Donde las canciones son sagradas

Bajar

En el legendario Bluebird Café de Nashville, los compositores son siempre las estrellas del espectáculo.

Nashville, la Ciudad de la Música, se reconoce como la capital mundial del country. Y, teniendo en cuenta ese estatus, podría parecer extraño que la meca de los compositores del género sea un pequeño local rodeado de tiendecitas en una anodina zona comercial del extrarradio.

Nos referimos al mítico Bluebird Café, fundado en 1982 y situado todavía en su localización original en Green Hills, más de 15 kilómetros al sur del emblemático Ryman Auditorium y del fulgor de los neones y el trajín turístico de los garitos de la parte baja de Broadway, en el centro de Nashville.

«Se dice que los artistas de country acuden al Ryman y los compositores vienen al Bluebird», dice Erika Wollam Nichols, gerente y directora de operaciones del Bluebird Café. Erika empezó a trabajar de camarera en el Bluebird cuando estudiaba en la universidad. Corría el año 1984 y ya hacía dos que Amy Kurland, su fundadora, había abierto el local como restaurante gourmet que servía almuerzos y cenas. Erika vivió la transición que convirtió a este establecimiento que de vez en cuando ofrecía actuaciones musicales en un auténtico santuario para compositores y seguidores del country.

«El novio de Amy era guitarrista», recuerda Erika. «Le preguntó si le parecería bien instalar un pequeño escenario para traer a sus amigos a tocar. Y así empezó lo de la música. Cuando yo entré en el restaurante, aquí venían bandas, no compositores».

Sin embargo, las reducidas dimensiones del local no eran adecuadas para grupos «ruidosos». Una noche, la persona encargada de la programación organizó una rueda de guitarras para cantautores, y el resto es historia.

«Cuando Amy llegó, el público estaba totalmente volcado con las canciones», evoca Erika. «También vio que la caja registradora tintineaba más que nunca. Y pensó: “hum, igual no estaría mal estudiar esto de los cantautores…”».

En muchos sentidos, el interiorismo entrañable y acogedor del Bluebird (sillas de madera desgastadas, manteles de hule, alfombras ajadas, techo de paneles abatibles y retratos firmados por artistas que habían pasado por allí) le daba un encanto retro que remarcaba la falta de interés de sus responsables por seguir a toda costa las últimas modas y tendencias. Con un aforo que no llega a las 90 localidades, el Bluebird se ha mantenido fiel a su misión de honrar el arte de la composición de canciones de country ofreciendo a los autores un ambiente íntimo en el que puedan mostrar su material original y conectar con los oyentes. De hecho, muchos artistas actúan en el centro de la sala a nivel de suelo, y lo bastante cerca del público como para poder dejar su copa en la mesa de un parroquiano.

«Yo he visto cómo Vince Gill le pasaba su guitarra a los de la mesa de al lado», asegura Erika.

Si quieres empaparte de la fascinante historia del Bluebird y su importante contribución a la comunidad de compositores de Nashville, no te pierdas el excelente documental del 2019 Bluebird: An Accidental Landmark That Changed Music HistoryBluebird: un hito accidental que cambió la historia de la música»). La película sigue la evolución del local hasta convertirse en un espacio de presentación de cantautores que ayudó a impulsar las carreras de innumerables compositores y artistas como Kathy Mattea, Garth Brooks, Faith Hill, Keith Urban o Taylor Swift, entre otros. Está salpicada de testimonios de intérpretes, miembros del personal del Bluebird y autores de grandes éxitos que explican cómo el antiguo restaurante llegó a consolidarse como un nódulo esencial en el ecosistema musical de Nashville.

Mira el tráiler del documental Bluebird

Taylor y el apoyo a los compositores emergentes

Hace unos años, Taylor Guitars tuvo la oportunidad de iniciar una relación de colaboración con el Bluebird. El local es muy selectivo con sus asociaciones, pero Erika y Tim Godwin, director de relaciones con artistas y con el sector del entretenimiento de Taylor, vieron claro que ambas instituciones compartían la misma pasión por la promoción de nuevos compositores.

En palabras de Erika, «al valorar nuestra posible vinculación con Taylor, pensamos: ¿qué podemos hacer juntos para cumplir al mismo tiempo con el objetivo de Taylor de ofrecer oportunidades de interpretación a músicos y compositores y con nuestro compromiso de contribuir al desarrollo artístico de esta comunidad?».

Godwin, que había sido músico profesional y siente devoción por la creación de canciones, afirma que los espectáculos que ha visto en el Bluebird en todos estos años le han hecho enamorarse del entorno tan estimulante que el local ha sabido cultivar.

«Lo que me encanta de las actuaciones en el Bluebird es que las letras cobran vida de una manera muy especial», recalca. «En un disco se escuchan todos los detalles de la producción, pero aquí solo hay una guitarra y una letra, y sientes que verdaderamente te sumerges en la canción. Es una gran experiencia tanto para los artistas como para el público».

«Los compositores son nuestra mayor riqueza, y a nosotros nos toca asegurarnos de que la gente se dé cuenta de ello».

Nuestra aventura en común arrancó oficialmente en el 2020 en forma del Bluebird Golden Pick Contest (concurso «Púa de Oro»), que premia a los compositores con un codiciado espacio en el cartel de la Monday Open Mic Night del Bluebird (la noche de micro abierto de los lunes). El concurso admite a participantes de cualquier procedencia, que solo tienen que publicar en Instagram un vídeo en el que canten un tema original para optar a tocar dos canciones en el local. Cada mes, un jurado designado por el Bluebird elige a un ganador que también recibe una guitarra Taylor American Dream y una filmación profesional de la interpretación del tema escogido en la sala de demostración que Taylor tiene en los Soundcheck Studios de Nashville. (Encontrarás más información sobre el concurso  aquí.)

Este año se celebra la cuarta edición del evento. Para inaugurar la nueva temporada, varios miembros del equipo de relaciones con artistas de Taylor (entre ellos el propio Godwin, el productor de vídeo Gabriel O’Brien y la responsable de relaciones con la comunidad Lindsay Love-Bivens) viajaron a Nashville para conversar sobre la historia del Bluebird con Erika y otros cómplices del local. También charlaron con dos veteranos de las veladas del Bluebird que han sido maestros de ceremonias de las famosas sesiones In the Round del club: el cantautor Dave Barnes y Marshall Altman, compositor, productor discográfico y ejecutivo de A&R (siglas de «artistas y repertorio») establecido en Nashville.

Por caprichos del azar, se dio la afortunada circunstancia de que Kat & Alex, un prometedor dúo de música country con el que Taylor había estado trabajando, acababan de actuar en la noche de micro abierto del Bluebird por primera vez. Por lo tanto, Tim también tuvo la ocasión de recabar sus impresiones sobre la experiencia cuando aún la tenían a flor de piel.

El Bluebird forja su identidad

Para dar un poco de contexto, vale la pena señalar que, históricamente (y aún hoy en gran medida), muchas estrellas de la música country no escriben todas sus canciones. Por lo tanto, los compositores son un eslabón creativo crucial en la industria de Nashville. Sin embargo, los autores no suelen acaparar tantos focos como los artistas que graban sus temas, así que raramente se les conoce fuera del sector. Y, hasta hace no tanto tiempo, no había muchos lugares en los que los creadores de canciones tuvieran la oportunidad de presentar su material en directo.

Cuando en los años 80 el Bluebird empezó a abrir sus puertas a los compositores como «espacio de escucha», rápidamente se consagró como un importante núcleo de descubrimiento de nuevos temas y talentos autorales en la ciudad.

Erika explica la historia del Bluebird Café

«Los intérpretes y los responsables de A&R venían a escuchar canciones, y los artistas podían empezar a construir su carrera», comenta Erika. «Kathy Mattea tocaba aquí regularmente y consiguió un contrato discográfico. Cuando los cantautores empezaron a sentir que el Bluebird era su casa, Amy inició las audiciones y las sesiones de micro abierto. Con ello, no solo atraía la atención hacia los compositores que ya tenían éxitos en las listas, sino que también le daba prestigio al propio arte de escribir canciones».

Igual que los cómicos novatos perfeccionaban su oficio interpretando nuevos monólogos ante un público, a los compositores se les ofreció una plataforma para tocar versiones de sus canciones en directo.

«Si has estado en esta sala, sabes que enseguida se detecta si una canción es buena o no tanto, porque tienes al público cara a cara y ves cómo responde a la música», argumenta Erika. «Por lo tanto, el Bluebird era (y sigue siendo) como un laboratorio en el que los autores pueden hacer pruebas con material nuevo».

Y, en algunos casos, ese material puede ser tan nuevo como una canción escrita el mismo día o incluso una pieza todavía incompleta.

En círculo

La modalidad de espectáculo más representativa del Bluebird son las actuaciones llamadas «In the Round». En ellas, los cantautores no suben al escenario, sino que se sientan juntos en el centro de la sala rodeados en círculo por el público. Por turnos, van tocando sus canciones y explicando las historias que hay detrás de ellas. Y, aunque el local ya es pequeño de por sí, esta disposición genera un intercambio aún más íntimo entre intérpretes y oyentes.

Este formato se estrenó en 1985, cuando varios compositores experimentados y habituales del escenario del Bluebird observaron que, a veces, el público hablaba durante las canciones. Este grupo de amigos músicos estaba formado por Don Schlitz («The Gambler»), Thom Schuyler («Love Will Turn You Around»), Fred Knobloch («A Lover Is Forever») y Paul Overstreet («When You Say Nothing At All»). Una noche, con la idea de captar toda la atención del respetable, Schlitz y Schuyler decidieron colocarse en medio de la sala. La idea no solo funcionó, sino que creó una experiencia inmersiva única tanto para los artistas como para los asistentes.

«Esta filosofía encaja muy bien con el carácter del local», observa Erika. «Parece que estés en el salón de una casa particular. Todo el mundo se siente implicado, e incluso si estás en la mesa más alejada, la distancia solo es de 6 o 7 metros y no pierdes la sensación de que formas parte de lo que está pasando. Creo que es una oportunidad perfecta para sentir que estás viviendo de cerca lo que se mueve en la industria de la música en Nashville».

Con los años, el Bluebird ha ido proponiendo diferentes tipos de presentaciones para apoyar y promover a los artistas en diversos niveles de su desarrollo. Cualquier intérprete puede apuntarse a las noches de micro abierto del lunes. También se organizan audiciones cuatro veces al año para seleccionar a los músicos que tocarán en la Writers Night, la velada de compositores de los domingos por la noche (en ella, seis autores suben al escenario para tocar tres canciones cada uno y trabajar su material). Y, si después de actuar en cuatro de estos domingos causan una impresión favorable, optan a participar en una sesión In the Round con otros dos o tres artistas.

«Puede ocurrir que una actuación en círculo de varios autores maravillosos sea un fiasco absoluto si no se conocen entre ellos».

Erika Wollam-Nichols

Erika defiende que el diseño de un cartel atractivo para estas actuaciones en círculo es una forma de arte en sí misma.

«La programación no se hace al azar; buscamos que haya una sinergia y una intención», aduce.

El intérprete principal elige a los otros compositores que tocarán con él, lo cual garantiza que habrá química entre ellos. Y eso marca una gran diferencia.

«Puede ocurrir que una actuación de varios autores maravillosos sea un fiasco absoluto si no se conocen», advierte Erika. «Se quedan sin más ahí sentados escuchando a los demás. Pero, si se juntan cuatro artistas que han colaborado para escribir canciones, llevan a sus hijos a la misma escuela, han publicado con la misma editora y han recorrido el mismo camino… ahí surge una chispa que no prende de ninguna otra forma. Sus historias se amplifican por las conexiones que les unen. Y eso es lo que siente el público que viene a verles actuar».

Marshall Altman entra en escena

Desde la perspectiva del cantautor, tocar en el Bluebird puede ser tan inspirador como intimidante, sobre todo la primera vez. Así lo considera Marshall Altman, compositor (Frankie Ballard, Eric Paslay, Cheryl Cole), productor (Marc Broussard, Walker Hayes, Matt Nathanson) y ejecutivo de A&R (Katy Perry, One Republic, Citizen Cope).

Aunque ya tenía experiencia como músico de directo, Altman reconoce que la noche en que se estrenó en una sesión en círculo estaba de los nervios, en parte porque su intervención no estaba prevista.

«Mi amigo Rob Hatch, también compositor, se iba a casar ese fin de semana y se había organizado una velada In the Round en su honor», rememora Altman. «Creo que los artistas programados eran Rob, Dallas Davidson, D. Walt Vincent y Lance Carpenter, cuatro auténticos fenómenos. Pero Rob había celebrado su despedida de soltero la noche anterior y aún se encontraba algo… indispuesto. Yo estaba sentado en una mesa con Lela, mi mujer, escuchando temazo tras temazo.

«Dallas Davidson tocó “Rain Is a Good Thing”, un gran éxito de Luke Bryan que me encanta. D. cantó “I’m Moving On” (Rascal Flatts), otra de mis canciones country favoritas de toda la vida. Entonces, Rob me mira y musita: “voy a vomitar. Tienes que salir a tocar”. Yo nunca había actuado en el Bluebird; es más, hasta aquel momento solo había escrito una canción de country porque me dedicaba principalmente al pop y el rock. Bien, Rob se levanta para ir al baño y dice: “Marshall me sustituirá”, y yo voy y toco esa canción que había compuesto con un autor de primera llamado Andrew Dorf. Hacía mucho, mucho tiempo que algo no me ponía tan nervioso. Y después de aquello me pasé varios años rechazando tocar aquí».

Desde entonces, Altman ha organizado y dirigido muchas noches In the Round, pero para él cada una de ellas sigue siendo especial.

«Recoger el legado de los músicos que han pasado por el Bluebird antes que yo es algo increíblemente poderoso», dice. «Cada vez que toco aquí, siento la energía de todos esos compositores, los famosos y los desconocidos».

Según él, otra cosa que hace especial al Bluebird es que la mayoría de los temas que se presentan todavía no se han grabado ni han llegado al público.

«Cuando tocas canciones tuyas que estuvieron cerca de entrar en un disco de un artista pero acabaron quedándose por el camino, el dolor que hayas podido sentir por ese pequeño fracaso desaparece de un plumazo», aprecia Altman. «La generosidad, el respeto y el amor que el público que te rodea siente por el oficio de compositor es algo muy hermoso. Estaré eternamente agradecido a esta sala, a la gente que la lleva y a Erika. Es un oasis en el que podemos compartir todo lo que hacemos durante nuestra vida creativa».

Dave Barnes

Para el cantautor Dave Barnes, que se trasladó a Nashville en el 2001 y también ha programado y tomado parte en muchas veladas en círculo, llegar al Bluebird continúa siendo como entrar en territorio místico.

«Cuando me acerco por la parte de atrás vengo muy relajado», manifiesta. «Pero, hace diez minutos, en el momento en el que entraba por la puerta, he vuelto a sentir ese pequeño escalofrío, y no lo digo de broma. Es como un lugar encantado que invoca la magia que tiene Nashville y la irradia a todo el que pasa por aquí, tanto artistas como público.

» Creo que el Bluebird es parte de la salsa especial de esta ciudad; esto no pasa en ninguna otra parte del mundo. Y estoy muy orgulloso de formar parte de ello, ya sea tocando o contándole a la gente lo que sucede en este local, porque es un componente imprescindible del ecosistema de Nashville».

«Somos como un susurro, no un vozarrón, y tampoco tenemos por qué serlo».

Erika Wollam-Nichols

Rostros entre la multitud

Otro punto diferencial del Bluebird es que nunca se sabe quién puede estar sentado entre el público y, de repente, salir a tocar. Podría ser un compositor que en su momento escribió una canción de éxito y que, al interpretarla en su versión acústica original, magnifica su música y letra de una manera totalmente distinta al tema grabado que todos conocen, y revela su esencia lírica con una resonancia mucho más personal y emocional.

O quizá actúe por sorpresa un artista conocido como Ed Sheeran o Taylor Swift, o incluso alguien que miraba el espectáculo tranquilamente desde un rincón. Por ejemplo, eso es lo que ocurrió la noche en que Dave Barnes estaba en el escenario, vio entre el público a la leyenda del fingerstyle Tommy Emmanuel y le invitó a participar.

«Dije: “no sé si lo sabéis, pero ese de ahí es Tommy Emmanuel, uno de los mejores guitarristas del mundo”», relata Barnes. «Y, después de que él saliera a tocar, pensé: “la sesión debería acabar aquí, porque cualquiera que ahora se ponga a rasguear progresiones de Sol-Do-Re va a parecer aburridísimo”», dice riendo.

Una oportunidad de oro

Liana Alpino, responsable de la marca y el área de mercado del Bluebird, interviene en muchos de los aspectos operativos del local. Sus funciones van desde el marketing hasta las redes sociales, la supervisión de la página web y la coordinación de relaciones y asociaciones. Y es una figura clave en la logística detrás del Golden Pick Contest organizado por el Bluebird y Taylor desde hace unos años. Para Liana, el gran atractivo del concurso radica en que permite a los compositores emergentes ganarse un espacio de presentación muy preciado y conocer a otros artistas.

