En los primeros años de Taylor, los clientes podían elegir entre dos estilos de caja: dreadnought y jumbo. Bob Taylor había adoptado y refinado estas dos robustas formas de guitarra tras su experiencia en la tienda American Dream en la que empezó su carrera. Ambas acarreaban un legado consolidado que las había convertido en modelos de referencia para otros fabricantes de guitarras: la dreadnought, una forma original de Martin bautizada en honor a los poderosos acorazados británicos, presentaba una cintura ancha con líneas rotundas, mientras que la jumbo, la apuesta de Gibson, tenía los hombros más redondeados y una cintura más estilizada. Las curvas específicas de cada silueta se traducían en una voz distintiva, pero las dos cajas eran capaces de generar una potencia acústica muy significativa.
Sin embargo, las primeras guitarras acústicas no eran tan grandes como esas. Los modelos Stauffer y Martin de la primera mitad del siglo XIX tenían una figura esbelta y fueron los precursores de las guitarras de salón (parlor) compactas que llegaron en los años posteriores.
Las proporciones de la caja empezaron a crecer a principios del siglo XX. Fue una época de importantes innovaciones de diseño tales como el varetaje en X y las cuerdas de acero, que se aliaban para aumentar el volumen de la guitarra y competir con el sonido de banyos, mandolinas y orquestas formadas por batería y sección de metales en conciertos celebrados en recintos de grandes dimensiones.
Con la evolución de la amplificación, se empezaron a añadir pastillas a las guitarras acústicas con tapa plana. A finales de los 60, Glen Campbell ya tocaba una Ovation electroacústica con pastilla piezoeléctrica en su programa de televisión semanal. En los años siguientes, Takamine elevó la apuesta con sus propias pastillas para acústica mientras otros diseñadores ofrecían accesorios de amplificación a los fabricantes de guitarras. Para los más tradicionalistas, colocar una pastilla en una guitarra acústica era una herejía, pero Bob Taylor tuvo en cuenta las peticiones de los intérpretes y empezó a instalar pastillas Barcus-Berry en algunas de sus guitarras. Y, aunque el sonido acústico amplificado producido por la mayoría de las pastillas de la época no era nada del otro mundo comparado con los estándares actuales, aquella innovación implicaba que las guitarras acústicas ya no tenían que ser grandes para que se escucharan.
«A la gente le gusta las guitarras más pequeñas», defiende Bob Taylor. «Son cómodas de tocar. Y, en aquel momento, nos pareció que podíamos empezar a centrarnos en la sensación de intimidad y las cualidades tonales de una guitarra más pequeña, porque siempre se podía amplificar si se quería».
Ha nacido una Grand Concert
La primera guitarra de caja pequeña de Taylor, la Grand Concert, vio la luz en enero de 1984 (es decir, diez años después de la fundación de Taylor y otros diez antes de la aparición de la Grand Auditorium). Aparte de la llegada de las pastillas, hubo otros factores que favorecieron el diseño de guitarras más pequeñas. El primero fue que los intérpretes de eléctrica querían una caja acústica más compacta.
«Muchos de nuestros primeros clientes tocaban sobre todo la guitarra eléctrica», explica Bob. «Les encantaba nuestro mástil fino, pero no querían un instrumento grande y ‘viejo’. Estaban acostumbrados a la sensación física de una guitarra pequeña. Y me preguntaban: ‘¿se puede conseguir un instrumento más compacto que suene como estas guitarras que tú haces?’».
Entretanto, Kurt Listug, cofundador de Taylor y, en aquel momento, comercial de la empresa, se dedicaba a recorrer largas distancias en coche para visitar a distribuidores, y a la vuelta informaba de que muchos se interesaban por guitarras de caja más pequeña. (Kurt también evoca esa etapa en su columna de este número de Wood&Steel).
La fiebre del fingerstyle
Por esa misma época, había surgido una nueva generación de intérpretes que estaban revolucionando el fingerstyle acústico instrumental. Esos artistas partían de influencias musicales muy diversas (blues, folk, clásica, jazz, pop, celta, ambient, etcétera) y las sintetizaban en estilos novedosos y estimulantes. También exploraban afinaciones alternativas, técnicas de tapping percusivo y otras formas de creatividad musical melódica y armónica. Con sus composiciones originales e ingeniosos arreglos de canciones populares en formato fingerstyle, aquellos músicos estaban expandiendo la paleta sonora de la guitarra acústica, y muchos buscaban activamente nuevos tipos de instrumentos capaces de optimizar su rango expresivo.
