadores portátiles en Tableau, una plataforma software de visualización de datos interactiva. Tableau se creó para ayudar a las empresas a supervisar sus operaciones mediante análisis de datos y vistas históricas, actuales y predictivas, incluidas visualizaciones de datos en forma de gráficos. ¡Está muy bien! Y Steve es el equivalente a un triple cinturón negro en Tableau. Lo que él y Vincent han creado es increíble. Con unos pocos clics, tenemos la posibilidad de compartir información de forma fácil y comprensible en un panel de control altamente intuitivo. Podemos saber, por ejemplo, cuántos árboles de ébano y frutales hay en un vivero determinado y en qué año esperamos que estén listos para el trasplante, o rastrear el registro anual de semillas y averiguar quién plantó qué y dónde. La herramienta también permite realizar consultas macro para todo el proyecto o delimitar el foco y analizar datos a nivel de aldea. Nos va a resultar muy útil, y creo que es algo único dentro del movimiento de la restauración a escala mundial.

Entramos en la Fase 2

Yo llamo a los primeros cinco años del Proyecto Ébano «Fase 1: el despegue», que salió en su mayor parte del bolsillo de Bob Taylor. Tuvimos nuestros éxitos y fracasos, ampliamos nuestras asociaciones de plantación comunitaria a seis aldeas y logramos alcanzar la meta de 15 000 árboles plantados. Aprendimos mucho sobre la ecología básica de la especie y conocimos a las comunidades que viven en la zona de amortiguamiento de la Reserva Forestal del Dja en la que trabajamos, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Bob y el fundador del CBI, el profesor Tom Smith de la UCLA, establecieron una dotación presupuestaria para garantizar la supervivencia del proyecto en el futuro independientemente de la financiación externa.

Para el 2025, nuestra meta es plantar 30 000 árboles de ébano y 25 000 frutales.

Ahora, con los fondos del FMAM, el proyecto P4F, la Fundación Franklinia y la Universidad de California, hemos entrado en la Fase 2, en la que duplicaremos el número de aldeas participantes. Y tenemos un nuevo plan a cinco años vista. Para el 2025, nuestra meta es plantar otros 30 000 árboles de ébano. Es más; por primera vez, también nos hemos marcado un objetivo de plantación de árboles frutales: 25 000 en los próximos cinco años. Si todo sale bien, mejoraremos la integridad biológica de la zona contigua a la Reserva del Dja, ayudaremos a las comunidades locales a solucionar problemas de inseguridad alimentaria y quizá algún día, mucho después de que todos hayamos desaparecido, alguien pueda comprar uno de los árboles de ébano que nosotros plantamos para construir una guitarra.

¿Fase 3?

Para terminar, vamos a soñar un poco. No podemos evitar mirar más allá del ámbito del proyecto actual (la zona del Dja que es Patrimonio Mundial de la UNESCO) y pensar en todo el sur de Camerún y en una vasta región conocida como Tridom que incluye partes del sur de Camerún, Gabón y la República Centroafricana. Se dice que es la masa forestal más intacta que queda en la cuenca del Congo. El Tridom engloba doce áreas protegidas de gran extensión y, por supuesto, aquí vive gente, tanto colonos recientes como pueblos tradicionales que lo han habitado desde mucho antes de la historia documentada. Hay carreteras y aldeas, agricultura y tala de árboles. Pero nos da que pensar. Si en los próximos cinco años el Proyecto Ébano tiene éxito en la zona del Dja en Camerún, sería interesante replicar el modelo en áreas protegidas similares dentro del Tridom. Pero esto quedará (espero) para otros números de Wood&Steel en el futuro.

Avances en la reforestación en Hawái: plantación de koa

Queríamos informaros sobre las últimas novedades de nuestros proyectos de protección forestal en Hawái. Para poneros en situación: en el 2015, el aserradero y proveedor de madera Pacific Rim Tonewoods y Taylor Guitars se unieron en una empresa llamada Paniolo Tonewoods. Nuestro objetivo común consistía en preservar un suministro de koa saludable para su uso futuro en instrumentos musicales mediante la regeneración de bosques nativos, incluidos árboles de koa.

Los primeros proyectos de Paniolo en Hawái partían de un acuerdo implementado en su día por el Servicio Forestal de los Estados Unidos, en virtud del cual se intercambiaba madera por ciertos servicios prestados. En lugar de pagar directamente al propietario de las tierras por troncos de koa o por derechos de cosecha, Paniolo podía cortar un número determinado de árboles de koa asignados a condición de que financiara una serie de acciones de desarrollo forestal en la zona. Algunos de esos proyectos, cuyo valor debía igualar al de la madera recolectada, fueron la instalación de nuevos cercados para mantener alejadas a ovejas y ganado salvaje, la eliminación de plantas invasoras, la mejora de los cortafuegos y la plantación y cuidado de plántulas de koa cultivadas en viveros.