Erika y Liana Alpino comentan la asociación del Bluebird con Taylor y hablan sobre el concurso «Púa de Oro»

«Hemos tenido vencedores de todo el país e incluso uno del Reino Unido», subraya. «Nos encanta ver el talento que hay fuera de Nashville. Yo tengo la gran suerte de poder conocer a todos esos ganadores cuando vienen a actuar, y siempre remarcan lo mucho que este concurso significa para ellos. De hecho, no son pocos los que afirman que les da una razón para componer día a día. Hay un montón de participantes que no son compositores profesionales ni artistas a jornada completa. Tienen una vida cotidiana como la de cualquiera y eso puede ponérselo difícil para explotar la creatividad, pero el concurso les aporta una motivación para continuar escribiendo canciones todos los meses».

Kat & Alex

Kat & Alex son un dúo de marido y mujer que colorea su sonido country con unas ricas armonías vocales y un inconfundible toque latino entretejido a veces con letras en inglés y español. Ambos son de Miami, y allí se conocieron. Kat es estadounidense de primera generación con familia cubana, y Alex tiene ascendencia puertorriqueña. Su amor compartido por el country y la música latina es la base de su identidad artística. Y, desde que se mudaron a Nashville para impulsar su carrera, se han centrado en la composición y grabación de canciones originales teñidas de una mezcla de sus diversas influencias.

Se dio la feliz coincidencia de que Taylor ya había organizado con ellos la filmación de un vídeo para nuestra serie Soundcheck la misma semana en que nuestro equipo visitó el Bluebird. Por lo tanto, Tim Godwin tuvo la ocasión de asistir a su debut en el local y encontrarse con ellos el día después. Los dos artistas todavía vibraban con la emoción de ese momento inolvidable.

«Nunca había llorado tanto en una ronda de cantautores», dice Kat.

«La gente te rodea tan de cerca…», añade Alex. «Se trata de un momento muy íntimo en el que realmente estás abriendo la puerta para que la gente entre en tu carrera y en tu vida, y compartir algo así es único. Es un lugar sagrado que yo me atrevo a comparar con el Grand Ole Opry».

En su actuación, tocaron varias canciones nuevas por primera vez ante un público.

Kat & Alex interpretan su tema «I Want It All»

«Canté una que escribí para Kat y se la dediqué», dice Alex. «Ella también interpretó un tema nuestro que dedicamos a sus padres, y nos arrancamos con otro titulado “Cowboys Need Sunsets”, que todavía no hemos grabado. Fue una noche muy especial en la que expusimos cosas muy personales que aún no habíamos publicado, ni siquiera en las redes sociales».

«Vi a personas que lloraban conmigo», se emociona Kat. «Alguien me pasó una servilleta. Me dije: “vale, ellos también lo sienten, lo están entendiendo”. Y, si eso pasó, es que hicimos bien nuestro trabajo».

Los compositores del futuro

Aunque el Bluebird ya es desde hace tiempo un lugar de peregrinación venerado por la comunidad musical de Nashville, la visión a largo plazo de Amy Kurland también abarcaba la continuidad de su espíritu cuando dejase se retirase. Así que, cuando se retiró en el 2008, vendió el Bluebird a la Nashville Songwriters Association International (NSAI), la organización de compositores sin ánimo de lucro más grande del mundo. La misión de la NSAI es «educar, promover y homenajear a los compositores, y actuar como fuerza unificadora dentro de la comunidad musical y de la sociedad en general». Y, para Kurland, estos principios hacían de la NSAI el custodio ideal de los valores del Bluebird.

La fundadora también tenía en mente a la persona perfecta para tomar las riendas: Erika. Ya desligada oficialmente del Bluebird, llevaba tres años trabajando en la NSAI en el cargo de directora de desarrollo, y tras la llamada de Amy volvió al redil como gerente y directora de operaciones del local.

El Bluebird salta al estrellato televisivo

En el 2011, Erika recibió una propuesta relacionada con el proyecto de una serie de televisión ambientada en Nashville y basada en las historias de varias estrellas del country ficticias. El equipo creativo quería que las localizaciones en Nashville fueran lo más auténticas posible, así que sugirió rodar en el Bluebird varias escenas del episodio piloto. Erika estuvo de acuerdo, y la serie Nashville acabó en manos de la cadena ABC. Se mantuvo durante seis temporadas desde el 2012 hasta el 2018, primero en la ABC y luego en la CMT.

Como escenario recurrente a lo largo de la serie, la productora (Lionsgate) construyó una réplica exacta del interior y el exterior del Bluebird en sus estudios. El decorado se diseñó con absoluta minuciosidad para maximizar el realismo, y los escenógrafos llegaron hasta el punto de llevarse prestadas todas las fotos de artistas de las paredes del Bluebird, escanearlas y colgarlas en el set de rodaje exactamente en las mismas posiciones.

Nashville no solo convirtió al Bluebird en una marca reconocida a nivel mundial y una visita obligada para los seguidores de la serie, sino que también generó un aumento de la afluencia turística tan abrumador que el pequeño local las pasó moradas para seguir el ritmo.

«Lo más interesante fue la respuesta de la gente a la fama del Bluebird Café», opina Erika. «No sabían que aquí había música, que programábamos dos sesiones por noche. Les daba igual. Lo único que querían era hacerse una foto o, como mínimo, sentir que su cuerpo físico estaba en este lugar. Si ves el documental, te darás cuenta de lo alucinante que fue todo aquello».

Como efecto positivo, Erika destaca que esa notoriedad supuso una plataforma más visible para mostrar por qué los autores son tan importantes en Nashville.

«Los compositores son nuestra mayor riqueza, y a nosotros nos toca asegurarnos de que la gente se dé cuenta de ello», sostiene. «Así que todo esto nos dio una oportunidad para proclamar que somos una sala de música, que promocionamos la creación original y que estamos con los autores de canciones, y esa parte funcionó muy bien. Pero, con todo, aún tenemos solo 86 localidades».

El éxito de la serie también alimentó el interés por producir un documental sobre el Bluebird y su larga historia, algo que Erika ya llevaba un tiempo persiguiendo. Habló con los cineastas Brian Losciavo y Jeff Molano, que habían trabajado en Nashville y se subieron al barco de este nuevo proyecto.

Y a Erika le encantó el resultado, Bluebird.

«No podía haber quedado mejor», declara. «La filmación de las actuaciones daba risa: el equipo de cámara se metía por debajo de las mesas, pasaba por detrás de los postes y reptaba entre los pies de los asistentes para poder capturar lo que se siente en este espacio, el nivel de cercanía que se crea y la intimidad que se genera entre un oyente, un compositor y una canción».

El Bluebird cumplió 40 años en 2022, pero Erika no pierde el entusiasmo por continuar preservando la esencia y el legado del club en su localización actual, incluso en una época en la que nada parece detener el crecimiento económico y residencial de Nashville y sus suburbios.

«Están construyendo un edificio de 22 plantas aquí al lado, así que esta zona va a volverse supercomercial», vaticina. «En este contexto, al pasear la mirada por nuestra sala podrías decir: “hum, la alfombra está vieja, y esos manteles…”. Pero está cargada de energía, y creo que tiene un poder inspirador que estimula a los músicos a dar lo mejor de sí. También nos identificamos mucho con los artistas con los que trabajamos y con la forma en que nos representamos los unos a los otros. Eso es muy, muy importante para mí, porque somos como un susurro, no un vozarrón, y tampoco tenemos por qué serlo. La cuestión es mantener el foco muy definido en lo que somos y lo que hacemos, y creo que Taylor ha asumido ese mismo compromiso».

Historias Relacionadas

Volumen 104 . 2023 Edición 1

Sueños en color

Nuestro nuevo trío de ases American Dream de nogal y pícea se apunta a la estética vintage con su tratamiento tobacco sunburst y un golpeador de diseño rayado.

Leer la Historia

Volumen 104 . 2023 Edición 1

Clases de guitarra: el sistema CAGED

La guitarrista profesional y educadora musical Taylor Gamble explica el sistema de acordes CAGED (Do-La-Sol-Mi-Re) y muestra técnicas sencillas que te ayudarán a dominar las armonías en todo el diapasón.

Leer la Historia

Clases de guitarra: el sistema CAGED

Bajar

La guitarrista profesional y educadora musical Taylor Gamble explica el sistema de acordes CAGED (Do-La-Sol-Mi-Re) y muestra técnicas sencillas que te ayudarán a dominar las armonías en todo el diapasón.

Por Taylor Gamble

¡Aquí estamos con una nueva lección de guitarra de Wood&Steel! Esta vez, estamos encantados de contar con la presencia de la guitarrista profesional y maestra Taylor Gamble. Taylor ha grabado y tocado en directo con artistas como Ari Lennox, Stevie Wonder, Tye Tribbett, JJ Hairston, Anthony Brown o Bela Dona, y ha centrado su extensa carrera como instrumentista de estudio en el gospel, el R&B, el rock y la guitarra clásica y acústica. Puedes seguirla en su cuenta de Instagram, @taylrtheg, y profundizar en sus clases de guitarra en su curso en Skillshare.

Nivel principiante: introducción al sistema CAGED

Para empezar, Taylor presenta el sistema de acordes abiertos CAGED, que conforma una base simple sobre la cual puedes construir melodías y progresiones armónicas.

Nivel intermedio: saca más jugo a los acordes

A continuación, Taylor ilustra cómo el sistema CAGED puede llevarte a nuevos territorios sonoros a partir de pequeños cambios en las digitaciones de los acordes, como el paso de tonalidades mayores de aire optimista a armonías menores con un carácter más sombrío, por ejemplo.

Nivel avanzado: cómo moverte por el sistema CAGED

Por último, Taylor te enseña a jugar con las posiciones y dibujos de acordes que has aprendido en las lecciones anteriores y a mover las digitaciones hacia arriba en el mástil para moldear armonías y progresiones en diversos tonos y rangos de frecuencia.

¡Esperamos que hayas disfrutado de esta edición de las clases de guitarra de Wood&Steel! No te pierdas nuestro próximo número para seguir desarrollando tus habilidades con nuevos vídeos.

Historias Relacionadas

Volumen 103 . 2022 Edición 3

Lessons: Técnica de contrapúa, el acorde menor 11.ª y movimiento de tríadas

El fenómeno de la guitarra de R&B Kerry «2 Smooth» Marshall está de vuelta con nuevos consejos para aventurarte en este estilo con una acústica

Leer la Historia

Volumen 102 . 2022 Edición 1

Clases de guitarra: la acústica en el R&B, 2ª parte

El educador musical y guitarrista profesional Kerry «2 Smooth» Marshall comparte tres nuevas lecciones en vídeo para ayudarte a añadir unas pinceladas de soul a tu sonido.

Leer la Historia

Volumen 99 . 2021 Edición 1

Clases de guitarra: el tono, la postura y el uso de la cejilla

El guitarrista y director musical Nicholas Veinoglou nos muestra algunos trucos sencillos que te ayudarán a expandir la paleta sonora de tu guitarra y refinar tu técnica de ejecución.

Leer la Historia

Raíces nativas

Bajar

El guitarrista Stevie Salas, RUMBLE y los músicos nativos americanos que contribuyeron al nacimiento del rock ‘n’ roll.

Imagínate la siguiente escena. A la izquierda, un LP gira en un tocadiscos. A la derecha, una mujer llamada Pura Fé escucha la música ataviada con prendas de ropa y pendientes que señalan de forma sutil pero inconfundible el legado tuscarora y taíno que la distingue como nativa americana. El tema que suena tiene un aire crudo y lo-fi. Es una grabación clásica de blues del cantante y guitarrista Charley Patton. Al reconocerla, Fé ríe y el rostro se le ilumina. Sigue el ritmo de la música y se pone a cantar. Esa chispa desencadena una conexión musical que, aunque se remonta a más de un siglo, es indestructible.

«Me transporta al lugar de donde vengo», dice. «Puedo identificar todas esas canciones tradicionales de los nativos americanos. Esto es música india canalizada por una guitarra».

Esta secuencia de unos dos minutos recupera generaciones de sonido que se transmiten a través de culturas y linajes: folk de los indígenas norteamericanos, blues de raíces afroamericanas y un ritmo de rock ‘n’ roll clásico. Y la música revela un vínculo tan inequívoco que incluso un oyente no iniciado lo captaría.

Esa es la fuerza del documental musical de 2017 RUMBLE: The Indians Who Rocked the World («RETUMBO: Los indios que sacudieron al mundo»), con producción ejecutiva de Stevie Salas. Esta película, cuyo título alude a aquel clásico instrumental de Link Wray (de ascendencia shawnee) marcado por un incandescente motivo de tres acordes, es una rara avis con un aura de poder restaurador. El documental reconstruye los hilos culturales que, en su momento, fueron activamente desmantelados por los poderes fácticos y los devuelve a los oídos del oyente moderno. RUMBLE ha recibido varios premios en festivales de cine independiente y es de visión obligada para todos los aficionados al rock clásico, el blues o la música tradicional de cualquier tipo.

Stevie Salas: manos alucinantes

Desde el principio, queda claro que RUMBLE está imbuida de un amor y una autenticidad que la elevan del nivel de producción estándar de la televisión pública al estatus de obra de arte sincera e inspirada. Y, teniendo en cuenta que el timón lo maneja Stevie Salas como productor ejecutivo, no es sorprendente que la película cumpla su promesa de ponerle rock ‘n’ roll a tu vida.

Salas, nacido en 1964 en Oceanside (una localidad de California que, casualmente, queda cerca de la sede de Taylor en San Diego), es el tipo de músico que en un mundo más justo sería un artista archiconocido más allá de su prestigio en los círculos especializados. Aunque no tocó su primera guitarra hasta los quince años, no perdió el tiempo y enseguida se lanzó a perseguir sus sueños rocanroleros. En 1986 empezó a trabajar como guitarrista de estudio y directo acompañando a las leyendas del funk George Clinton y Bootsy Collins. Salas creció escuchando a clásicos como Led Zeppelin, Cream, Jimi Hendrix o James Brown, pero fue su padrastro (también músico de rock) quien le despertó un auténtico interés por el mundo de la música. No tardó en hacerse un nombre entre lo más granado del circuito y, en 1988, entró en la banda de directo de Rod Stewart.

Pero, a pesar de su extensísimo currículum como músico de banda (desde Mick Jagger, Ronnie Wood, Bernard Fowler y Steven Tyler hasta el rapero TI o los iconos pop Justin Timberlake y Adam Lambert), muchos le recuerdan por su momentazo musical en la película de culto Las alucinantes aventuras de Bill y Ted. Esta obra magna del humor surrealista, protagonizada por Alex Winter y un joven Keanu Reeves, relata las tribulaciones de dos adolescentes más bien espesos cuyas aspiraciones a rock star se ven constantemente truncadas por obstáculos tan mundanos como las exigencias del instituto o su total incapacidad para tocar instrumentos. Tras recibir poderes para viajar en el tiempo de la mano de Rufus, un misterioso humano del futuro interpretado por George Carlin, los chavales van saltando de una época a otra en busca de personajes que puedan ayudarles a hacer un trabajo de historia épico para salvar el curso escolar y mantener viva la llama de sus pretensiones rockeras.

Tras muchas payasadas, Bill y Ted concluyen su periplo con una presentación musical improvisada y liderada por Rufus, que para rematar la película interpreta un solo de guitarra tan intenso como disparatado. Con el objetivo de darle algo de verdad a la escena, los productores contrataron a Salas como guitarrista, así que las manos que ves en pantalla son las suyas. Y, para lograr el sonido vertiginoso pero chapucero del solo, Salas grabó el audio tocando con la guitarra al revés, es decir, como si fuera zurdo.

Bill y Ted supuso un momento muy afortunado para un músico ya respetado, y abrió la puerta a una dilatada carrera que ha llevado a Salas a tocar por todo el mundo con una larguísima lista de grandes del rock y el funk. Su aventura en solitario arrancó con un proyecto llamado Colorcode, que en 1990 se estrenó oficialmente con un álbum homónimo producido por Bill Laswell. Tras la gira de presentación, en la que actuó como telonero de Joe Satriani, el disco registró buenas ventas internacionales y fue seguido por seis lanzamientos de estudio y dos en directo.

«Nunca utilicé mi origen como una parte de la imagen que vendía de mí mismo. El elemento nativo se limitaba a quién era yo en el plano personal».

Stevie Salas

Aparte de Colorcode, Salas también ha grabado música con su propio nombre y bajo la fuerte influencia de sus raíces indígenas. Aunque su ascendencia es apache, Salas reconoce que, durante gran parte de su carrera, el legado nativo americano penetró en su trabajo sobre todo a través de músicos no indígenas como Jimmy Page y Jeff Beck, quienes a su vez se inspiraron en los sonidos nativos que permearon el blues típicamente asociado a las comunidades afroamericanas radicadas en el sur de Estados Unidos antes de la Guerra Civil y en la época de la Reconstrucción.

«Nunca utilicé mi origen como una parte de la imagen que vendía de mí mismo», explica Salas. «Quería ser reconocido como uno de los grandes, y trabajar con los grandes, solo por lo que podía ofrecer como músico. El elemento nativo se limitaba a quién era yo en el plano personal».

