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La Esquina de Kurt

Seguimos en la brecha

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Kurt reflexiona sobre sus 50 años de carrera y remarca lo mucho que Bob Taylor y él tuvieron que aprender.

Este es un buen año para echar la vista atrás y recordar todo lo que Bob y yo hemos vivido y logrado desde que arrancamos en 1974. Normalmente, ambos nos enfocamos siempre hacia adelante y nos concentramos en los proyectos y objetivos que nos hemos marcado para el futuro. Si miramos al pasado, será solo para reconocer los retos a los que nos hemos enfrentado últimamente y cómo hemos podido superarlos. Pero no cada año celebras tu 50.º aniversario en activo, como nos pasa a nosotros en el 2024. Así que, en los próximos meses, vamos a dedicar algo de tiempo a repasar nuestra historia. La buena y la mala, con sus momentos felices y sus episodios de terror; con algunas decisiones inteligentes y también unas cuantas meteduras de pata. Explicaremos qué supuso para nosotros el inicio de esta andadura cuando Bob tenía 19 años y yo 21, y cómo crecimos aprendiendo sobre los negocios y la vida. Y comentaremos qué se siente ahora que, aunque estamos en edad de jubilación y ya no somos propietarios de la compañía, seguimos ayudando a dirigirla a nivel de asesoría y junta directiva.

Cuando compramos la tienda American Dream, solo queríamos hacer guitarras, tener una empresa y, con suerte, poder ganarnos la vida. No pensábamos en nada más allá. Y no podía ser de otra manera, porque no teníamos perspectiva: sencillamente, asumimos que iríamos reparando y construyendo guitarras y con eso nos sacaríamos algún dinerillo. Eso duró unos meses. Después, tuvimos que apretar en cuanto a concentración y disciplina, fortalecer nuestra ética de trabajo y empezar el lento camino de entender cómo podíamos ser rentables y generar una liquidez estable.

A proud Kurt Listug atop his Ford Falcon in front of the shop, circa 1974. The sign features the first logo for the Westland Music Company, later changing the name to Taylor Guitars in 1976.

Teníamos mucho que aprender. Cómo secar la madera correctamente. Aplicar un buen acabado. Llevar a cabo el trabajo de manera consistente. Preparar un presupuesto. Vender guitarras. Publicitar y promocionar la marca. Contratar y manejar empleados. Gestionar las finanzas, tener un sueldo y pagar nuestros impuestos. Y cómo perfeccionar todos los procesos de manera constante para ser siempre mejores.

Con los años fuimos creciendo, y nuestros propósitos se ampliaron para incluir a todo lo que tenía relación con nuestra actividad. Tratar bien a nuestros trabajadores y proveedores. Garantizar una buena gestión medioambiental. Ayudar a nuestros revendedores a conseguir buenos resultados. Poner el listón alto y seguir elevándolo continuamente en todo lo que hacemos.

Hace 50 años, no teníamos ni idea del viaje que nos esperaba. Y la verdad es que este trayecto nos ha traído desafíos increíbles, grandes éxitos, experiencias muy gratificantes y amigos para toda la vida. Y, como le pasa a mucha gente de nuestra edad, tenemos un montón de buenas historias que compartir. Os las iremos contando a lo largo de este año a través de Wood&Steel, nuestras redes sociales y el pódcast del 50.º aniversario de Taylor Guitars que Bob y yo hemos estado grabando durante el año pasado.

Muchas gracias a Bob, mi socio y colaborador de siempre; a mi familia y a mi esposa Jenny por su apoyo, a todos los empleados que han pasado por Taylor hasta el día de hoy, a las muchas tiendas de música que venden nuestros instrumentos y, por supuesto, a todos los guitarristas del mundo que nos han permitido vivir nuestro sueño.

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La Esquina de Kurt

La línea eléctrica va aparte

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Kurt explica por qué era importante que la nueva guitarra eléctrica de Andy Powers tuviera su propia identidad al margen de la marca Taylor.

Qué te viene a la mente cuando piensas en la marca Taylor? ¿Una guitarra de alta calidad? ¿Una guitarra fácil de tocar? ¿Una guitarra acústica moderna? ¿Una guitarra electroacústica? ¿Todas las anteriores?

Yo creo que una marca se define por el nicho que la lleva al éxito y en el que encuentra su cuota de mercado. En otras palabras, sería aquello que el consumidor le compra y hace que la empresa sea conocida. Y eso es difícil de ampliar o cambiar.