Uno de ellos fue Chris Proctor, un talentoso guitarrista que en 1982 ganó el campeonato nacional de fingerpicking del Walnut Valley Festival celebrado cada año en Winfield (Kansas). Proctor llevaba años buscando un constructor que le hiciera el instrumento para fingerstyle de sus sueños.
«Me frustraba la falta de opciones en el mercado para los intérpretes de fingerstyle instrumental», escribió en un ensayo publicado en Wood&Steel en el 2006. «Había empezado a fantasear con una guitarra de caja más pequeña que tuviera una voz clara y un buen equilibrio entre graves y agudos, con cutaway y un mástil más ancho, que se mantuviera estable en los cambios de afinación y que al tocar tuviera el ‘carácter Taylor’».
«Muchos de nuestros primeros clientes tocaban sobre todo la guitarra eléctrica. Les encantaba nuestro mástil fino, pero no querían un instrumento grande y ‘viejo’».
Bob Taylor
En aquel momento, las guitarras dreadnought y jumbo de 6 cuerdas de Taylor tenían una cejuela de 42,8 mm de ancho, que era lo habitual en las guitarras acústicas pero que resultaba insuficiente para las digitaciones de los intérpretes de fingerstyle. Y el volumen de la caja tampoco era el más adecuado para tocar sentado, como acostumbraban a hacer los guitarristas del género (al estilo de los clásicos).
Proctor coincidió con Bob y Kurt en la NAMM de verano de 1983, en un momento en que Bob ya estaba acariciando ideas para crear una guitarra de caja pequeña. Después de varias conversaciones, Bob construyó un instrumento personalizado para Proctor que acabaría convirtiéndose en la primera Grand Concert. Aquella guitarra tenía fondo y aros de koa, tapa de pícea de Sitka, cutaway florentino afilado y un mástil superancho de 47,6 mm para acomodar las articuladas digitaciones de Proctor. Taylor estrenó oficialmente la nueva forma de caja en la NAMM de invierno de 1984 con dos modelos: la 512 de caoba y pícea y la 812 de palosanto y pícea, ambas con un ancho de cejuela de 44,4 mm.
Posteriormente vinieron más combinaciones de maderas como la 612ce de arce y pícea con cutaway, que llamó la atención de los músicos de estudio y técnicos de grabación de Nashville. Chris Proctor lo vio claro: «era un instrumento ideal para añadir pistas rítmicas esplendorosas a las sesiones de música country y tradicional norteamericana. La voz clara de la Grand Concert encajaba perfectamente con la complejidad y el brillo de aquellas canciones sin enturbiar las voces ni interferir con los solos o con otras partes de guitarra. De hecho, la 612ce se convirtió rápidamente en un instrumento de estudio muy habitual en Nashville».
Bob Taylor recuerda haber recibido comentarios similares de varios ingenieros de grabación que ensalzaban las virtudes de la Grand Concert frente a acústicas de caja más grande.
«Los técnicos se quejaban de que tenían que pasarse horas y horas quitando sonido de una mezcla porque había demasiados armónicos, demasiada resonancia, demasiada pelota. Pero, cuando hablaban de la Grand Concert, nos decían: ‘con esta guitarrita, no tenemos que pensar en eso. Podemos ponerle un micrófono delante, grabar, y listos. Solucionamos el trabajo sin más preocupaciones y nos queda una pista que suena bien».
Aquella caja más pequeña también era más sensible a un tacto suave, porque la tapa se ponía en movimiento más fácilmente. Y, al no tener que tocar con tanta energía, era posible ejecutar digitaciones con estiramientos sin que la mano se cansara tanto.
Guitarras Grand Concert 12-fret
A lo largo de los años, Taylor ha ido añadiendo interesantes refinamientos a la caja Grand Concert. En el 2006, la longitud de escala pasó de 647,7 a 631,8 mm. En el aspecto táctil, esa escala más corta reduce la tensión de las cuerdas, mejora la comodidad y condensa ligeramente el espacio entre trastes para facilitarle el trabajo a la mano del mástil, particularmente en las digitaciones de acordes sofisticados que abarcan varios trastes.
Desde su llegada en el 2011, el diseñador jefe Andy Powers ha adoptado la caja Grand Concert como marco de referencia para otros desarrollos exclusivos en términos de diseño y experiencia de interpretación, incluidos varios modelos 12-fret y de 12 cuerdas. Nuestras guitarras 12-fret cuentan con clavijero ranurado y utilizan un mástil ligeramente más corto que el de las ediciones 14-fret. Por otro lado, la proporción entre el mástil y la caja provoca una pequeña variación en la localización del puente, que se aleja de la boca para quedar ligeramente desplazado hacia el centro del lóbulo inferior. Este cambio de posición modifica el movimiento de la tapa de forma que genera más potencia sonora, un tono más cálido y dulce y unos medios muy plenos.