Un retumbar en la distancia: el nacimiento de RUMBLE

El acercamiento de Salas al legado indígena fue impulsado por su colaboración con Brian Wright-McLeod, periodista musical y locutor de radio de ascendencia dakota-anishinaabe y establecido en Toronto. Gracias a Wright-McLeod descubrió a Jesse Ed Davis, un guitarrista conocido por haber tocado con Taj Mahal, Eric Clapton y John Lennon, entre otros. Por entonces, Salas decidió promover proyectos culturales que vincularan a los músicos nativos americanos con las corrientes mayoritarias de la música popular. Antes de empezar a trabajar en RUMBLE, Salas se alió con Tim Johnson (mohawk), director asociado del Instituto Smithsoniano de Washington D. C., para programar una exposición titulada Up Where We Belong: Natives in Popular Culture («El lugar al que pertenecemos: los nativos americanos en la cultura popular»).

«Como nativo americano, tenía que devolverle cosas a mi gente, dejar algo más que los saltos de un mono con una guitarra en un escenario», expresa Salas. «Sentía la necesidad de hacer algo más importante».

RUMBLE se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en el 2017, cinco años después de que Salas propusiera la idea. La crítica la recibió con grandes elogios y ganó el premio especial del jurado a la excelencia narrativa en documentales del mundo. También se llevó galardones en otros festivales de cine independiente, entre ellos, el de mejor documental musical en el Festival Internacional de Cine de Boulder y tres premios Canadian Screen en el 2018.

Un ecosistema que conecta la música y la historia

Desde el punto de vista formal, RUMBLE sigue un canon habitual en los documentales musicales: las entrevistas se intercalan con imágenes históricas de principios del siglo XX y fragmentos de actuaciones tanto clásicas como modernas en un lenguaje audiovisual muy reconocible para el espectador medio. El punto verdaderamente diferencial de la película es la manera en que saca a la luz conexiones insospechadas entre sonidos que la gran mayoría, sea cual sea nuestro nivel de conocimiento de la historia de la música, pensaríamos que son totalmente independientes. Igual que un biólogo investiga los lazos invisibles entre especies en la larga cadena evolutiva, RUMBLE sigue el rastro de varios rasgos característicos de distintos estilos musicales. Para ello, retrocede en el tiempo desde los artistas que convencionalmente asumimos como los creadores de esos géneros hasta las influencias ocultas de las comunidades indígenas norteamericanas. Y, por el camino, la película consigue sorprender y emocionar a un espectador que quizá pensaba que ya conocía esas historias.

La muestra más poderosa de esas conexiones se remonta a más de cien años en la historia de los pueblos indígenas, las comunidades afroamericanas y los Estados Unidos como nación. Todos conocemos a Robert Johnson, el guitarrista cuya forma de tocar se considera fundacional en el nacimiento del blues y, por extensión, del rock ‘n’ roll en todas sus variedades. Sin embargo, la cosa es más complicada. Y, aunque la influencia de Johnson es un hecho, RUMBLE dirige la mirada hacia otro iniciador del sonido del blues.

Citando una conversación con su amigo, vecino y también guitarrista Charlie Sexton, Stevie Salas resume la verdadera historia tras el mito.

«Todo el mundo tiene en la cabeza a Robert Johnson porque su narrativa es irresistible», argumenta refiriéndose a la leyenda del cruce de caminos en el que Johnson vendió su alma al diablo a cambio de su talento musical. «Pero cualquiera que entienda de verdad sabe que, en realidad, la figura clave fue Charley Patton».

Patton nació probablemente en 1891 y creció en el centro y noroeste de Misisipi, cerca del territorio habitado por los indios choctaw. Y se cree que, aparte de su herencia afroamericana, podría tener ascendencia choctaw. De hecho, esa combinación era bastante común a finales del siglo XIX y principios del XX, lo cual tenía mucho que ver con la política racial de la época. Tal como se subraya en RUMBLE, las comunidades negras e indígenas interactuaban habitualmente como resultado de la huida de esclavos que buscaban refugio en las poblaciones tribales, entre otras causas. Las aldeas y comunidades nativas no solo acogieron a muchos esclavos fugitivos, sino que se convirtieron en parte integral del famoso Ferrocarril Subterráneo.

Charley Patton vivió inmerso en estas comunidades integradas por negros y nativos norteamericanos y se empapó de los estilos musicales de ambas culturas.

Después de la Guerra Civil y del fin de la esclavitud en los Estados Unidos, las relaciones entre negros y nativos se hicieron más intrincadas. En particular, las tribus cherokee, choctaw, chickasaw, seminola y creek tenían porcentajes significativos de personas de origen negro. Sin embargo, las instituciones de la Reconstrucción en el sur de Estados Unidos veían esta mezcla como una amenaza, y la discriminación racial continuó. En muchos casos, el gobierno de la época suprimió el complejo legado de los afroamericanos descendientes de esclavos liberados e indígenas norteamericanos, y los mestizos fueron categorizados como negros y no como nativos para negarles sus derechos a la propiedad de tierras. Los legisladores también utilizaron la confluencia racial como herramienta para eliminar las exenciones de impuestos para las comunidades nativas norteamericanas.

Dejando a un lado la política, Patton vivió inmerso en estas comunidades mixtas y se empapó de los estilos musicales de ambos pueblos. Era famoso por su llamativa puesta en escena, que incluía extravagancias como tocar la guitarra por detrás de la cabeza (un número que Jimi Hendrix adoptaría en el futuro). La influencia de Patton en la música rock es innegable: la leyenda del blues Howlin’ Wolf le identificó como un referente capital, y el propio Howlin’ Wolf inspiró a músicos europeos tan populares como los Rolling Stones.

Para Stevie Salas, este legado ha permanecido al margen de los focos.

«Cuando empiezas a buscar, te das cuenta de que toda la información estaba ahí», revela. «Pero no habíamos sido capaces de verla».

Las lecciones de historia de RUMBLE son de amplio alcance, ya que retratan la propagación de conceptos musicales a lo largo y ancho de todo un continente.

«La música nos sirvió para contar la historia del desarrollo de Norteamérica», sostiene Salas.

Vínculos personales en el tejido del rock

Los directores de la película (Catherine Bainbridge y Alfonso Maiorana) y los expertos que intervienen en ella conducen con maestría la trama del relato. RUMBLE refleja el legado y el potencial inspirador de la cultura nativa americana desde Link Wray hasta Jimi Hendrix pasando por Johnny Cash (que libró una larga batalla con su discográfica para publicar una colección de canciones herederas de ese patrimonio), y resitúa sonidos muy familiares para los seguidores del blues y el rock clásicos llevándolos a un punto de colisión de ideas del que nacieron esos pilares musicales. El documental también explora la carrera y la influencia de artistas menos conocidos como Jesse Ed Davis, que en la canción «Doctor, My Eyes», de Jackson Browne, se marcó un solo bluesero que le llevó a estar muy solicitado como músico de directo, o Redbone, cuyo éxito de 1974, «Come and Get Your Love», llegó a una nueva generación de oyentes 40 años después de su lanzamiento gracias a su aparición en la banda sonora de la película de Marvel Guardianes de la Galaxia, estrenada en el 2014. Y, claro, ahí está Randy Castillo, el hombre que prestó sus flameantes baquetas a Ozzy Osbourne y Mötley Crüe.

La historia de Castillo tiene todos los elementos del folclore del rock ‘n’ roll: una estética musical única que le distinguió de otros baterías de la época, una personalidad arrolladora y un final trágico. Hacia la parte final de RUMBLE, el propio Stevie Salas habla sobre Randy junto con el poeta y activista nativo americano John Trudell (santee-dakota). Salas cuenta que fue Castillo quien le acercó a su herencia indígena en los años 80, mientras vivía a tope la vida de una estrella del rock.

«Viajo en jet privado», rememora Salas. «Gano dinero a espuertas y estoy rodeado de mujeres. Pero rápidamente pierdo la perspectiva y ya no sé quién soy. Randy Castillo se aproximó a mí sabiendo que yo era nativo americano. Nos conocimos cuando yo acababa la gira con Rod Stewart; en aquel momento, me estaba hundiendo cada vez más en el alcohol y la fiesta… y él se dio cuenta de que se me estaba yendo la cabeza. Me dijo: “te voy a llevar a Nuevo México”».

Salas comenta que, durante gran parte de su carrera, no pensó en su origen indígena como una característica definitoria de su identidad como músico, ni en su propia imagen en el entorno de la música. Pero la relación con Castillo le ayudó a conectar con sus raíces.

«Randy va y me dice: “tengo que llevarte a tierra india”. Y la verdad es que yo nunca había oído esa expresión, “tierra india”».

Una idea que recorre RUMBLE de principio a fin es que existe una musicalidad especial compartida entre personas de ascendencia nativa; una forma diferente de relacionarse con el sonido que les ha permitido labrarse un lugar en la cultura dominante y filtrar su influencia por todo el árbol genealógico del rock.

«Mi sentido del ritmo nativo americano está en mi ADN», afirma Salas. «Es la forma en que sentimos los tiempos fuertes».

Esa sensación también está presente en las palabras de los invitados que los productores de RUMBLE eligieron para la película, desde personalidades de la industria musical como Quincy Jones, Steven Van Zandt, George Clinton o Taj Mahal hasta gurús culturales como Martin Scorsese y John Trudell.

En sus recuerdos de la época de Castillo con Ozzy Osbourne, el bajista Robert Trujillo cuenta que Ozzy buscaba artistas con ese aire característicamente «indígena» en su manera de entender la música.

«Ozzy siempre decía que le encantaba trabajar con indígenas e hispanos. Sentía una conexión especial con ellos», dice Trujillo. «Le parecía que tenían mejor ritmo. Siempre consideró a Randy como un portador de esa energía indígena y del ritmo que tanto le gustaba».

Ante todo, Salas quería hacer una película que ilustrara los nexos entre los músicos nativos americanos y la comprensión universal del rock como género. Por otro lado, no quería que RUMBLE fuera una «película racial», sino una historia de héroes: aquellos que llevaban esos sonidos en sus genes y los entregaron generosamente a través de generaciones musicales.

En una reciente entrevista de Taylor Primetime presentada por el equipo de contenidos de Taylor, Salas expuso su visión personal de la película.

«RUMBLE va sobre gente que cambió el mundo», sentencia. «Habla de todo lo que las personas que nos enseñaron lo que era el rock ‘n’ roll aprendieron de los nativos americanos. Si yo te digo que Jesse Ed Davis fue uno de los mejores guitarristas de los 70, podrías contestar: “bueno, vale, no estaba mal”. Pero si el que te lo dice es Eric Clapton, pensarás: “pues igual sí que era mejor de lo que yo creía”».

Aunque RUMBLE también pone sobre la mesa las sombras de la barbarie histórica y las calamidades a las que tuvieron que enfrentarse los antepasados de Salas, es incuestionable que está a la altura de los mejores documentales sobre el mundo del rock. Trenzando los variopintos hilos de la historia y la cultura en una secuencia temporal tan densa como conmovedora, RUMBLE rescata del olvido esas líneas de influencia que hasta ahora solo conocían los musicólogos y los artistas que trabajaron de primera mano con aquellos ases del rock de origen nativo americano. En definitiva, RUMBLE es mucho más que un documental para iniciados, y ningún músico o aficionado que quiera entender cómo el rock llegó a ser lo que es debería perdérselo.

Taboo, miembro de la banda de pop Black Eyed Peas y perteneciente a la comunidad shoshone, resume el mensaje hacia el final de la película.

«Cuando estás rodeado de personas increíbles que vienen de las naciones indígenas y se sienten orgullosas de su legado, es imposible que eso no te inspire, seas quien seas».

Historias Relacionadas

Volumen 104 . 2023 Edición 1

Sueños en color

Nuestro nuevo trío de ases American Dream de nogal y pícea se apunta a la estética vintage con su tratamiento tobacco sunburst y un golpeador de diseño rayado.

Leer la Historia

Volumen 2 . 2021 Edición 2

Raíces profundas: un homenaje a las influencias musicales afroamericanas

Con motivo del Mes de la Apreciación de la Música Afroamericana, nuestra compañera Lindsay Love-Bivens y la artista ganadora de un Grammy Judith Hill visitaron el recién inaugurado Museo Nacional de la Música Afroamericana.

Leer la Historia

Volumen 104 . 2023 Edición 1

Donde las canciones son sagradas

En el legendario Bluebird Café de Nashville, los compositores son siempre las estrellas del espectáculo.

Leer la Historia

Guardianes de los árboles

Bajar

¿Alguna vez te has preguntado cómo se gestiona la población de árboles de una ciudad? En West Coast Arborists nos lo cuentan todo.

Nos encontramos en el despacho de Mike Palat, de West Coast Arborists. Mike enseña a un equipo de Taylor los entresijos de la plataforma informática propia que WCA utiliza para operar su negocio. Todos tenemos los ojos puestos en una pantalla instalada en la pared mientras Mike navega por el software de gestión de árboles ArborAccess de WCA, una robusta base de datos que vincula inventarios de árboles muy detallados con el historial de las labores que han llevado a cabo en las ciudades en las que trabajan (unos 400 municipios de California y parte de Arizona). Este sistema documenta la progresión vital de más de 6 millones de árboles, e integra mapeado GPS para hacer un seguimiento de las localizaciones y las tareas de los técnicos arboristas en tiempo real.

Palat, vicepresidente de WCA que lleva 20 años en la empresa, es un arborista de primer nivel con certificación profesional y especialización en servicios públicos y municipales, y se encarga de supervisar las operaciones de WCA en la región suroeste de California, incluido el condado de San Diego. Es una «Arboripedia» ambulante, y está encantado de ilustrarnos a los no iniciados en arboricultura sobre algunas de las muchas consideraciones que intervienen en la planificación y gestión de los bosques urbanos.

Su exposición abarca desde las funciones básicas de un contratista de mantenimiento de árboles en un municipio hasta las razones por las que la experiencia acumulada de WCA ha sido crucial para la iniciativa colaborativa de madera urbana que ha forjado junto con Taylor.

Nuestra delegación incluye a Scott Paul, el experto de la casa en sostenibilidad. Scott conoce bien a Mike y habla con él asiduamente; de hecho, Palat no solo es el contacto principal de Scott en WCA, sino que ambos forman parte de la junta directiva de Tree San Diego, una organización sin ánimo de lucro dedicada a mejorar la calidad de los bosques urbanos de la zona de San Diego. A lo largo de la sesión informativa, Scott le acribilla a preguntas para ir guiando la conversación.

Cómo gestionan las ciudades sus poblaciones de árboles

West Coast Arborists, en cifras

Más de 1100 empleados
Más de 12 localizaciones en California y Arizona
Más de 675 000 árboles podados al año
Más de 46 000 árboles retirados al año
Más de 18 500 árboles plantados al año
Más de 300 000 árboles inventariados al año

Para empezar, Palat repasa las estrategias de los municipios para crear y mantener sus inventarios de árboles urbanos. Según dice, dentro de una misma ciudad pueden existir varias agencias que gestionan diferentes clasificaciones de los árboles que componen la población urbana. En San Diego, por ejemplo, el departamento de calles de la ciudad supervisa el mantenimiento de los árboles callejeros, y el de parques y áreas recreativas se ocupa de los árboles de los parques públicos. En cambio, los que quedan cerca de las líneas eléctricas pueden ser responsabilidad de la sección de gas y electricidad de San Diego. Juntos, todos estos árboles forman el dosel verde de la ciudad y los suburbios. Y, aunque para muchos de nosotros son invisibles a simple vista porque se funden con las calles y los edificios en un paisaje unitario, la realidad es que estos árboles se plantan, documentan y mantienen de manera totalmente planificada.

«Hay un montón de programas de administración de activos urbanos dirigidos a los baches, al alumbrado público, las cajas de válvulas de riego y también los árboles», aclara Palat. «En este sentido, nuestro software es una solución de referencia pensada específicamente para las ciudades, que disponen de sus sistemas y departamentos de información geográfica. A los municipios que tienen contrato con WCA no les cuesta ningún dinero mantener su inventario en esta plataforma dedicada a la gestión de su población de árboles».

En virtud de este tipo de contrato con WCA, la ciudad puede recibir una serie de servicios de gestión y mantenimiento en función de sus propios recursos departamentales.

«En parte, nuestro trabajo es salir a la calle y registrar el inventario de árboles de un municipio», explica Palat. «Las ciudades son propietarias de esa información y pueden almacenarla de diversas formas. Nuestro software ArborAccess se basa en una plataforma web que incluye una aplicación móvil. Así que, en esencia, el servicio por el que cobramos es la recopilación de datos, para la cual enviamos a nuestros arboristas. A partir de ahí, si una institución tiene contrato con WCA, ya no le cobramos nada por el permiso para utilizar el programa».

Si una ciudad firma un contrato de mantenimiento con WCA, ArborAccess permite documentar todo el historial de trabajo. Durante su intervención, Palat abre un mapa de San Diego con integración de GPS que muestra todas las localizaciones en las que actualmente hay equipos de WCA en operación.

«Se pueden ver todos los puntos», señala. «Se trata de datos GPS de nuestros equipos y vehículos en tiempo real: dónde están trabajando, dónde han aparcado, a qué hora han llegado allí, a qué velocidad van… Todo eso queda reflejado en el software».