Nosotros arrancamos como una pequeña tienda que reparaba y hacía guitarras acústicas (y también algunas eléctricas, sobre todo copias de Les Paul). Bob había empezado a construir guitarras en el instituto y decidió labrarse una vida profesional por esa vía. Dedicamos los primeros años de Taylor a producir un número reducido de guitarras y mejorar nuestras capacidades. Nos lanzamos a diseñar modelos de acústica y establecimos nuestro propio esquema de numeración.

En nuestros inicios, los distribuidores nos iban informando sobre las características que los compradores buscaban en los instrumentos, y nosotros las adoptábamos para vender guitarras.

En aquellos inicios llenos de esfuerzo, los distribuidores nos iban informando sobre las características que los compradores buscaban en los instrumentos, y nosotros las adoptábamos para vender guitarras. Pastillas integradas (primero Barcus-Berry, luego Lloyd Baggs y finalmente Fishman), cutaways, cajas más pequeñas con un sonido más equilibrado, diferentes anchuras de mástil… todas esas innovaciones se inspiraron en comentarios de los clientes. Nosotros no habíamos pensado en construir guitarras electroacústicas, pero el mercado nos dijo que era algo que faltaba y que estaba solicitado, y nos propusimos responder a esa necesidad.

Ese deseo de satisfacer las demandas del público fue lo que motivó a Bob a crear guitarras estables, ajustables y fáciles de tocar. Junto con Larry Breedlove y más tarde con Andy Powers, también diseñó una estética más moderna para las guitarras Taylor. Nuestros instrumentos se hicieron muy populares y se vendieron extremadamente bien, así que Taylor quedó definida como una empresa fabricante de guitarras electroacústicas modernas y de alta calidad. ¿Puede la marca Taylor identificarse con algo más allá de eso? Creemos que la T5 encaja en ese universo, y que otros instrumentos como ukeleles o guitarras acústicas con tapa curvada también lo harían. No descartamos ponernos con ellos en un futuro, ¡pero no me preguntéis cuándo!

¿Y qué hay de las guitarras eléctricas de cuerpo sólido o hueco? Bien, por ahí no iremos. Cometimos ese error hace 15 años cuando ofrecimos guitarras eléctricas de cuerpo sólido. Y digo que fue un error no solo porque no encajaban con la marca, sino porque, aunque estaban bien hechas, no eran particularmente inspiradoras como instrumentos eléctricos. La guitarra acústica y la eléctrica tienen culturas muy diferentes. Seguro que una Taylor eléctrica interesaría a los fieles seguidores de nuestros instrumentos, y algunos de ellos podrían comprarla. Pero nuestro objetivo sería desarrollar una guitarra eléctrica única que se sostuviera por sí misma y atrajera a los intérpretes de eléctrica independientemente del prestigio de las acústicas Taylor. En consecuencia, esa guitarra necesitaría su propia marca, estilo e imagen comercial. No podríamos «reciclar» nada de nuestras guitarras acústicas. Y ese es el punto en el que nos encontrábamos hace algo más de un año.

En aquel momento, habíamos tomado la decisión de poner al día la T5z (de lo cual hablamos en este número de Wood&Steel), y Andy estaba trasteando con versiones «más eléctricas» a partir del diseño de ese modelo. Aquellas pruebas tenían el estilo de Taylor, el clavijero de Taylor y el nombre de Taylor. Después de una reunión con Bob y Andy, les pregunté si podía comentarles lo que pensaba sin ofenderles. «Sí, claro», contestaron. Les dije que la guitarra estaba bien diseñada y construida y era estéticamente bonita, pero que nos estábamos equivocando, que podía ser mal recibida y que la mayoría de la gente no quiere una Taylor eléctrica.

Una vez emancipado del requerimiento de pensar en esa guitarra como una Taylor, Andy se sintió totalmente libre para crear su eléctrica ideal.

Lo cierto es que Andy se quitó un peso de encima, porque esa guitarra no era la que él realmente quería hacer (Andy también toca la eléctrica como todo un profesional y es un intérprete muy exigente). Le sugerí que construyera la guitarra eléctrica que le saliera de dentro de verdad. Y, aunque aún no tenía el diseño definido en la cabeza, Andy había estado dándole vueltas a esa idea durante los 30 años que llevaba estudiando, tocando, construyendo y reparando guitarras eléctricas. Por lo tanto, una vez emancipado del requerimiento de pensar en esa guitarra como una Taylor, se sintió totalmente libre para crear su eléctrica ideal.

La llamó Powers Electric, y se divirtió como un niño chico experimentando con diferentes bobinados de pastillas y combinando los colores que más le gustan. Inventó su propio mecanismo de vibrato (con patente en trámite) y diseñó un nuevo estilo de funda de concierto. Hemos empezado a repartir las primeras unidades a destacados músicos de estudio y directo, y ya contamos con un pequeño grupo de distribuidores de Powers Electric en los Estados Unidos.