«A pesar de su tamaño compacto, la Grand Concert 12-fret puede producir una voz sorprendentemente musculosa con un rango dinámico espectacular».
Andy Powers
«A pesar de su tamaño compacto, la Grand Concert 12-fret puede producir una voz sorprendentemente musculosa con un rango dinámico espectacular», afirma Andy.
Y, desde que las Grand Concert fueron reinventadas con la arquitectura de varetaje V-Class de Andy en el 2019, los modelos 12-fret se han hecho aún más versátiles con unos graves maravillosamente claros y una articulación de las características tonales de cada combinación de maderas más perceptible que nunca. (Tienes más información sobre nuestras Grand Concert V-Class en un artículo publicado en la edición de invierno del 2019 [número 93 de Wood&Steel).
Y seguimos con las 12 cuerdas
Andy aprovechó las dimensiones intimistas y la excepcional comodidad de interpretación de nuestras Grand Concert 12-fret para diseñar nuevos modelos de 12 cuerdas. Tradicionalmente, estas guitarras tienen formas de caja más grandes, así que esta reducción del tamaño ofrecía una experiencia de 12 cuerdas mucho más accesible físicamente. Tal como él mismo explica, una caja más compacta tiende a ser más fuerte y eficiente de forma natural. Por lo tanto, en el caso de una guitarra de 12 cuerdas, no es necesario reforzar demasiado el varetaje.
«La caja Grand Concert resulta óptima para las cuerdas individuales más pequeñas de un juego de 12, porque se pone en movimiento fácilmente. Además, la cavidad resonante más reducida acentúa las frecuencias de las cuerdas agudas y afinadas en octavas».
En cuanto al sonido, esta caja ofrece la cantidad justa de brillo y resonancia de 12 cuerdas, especialmente en contextos de grabación: el tono se mantiene en su rango del espectro y no emborrona la mezcla.
Nuestra Grand Concert de 12 cuerdas más reciente ofrece otras ventajas únicas que la hacen aún más apetecible: varetaje V-Class para un hermoso sonido con entonación perfecta, nuestro sistema de anclaje de cuerda doble en el que cada par de cuerdas comparte una clavija del puente (lo cual uniformiza el ángulo de todas las cuerdas sobre la selleta), y una selleta de compensación doble que alinea las cuerdas de fundamentales y octavas en el mismo plano para que el rasgueo resulte más fluido.
Pero quizá nuestra Grand Concert de 12 cuerdas más golosa sea la 652ce Builder’s Edition de Andy, lanzada en el 2020. Esta guitarra con fondo y aros de arce y tapa de pícea torrefactada incluye apoyabrazos y cutaway biselados para mejorar la comodidad de interpretación, y utiliza una disposición invertida de las cuerdas que enfatiza la nota fundamental y genera una voz de 12 cuerdas más limpia.
Otros modelos Taylor de caja pequeña
La Baby Taylor
Este fue el instrumento que contribuyó a la consolidación de la guitarra de viaje como una categoría por derecho propio, pero en principio la Baby Taylor estaba pensada para ser… un ukelele. Nos encontramos en una feria comercial a mediados de los años 90. Un respetado distribuidor de Taylor está intentando convencer a Bob de que el interés por los ukeleles está resurgiendo y que sería bueno para Taylor incorporarlos a su línea de instrumentos.
Bob se va para casa y empieza a trabajar en un diseño, pero por el camino se le enciende la bombilla.
«Cuando imagino algo, ya estoy pensando en cómo voy a llevarlo a la práctica… porque, si veo que no podré hacerlo, directamente no lo diseño. Y me dije: ¿de verdad voy a ponerme a fabricar todas las herramientas que hacen falta para construir ukeleles? Si hago ese mismo esfuerzo para producir una guitarra pequeña, creo que venderemos más unidades».
Bob ya había estado dándole vueltas a un nuevo concepto de elaboración de mástiles, y el proyecto Baby le dio el vehículo para probarlo junto con otras ideas de producción.