Otra iniciativa importante se materializó en el 2018, cuando Bob Taylor compró unas 230 hectáreas de pastizales en el extremo norte de la isla de Hawái en régimen de fideicomiso permanente. Hace unos 150 años, estas tierras fueron taladas para convertirlas en pastos. Actualmente están gestionadas por Paniolo, que asumió la tarea de recuperarlas como bosque nativo hawaiano. El plan era que Paniolo plantara árboles de koa y otras especies de cara a la producción de madera a unos 30 años vista desde la siembra, que es el momento en que el bosque estará maduro y preparado para perpetuarse. En principio, la tala selectiva y la replantación de árboles deberían generar más del doble del volumen de koa que Taylor Guitars utiliza actualmente.

El pasado junio, Paniolo Tonewoods dio el pistoletazo de salida con la plantación de más de 3000 árboles de koa y unos 800 árboles y arbustos nativos de otras especies en 4 hectáreas de este terreno. El jefe de proyecto de Paniolo Nick Koch aporta una valiosa información sobre estas tierras, los trabajos de plantación y los planes de la empresa para el futuro.

«La pintoresca zona de Kapoaula está situada entre las comunidades ganaderas históricas de Waimea y Honoka’a, muy significativas para la cultura de los paniolos. Aquí, el pastoreo de ganado ha sido una forma de vida desde mediados del siglo XIX. Esta tradición continúa hasta el día de hoy, y una de sus consecuencias ha sido la desaparición de bosques nativos no solo en esta área, sino en todo Hawái.

«Desde este lugar, las vistas a los valles y montañas de los alrededores son espectaculares. En días claros, hasta se puede ver la lejana isla de Maui entre la bruma. El crecimiento de los árboles en los próximos 10 o 15 años echará a perder esta postal, pero creemos que es un precio que vale la pena pagar por unas tierras que garantizarán la disponibilidad de koa para la fabricación de guitarras Taylor. Esas espléndidas vistas serán sustituidas por un frondoso bosque nativo con una gran abundancia de árboles de koa sanos y bien mantenidos que constituirán un hábitat ideal para las aves autóctonas. Al fin y al cabo, la madera es el recurso renovable por excelencia. Y, a través de proyectos como este, estamos aportando nuestro granito de arena para regenerar los bosques y asegurar su salud en el futuro.

«En los próximos 10 años, Paniolo Tonewoods plantará 150 000 árboles de koa en este terreno. Solo el año pasado, Paniolo sembró el triple de los árboles que ha cosechado desde el nacimiento de la empresa en el 2015. Y no hemos hecho más que empezar».

Intenta usar menos plástico. Nosotros también lo estamos haciendo.

En el último número de Wood&Steel, Jim Kirlin escribió una pieza acerca del esfuerzo que estamos haciendo para autoconcienciarnos sobre el uso de plásticos en nuestro proceso de fabricación. En ese artículo, titulado «El plástico: un problema que nos envuelve», tratábamos aspectos relacionados con nuestro uso de envoltorios elásticos de plástico para asegurar el transporte o el almacenamiento de palés.

Cuando empezamos a profundizar en este asunto, entendimos que nuestra forma de deshacernos de los envoltorios usados había dejado de ser tan responsable como pensábamos en su momento. Por lo tanto, Bob Taylor y yo decidimos empezar a apilar esos residuos en el centro de la zona de aparcamiento principal a la vista de todos los empleados. Bob dijo: «hasta que se nos ocurra una solución, lo dejaremos ahí para que todos podamos ver cómo va creciendo». Así lo hicimos, y vaya si creció. Entretanto, creamos un grupo de trabajo dedicado a esta cuestión. Investigamos más en profundidad y hablamos del problema en nuestro boletín interno, y pronto empezaron a llegar relatos de pequeñas innovaciones y disminuciones del uso de plástico en todo el campus. Cuando publicamos la historia en las redes sociales, recibimos un respaldo (prácticamente) unánime y también varias sugerencias útiles. ¡Gracias por el apoyo!

Esperamos poder contaros en breve algo que creemos que será un gran paso adelante en la reducción de nuestra huella de plástico. Hemos contactado con una empresa que podría ofrecer una alternativa viable, así que ahora mismo somos optimistas dentro de la cautela. Será solo un principio, pero el primer paso siempre es el más importante. Los plásticos son un problema enorme en todo el planeta con unas estadísticas realmente alarmantes. Nos espera un camino largo y difícil, pero todos estamos llamados a transitarlo. ¡Tendréis más noticias en nuestro próximo número!

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