Estamos avanzando con mucha calma y disfrutando del viaje. Aún no hemos hecho proyecciones de ventas para la Powers Electric, ya que no queremos que las expectativas o ambiciones comerciales contaminen la evolución orgánica de una demanda basada en la aceptación y adopción de la guitarra por parte de los músicos. A la larga, eso es lo que cuenta. Siempre se puede maquinar una burbuja de ventas inmediatas de un nuevo modelo aprovechando el gancho de la marca, tirando de marketing a tope y desplegando una campaña agresiva para que los distribuidores ofrezcan el producto a sus clientes. Pero el éxito a largo plazo solo llega si los artistas se sienten inspirados por la guitarra y si logramos que se convierta en uno de sus instrumentos de referencia.

Nos lo estamos pasando en grande con este proyecto y, de momento, la guitarra está fascinando a los músicos que la han tenido en sus manos. ¡Pronto aterrizará en las tiendas!

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La Esquina de Kurt

A la altura de las circunstancias

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Kurt reflexiona sobre la respuesta de Taylor a los inauditos desafíos de los últimos tres años y pone la vista en el 2023.

El inicio de un nuevo año siempre es un momento muy bonito, y yo estoy entusiasmado con todos los lanzamientos que tenemos previstos para el 2023. De cara a los próximos meses, hemos preparado una ambiciosa serie de presentaciones tanto de nuevos productos como de guitarras renovadas y reinventadas. Algunos de estos desarrollos nos han tenido ocupados durante varios años, y estamos ansiosos por sacarlos a la luz. Los iremos comentando en este y próximos números de Wood&Steel.

En un ámbito más personal, han pasado dos años desde que Bob, Andy y yo vendimos la propiedad de la empresa por medio de un PTAE (plan de transferencia de acciones a los empleados). Y, visto en perspectiva, estoy encantado con nuestra decisión. Esta transferencia de la propiedad nos ha permitido a Bob y a mí seguir trabajando y contribuyendo a la compañía pero con un horario más flexible, de manera que podemos dedicar más tiempo a nuestras iniciativas e intereses personales. Estamos volcados en compartir nuestros casi 50 años de experiencia con Andy y el resto del equipo, y tenemos la posibilidad de dirigir proyectos para los que nos sentimos especialmente capacitados. Es un equilibrio perfecto.

Las ventas de guitarras han mantenido el ritmo… pero este mercado nunca es fácil ni para distribuidores ni para fabricantes.

Que nosotros sepamos, somos la primera empresa que incluye a los trabajadores de su planta en México como participantes de un PTAE aprobado por el Servicio de Impuestos Internos de los Estados Unidos. Esto no implica ninguna desventaja para los empleados de nuestras instalaciones estadounidenses, y nos enorgullece que nuestros compañeros mexicanos tengan esa participación en la propiedad de la compañía. Es más, contamos con una estructura legal parecida para nuestros equipos en Europa y Sudamérica.

Los últimos tres años han sido una auténtica locura, y nos alegramos de haberlos dejado atrás. La empresa ha crecido bastante a causa de la alta demanda de guitarras, que no ha sido fácil de absorber. También hemos tenido que enfrentarnos al reto incluso más complicado de consolidar un nivel de negocio predecible y sostenible. Las ventas de guitarras han mantenido el ritmo, sobre todo en las tiendas de música con un inventario bien administrado. Y, aunque este mercado nunca es fácil ni para distribuidores ni para fabricantes, el año pasado nos dejó el segundo mejor registro de ventas de nuestra historia, solo un poquito por detrás del 2021. Es un éxito notable por el que estamos muy agradecidos. Esperamos continuar con esta tendencia positiva de servicio a nuestros clientes tanto en el 2023 como en los años siguientes.

Gracias a todos, ¡y feliz año nuevo!

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La Esquina de Kurt

Bienvenido, jefe

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Kurt tiene plena confianza en la capacidad de Andy para guiar los destinos de la empresa como presidente y director ejecutivo

A finales de mayo, Bob y yo dimos el siguiente paso en la implementación del plan de sucesión de la empresa. Nosotros abandonamos nuestros cargos, y la junta de Taylor Guitars (creada como parte del plan de transferencia del 100 % de la propiedad de la compañía a los empleados) nombró a Andy Powers presidente y director ejecutivo además de su puesto de diseñador jefe. Bob y yo continuamos en activo como asesores sénior y somos copresidentes de la junta. Y, ahora, Andy no solo diseña guitarras, sino que también dirige la compañía.