«Cada vez que decidimos crear un modelo que exige nuevas herramientas, aprovechamos ese impulso para probar métodos de construcción que no podemos introducir fácilmente en nuestros procesos de producción de otras guitarras. Esta es una de nuestras estrategias para seguir innovando con una lógica de diseño dinámico en la fábrica. Utilizamos los nuevos modelos y herramientas como un ensayo de posibles prácticas que quizá podamos integrar en el futuro. Por ejemplo: podríamos hacer un cutaway contorneado para una guitarra Builder’s Edition y, si resulta que queda increíblemente bien y podemos reproducirlo en otros instrumentos, pues genial. Pero, aunque solo funcione en un modelo, ya valdrá la pena igualmente».
En el caso de la Baby Taylor, Bob decidió hacer una inversión en su primer láser para cortar la tapa y el fondo y grabar la roseta. Ahora, cortamos todas las tapas y fondos de nuestras guitarras con láser. En cuanto a las ideas de construcción del mástil que Bob exploró con la Baby Taylor, acabaron siendo el germen del diseño de la junta del mástil patentada que hoy en día llevan todos nuestros instrumentos.
¿Y qué fue de la propia Baby Taylor? Bien, después de su estreno en 1996, esta mini-dreadnought de tamaño de tres cuartos se convirtió en la guitarra infantil y de viaje más popular de todos los tiempos (aunque se podría discutir si hoy en día ese honor le corresponde a la GS Mini). Y, aunque la voz de la Baby Taylor no llega a la potencia o la profundidad de una guitarra de tamaño completo, los músicos profesionales la reconocen como un instrumento totalmente legítimo y han recurrido a su tono único con interesantes planteamientos, como tocarla con afinación Nashville para añadir un toque de brillo de octavas a una mezcla o ponerle una cejilla para sacar sonidos de tipo mandolina. En el mundo de la música latina, incluso hemos visto a artistas que han convertido a la Baby Taylor en un tres cubano…
GS Mini
Otra prueba irrefutable del atractivo de las guitarras de caja pequeña es la GS Mini, sin duda el diseño más exitoso en la historia de Taylor. Presentada en el 2010, la Mini fue concebida inicialmente como una redefinición de la Baby Taylor. Cuando la Baby cumplió 15 años, Bob se propuso mejorar su sonido y se metió en faena junto con Larry Breedlove, socio de diseño de Taylor. Hicieron todo tipo de experimentos para darle más potencia, pero nada acabó de convencerles… al menos, no sin tocar las proporciones originales de la guitarra. (En el 2000, Taylor había lanzado la Big Baby, que también fue muy bien recibida por el público. Este modelo ya se acercaba a una dreadnought de tamaño completo con proporción 15/16 y longitud de escala de 647,7 mm, aunque la caja de solo 101,6 mm de profundidad le daba una sensación más íntima en manos del intérprete).
Bob y Larry se dieron cuenta de que iban a necesitar una caja más grande y profunda y una escala más larga (la de la Baby Taylor era de 577,8 mm), pero querían conservar la portabilidad y el carácter inmediato y accesible de una guitarra compacta. Y lo que hicieron fue recurrir a una versión reducida de las curvas de la caja Grand Symphony introducida en el 2006. Eligieron una escala de 597 mm e incorporaron el diseño de mástil Taylor patentado, que garantizaba la precisión de la geometría angular del mástil con un tacón de perfil completo para aumentar la estabilidad.
«Era una guitarra de la que podía sentirme orgulloso», dice Bob. «La sensación era más agradable y, aunque era un poco más grande, se distribuía en una funda de concierto y aún cabía en el compartimento superior de un avión. Pero no me podía imaginar que iba a convertirse en ‘la guitarra del pueblo’. La verdad es que la GS Mini se ha abierto camino con una identidad única y creo que, en cierto sentido, podría ser nuestro mayor logro: una guitarra que no es un objeto de lujo, que le encanta a todo el mundo, conocida en cualquier parte del planeta y que seduce a principiantes, abuelas y profesionales por igual».
La GS Mini también ha dado lugar a una serie con varias opciones de maderas y tratamientos estéticos, entre ellas la magnífica GS Mini-e Koa Plus con tapa de koa y acabado shaded edgeburst. Como colofón, Andy Powers añadió su marca personal con el diseño del GS Mini Bass, que consiguió adaptar la escala normalmente más larga de un bajo a las proporciones de la GS Mini. El resultado es un bajo acústico fácil de tocar y con un sonido estupendo que se ha convertido en una herramienta muy inspiradora para todo tipo de músicos, niños incluidos.
