En la edición impresa de Wood&Steel siempre nos ha gustado animarte a avanzar con la guitarra ofreciéndote nuevas ideas musicales y técnicas de interpretación, desde los conceptos básicos del slide hasta la composición de canciones pegadizas y muchas cosas más. Ahora, el nuevo formato digital amplía nuestra plataforma para ayudar a los guitarristas a mejorar sus habilidades, y estamos encantados de presentarte estas clases en vídeo de la mano de intérpretes profesionales e instructores invitados.
Si estás leyendo este artículo en nuestra edición impresa, te recomendamos que entres en la versión digital para ver los vídeos. Aquellos que se están preparando para ser músicos saben bien que, aparte de la enseñanza individualizada, los conceptos se asimilan mejor si puedes verlos y escucharlos. Esperamos que estas clases te inspiren a explorar nuevos caminos y a disfrutar cada vez más de tu guitarra.
Para empezar con buen pie, le pedimos al guitarrista, compositor y productor de múltiples géneros Nicholas Veinoglou que compartiera con nosotros algunos consejos básicos para darle color al tono de tu guitarra, relajar el brazo del diapasón y sacarle el máximo partido a tu tiempo de práctica.
Punto de pulsación y colores tonales
En su primera intervención, Veinoglou explica cómo las variaciones de posición de la mano con la que pulsas las cuerdas pueden aportar brillo o calidez al tono, según el sonido que estés buscando. Veinoglou compara este efecto con los cambios de pastilla de una guitarra eléctrica, en la que la pastilla del puente y la del mástil generan colores tonales diferentes. Muchos intérpretes de guitarra acústica mantienen la mano con la que rasguean o puntean en una misma posición, normalmente cerca o justo encima de la boca del instrumento. Sin embargo, Veinoglou demuestra cómo el movimiento de la mano hacia el mástil o el puente altera el sonido radicalmente. Si tocas cerca de la selleta, donde las cuerdas dan más sensación de rigidez, escucharás un tono mucho más brillante y con los agudos reforzados. Y, si te acercas a la extensión del diapasón, tendrás un sonido más cálido y redondeado. Tal como dice Veinoglou, este es un recurso excelente para añadir color y dinámica tonal a tu música.
Presión relajada
A continuación, Veinoglou habla de la tendencia habitual de los principiantes a tensar la mano del diapasón, sobre todo cuando aprenden nuevos acordes o líneas melódicas. La digitación de acordes, y especialmente de los que tienen formas tirando a complejas, puede ser un desafío muy frustrante para muchos novatos atormentados por las notas sordas o zumbantes. Una forma instintiva de compensar estas deficiencias es apretar más las cuerdas, pero Veinoglou muestra que solo hace falta una ligera presión para que las notas suenen con claridad. En lugar de apretar las cuerdas como si te fuera la vida en ello, lo que hay que hacer es relajar el brazo, la muñeca y la mano. Esto te ayudará a ajustar la posición de los dedos para evitar notas sordas, y te mantendrá a salvo de calambres en los dedos y posibles problemas de muñeca.
Ejercicios enfocados
Por último, Veinoglou sugiere una estrategia de práctica alternativa para que el tiempo que pases con la guitarra sea realmente productivo. El hábito de reservar un rato largo para tocar (como una hora al día, por decir algo) puede llevarnos más fácilmente a distraernos y perder la concentración. Por lo tanto, prueba a reducir la práctica a intervalos de 15 a 20 minutos y tómate un descanso entre ellos. Dedica cada bloque a un aspecto específico, e intenta evitar posibles interrupciones (puedes poner el móvil en modo avión, por ejemplo). Esto te ayudará a centrarte y a ejercitar mejor las técnicas que quieras perfeccionar.