Independientemente de que sea un municipio o WCA quien administre la documentación del inventario de árboles de la ciudad, en la base de datos se crea y se almacena una lista que incluye recomendaciones de mantenimiento para cada árbol individual.

«Si nuestros equipos están podando árboles y ven algo de lo que haya que informar, actualizan los datos para comunicar a la ciudad que se ha producido una variación en esos árboles», continúa Palat. «Estamos hablando de seres biológicos que van cambiando constantemente, y esta es una buena forma de alertar a un municipio sobre los árboles potencialmente peligrosos».

WCA ejecuta la documentación del estado de los árboles y proporciona esa información a la ciudad, pero en última instancia es el municipio quien tiene que emitir las instrucciones pertinentes. Y, cuando se hace necesario retirar árboles debido a su edad, grado de deterioro, riesgos de seguridad, etcétera, la decisión corresponde enteramente a la ciudad. Scott subraya este aspecto para dejar claro que ni WCA ni Taylor se dedican a buscar árboles que talar.

«No, para nada», corrobora Palat. «Nosotros podemos recomendarles determinadas acciones de acuerdo con nuestras observaciones, pero son ellos quienes deciden qué árboles van para abajo».

En este punto, la charla discurre hacia las dos especies de madera urbana que Taylor obtiene actualmente de WCA, el fresno de Shamel y ahora también la corteza de hierro roja. Para demostrar la utilidad de su sistema, Palat realiza una búsqueda del inventario de estos dos tipos de árboles en la ciudad de El Cajón, sede de Taylor (cliente de WCA).

«En El Cajón hay 54 fresnos de Shamel. Y, si quiero saber dónde están, solo tengo que mapearlos. Si activo las imágenes aéreas y hago clic en un árbol, el programa me dice qué es, muestra sus detalles, indica la última vez que fue podado… También puedo ver recomendaciones de poda de rutina y problemas de mantenimiento; en este caso, no hay ninguno. Sin embargo, por encima del árbol pasa un cable de electricidad y eso es algo de lo que deberíamos informar, porque no es bueno que un fresno de Shamel esté ahí debajo».

Cada árbol en su sitio y un sitio para cada árbol

Este último comentario nos lleva a una expresión que se ha convertido en un mantra para los arboristas de todo el mundo: «cada árbol en su sitio y un sitio para cada árbol». En otras palabras: desde la perspectiva de la planificación, es importante plantar especies de árboles cuyas propiedades sean compatibles con su localización específica y que sirvan para su propósito previsto (dar sombra, mitigar la contaminación acústica, actuar como cortavientos o cualquier otro cometido) sin llegar a ser una posible fuente de problemas. Por ejemplo, algunos árboles no deben estar demasiado cerca de una acera o una calle, ya que las raíces de ciertas especies pueden levantar el pavimento o dañar el sistema de alcantarillado. Otros incluso podrían crecer hasta interferir con las líneas eléctricas. Muchas veces, todo esto requiere un ejercicio de geometría en el que hay que proyectar cómo será el árbol en su madurez y de qué manera llenará el espacio en el que se plantará.

En último término, los árboles «incorrectos» plantados en el lugar equivocado «acaban convirtiéndose en candidatos para la retirada», sentencia Palat. «De hecho, el departamento de gas y electricidad de San Diego tiene todo un programa completo dedicado a la eliminación de esos árboles problemáticos. La ciudad está gastando grandes sumas de dinero para despejar la vegetación de las zonas de líneas eléctricas, y muchas veces acude a una agencia y les dice: “os daremos árboles gratis si nos permitís retirar estos otros”».

Actualmente, los municipios buscan plantar más árboles para reforzar su dosel urbano, así que están mapeando y designando localizaciones vacantes adecuadas para la plantación. Cuando Palat amplía el mapa, aparecen una serie de puntos grises que representan esos lugares.

«En el análisis de posibles plantaciones hay que tener en cuenta cosas como la medida del ancho de una avenida o la presencia de líneas eléctricas por encima de los árboles», apunta. «Todo eso también influye en la toma de decisiones».

La vida media de un árbol urbano es de ocho años.

Palat añade que, según la localización, una de las complicaciones de cultivar un árbol es establecer quién lo regará: «ahora mismo, esa es la gran batalla en el sur de California. Aunque las ciudades estén dispuestas a regalar árboles, nadie quiere hacerse cargo de ellos. Existe el riego por contrato, pero cuesta dinero. O puede ser que un arrendatario diga: “vale, yo me ocupo”, pero luego se va a vivir a otro sitio y la nueva persona que llega no quiere saber nada del asunto. Esta es una de las principales razones por las que la vida media de un árbol urbano es de ocho años».

Palat también cree que se ha extendido una idea muy errónea sobre lo que cuesta regar un árbol.

«Hay gente que cree que estabilizar un árbol joven vale miles de dólares al año», lamenta. «La realidad es que cuesta unos 10 dólares anuales. Los litros de agua que se necesitan se pueden utilizar de forma sostenible para maximizar los recursos».

Afianzar un árbol joven cuesta unos 10 dólares anuales.

Lógicamente, las ciudades tienen que contemplar el impacto a largo plazo de los entornos en los que los árboles viven y crecen a la hora de tomar decisiones de plantación. Y un factor de pronóstico cada vez más importante es el hecho de que los efectos del cambio climático están obligando a las ciudades a repensar la viabilidad de sus poblaciones de árboles de cara a las próximas décadas.

Ante este panorama, WCA ha colaborado con otros reconocidos arboristas de California para compartir información y crear una base de datos de alcance estatal aún más detallada con perfiles de árboles y recomendaciones de plantación. Uno de los participantes en este proyecto es Matt Ritter, profesor del departamento de biología de Cal Poly-San Luis Obispo (la Universidad Politécnica Estatal de California). Matt es escritor y experto en horticultura, y está considerado como una de las principales autoridades mundiales en el estudio del eucalipto. Su base de datos en Internet, llamada SelecTree (https://selectree.calpoly.edu/), es una fantástica fuente de información para la selección de especies apropiadas en California.

«El programa que llevamos a cabo con Matt aportó árboles de los que nadie había oído hablar. La idea es impulsar algunas especies que deberíamos adoptar para obtener buenos resultados en el futuro», defiende Palat.

Para presentar otras funciones de su software y ofrecernos una vista general de un inventario, Palat procede a extraer datos de los árboles de El Cajón. Las estadísticas clasifican las 10 especies más plantadas por porcentajes respecto a la población total de árboles. El mirto crespón está en primer lugar con un 12,7 %, seguido de la palmera pindó con un 12,2 %. Estos datos ayudan a orientar una diversificación saludable de las especies plantadas.

«No es buena idea que una especie acapare más del 10 % de una población de árboles, especialmente aquí en California», advierte Palat. «La diversidad de especies es importante. El tema es que a California llegan nuevas plagas cada 40 días, y una población de árboles con una especie demasiado dominante pasa a ser vulnerable».

La diversidad de edades es otra consideración estadística relevante para evaluar la salud de la población de árboles de una ciudad. Palat hace esta observación mientras se fija en los tamaños de los árboles de El Cajón para calcular una aproximación de su edad.

«Solo hay un 0,55 % de árboles de más de 78 cm de diámetro, y sería bueno promover una mejor distribución de las edades», admite. «Normalmente, cuando los árboles alcanzan ese tamaño, empiezan a estar en el punto de mira para la retirada. A medida que maduran, los árboles experimentan problemas como enfermedades, plagas o descomposición, y también pueden acabar siendo una especie inapropiada para el lugar de plantación».

Una de las causas por las que California se ha convertido en un importante núcleo de diversidad de árboles es su clima mediterráneo (junto con los microclimas que existen desde las zonas costeras hasta los valles del interior y las montañas), que posibilita la adaptación de una gran variedad de especies. Por otro lado, Palat remarca que gran parte de California, especialmente el centro y sur del estado, eran en su momento «lienzos en blanco» con poca población arbórea. Y esa es la razón de que muchas de las especies de la zona no sean nativas. (Para conocer un ejemplo ilustrativo, lee el artículo de Scott Paul en la sección «Sostenibilidad» de este número de Wood&Steel, en el que cuenta la historia del eucalipto en California).

La conversación vuelve a las especies de árboles de ciudad con las que Taylor está trabajando, y Palat aprovecha la ocasión para mostrar la localización de algunos ejemplares de corteza de hierro roja en los alrededores. Nosotros teníamos la idea de hacer algunas fotografías de árboles de corteza de hierro y fresnos de Shamel maduros, así que Palat nos encuentra un par de lugares cercanos: la mediana de una carretera con varios árboles de corteza de hierro grandes y un parque que cuenta con ambas especies.

Without WCA’s data analysis, Taylor wouldn’t be able to commit to using these urban woods on dedicated models.

Scott puntualiza que el software de WCA hizo posible que Taylor se decidiera a utilizar fresno y corteza de hierro en modelos dedicados de nuestra línea.

«La gran pregunta para Taylor, más allá de si la madera tenía las propiedades adecuadas para la construcción de guitarras, era si habría o no suministro a largo plazo y con vistas al futuro», interviene Scott. «La base de datos de WCA nos confirmó que los árboles que nos interesaban están presentes en grandes cantidades en todo el estado, que hoy en día se siguen plantando y que, partiendo de la vida media de estas especies, WCA puede ofrecernos una estimación bastante fiable de los índices de eliminación anuales. Está claro que los números fluctuarán de un año para otro, pero estas conclusiones nos dieron confianza para seguir adelante con nuestros planes. Si no hubiéramos contado con la capacidad de WCA para darnos esa información, en ningún caso habríamos podido comprometernos a usar esas maderas como un material con continuidad en nuestro catálogo».

Desde el inicio de esta asociación de abastecimiento de madera en el 2020, Taylor y WCA no han dejado de invertir en procesos e infraestructuras para mejorar las posibilidades operativas de WCA con la madera procedente de árboles eliminados.

«Ahora, tenemos un mecanismo según el cual, cuando una institución emite una solicitud para retirar un fresno de Shamel, me suena el teléfono y podemos comunicarnos directamente con el equipo encargado de ello», comenta Palat. «Este funcionamiento nos recuerda que debemos ser extremadamente cuidadosos en la retirada, y garantiza que el árbol será transportado a nuestra planta de clasificación en Ontario, California».

En este vídeo, que forma parte de una conversación más larga sobre el abastecimiento de madera urbana, el productor de contenidos de Taylor Jay Parkin charla con nuestro director de sostenibilidad de recursos naturales Scott Paul, el diseñador jefe Andy Powers y el especialista en arboricultura Mike Palat, de West Coast Arborists. Este póker de ases explica qué es un bosque urbano, repasa los factores por los cuales la obtención de madera de ciudad es más cara y complicada de lo que podría parecer, y comenta los motivos que impulsaron a West Coast Arborists a crear la infraestructura necesaria para desarrollar este nuevo modelo de abastecimiento.

Taylor también ha trabajado muy de cerca con WCA para preservar y cortar los troncos de una manera apropiada para la construcción de guitarras.

«Estamos aprendiendo muchísimo de vosotros», enfatiza Palat. «Hemos construido más estructuras de sombra y ya mantenemos la madera húmeda, lo cual no era tan importante para nosotros hasta que empezamos a trabajar con Taylor. Y ahora estamos cortando los troncos con los métodos que nos habéis ayudado a desarrollar».

Si todo va bien, esta infraestructura levantará los cimientos de una economía circular en torno a esta madera, y esperamos que sirva como modelo para la elaboración de otros productos de alta calidad.

Y, con un poco de suerte, tal vez el valor al final del ciclo de vida se convierta en otro aspecto que hay que tener en cuenta junto con todos los demás criterios que contribuirán a determinar qué árboles plantaremos en los entornos urbanos del futuro.

Cata de guitarras con los profesionales

Bajar

Hemos invitado a varios músicos con el oído muy fino a probar nuestras nuevas guitarras de la Serie 500. Y esto es lo que opinan sobre ellas...

El pasado mes de julio, el equipo de relaciones con artistas de Taylor organizó en Republic Studios (una división de Universal Music Group) una serie de sesiones individuales con varios músicos radicados en Los Ángeles para conocer sus primeras impresiones de las nuevas guitarras de corteza de hierro roja.

Queríamos recabar las reacciones espontáneas de cada artista sin condicionarles en modo alguno, así que no les revelamos de antemano ninguna información sobre los modelos, aparte de sus estilos de caja. Todos los participantes eran intérpretes de guitarras Taylor con los que trabajamos actualmente. Por lo tanto, para ser justos, hay que decir que ya sentían cierto cariño por nuestros instrumentos. Les invitamos a tocar la 512ce y la 514ce empezando por el modelo que quisieran, y a continuación les preguntamos qué aspectos, buenos o malos, les habían llamado la atención de estas guitarras.

Estéticamente, a casi todos les encantó el sutil tratamiento edgeburst, especialmente en combinación con el tono ligeramente más oscuro de la tapa de pícea torrefactada, y varios de ellos destacaron los perfiles de falso caparazón de tortuga. Musicalmente, el grupo se dividió de manera bastante equitativa en sus preferencias entre ambos modelos.

Aquí os resumimos algunos de sus comentarios.

Matt Beckley

Guitarrista, compositor, productor, ingeniero de sonido

[Empieza tocando la 512ce.] Es genial. [Pasa a la 514ce.] Esta quiere que le des más fuerte. Vale, ¿de qué va esto? ¿Cómo es que son tan buenas? Suenan articuladas pero equilibradas… Esta tiene una estupenda resonancia y respuesta de graves. No parece una guitarra nueva, y lo digo como algo bueno. La sensación es que no hace falta tocarla mucho para que madure: ya tiene ese carácter tan agradable de la caoba vieja; nuevamente, «vieja» en el buen sentido. 

Yo toco en muchas sesiones de grabación y, a veces, sobre todo con guitarras acústicas, luego tienes que retocar un montón de cosas para que suenen naturales, como si las hubieras ecualizado previamente. Pues bien, a eso me recuerda este sonido: está muy equilibrado desde el primer momento, sin ningún rango de frecuencias rebajado.

Esta guitarra puede ser un todo en uno, porque no solo parece perfecta para grabaciones, sino que también es inspiradora para escribir canciones. Por ejemplo: las guitarras de hombros redondeados clásicas pueden sonar bien en tu sala de estar, pero hay que trabajarlas mucho en el estudio, o no acaban de dar la talla en un escenario… Esta es inspiradora para tocar, así que irá muy bien para componer. Y, escuchada en condiciones de sala, también parece muy válida para sesiones de grabación. Vaya, que yo la usaría prácticamente para todo. Y otra cosa es que puedes atacarla fuerte o pulsarla suavemente con los dedos y responde igual de bien. ¡Es muy divertida de tocar!

La 512ce tiene un volumen increíble para una guitarra de caja pequeña. Y yo soy de los que aporrean el instrumento… Aquí hay algo de compresión pero sin llegar a distorsionar el sonido, porque muchas de las guitarras de caja pequeña que tengo no aguantan que las toque tan fuerte (lo cual no es necesariamente malo, porque me lleva a ajustar mi forma de tocar). También genera mucho contenido de bajas frecuencias, pero realmente controlado y sin emborronar. 

Los instrumentos Taylor tienen unos buenos graves y proyectan muy bien, pero nunca enturbian la mezcla. Y, como productor y músico de directo, lo que busco en una guitarra es que me haga la vida más fácil. 

[Después de averiguar las maderas de estos modelos.] Esta guitarra es fantástica. No me puedo creer que no sea caoba, porque realmente suena a caoba. Esto es algo muy especial y, como defensor del planeta, me alegro de que estéis encontrando formas de contribuir a la conservación del medio ambiente. ¡Habéis dado en el clavo!

Dory Lobel

Músico, compositor, productor y miembro de la banda de directo del programa The Voice durante 10 años

[Examina la 514ce.] Muy buena sensación, magnífico mástil. [Rasguea un acorde.] ¡Vaya! Para empezar, suena muy, muy bien; es realmente sorprendente. Superdulce y equilibrada. No hay prácticamente ni rastro de esa aspereza que casi siempre tienen las acústicas. Muchas veces ocurre que las guitarras acústicas están diseñadas para dar volumen y proyección, de manera que en ocasiones a las notas individuales les falta carácter; no «hablan». Aquí, todas las notas tienen muchísimo tono y suenan muy redondas.

La palabra que me viene a la cabeza es «equilibrio». Este instrumento es extremadamente equilibrado. Yo tengo una relación de amor-odio con las guitarras acústicas. Esto no hay mucha gente que lo diga, pero creo que, en realidad, las acústicas están diseñadas ante todo para generar volumen. Yo siempre las comparo con instrumentos como la mandolina o el banjo, que tienen mucha más personalidad y contenido de medios. Y eso es lo que busco en una acústica: un sonido lo suficientemente interesante como para que baste con tocar una simple nota y dejarla resonar. Por otra parte, la entonación de esta guitarra también es para volverse loco.