Academy 12 / Academy 12-N
Ese mismo espíritu de comodidad física, facilidad de interpretación y ausencia de ostentación también marcó el diseño de nuestra Serie Academy. En este caso, al timón del proyecto estaba Andy Powers, que quería destilar los elementos esenciales de una gran guitarra en un instrumento más asequible (una filosofía también presente en nuestros recientes modelos American Dream). La caja Grand Concert forma el esqueleto de dos de las tres guitarras de esta serie: la Academy 12 con cuerdas de acero y la Academy 12-N con cuerdas de nylon.
Ambos modelos cuentan con tapa de pícea maciza, fondo y aros de sapele contrachapado y un apoyabrazos simple para mejorar la comodidad, y están disponibles también con electrónica integrada. La versión con cuerdas de acero tiene un ancho de cejuela de 42,8 mm y una longitud de escala de 631,8 mm, y es una excelente opción de tamaño completo como instrumento utilitario o para principiantes. Por su parte, la guitarra con cuerdas de nylon utiliza un mástil 12-fret con cejuela de 47,6 mm para acomodar el diámetro ligeramente más grueso de este tipo de cuerdas. Este modelo ofrece una sensación y un sonido increíbles; de hecho, los intérpretes más inclinados hacia las cuerdas de acero que quieran añadir un toque de nylon a su música difícilmente encontrarán una guitarra mejor que la Academy 12-N en este nivel de precios. Y, teniendo en cuenta la popularidad de las guitarras de nylon en diversas culturas de todo el mundo, es una alternativa ideal para mercados internacionales. (También producimos modelos Grand Concert con cuerdas de nylon en otras series).
La GT
Nuestras nuevas guitarras GT, las últimas en llegar a la línea Taylor, representan la continuación de nuestros esfuerzos por combinar la comodidad de interpretación y un tono fabuloso en una forma compacta. Igual que el deseo de mejorar el sonido de la Baby Taylor condujo a la creación de la GS Mini, el deseo de mejorar el sonido de la GS Mini llevó al nacimiento de la GT. Una vez más, el desafío era mantener las proporciones reducidas que hacen que una guitarra acústica sea percibida como físicamente agradable y accesible y, al mismo tiempo, sacar todo el partido posible a esas dimensiones para generar una voz acústica de espectro completo y calidad profesional. Y todo eso, sin perder el aire de diversión y espontaneidad que hace de las guitarras pequeñas una excelente compañía de sofá.
Las medidas del diseño de Andy buscaban ese punto de equilibrio óptimo: una caja Grand Orchestra reducida con una longitud situada entre la GS Mini y la Grand Concert, escala mediana de 612,7 mm a medio camino entre la Mini (597 mm) y la Grand Concert (631,8 mm), y una cejuela de 43,6 mm que deja un espacio confortable entre las cuerdas (en este caso, el ancho está entre nuestro mínimo de 42,8 mm y los 44,4 mm habituales en la mayoría de guitarras de 6 cuerdas de acero). ¡Y todo ello en madera maciza!
La combinación de las cuerdas de calibre fino con la escala de longitud media ofrece la sensación de agilidad de una guitarra con escala de 647,7 mm afinada un semitono hacia abajo. Sin embargo, la respuesta sigue siendo agradablemente definida y no pierde nada de punch. Desde la perspectiva del sonido, Andy partió de su sistema V-Class para diseñar nuestra nueva arquitectura de varetaje C-Class™ como solución a uno de los mayores desafíos de una guitarra de caja pequeña, que no es otro que garantizar una respuesta de graves plena y profunda.
Para dejar bien claro que nuestra intención era ofrecer a los músicos otra opción de caja pequeña asequible, lanzamos el primer modelo GT (la GT Urban Ash) en el mismo nivel de precio que nuestras acústicas con caja de madera maciza más económicas. A la GT Urban Ash pronto le siguieron la GT 811e de palosanto y pícea y la GT K21e íntegramente de koa.
Aunque la GT lleva poco tiempo en el mercado, no ha tardado en hacerse un lugar aventajado entre las propuestas de guitarras compactas de Taylor. «Intimista», «ágil», «dulce», «enfocada» y «divertida de tocar» son algunos de los calificativos que nos han transmitido los músicos y críticos que han tenido la oportunidad de probarla.
¡Hay para todos!
Más de 35 años después de que Bob Taylor construyera su primera Grand Concert, nuestras guitarras de caja pequeña han conformado una familia de instrumentos muy variada y llena de matices que amplía las posibilidades de este tipo de instrumentos compactos. Más allá de tu constitución física, nivel de habilidad, estilo de interpretación o aplicaciones musicales preferidas, estas cómodas guitarras te invitarán a tocar, te harán sentir bien y responderán a tus dedos a la perfección.