Lo curioso es que transmite un carácter de alta fidelidad en todo el rango de frecuencias, pero no a costa de perder dulzura. Me gustan muchas cosas de ella: tiene un aire a esa música acústica tan hermosa y emotiva de Elliott Smith y, al mismo tiempo, recuerda al bluegrass de alta fidelidad de Tony Rice. La clave está en la entonación y la resonancia, en cómo florecen las notas. Ya me imaginaba que sería un instrumento genial porque llevo 20 años tocando guitarras de la Serie 500, pero es que esta es una pasada.

En The Voice uso muchísimo la caja Grand Auditorium; es una de mis favoritas. Creo que todos estaremos de acuerdo en que es un auténtico todoterreno. Hay gente que dice que unas formas de caja son mejores para puntear y otras para rasguear, pero esta, y sé lo que digo, es capaz de cualquier cosa. He tocado guitarras Grand Auditorium con Ryan Adams, con Alison Krauss y Vince Gill… No hay nada que no puedas hacer con ellas, y también son perfectas para grabar. Hay instrumentos que te llevarías a un directo porque son fiables, mientras que para una sesión de estudio recurrirías a otros. En cambio, esta guitarra cumple con creces en ambas situaciones. Es verdaderamente preciosa… y la mejor prueba de ello es que no quiero dejar de tocarla.

Jaco Caraco

Guitarrista de estudio y directo, integrante de la banda del programa The Kelly Clarkson Show

[Empieza tocando la 512ce.] Suena genial. Qué pasada… Mi primera impresión es que el sustain se queda resonando. Creo que no había escuchado algo así hasta ahora. La sensación y el sonido son increíbles. El tono es bonito; suena a madera, y eso me encanta en una guitarra acústica. La afinación es perfecta. ¡Es una gozada!

Los medios son muy agradables, nada ásperos. Suena igual de fabulosa con fingerpicking como rasgueando acordes.

[Toca la 514ce.] Obviamente, esta caja es más grande y genera más graves, algo cercano a una J-200. Ahora que he escuchado y sentido el tacto de las dos guitarras, diría que para rasguear me quedaría con esta. Tiene un tintineo muy atractivo; es realmente impresionante.

Una guitarra increíble, muy bien equilibrada. Y los graves resuenan en tu cuerpo, lo cual es una sensación fantástica.

La guitarra clásica con la que yo me metería en un estudio sería una Gibson antigua, pero también me encantaría grabar con esta y estoy seguro de que nadie notaría la diferencia excepto por el sustain y la entonación.

Horace Bray

Guitarrista de estudio y directo, cantante y productor

[Toca la 512ce.] Impacto inicial: suena de maravilla. Lo primero que destacaría es que es realmente consistente en todo el mástil. Por mucho que me gusten las guitarras, me encanta cuando parecen un piano en el que todo está equilibrado de arriba abajo. Y, en este caso, eso salta a la vista al instante. Claramente, en los medios hay algo diferente a lo que escucho con mi modelo con tapa de pícea y fondo y aros de caoba. Casi parece que tenga una compresión natural, lo cual probablemente contribuye a la sensación de uniformidad en toda la guitarra. Y no suena débil: las notas más suaves salen con mucha personalidad; por eso me estoy recreando en ellas… Con esta guitarra, el ataque es más inmediato.

[Toca la 514ce.] ¡Vaya! Esta es algo más percusiva. Parece como que reacciona un poco más a los ataques de púa. Me da ganas de arrancarme a rasguear… Creo que aquí me gusta más el ataque de la púa, pero la compresión natural de la otra guitarra me invita más a tocar líneas melódicas. Yo quizá tiraría por el bluegrass con ese modelo, y con este iría más al rasgueo y a dejar que las notas resuenen.

También me parece que estas dos guitarras se complementarían muy bien en un entorno de estudio: sus distintos ataques darían lugar a una mezcla estupenda.

Taylor Gamble

(Ari Lennox) Guitarrista de estudio y directo (gospel-rock, R&B, guitarra acústica y clásica)

[Toca la 512ce.] La tensión de las cuerdas es muy agradecida. Mira cómo responde al vibrato… La acción es perfecta. Tiene la calidez del palosanto, que a mí me gusta por lo versátil que es para pasar de un género a otro.

El sonido es majestuoso… Me encantaría escuchar esta guitarra con microfonía y amplificación al mismo tiempo, porque es muy robusta. Al tocarla con suavidad se aprecia perfectamente el tono general, y el sustain es espléndido. Las notas mantienen toda la presencia, no te da la sensación de que estén perdiendo cuerpo mientras resuenan. Y, al rasguear, el ataque tiene toda la definición que necesito…

Podría tocar un repertorio acústico completo solo con esta guitarra, desde temas de fingerpicking hasta acordes rítmicos. Yo utilizo algunos pedales con mis guitarras acústicas porque me gusta mezclar el sonido eléctrico y acústico aunque solo esté rasgueando acordes. En muchas situaciones, esa dimensión extra que le puedes sacar a un instrumento acústico es la guinda del pastel. Sin ninguna duda, me llevaría esta guitarra a una actuación acústica y también para cualquier otra clase de concierto en directo. Por ejemplo, si estuviera acompañando a un artista, sacaría este cañón y le pondría un micro, sin más. Ni siquiera haría falta amplificarla para que sonara bien. Y también la usaría para grabaciones. Es más, es el tipo de instrumento con el que grabaría la guitarra y mi voz al mismo tiempo.

Esta guitarra me permite escuchar todo lo que necesito cuando toco en acústico. Los graves están muy presentes pero sin tapar a los agudos, y también hay más medios de lo habitual. Sin embargo, por mi forma de tocar, suelo rasguear con mucho feeling, así que no puedo prescindir de esos graves. Los acordes tienen que ser exuberantes, con resonancia, con sustain. Así es como me gusta tocar; le doy mucha importancia al tono.

Janet Robin

Cantautora, guitarrista, integrante de The String Revolution

[Toca la 514ce.] El mástil es comodísimo, como siempre. La acción es genial. Yo toco con un estilo más bien percusivo… La respuesta es muy buena, sobre todo teniendo en cuenta que no es una dreadnought. ¡Difícil de superar! El tono me parece agradable y uniforme, muy equilibrado. [Rasguea con más suavidad.] Qué sustain tan bonito. Tengo otra Taylor de pícea y palosanto (una dreadnought Dan Crary Signature), y la verdad es que el tono es distinto. Este es muy aterciopelado, con unos graves, medios y agudos muy coherentes. De hecho, yo diría que se inclina un poco más hacia los medios, aunque, por supuesto, eso también depende del tipo de cuerdas que utilices.

Creo que es el tipo de guitarra que vale para todo: puedes tocar percutiendo, como estoy haciendo ahora, pero también más a lo fingerstyle [toca con los dedos]. Una delicia. Y ahí está otra vez ese sustain tan sedoso. Sí, es un instrumento perfecto para tocar fingerstyle o rasguear acordes; ideal para un cantautor e incluso para un guitarrista que toque en solitario. Por otro lado, ese toque extra de presencia de medios también iría muy bien para destacar en un contexto de banda. [Sigue tocando] Magnífica dinámica.

Powers Trio

Bajar

Andy Powers asume el reto de liderar la próxima generación de innovación en Taylor como diseñador jefe, presidente y director ejecutivo

Hemos tenido que encargar nuevas tarjetas de visita para Andy Powers. El pasado 31 de mayo anunciamos el nombramiento de Andy como presidente y director ejecutivo de Taylor. Los que conocemos a Andy sabemos que no da importancia a los títulos. Sin embargo, sí esperábamos que quisiera que en su tarjeta apareciera por encima de todo su función como diseñador de guitarras para subrayar la continuidad del foco de Taylor en la construcción de instrumentos que cautiven e inspiren a los músicos.

Bob Taylor y Kurt Listug, cofundadores de la empresa y ahora expresidente y exdirector ejecutivo respectivamente, comunicaron la noticia a los empleados-propietarios de Taylor en un vídeo pregrabado con Andy que se emitió un día antes del anuncio público. Bob y Kurt, orgullosos y entusiasmados con el relevo, también explicaron que continuarán en la empresa como asesores sénior y copresidentes de la junta de Taylor Guitars, creada como parte del plan de transferencia del 100 % de la propiedad de la compañía a los trabajadores.

La primicia se desveló pocos días antes de la feria NAMM de Anaheim (California), que celebraba una edición especialmente significativa con su esperado regreso después de la pausa obligada por la COVID.

La semana siguiente, en el campus de Taylor en El Cajón, organizamos nuestro habitual evento de mitad de año con todos los empleados y ahora también propietarios de la empresa. Allí, Andy tuvo la oportunidad de hablar con ellos en persona sobre su nuevo rol y el camino a seguir de Taylor como fabricante de guitarras. Y, para ir caldeando el ambiente previo a la parte más institucional, sonaron unas cuantas canciones.

Jason Mraz, amigo de Andy desde hace mucho tiempo, subió al escenario para tocar varios temas acompañado a la guitarra por el propio Andy.

En ese momento se cerraba el círculo, ya que la actuación de Mraz en el escenario de Taylor en la NAMM del 2010, con el mismo compinche musical, supuso el encuentro que unió los destinos de Andy y Bob Taylor. A partir de ese día, se sucedieron las conversaciones. Bob hizo su propuesta. Andy entró en Taylor en enero del 2011. Y el resto es historia; una historia que seguirá desenvolviéndose con Andy formalmente en la cabina de mando.

Transición fluida

Teniendo en cuenta el curso de los acontecimientos en Taylor durante los últimos años, las nuevas responsabilidades de Andy no han sido una gran sorpresa para la gente de la casa. Más bien parecen una continuación lógica del plan de sucesión que Bob y Kurt habían puesto en marcha. En el 2019, Andy pasó a ser socio propietario de la compañía. Era una prueba no solo de la confianza que Bob y Kurt tenían en él, sino también de su deseo de mantener el diseño de guitarras en el eje central de Taylor a largo plazo.

«Andy tiene la visión y el talento para llevar hacia adelante la construcción de guitarras en Taylor. Es una figura clave para el futuro de la compañía».

Bob Taylor

Ese compromiso quedó reforzado cuando en el 2021 la compañía anunció la transición del 100 % de la propiedad a los empleados, un movimiento que Bob, Kurt y Andy consideraron como la mejor solución para preservar la cultura de creatividad e innovación que siempre ha impulsado el crecimiento y el éxito de Taylor. El enfoque como luthier de Andy, sus diseños centrados en los músicos, su juicioso liderazgo en Taylor y su implicación profesional en la empresa fueron factores de mucho peso en esa decisión, y dieron a Bob y Kurt la seguridad necesaria para elegir ese rumbo.

«Andy tiene la visión y el talento para llevar hacia adelante la construcción de guitarras en Taylor», afirma Bob. «Es una figura clave para el futuro de la compañía».

Lecciones con Kurt

Si bien la cesión de la antorcha de Bob a Andy era un paso evidente desde el principio, el traspaso de las responsabilidades de Kurt no formaba parte del plan inicial. Pero, según Kurt, Andy demostró inmediatamente tanto el interés como la aptitud para el lado comercial de las operaciones de Taylor, y entendió cómo deben encajar todas las piezas para mantener a una empresa en buena forma.

«Desde que llegó en el 2011, Andy ha estado trabajando de cerca con todos los departamentos que yo dirigía (ventas, marketing, finanzas, recursos humanos…) y conoce profundamente su funcionamiento», afirmaba Kurt durante el anuncio a los empleados-propietarios de Taylor.

En los últimos años, Kurt ha pasado mucho tiempo orientando a Andy, discutiendo presupuestos, revisando las cuentas financieras y hablando sobre la filosofía de gestión empresarial que ha guiado sus decisiones a lo largo de la historia de Taylor. Kurt comenta que vio claro que Andy era la persona adecuada para ocupar el cargo de director ejecutivo cuando en el 2020 estaban preparando el terreno para la transición a la nueva estructura de propiedad de la empresa.

También señala que ahora es más factible que una misma persona coordine tanto la construcción de guitarras como la parte comercial de la compañía, porque Taylor ya está totalmente establecida y cuenta con un equipo ejecutivo robusto y experimentado que apoyará a Andy con el conocimiento acumulado durante décadas.

«Si Bob o yo hubiéramos estado solos, jamás habríamos podido crear y consolidar la empresa», reflexiona. «Cuando empezamos, él tenía 19 años y yo 21. Nuestra experiencia era cero. Cada uno se concentró en las cosas que le interesaban y, a fuerza de trabajar en ellas, acabamos controlándolas. Hoy en día, la compañía es muy diferente».

Y Andy es el beneficiario directo de todo lo que Bob y Kurt han aprendido. «Ha sido muy divertido trabajar con Kurt viendo las cosas desde un punto de vista y luego contemplarlas desde otro ángulo junto a Bob», dice Andy. «Para mí, poder colaborar con ambos y apreciar sus distintas perspectivas ha sido una suerte enorme».

Adoptar el cambio para que nada cambie

Para complementar el comunicado público del nuevo cargo de Andy, grabamos una edición especial de nuestro programa de vídeo en streaming Taylor Primetime, presentado por el productor de contenidos de Taylor Jay Parkin. Bob, Kurt y Andy, los invitados especiales, argumentaron por qué esta estrategia es positiva para la empresa y para todas las personas que participan de ella. Jay le preguntó a Andy cómo cree que cambiará su papel en Taylor.

«Tengo la gran suerte de poder contar con unos profesionales increíbles que me acompañan en todas las tareas».

Andy Powers

«Sinceramente, nada cambiará mucho», aclara Andy. «En muchos sentidos, será lo de siempre… La verdad es que, gracias al fantástico grupo que tenemos en Taylor, podré dedicar la mayor parte de mi tiempo a trabajar en las guitarras. Bob sentó las bases de nuestros equipos de producción, desarrollo de productos, construcción, mantenimiento de máquinas y abastecimiento de madera, y Kurt dio forma a los departamentos de ventas, marketing, finanzas y recursos humanos. Por mi parte, tengo la gran suerte de poder contar con unos profesionales increíbles que me acompañan en todas las tareas. Tenemos veteranos de la industria y personas que juegan en primera división en sus especialidades, de manera que todo lo necesario para que un negocio siga rodando ya funciona con total fluidez. Que nadie me malinterprete: eso supone un trabajo titánico todos los días. Pero las personas con las que lo llevamos a cabo son tan competentes y buenas en lo que hacen que da gusto entregarse a cualquier esfuerzo».

Puede ser que las funciones de Andy no cambien de manera drástica, pero Bob, Kurt y él mismo coinciden en que, al más puro estilo Taylor, nuestras guitarras deben seguir evolucionando. En este sentido, Bob comparte con Andy una perla de sabiduría que ha adquirido con los años.

«Cada vez que le he hecho algo nuevo a una guitarra, la gente se ha preguntado si cambiaría. En realidad, lo que se están preguntando es si va a empeorar. Me ha pasado un millón de veces… Así que no tengas miedo de cambiar cosas, Andy. Hazlas mejores».

Andy entiende que, ahora, sus responsabilidades también incluyen la dirección de la empresa hacia una senda en la que el negocio en general sea mejor. Pero, para él, la gran pregunta es: ¿mejor para quién?

«Nosotros pensamos en los músicos a los que servimos, los proveedores a los que compramos materiales, los profesionales que venden nuestras guitarras y nuestros empleados. Así que, cuando cambiamos algo para mejor, los beneficiados son todos ellos».

Historias Relacionadas

Volumen 103 . 2022 Edición 3

Pregúntale a Bob - Bob versus Andy, la influencia de los trastes y los golpeadores en el sonido, y la maduración de las guitarras acústicas con la edad

Bob versus Andy, la influencia de los trastes y los golpeadores en el sonido, y la maduración de las guitarras acústicas con la edad

Leer la Historia

Volumen 103 . 2022 Edición 3

La rueda de la fortuna

La experiencia ha enseñado a Andy que la suerte sonríe a los que resuelven problemas... con algo de ayuda de personas afines que les guían por el camino.

Leer la Historia

Volumen 103 . 2022 Edición 3

Bienvenido, jefe

Kurt tiene plena confianza en la capacidad de Andy para guiar los destinos de la empresa como presidente y director ejecutivo

Leer la Historia

  • 2022 Edición 3 /
  • Lessons: Técnica de contrapúa, el acorde menor 11.ª y movimiento de tríadas

Guitar Lessons

Lessons: Técnica de contrapúa, el acorde menor 11.ª y movimiento de tríadas

Bajar

El fenómeno de la guitarra de R&B Kerry «2 Smooth» Marshall está de vuelta con nuevos consejos para aventurarte en este estilo con una acústica

Llegó la hora de asistir a tres nuevas lecciones de guitarra con el músico de estudio, educador musical y virtuoso del R&B Kerry «2 Smooth» Marshall.

Kerry vuelca más de 20 años de experiencia en el mundo de la música en sus populares vídeos didácticos en Internet y en su escuela de guitarra digital Kerry’s Kamp. Este artista tiene casi 135 000 suscriptores en YouTube y publica vídeos de lecciones cada semana, así que es una fuente constante de inspiración musical para los guitarristas interesados en las técnicas del R&B, el gospel y el neo-soul. Como músico de estudio, Kerry ha tocado y grabado con artistas de primera como Tori Kelly, Jason Derulo, Chrisette Michele o Ledisi.

Técnica de contrapúa

Para empezar, Kerry propone una clase para principiantes en la que muestra una sencilla técnica de ataque a contrapúa que añadirá un sutil acento rítmico a tus interpretaciones. Observa cómo ilustra este fácil recurso para darle un toque de R&B a tu sonido.

El acorde menor 11.ª

A continuación, Kerry explora un sonido que tiene bastante protagonismo en la guitarra de R&B pero que también se puede adaptar a otros estilos: el acorde menor con la 11.ª por arriba. En este vídeo, Kerry te enseña a sacar partido al acorde menor 11.ª como una elegante variación del acorde menor 7.ª más habitual.

Movimiento de tríadas

Por último, Kerry entra a fondo con una clase de nivel avanzado enfocada en el movimiento de tríadas, otra técnica que puede ayudarte a animar tu forma de tocar con un seductor aire a R&B.

¿Quieres ver más lecciones de guitarra acústica de R&B con Kerry «2 Smooth» Marshall? Pásate por su canal de YouTube y suscríbete a sus vídeos didácticos semanales.

Muestra de guitarras personalizadas, capítulo II

Bajar

Descubre más guitarras increíbles de nuestro programa de instrumentos personalizados con maderas de calidad suprema y detalles estéticos arrebatadores

En el último número de Wood&Steel presentábamos un grupo de majestuosas guitarras Taylor diseñadas y construidas a medida para un evento exclusivo orientado a distribuidores. El acto se organizó el pasado mes de junio coincidiendo con el retorno tras la pandemia de la feria NAMM de Anaheim, California. Estos instrumentos se producen en ediciones muy limitadas y representan la máxima excelencia de la artesanía y la creatividad estética de Taylor. Muchas de estas guitarras personalizadas utilizan maderas de calidad excepcional, que aportan una riqueza musical análoga al deslumbrante atractivo visual de sus complementos y acabados.

Para que puedas apreciar los detalles de estas guitarras en todo su esplendor, hemos creado una experiencia de galería ampliada en la página web de Taylor. Además, en https://customs.taylorguitars.com puedes explorar la colección en constante crecimiento de instrumentos Taylor personalizados. Allí encontrarás fotografías espectaculares e informaciones como las especificaciones completas de cada modelo y los distribuidores que los han encargado.

Y, si sientes un flechazo con alguna de estas guitarras, ponte en contacto con nuestro equipo de atención al cliente y te ayudaremos a encontrarla.

Grand Concert 12-Fret Custom (n.º 7)

Fondo y aros: nogal
Tapa: nogal
Complementos: perfiles de palosangre en la caja, roseta de anillo sencillo con motivo Roman Leaf en arce y palosangre, incrustaciones clásicas de la Serie 900 en arce y palosangre en el diapasón, acabado brillante con tratamiento shaded edgeburst de tono chocolate

Grand Auditorium Custom (n.º 36)

Fondo y aros: arce de hoja grande
Tapa: pícea de Sitka
Complementos: apoyabrazos y perfiles de arce flameado, roseta de anillo sencillo en arce y koa, incrustaciones con motivo Art Deco en arce y koa en el diapasón, acabado Koi Blue brillante con cuña natural en el fondo

Grand Symphony Custom (n.º 16)

Fondo y aros: palosanto de la India
Tapa: pícea de Lutz
Complementos: perfiles de palosangre, roseta de anillo sencillo en arce y palosangre, incrustaciones con motivo Bouquet en arce y palosangre en el clavijero y el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo rojo australiano, bordes de la caja oblicuos, acabado Silent Satin con tratamiento Wild Honey Burst en la tapa y Kona Edgeburst en el fondo y los aros

Grand Symphony Custom (n.º 18)

Fondo y aros: arce de hoja grande
Tapa: pícea de Sitka
Complementos: perfiles de cocobolo en la caja, roseta de anillo sencillo de paua, incrustaciones con motivo Spring Vine en paua en el clavijero y el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo verde australiano, clavijas de afinación Gotoh 510 en oro viejo, acabado Amber brillante con tratamiento de tono envejecido en la tapa

Grand Symphony Custom (n.º 28)

Fondo y aros: caoba neotropical
Tapa: pícea de Sitka
Complementos: perfiles de ébano de África Occidental, roseta de anillo sencillo de paua, incrustaciones con motivo Nouveau en paua y madreperla en el diapasón, el clavijero y el puente; clavijas de afinación Gotoh 510 en oro viejo, acabado brillante con tratamiento transparente en color negro

T5z Custom (n.º 19)

Caja: sapele
Tapa: arce de hoja grande ondulado
Complementos: perfiles de color negro con recorte de la tapa en abulón verde, incrustaciones con motivo Byzantine en abulón verde en el clavijero y el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo verde australiano, acabado brillante con tratamiento Supernova Edgeburst

Grand Auditorium Custom (n.º 27)

Fondo y aros: palosanto de la India
Tapa: secuoya roja
Complementos: perfiles y apoyabrazos de palosangre, roseta de anillo sencillo de paua, incrustaciones con motivo Leaf en paua en el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo rojo australiano, acabado Silent Satin con tratamiento oscurecido en la tapa

Custom Grand Symphony (n.º 28)

Fondo y aros: acacia negra veteada
Tapa: pícea europea
Complementos: perfiles y apoyabrazos de palosangre, roseta de anillo sencillo de palosangre, incrustaciones con motivo Running Horses en arce y koa en el diapasón, clavijas de afinación Gotoh 510

  • 2022 Edición 3 /
  • En faena: conceptos básicos del cuidado de la guitarra con Rob Magargal

En faena: conceptos básicos del cuidado de la guitarra con Rob Magargal

Bajar

El responsable de la red de servicio de Taylor identifica las herramientas esenciales para el mantenimiento de la guitarra, y explica cómo cambiar las cuerdas y controlar la humedad adecuadamente.

Las guitarras acústicas son sistemas complejos de componentes interrelacionados. Cuanto más las tocamos, mejor les sienta el mantenimiento de rutina. Y, dado que las guitarras están hechas de madera, también están sujetas a las condiciones ambientales del lugar en el que las guardamos. Un buen conocimiento de los fundamentos del cuidado de la guitarra te ayudará mucho a mantener tu instrumento en plena forma. Cuando domines técnicas como el cambio de cuerdas y el control de la humedad, no tendrás ninguna dificultad para velar por tu guitarra de la mejor manera.

Rob Magargal, responsable de la red de servicio de Taylor, ha dedicado muchos años a la puesta a punto de guitarras de todas las formas y tamaños para sacarles lo mejor en términos de sonido y rendimiento, tanto en los bancos de trabajo de nuestra fábrica como allá en el mundo exterior. En estos vídeos, Rob enumera los utensilios esenciales que no pueden faltar en tu caja de herramientas para el cuidado del instrumento, esboza el ABC de la gestión de la humedad y demuestra las técnicas de cambio de cuerdas más apropiadas para prácticamente todos los tipos de guitarra acústica.

Herramientas esenciales para el cuidado de la guitarra

Aquí, Rob identifica las herramientas básicas para las rutinas habituales de mantenimiento de la guitarra, como el cambio de cuerdas.

Cambio de cuerdas: guitarras acústicas de 6 cuerdas de acero

En este vídeo, Rob repasa la operación imprescindible que todo músico debe saberse de memoria: cómo cambiar las cuerdas correctamente. Ten en cuenta que este fragmento trata específicamente de las guitarras acústicas de 6 cuerdas de acero.

Cambio de cuerdas: guitarras acústicas de cuerdas de nylon

Si alguna vez has tocado un modelo con cuerdas de nylon como la Taylor 312ce-N, la Academy 12e-N, la 812ce-N o una guitarra clásica de toda la vida, probablemente habrás notado que la sujeción de las cuerdas al puente y al clavijero es distinta a la de los instrumentos con cuerdas de acero. En este caso, Rob comenta el procedimiento para colocar un nuevo juego de cuerdas de nylon. Recuerda que las guitarras de cuerdas de nylon nunca deben encordarse con cuerdas de acero, ya que la tensión adicional dañaría al instrumento.

Cambio de cuerdas: guitarras acústicas de 12 cuerdas

El cambio de juego en una guitarra de 12 cuerdas puede parecer intimidante, ya que supone el doble de trabajo que en las guitarras de 6 cuerdas. Que no cunda el pánico: tal como aclara Rob, el proceso es bastante parecido.

Cambio de cuerdas: guitarras con pala ranurada

Los modelos con pala ranurada, como nuestras guitarras Grand Concert 12-fret, combinan los métodos utilizados para los instrumentos de cuerdas de acero estándar y los de cuerdas de nylon. En esta ocasión, Rob te enseña a cambiarle las cuerdas a tu guitarra con pala ranurada.

Cuidado de la guitarra: gestión de la humedad

La humedad relativa es uno de los factores más importantes que hay que tener en cuenta para garantizar la buena salud de tu guitarra. La madera es muy sensible a los cambios en el clima, y un grado de humedad excesivo o insuficiente en torno a una guitarra acústica puede provocar problemas de sonido y rendimiento. Por suerte, el mantenimiento de los niveles de humedad recomendados alrededor de tu instrumento no tiene ningún secreto. Rob te explica los conceptos básicos en este vídeo.

Koa-RESTORATION-LEAD

Sembramos el futuro de la koa

Bajar

En colaboración con Pacific Rim Tonewoods y otros socios de peso en Hawái, estamos impulsando el desarrollo de modelos sostenibles para la reforestación de koa y el cultivo de madera destinada a la construcción de instrumentos musicales para las generaciones futuras.

Scott Paul, director de sostenibilidad de recursos naturales de Taylor, comentaba en números anteriores de Wood&Steel los avances de los proyectos de restauración de bosques de koa que hemos emprendido en Hawái junto con Pacific Rim Tonewoods, nuestro socio proveedor desde mucho tiempo atrás. Para acompañar el lanzamiento de nuestra Serie 700 de koa, hemos querido compartir una nueva mirada a las diversas facetas de nuestro trabajo de gestión forestal en Hawái, como la selección de semillas, la investigación genética o el cultivo de árboles para el futuro.

Si tienes una filia especial por la koa, probablemente ya sabrás que esta madera crece exclusivamente en las islas de Hawái. Sin embargo, es posible que no conozcas con detalle el estado actual de la koa en términos ecológicos. Debido en parte a su localización en una isla remota, mucha gente se pregunta si la koa está en peligro de extinción. Bien, no es el caso. Lo que sí es cierto es que, con el tiempo, el hábitat de la koa en Hawái ha ido cambiando. Esta transformación ha provocado una caída gradual de la salud de los bosques nativos en algunas zonas, y la regeneración de la koa se ha visto afectada por diversas circunstancias.

Antes de que los polinesios se asentaran en las islas hawaianas alrededor del año 1200, la koa crecía en diferentes hábitats y elevaciones casi hasta el nivel del mar. Se trata del árbol nativo más grande de Hawái: en condiciones saludables, crece a un rápido ritmo de aproximadamente metro y medio al año durante los primeros cinco años. Los hawaianos utilizaron ampliamente la madera de koa como recurso para múltiples usos, pero especialmente para la construcción de canoas. En 1778 tocó tierra el capitán James Cook, explorador naval británico. Su llegada precipitó una ola sostenida de contactos con Occidente que generó un nuevo interés por la koa como material para la fabricación de muebles y otros productos. Por aquella época, los bosques nativos de koa aún se extendían hasta una altitud de solo 600 metros.

Tras la introducción del ganado en 1793 por parte de otro explorador británico, el capitán George Vancouver (que obsequió al rey Kamehameha con seis vacas y un toro), el ecosistema de la isla de Hawái comenzó a cambiar. Se despejaron bosques para crear ranchos, y una creciente población de ganado salvaje empezó a alimentarse de brotes jóvenes de koa, lo cual sofocaba la regeneración natural de los árboles.

Por otro lado, durante la primera mitad del siglo XIX se promovió un proceso de conversión agrícola para la producción de azúcar y piña a gran escala que consumió algunos de los bosques de koa situados a menor altitud. Con el tiempo, una combinación de factores tales como el crecimiento de la población de Hawái, la explotación de parcelas privadas y la introducción de plantas, animales, insectos y microorganismos no autóctonos (incluidas especies invasoras) redujo aún más la propagación natural de la koa.

Hoy en día, todavía existen grandes extensiones de bosques de koa en Hawái, pero la mayoría de ellas se encuentran en tierras privadas o protegidas por encima de los 1200 metros. Y gran parte de esas zonas forestales está en decadencia, ya que la regeneración se ve seriamente amenazada por la presencia de ovejas, cerdos y ganado en estado salvaje; plantas invasoras como la aulaga, el jengibre kahili y la guayaba fresa; varias especies de hierba que se introdujeron para el pastoreo de ganado pero que también avivaron la propagación de incendios en áreas forestales, y un hongo transmitido por el suelo comúnmente conocido como fusarium que ha destruido muchos árboles de koa en tierras de poca altitud.

Por todo ello, la restauración de bosques nativos para darle la vuelta a esta situación ha requerido un esfuerzo coordinado en las islas. Actualmente, se está desarrollando un importante conjunto de investigaciones e iniciativas con el doble objetivo de mejorar la ecología de las zonas forestales existentes y recuperar bosques nativos convertidos en pastizales devolviéndolos a su estado original.

La koa y las guitarras

El historial de Taylor en el uso de la koa para la construcción de guitarras se remonta a más de 40 años. Pacific Rim Tonewoods lleva unos 30 años en el negocio del suministro de koa, y ha cortado las piezas que Taylor ha ido comprando durante gran parte de ese tiempo.

La madera de koa estuvo ampliamente disponible hasta hace unos 20 años. Ese fue el momento en el que Hawái dejó de despejar tierras para uso agrícola, lo cual redujo la cantidad de koa que llegaba al resto de los Estados Unidos. A partir de entonces, el suministro empezó a provenir principalmente (y de forma muy poco predecible) de madera rescatada. Hace unos siete años, en el 2015, la adquisición de koa para la construcción de guitarras se puso extremadamente difícil. En aquel contexto, Bob Taylor y Steve McMinn, de Pacific Rim Tonewoods, empezaron a investigar más a fondo para comprender mejor las perspectivas de abastecimiento en los años venideros. Se informaron sobre las leyes de protección contra la cosecha de koa en zonas públicas y privadas de Hawái, y se reunieron con grandes terratenientes para analizar sus necesidades de gestión de tierras y sus objetivos de conservación de cara al futuro.

En este vídeo, Steve McMinn y otros colaboradores hablan sobre los objetivos de Siglo Tonewoods y comentan nuestras iniciativas de restauración de bosques de koa en Hawái.

Las prospecciones culminaron en el establecimiento de una asociación formal entre Taylor Guitars y Pacific Rim Tonewoods. Hasta hace poco, esa empresa conjunta se llamó Paniolo Tonewoods, pero el nombre cambió recientemente a Siglo Tonewoods. La palabra «Paniolo» era una referencia a los vaqueros mexicanos que llegaron inicialmente a Hawái para enseñar a cuidar los ranchos a los hawaianos… y, de paso, trajeron sus guitarras y su música con ellos. Por su parte, el término español «Siglo» quiere aludir a la visión a largo plazo de la compañía.

La misión de Siglo es proporcionar y cultivar madera hawaiana para el futuro (a 100 años vista, y más) y crear un suministro duradero para la construcción de instrumentos musicales. Parte de ese compromiso se basa en la contribución a los actuales trabajos de restauración forestal sobre la base de proyectos gestionados a través de contratos con propietarios de tierras en Hawái. Esto incluye el desarrollo de varios programas de arboricultura orientados a la mejora de la resistencia al marchitamiento y del cultivo de huertos de semillas.

Contratos de gestión

Tal como explicaba Scott Paul en un antiguo artículo de Wood&SteelArmonía a tres voces», publicado en el número 97, edición 2 de 2020), Siglo, por entonces Paniolo, adoptó un innovador enfoque de contratos de gestión implementado en primera instancia por el Servicio Forestal de los Estados Unidos y la organización The Nature Conservancy, que asumieron los importantes costes asociados a la restauración forestal. En lugar de pagarle a un terrateniente por los troncos o por los derechos de cosecha, Siglo tendría permiso para cortar un número determinado de árboles de koa en una zona de bosque comprometida y, a cambio, invertiría exactamente el valor económico de esa madera en proyectos de restauración forestal en esas tierras.

Casos prácticos

Uno de los primeros proyectos de Siglo, que ayudó a la empresa a demostrar sus capacidades únicas y sus intenciones éticas en Hawái, fue una colaboración establecida en el 2015 con el Haleakala Ranch de Maui. En 1985 se habían plantado dos extensiones de koa en el marco de un programa llamado «Un millón de árboles de Aloha» e iniciado por Jean Ariyoshi, la esposa del entonces gobernador de Hawái George Ariyoshi. Por desgracia, aquellos árboles de 30 años estaban sufriendo problemas que habían afectado a su crecimiento, y empezaban a mostrar signos de pudrición del corazón que solo podían ir a peor. En general, los compradores rechazaban estos árboles de koa «jóvenes» (no procedentes de bosques naturales) y especialmente los ejemplares vulnerables. Pero Siglo, y más tarde también Taylor, aceptó trabajar con esa madera. Taylor tuvo que tomar ciertas medidas para poder construir guitarras con ella, pero acabó utilizándola en decenas de miles de unidades. Era la prueba de que la koa joven también podía servir para crear instrumentos musicales de alta calidad. A su vez, las ganancias de la venta de la madera permitieron al Haleakala Ranch ampliar el alcance de sus programas de restauración forestal a las tierras vecinas.

Otro proyecto de aquella primera etapa, lanzado en el 2017, fue un contrato de gestión de conservación de unas 650 hectáreas del bosque de Honaunau por un período de cinco años. Esta zona de la isla de Hawái era propiedad de Kamehameha Schools, el terrateniente más grande del estado. Aunque ya se había establecido un procedimiento para restaurar el bosque, allí no se cosechaban árboles desde los años 90, lo cual significaba que no había un flujo de ingresos capaz de financiar las acciones necesarias. Gracias a este contrato, Siglo tuvo la oportunidad de cosechar un volumen de árboles de koa que generó unos beneficios de 1,6 millones de dólares por la venta de la madera. Según Nick Koch, gerente de Siglo, ese capital fue a parar a un fondo de conservación del cual ya se ha gastado alrededor de 1 millón de dólares, principalmente en operaciones de cercado y control de animales. El resultado inmediato es que ahora hay decenas de miles de nuevos árboles de koa en esa zona.

La koa es una de las pocas maderas del mundo cuya previsión de suministro para los próximos 25 años es superior a la actual.

Estos tipos de contratos de gestión por proyecto proporcionarán a Siglo un suministro de koa más predecible en los próximos años. Entretanto, se están ejecutando otros programas de rehabilitación de bosques y plantación de árboles para crear una reserva de koa más sostenible a largo plazo y ya pensando en el próximo siglo. Todo ello converge en una perspectiva favorable para el futuro, ya que la koa es una de las pocas maderas del mundo cuya previsión de suministro para los próximos 25 años es superior a la actual.

Plantación de árboles y construcción de un aserradero

Siglo dio un paso de gigante hacia sus objetivos de plantación en el 2018, cuando Bob Taylor compró unas 230 hectáreas de pastizales cerca de Waimea, en la Isla Grande de Hawái. Unos 150 años antes, esas tierras habían sido un bosque de koa legendario. Ahora están arrendadas por Siglo Tonewoods, que les ha dado el nombre oficial de Siglo Forest («Bosque Siglo»). Se ha diseñado un plan para plantar especies nativas mixtas en las zonas con pendientes pronunciadas (un 30 % del terreno, que se reservará para conservación) y árboles de koa para la producción de madera en las áreas más llanas. Cuando el Siglo Forest haya madurado, proporcionará más del doble del volumen de madera que Taylor utiliza actualmente, y el plan de gestión garantizará un suministro perpetuo y diverso de bosques nativos en operación.

Como decíamos en la edición de Wood&Steel de otoño del 2021, el programa de plantación había empezado el junio anterior con plántulas de koa y otras especies nativas de árboles y arbustos distribuidos en 8 hectáreas. Aprendimos muchas cosas que ayudarán a mejorar la viabilidad de proyectos futuros. El objetivo en esa zona es plantar 150 000 árboles de koa hasta el 2030, con la primera cosecha útil prevista para el 2050.

Cuando el Siglo Forest haya madurado, el plan de gestión garantizará un suministro perpetuo y diverso de bosques nativos en operación.

También estamos planificando la construcción de un aserradero que permitirá a Siglo Tonewoods cortar koa de manera eficiente en Hawái y estimular la integración vertical. Cuando esté operativo, el aserradero se utilizará para cortar koa y otras maderas para instrumentos musicales, y también para producir otros artículos de madera con valor añadido tales como planchas para suelos en las islas. Por otro lado, el aserradero mejorará el control de calidad y generará empleo para impulsar la economía local. De momento, Siglo ya ha mejorado su capacidad de acción en Hawái invirtiendo en su propio equipo de tala para lograr un uso más eficaz y cuidadoso de los árboles que extrae.

Selección de semillas y mejora de la genética de la koa

El desarrollo de una meticulosa investigación ecológica es esencial para la creación de un programa de plantación de koa que produzca árboles saludables y adecuados. Tras su experiencia con otras maderas, tanto Bob Taylor como Steve McMinn entienden la importancia de ese tipo de estudios. La iniciativa escalable de plantación de ébano en Camerún conocida como Proyecto Ébano se basó en una innovadora investigación financiada por Bob para comprender mejor las estrategias óptimas de propagación del ébano. En cuanto a Steve, ya en el número 81 de Wood&Steel (publicado en invierno del 2015) hablábamos de sus investigaciones sobre el cultivo de arce de hoja grande con una genética deseable para el uso en instrumentos musicales (en este caso, con un veteado atractivo). Aquel proyecto fue evolucionando hasta cristalizar en una serie de ensayos forestales que hoy se están llevando a cabo en una parcela de antiguas tierras de cultivo situada cerca del aserradero de su empresa en Skagit Valley, en el estado de Washington. En esa hacienda, llamada Utopia Forest, se está estudiando si el veteado de los árboles es una propiedad transmisible genéticamente. Existen paralelismos interesantes entre el arce y la koa: las dos especies crecen rápidamente hasta alcanzar un tamaño útil, y en ambos casos la idea es cultivar árboles con veteado para la construcción de instrumentos musicales y otros productos de primera calidad. Steve y su equipo han creado un vídeo en el que explican las líneas del proyecto.

Kevin Burke, horticultor de Pacific Rim Tonewoods y supervisor de las pruebas con el arce, también ha coordinado una iniciativa similar con la koa en Hawái. El objetivo es propagar árboles genéticamente superiores para restaurar el rango genético y la calidad de la koa, que ha disminuido durante los últimos siglos.

El proyecto se puso en marcha en el 2016 (poco después de la fundación de Siglo Tonewoods) como una asociación de investigación con el Haleakala Ranch, y se está desarrollando en las instalaciones de Native Nursery en Maui. El programa empezó con el cultivo cooperativo de hileras de árboles del Haleakala Ranch que habían sido seleccionados por la extraordinaria calidad de su madera. Hoy en día, se están propagando 65 hileras clónicas de esos árboles, mientras que 10 hileras han sido micropropagadas.

Siglo también ha patrocinado estudios en cooperación con el Centro de Investigación Agrícola de Hawái (HARC, por sus siglas en inglés) y con el programa de mejora de árboles tropicales del Servicio Forestal de los Estados Unidos. En el 2021, estas actividades desembocaron en el lanzamiento de un plan de selección de semillas destinado a reforestar Hawái con árboles de koa de genética superior. Se extrajeron semillas de 42 árboles «plus» que, mientras crecen en forma de plántulas, están siendo estudiadas para determinar su resistencia al marchitamiento y optimizar sus posibilidades de mantenerse sanas. La investigación también ha identificado muchos otros árboles «plus» cuyas semillas se podrán recolectar.

Burke explica que, en comparación con el arce, la koa es más fácil de cultivar a partir de semillas. Además, el veteado de la koa joven es mucho más dominante y se manifiesta en una fase más temprana.

Árboles de koa de dos años plantados en el Keauhou Ranch, en la isla de Hawái

Siglo también se asoció con el HARC para plantar en Siglo Forest un huerto de 1600 semillas resistentes al marchitamiento y realizar análisis de progenie. Este proyecto debería producir semillas utilizables en el 2026. Por otra parte, el HARC está trabajando en un programa de pruebas de resistencia al marchitamiento con variedades de cultivo desarrolladas en el Haleakala Ranch y semillas recogidas dentro del plan de selección de semillas y mejora de árboles iniciado por Siglo en el 2021.

En lo que llevamos del 2022, en el Siglo Forest se han plantado 12 500 árboles cortavientos y más de 12 hectáreas de koa y especies mixtas, y el huerto de semillas ha sido ampliado. Entretanto, Siglo Tonewoods también ha arrendado un invernadero en Waimea como instalación de apoyo a sus proyectos de propagación en curso. Steve McMinn afirma que, en última instancia, el objetivo de la investigación y de otros conceptos estratégicos que el equipo ha dirigido al desarrollo y perfeccionamiento de su iniciativa de plantación es ofrecer un modelo escalable a otras instituciones interesadas en la repoblación de koa y la reforestación (la plantación de árboles en tierras actualmente sin cubierta forestal, como los pastizales) en todo Hawái. En próximos números de Wood&Steel seguiremos informando sobre los progresos de estos proyectos.

Codo con codo

Bajar

Nuestro equipo de relaciones con artistas ha ido creciendo y evolucionando en respuesta a las necesidades cambiantes de los músicos

Si hacemos un breve recorrido por los casi 50 años de Taylor en el mundo de la construcción de guitarras, encontraremos un historial de innovación continua centrada en ofrecer un mejor servicio a todo tipo de músicos, desde guerreros de los bolos de fin de semana hasta aficionados caseros y nombres rutilantes que llenan estadios. Un leitmotiv común ha sido siempre la comodidad de interpretación. Otra línea constante es la utilidad musical: un tono claro y equilibrado, rendimiento fiable, funcionalidad, etcétera. Pero, más allá de todo ello, Taylor ha ido desarrollando un catálogo de instrumentos cada vez más diverso que refleja la increíble variedad de paletas musicales y preferencias de los artistas en todo el mundo.

Esta filosofía de innovación se ha materializado también en nuestras enriquecedoras relaciones con artistas. Sus peticiones y necesidades prácticas han ayudado a modelar nuestro enfoque del diseño y, en muchos casos, nos han llevado a crear herramientas musicales más útiles y expresivas. En este sentido, el factor clave es la formación de vínculos genuinos, para lo cual es necesario contar con un sólido programa de relaciones con artistas (RA). Lógicamente, el crecimiento de Taylor y la evolución de las necesidades de los músicos también se han trasladado a nuestro equipo de RA, que se ha ido expandiendo para acoger en la familia Taylor a un abanico más amplio de artistas de gran talento y procedencias muy variadas.

Taylor planta la semilla

Durante mucho tiempo, manejamos las relaciones con artistas al estilo tradicional. Al fin y al cabo, no éramos más que unos novatos intentando sacar la cabeza por los círculos musicales. Afortunadamente, teníamos un as en la manga, que eran los cómodos mástiles de perfil fino de Bob Taylor: cuando los músicos probaban una guitarra Taylor, prácticamente se vendía sola. Nuestra proximidad a Los Ángeles tampoco nos vino nada mal, ya que tuvimos la suerte de conocer a un par de propietarios de tiendas de música que promocionaban nuestras guitarras y tenían buenos contactos con artistas de la escena de Laurel Canyon y profesionales que pasaban por la zona para grabar en estudios o tocar en directo.

Desde el principio, Bob estableció relaciones personales con algunos músicos que habían descubierto las guitarras Taylor, lo cual condujo a algunas colaboraciones creativas que cristalizaron en modelos signature exclusivos. Esos instrumentos ayudaron a los guitarristas a articular mejor sus estilos personales de interpretación: fue el caso del virtuoso del fingerstyle de 12 cuerdas Leo Kottke o el especialista en punteo de bluegrass progresivo Dan Crary. La verdad es que los artistas siempre han estado muy presentes en el proceso de creación en Taylor. En los años 80, el fenómeno del fingerstyle Chris Proctor nos ayudó a desarrollar la primera Grand Concert. Y, diez años después, el interés de la estrella del country Kathy Mattea estimuló a Bob a terminar la forma de caja Grand Auditorium con la que ya llevaba tiempo trasteando y que se convertiría en nuestro buque insignia. Aunque Bob nunca buscó dedicarse específicamente a las relaciones con artistas (tal como explica en su libro «Lecciones de guitarra»), los vínculos personales que más tarde forjó con artistas como Zac Brown o Taylor Swift (y con su padre, que años atrás había llamado a Bob para exaltar las cualidades musicales de su hija de 12 años) pusieron de manifiesto la importancia de un comportamiento honesto y transparente.

Nuestras posibilidades de tratar con artistas aumentaron al ritmo del propio crecimiento de Taylor. Algunos miembros de alto nivel de nuestro equipo, como el exdirector de ventas TJ Baden, el viejo rockero de la industria de la música Bob Borbonus o nuestro veterano coordinador de RA Robin Staudte, remodelaron esas operaciones en una infraestructura más formalizada. El nuevo planteamiento ayudó a tejer relaciones con algunos nombres de relumbrón, como Kenny Loggins, John Denver, Dave Matthews, Clint Black, Sarah McLachlan o The Edge de U2, entre muchos otros.

Por supuesto, hoy en día, la industria de la música no tiene nada que ver con el contexto en el que Taylor empezó a fabricar guitarras en 1974. Es más: muchos artistas opinan que el negocio es distinto incluso a lo que era hace tan solo dos años. Palabras como «influencer» o «interacción» les habrían sonado raras a la mayoría de los profesionales del sector, pero las redes sociales son un elemento crucial en la música actual. Ahora, la industria presta cada vez más atención a las publicaciones de estilo «Juan Palomo» y a la autopromoción, y la audiencia potencial no deja de crecer en número y diversidad en todo el mundo. Estos cambios nos llevaron a unas cuantas conclusiones. En primer lugar, ya no podíamos apostar únicamente por artistas reconocidos dejando de lado a músicos emergentes y profesionales en activo. Atrás quedaron los tiempos en los que un solo gran nombre ya era suficiente para mantener en lo alto a una marca de instrumentos musicales. En segundo lugar, nos dimos cuenta de que podíamos hacer más cosas para promocionar a artistas que, a su vez, nos ayudarían a alcanzar nuestros objetivos. Y, por último, entendimos que, como marca cada día más diversificada y global, necesitábamos un equipo de RA verdaderamente internacional tanto en escala como en estilo.

El equipo de relaciones con artistas de Taylor

Repartidos entre nuestra sede principal en El Cajón (California), núcleos musicales como Nashville o Los Ángeles y países de toda Europa y Asia, los profesionales de RA de Taylor forman un grupo divertido y gran conocedor de su sector que utiliza recursos muy diversos para configurar un catálogo de artistas atractivo.

En nuestro centro de operaciones, Tim Godwin y Lindsay Love-Bivens comparten la interminable tarea de contactar con los músicos, mantener los vínculos, enviar guitarras y viajar en avión cada dos por tres para reunirse en persona con los artistas en sus actuaciones. Pero, para que todo salga bien, hacen falta muchas manos, de manera que buena parte del equipo de marketing de Taylor también está muy involucrado en las relaciones con artistas. Jay Parkin y Andrew Rowley encabezan el departamento de producción de contenidos, y colaboran con profesionales del vídeo, la fotografía, la edición y otros campos creativos para filmar actuaciones exclusivas y publicar entrevistas íntimas con artistas de todo el mundo. Sergio Enriquez y Matt Steele acercan esos contenidos a las masas a través de las redes sociales, y Billy Gill actúa como nexo entre las secciones de marketing, relaciones con artistas y ventas. Devin Malone controla la situación en Nashville, y Terry Myers ayuda a mantener contentos a los músicos con ajustes personalizados y otros retoques que hacen que la guitarra de cada artista sea única en su especie.

Fuera de los Estados Unidos, el equipo no para de crecer. Andy Lund se encarga de las operaciones en China, y Masaki Toraiwa es el hombre de Taylor en Japón. Desde el Reino Unido, Dan Boreham coordina las actividades con artistas en toda Europa. Y, en su Colombia natal, Juan Lopera establece contactos con músicos de toda Latinoamérica.

Aquí tienes una sesión de preguntas y respuestas rápidas con miembros del equipo de relaciones con artistas, que por una vez se ponen frente a la cámara para hablar de todo un poco, desde sus guitarristas favoritos y sus talentos ocultos hasta sus cuestionables apreciaciones sobre la pizza.

La familia crece

En el 2010, Taylor fichó a Tim Godwin como director de relaciones con artistas y con el sector del entretenimiento a nivel mundial. La larga carrera de Tim como músico de estudio y directo y también como polivalente profesional de la industria le colocaba en una posición privilegiada para gestionar un programa de este tipo. Tim no solo había experimentado desde dentro la vida del músico (con lo cual comprendía perfectamente sus necesidades), sino que además había trabajado como [gerente de relaciones con artistas] para Line 6, con lo cual tenía muy buenos contactos con gente relacionada con esa marca. Y esas conexiones son importantes, porque ese tipo de tarea no se limita a los artistas: también incluye a los técnicos de guitarras, directores musicales, promotoras de espectáculos, responsables de locales, representantes, ingenieros de estudio y directo… En definitiva, a todos los actores que participan del negocio de la música.

Taylor contrató a Godwin para que hiciera lo que mejor sabe hacer: poner nuestras guitarras en manos de los músicos y permitirles experimentar una Taylor en primera persona. Sin embargo, cultivar un catálogo de artistas requiere tiempo y recursos, y nosotros no teníamos ni las posibilidades ni el legado consolidado de otras marcas de prestigio. Lo que sí nos caracterizaba como empresa era el compromiso con la innovación en el diseño, que sigue siendo un elemento diferencial respecto a algunas de esas marcas y nos mantiene a la vanguardia de la producción de instrumentos musicales. Por otro lado, nuestras guitarras tenían un aura de consistencia y fiabilidad de rendimiento, y ofrecíamos el tipo de servicio y asistencia técnica con el que sueñan todos los músicos cuando están de gira.

Con todo, Godwin admite que, para conseguir el apoyo que necesitaba por parte de los responsables de la toma de decisiones en Taylor, tuvo que demostrar hasta qué punto las asociaciones con artistas podían favorecer los objetivos de la empresa.

Tim relata una experiencia que resultó ser un punto de inflexión para las interacciones con artistas en Taylor. Ocurrió en el 2012, cuando el cantautor Philip Phillips se estaba haciendo un nombre en el programa de televisión American Idol.

«Hubo una actuación en la que, después de cantar, el juez del programa Randy Jackson le dijo a Philip: “oye, me gusta esa guitarra. ¿Cuál es?”. Se trataba de una Taylor GS7, uno de los primeros modelos Grand Symphony. Después de la emisión, comprobamos el tráfico de la página de la GS7 en nuestra web. Normalmente, la miraban menos de 10 personas al mes… pero, después de American Idol, tuvimos como 5000 visitas en solo una semana».

Godwin recuerda ese episodio como el momento en que pudo demostrar con datos concretos la capacidad de influencia de los artistas.

Taylor echa raíces…

Otro importante motor que nos impulsó a reforzar nuestras relaciones con artistas fue la escena de Nashville, una auténtica meca para estrellas de la guitarra acústica, intérpretes de música country y tradicional norteamericana, ingenieros de grabación y prácticamente cualquier profesional del mundo de la música. En los años 90, avanzamos bastante en ese territorio gracias a la popularidad de la Grand Auditorium, una forma de caja que entonces era nueva y que encantaba a los técnicos y músicos de estudio por su equilibrio, coherencia y claridad en las grabaciones.

Sin embargo, Nashville también puede ser muy exigente: es el corazón de la música de raíz tradicional en Norteamérica, y los guitarristas de ese entorno tienen muy en cuenta esa herencia en el momento de elegir un instrumento. En aquel ambiente, Godwin tocó todas las teclas posibles y organizó reuniones con responsables de gestión en locales clásicos como el Bluebird Café y con ejecutivos de Big Machine, una importante discográfica independiente. Aunque Taylor ya tenía una notable presencia en Nashville, había mucho trabajo por hacer.

«Nashville era prácticamente un coto de Gibson», rememora Godwin. «Y Taylor tenía que ganarse su derecho a ocupar un espacio».

La persistencia tiene sus compensaciones y, actualmente, Taylor está más implicada que nunca con la comunidad de Nashville. Una decisión que resultó determinante fue el establecimiento de nuestra sala de demostración. La posibilidad de suministrar guitarras a artistas locales y la creación de nuestro estudio en SoundCheck Nashville (donde filmamos las actuaciones acústicas de nuestra serie Taylor Soundcheck) atrajeron a todo tipo de nuevos músicos. Ese trabajo continúa en casa: en nuestras instalaciones, profesionales curtidos como Terry Myers crean ajustes personalizados para los músicos y se aseguran de que cada guitarra que se envía a un artista sea exactamente lo que él o ella quiere. Y ya no somos solo visitantes en Nashville: nuestro representante Devin Malone, que vive y trabaja allí, se dedica a apoyar a los artistas, organizar eventos y moverse entre bastidores para que la presencia de Taylor siga floreciendo.

… y crecen nuevas ramas

Nuestra labor en Nashville también nos ayudó a reconocer la diversidad cada vez mayor del mundo de la música. Una parte esencial del legado de Nashville en la tradición norteamericana es la rica historia de la música creada por artistas afroamericanos, y el equipo de RA quería integrar esa perspectiva de una manera que enfatizara el posicionamiento de Taylor como una marca más inclusiva.

Para ello, en verano del 2021 creamos una historia especial para la edición digital de Wood&Steel titulada Raíces profundas: el Museo Nacional de la Música Afroamericana. Producida por Lindsay Love-Bivens, responsable de relaciones con artistas y con la comunidad de Taylor, esta pieza multimedia homenajeaba la importancia de los artistas afroamericanos y su huella en la música actual. Lindsay viajó a Nashville para visitar el museo recién inaugurado, que cuenta la profunda historia de los músicos negros que dieron forma a la música estadounidense. Aquel viaje tuvo un impacto inmediato y nos animó a pensar en grande sobre nuestras estrategias para crear una comunidad de artistas que reflejara nuestros valores como empresa.

«La representación importa», defiende Lindsay. «Si quieres llegar a toda clase de artistas, tienes que crear conscientemente un programa que responda a esa diversidad».

Lindsay habla desde la experiencia de toda una vida en el mundo de la música tocando en giras y actuando como intérprete independiente. Con su trayectoria y su red de contactos, era la persona ideal para representarnos ante una serie de artistas y comunidades musicales con los que Taylor históricamente no había conectado, así que en el 2018 empezó a trabajar con Tim Godwin en el equipo de Taylor.

«Mi idea era desarrollar, fortalecer y potenciar nuestros vínculos con artistas BIPOC [siglas en inglés de «personas negras, indígenas y de color»], así como llevar nuestra presencia a géneros con los que normalmente no se nos asociaba. Yo he tocado neo-soul, R&B y hip-hop con guitarras acústicas desde que era pequeña y, como mujer negra que hacía música, sabía que también podíamos conectar con esas estéticas y comunidades. Solo teníamos que acercarnos a ellas».

Partiendo de la visión de Lindsay, nuestros equipos en todo el mundo lo tuvieron más fácil para interactuar con diversas comunidades musicales en nombre de Taylor.

Orejas abiertas, mente receptiva

Desde entonces, el equipo de RA ha aumentado considerablemente. Andy Lund, que ya lleva 16 años en Taylor, dirige nuestro trabajo en gran parte de Asia, como China, Hong Kong, Japón, India, Corea del Sur, Tailandia y Vietnam. Masaki Toraiwa es nuestro enlace con la escena local de Japón, y en los últimos años ha colaborado con Andy para traer al catálogo de Taylor a artistas como Otake, Iko Asagiwa, Ryosuke Yufu y el tailandés Natee Chaiwut.

En Latinoamérica, Juan Lopera ha colocado a Taylor en el centro de la industria musical, lo cual ha facilitado relaciones con grandes nombres como Mon Laferte en Chile, Silvina Moreno en Argentina, Jorge Blanco en México, Techy Fatule en la República Dominicana o el ya consolidado Camilo en Colombia. En Europa, Dan Boreham ha contactado con músicos como los cantautores George Ezra y Jade Bird, el trío de pop New Rules y el multi-instrumentista Jake Isaac desde su base en el Reino Unido.

Nuestro concepto de las relaciones con músicos de todo el mundo es el mismo que seguimos en Norteamérica: escuchamos sus necesidades y respondemos en consecuencia.

«La exposición por sí misma ya no es suficiente», opina Lindsay. «Hoy en día, los artistas se preocupan más por la forma que adoptará su asociación con una marca. Tiene que ser algo más que apretones de manos y publicaciones en las redes sociales».

Iniciar un vínculo con un artista es la parte fácil, pero mantener viva la llama ya es otra historia. Como en cualquier relación, las conexiones entre marcas y músicos requieren dedicación y apoyo mutuo.

«Los artistas piensan: “¿qué gano yo con esto, aparte de una guitarra prestada?”», dice Jay Parkin, supervisor de producción de contenidos en Taylor. «Qué hay del acompañamiento a largo plazo? ¿Y qué podemos hacer nosotros para convencer a los artistas?».

Ese planteamiento dio lugar a una nueva ala del equipo de RA centrada en el uso de los contenidos como moneda de cambio para atraer a los músicos y mantenerlos en la esfera Taylor. Captar fielmente la esencia de un artista no es cualquier cosa, y la gran mayoría de los intérpretes no tienen los recursos necesarios para llevar a cabo ese tipo de promoción por su cuenta. Para ello, Jay Parkin lidera un equipo global que se encarga de generar contenido digital y vídeos de alta calidad de artistas de Taylor.

Actualmente estamos produciendo series como Taylor Soundcheck y Taylor Acoustic Sessions, en las que traemos a nuestros artistas al estudio de Taylor para grabar versiones totalmente acústicas de sus temas. Para estos episodios hemos filmado a la nominada a los GRAMMY Allison Russell, las promesas del pop-punk Meet Me @ the Altar, la prestigiosa cantautora y productora Linda Perry o la superestrella chilena Mon Laferte, entre muchos otros nombres.

Las formas de presentarnos a nuestros artistas pueden ser muy variadas. En muchas ocasiones, les construimos en exclusiva guitarras totalmente únicas (no confundir con los modelos signature) que pueden ayudarles a asociarse con Taylor de una manera personal e intransferible. Seguramente, los seguidores de Taylor recordarán la emblemática guitarra acústica de color púrpura que hicimos para Prince. Otros ejemplos de creaciones personalizadas han sido la guitarra completamente blanca de Katy Perry, la famosa acústica de doble mástil de Richie Sambora o la de Zac Brown decorada con su nombre. Y, más recientemente, también hemos construido instrumentos para iconos del pop actual como Billie Eilish y FINNEAS.

Sin embargo, el apoyo a los artistas puede requerir acciones más directas. Cualquier músico que haya salido de gira conoce la frustración de no tener una guitarra a mano cuando se necesita, ya sea porque te han robado la tuya, la has perdido o le ha pasado algo que te impide tocarla. Nosotros siempre estamos en contacto con nuestros artistas, así que podemos enviarles guitarras sobre la marcha para que no se queden en la estacada y puedan cumplir sus compromisos tanto en directo como en estudio. También trabajamos muy de cerca con promotoras de espectáculos para asegurarnos de que nuestros músicos tengan todo lo que necesitan cuando suben al escenario.

«Entendemos las relaciones con los artistas como una forma de asistencia», argumenta Tim Godwin. «Tienes que ser un colaborador real, no solo un patrocinador».

Tocando todos los palos

Nuestro equipo de RA también valora mucho la evolución de Taylor en dos áreas específicas que facilitan el fichaje de artistas: el diseño de guitarras y la responsabilidad medioambiental.

Tal como explica Scott Paul en sus artículos de la sección «Sostenibilidad» en este y anteriores números de Wood&Steel, Taylor ha realizado importantes inversiones para crear una cadena de suministro más sostenible y ecológica, tanto en California como en el resto del mundo. Si lo hacemos es porque creemos que es lo correcto, y nuestros artistas, igual que muchos de nuestros clientes, piensan lo mismo.

Cada vez más, el esfuerzo medioambiental de Taylor es percibido como un valor por músicos de todos los géneros. De hecho, algunos de ellos se toman estas cuestiones tan en serio como nosotros: es el caso de la cantautora británica Beatie Wolfe, por ejemplo, que asiste habitualmente a eventos de sostenibilidad de Taylor. Otros, especialmente los artistas emergentes de la «generación Z», ven con muy buenos ojos su vinculación con Taylor porque saben que estamos liderando el camino hacia una industria musical más respetuosa con el medio ambiente.

El espíritu imaginativo en el que se fundamenta la filosofía de Taylor también es la piedra angular de nuestro concepto de RA. Muchos músicos tienen ideas preconcebidas sobre lo que una guitarra Taylor puede hacer. Por eso, y especialmente desde la llegada del diseñador jefe Andy Powers en el 2011, hemos diversificado meticulosamente nuestra línea de guitarras acústicas para que sea tan polifacética como nuestra lista de artistas. Así, podemos ofrecer un instrumento casi a medida para cada tipo de intérprete y hacer cambiar de opinión a los músicos que sospechan que una guitarra Taylor no es para ellos.

«Me ha pasado montones de veces que, hablando con guitarristas, me han dicho que no creen que haya ninguna Taylor que les encaje», reconoce Godwin. «Y yo siempre les digo: si no te convence nada de lo que tenemos ahora, espérate a ver lo que sacaremos el próximo año. Por ejemplo: a Glen Phillips, de Toad the Wet Sprocket, nunca le han gustado nuestras guitarras. Pero acabó tocando una Grand Pacific Builder’s Edition con un amigo, y muy poco después me llamó porque quería una para él».

Nuestro historial está repleto de innovaciones destinadas a satisfacer nuevas necesidades musicales y llegar a más artistas. La dreadnought Grand Pacific, diseñada para producir un tono fluido que evoca el sonido de las guitarras y grabaciones acústicas vintage, dio mucho que hablar tras su desembarco en Nashville. Otros desarrollos, como la pareja de nuevas guitarras de koa que este verano se incorporan a la Serie 700 (en este número de Wood&Steel te contamos más sobre ello), presentan una estética cruda y orgánica que suma a la línea Taylor otras opciones muy interesantes para los tradicionalistas. También hemos creado guitarras de escala más corta, como la GT y la GS Mini, para complacer a los intérpretes que prefieren una experiencia compacta. Nuestros diseñadores buscan adaptarse a las necesidades de los músicos incluso en el interior de la guitarra: el varetaje V-Class causó sensación entre los profesionales de la grabación, lo cual nos ayudó a llevar aún más instrumentos Taylor a estudios de todo el mundo.

La idea de mejorar la experiencia de interpretación siempre ha sido el principal foco de atención de nuestro equipo de desarrollo de guitarras. Y, en esencia, las relaciones con artistas también se basan en eso: queremos demostrar a los músicos lo útiles que pueden ser nuestras guitarras y, dando un paso más allá, apoyarles y estar a su lado de una forma que marque la diferencia.

  • 2022 Edición 2 /
  • Muestra de guitarras personalizadas: diseños exclusivos para la NAMM

Muestra de guitarras personalizadas: diseños exclusivos para la NAMM

Bajar

Con el regreso de la feria NAMM después de un parón de más de dos años, se nos volvía a presentar una ocasión que nos llenaba de entusiasmo: la construcción de un nuevo conjunto de guitarras excepcionales que los distribuidores pueden ofrecer a sus clientes. Ahí va una degustación de algunas de nuestras creaciones favoritas.

En todas las ediciones de la feria NAMM de Anaheim (California), el equipo de ventas de Taylor organiza un evento en el que muestra una espectacular alineación de guitarras nacidas de nuestro programa de instrumentos personalizados. Este acto nos da la oportunidad de encontrarnos con representantes de algunas de las mejores tiendas de guitarras del mundo, que pueden ver, tocar y encargar estas auténticas obras de arte (algunas de ellas disponibles en cantidades muy limitadas) para exhibirlas en sus tiendas. El programa de personalización de Taylor ha dado lugar a algunos de nuestros diseños más imaginativos y a elementos visuales extremadamente sofisticados: de aquí salen sorprendentes combinaciones de maderas adornadas con detalles estéticos que no encontrarás en la línea estándar de Taylor. Echa una mirada a estas increíbles guitarras expuestas en la NAMM de este año y, si ves alguna que te roba el corazón, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a encontrarla.

Grand Orchestra personalizada (n.º 15)

Fondo y aros: arce de hoja grande veteado
Tapa: pícea de Sitka
Complementos: perfiles de marfiloide veteado con fileteado de cremallera en la tapa, roseta de cremallera en marfiloide y color negro, incrustaciones con motivo Mission en madreperla y marfiloide veteado, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso.

Grand Orchestra personalizada (n.º 14)

Fondo y aros: koa hawaiana veteada de grado AA
Tapa: koa hawaiana veteada de grado AA
Complementos: roseta con diseño Roman Leaf en koa y boj elaborada a mano, incrustaciones con motivo Ocean Vine en koa y boj, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso con puntos de awabi (abulón).

Grand Auditorium personalizada (n.º 13)

Fondo y aros: sasafrás negro
Tapa: pícea de Adirondack
Complementos: perfiles de sapele, roseta con diseño Art Deco en boj y sapele, incrustaciones con motivo Euro Deco en boj y sapele, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso con puntos de ópalo iridiscente australiano.

Grand Concert 12-fret personalizada (n.º 9)

Fondo y aros: arce de hoja grande veteado
Tapa: pícea de Sitka
Complementos: perfiles de falso caparazón de tortuga, roseta de marfiloide y falso caparazón de tortuga; fondo, aros y mástil con tratamiento Vintage Sunburst; tapa de color negro, acabado brillante en la caja y el mástil, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso.

Historias Relacionadas

Volumen 103 . 2022 Edición 2

Nuestras guitarras, en manos de la crítica

¿Qué dicen los entendidos sobre la nueva American Dream Flametop, la AD22e y nuestros últimos modelos GT? ¿Y qué guitarras Taylor han entrado en las listas de «mejores guitarras»?

Leer la Historia

Volumen 103 . 2022 Edición 2

Los muchos colores de la koa en la nueva Serie 700

Koa hawaiana de altísima calidad, acabado mate ultrafino y una voz cautivadora: un trío de ases para un nuevo sonido, aspecto y sensación irresistibles

Leer la Historia

Volumen 103 . 2022 Edición 2

Resonancias: Taylor va a por el oro

Guitarras GS Mini en los Juegos Olímpicos, Billie Eilish y FINNEAS de gira, Steve Poltz, New Rules, la lista de reproducción de Wood&Steel y mucho más.

Leer la Historia