Cuando Bob y yo fundamos Taylor Guitars en nuestros tiempos mozos, teníamos mucho que aprender y descubrir. Creo que a una sola persona le hubiera sido humanamente imposible sacar la empresa adelante, ya que el proceso fue absolutamente abrumador. Pero nosotros teníamos todo el entusiasmo del mundo, y cada uno se enfocó en dominar las partes del negocio que más le interesaban. Bob aprendió a construir guitarras, y yo a venderlas y obtener beneficios.

En los últimos años, cuando Bob y yo pensábamos en nuestra sucesión y mirábamos hacia el futuro, proyectábamos una situación parecida. Bob quería a un constructor de guitarras para llevar la empresa, y lo encontró en Andy. Por mi parte, supuse que ya aparecería alguien con un perfil parecido al mío, dentro o fuera de Taylor, que acabaría sustituyéndome. No puedo decir que estuviera buscando activamente a esa persona, pero en el 2020, mientras organizábamos la venta de la empresa a nuestros empleados a través de un PTAE, me di cuenta de que Andy era muy capaz de asumir mis labores de gestión.

Andy quiere que Taylor Guitars siga siendo una empresa honesta y bien gestionada, y que mantenga el foco en su misión de construir instrumentos inspiradores.

De entrada, no tendría que preocuparse de crear departamentos de ventas, marketing, distribución, finanzas o recursos humanos, como yo sí tuve que hacer. Todas esas secciones ya estaban consolidadas y en manos de profesionales altamente cualificados, así que su función se limitaría a supervisarlas y dirigirlas, que es hacia donde había evolucionado mi papel en la empresa. Andy y yo llevamos varios años preparando presupuestos y revisando balances financieros juntos, y él ha trabajado de cerca con los departamentos de ventas y marketing desde que entró en Taylor hace más de 10 años. Está totalmente capacitado para el trabajo.

He pasado mucho tiempo con Andy desde que llegó a Taylor en el 2011. Es una persona con un talento único, como músico consumado y como diseñador y constructor de instrumentos de primerísimo nivel. Si le preguntas qué es lo que más le importa, te hablará de su familia y amigos, de la música y las personas que la crean, y de la elaboración de instrumentos musicales. También quiere que Taylor Guitars siga siendo una empresa honesta y bien gestionada, y que mantenga el foco en su misión de construir instrumentos que inspiren a la gente a tocar música. Y aspira a ser un buen administrador de los recursos que utilizamos.

Podríamos decir que el concepto de fabricación de instrumentos que tiene Bob es más de ingeniero que el de Andy. En mi caso, mi planteamiento del negocio de las guitarras tiene más que ver con las ventas, el marketing y las finanzas. Andy no solo está dotado de nuestros talentos y puntos fuertes, sino que los lleva a otro nivel. ¡Estoy deseando asistir al futuro que él imagina y ver cómo se encarga de que sea una realidad!

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La Esquina de Kurt

De verdad de la buena

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En Taylor, el trabajo de marketing se inspira en el deseo de preservar nuestra autenticidad como empresa.

Por Tim O'Brien

Nota editorial: En este número de Wood&Steel, Kurt Listug invita a escribir una columna a Tim O’Brien, vicepresidente de marketing de Taylor.

Tal como le gusta decir a Bob Taylor, «solo hay una cosa mejor que una buena historia, y es una buena historia que sea verdadera». Siempre me ha gustado esa expresión, porque me parece una perfecta descripción de lo que yo entiendo que es el marketing de calidad y, más concretamente, el marketing que hacemos en Taylor Guitars.

No es casualidad que, en general, el marketing tenga una reputación digamos «desigual», en el mejor de los casos. Por definición, el marketing busca que lo ordinario parezca fabuloso. Pero, en Taylor, nuestro papel como especialistas en marketing no se mide por lo tremendamente seductores que podamos ser, sino por lo sinceros que nos podamos mostrar.

Esta perspectiva ha sido reforzada por Kurt Listug (mi jefe), que lleva décadas supervisando nuestra publicidad y siempre nos ha inculcado que no hagamos anuncios que distorsionen la realidad, sino que simplemente le digamos a la gente lo que creemos o lo que hacemos de verdad. Y, si eso no es lo suficientemente atractivo, entonces la culpa es nuestra.

Una de las razones por las que me encanta dirigir al equipo de marketing de Taylor es que nuestra narrativa se centra en la intención de reflejar la realidad sobre la compañía (nuestras guitarras, nuestra gente, nuestras iniciativas) y compartirla contigo, como guitarrista, de una manera convincente y honesta. Que nadie me malinterprete: nos encantan las ideas creativas. Pero esas ideas se desarrollan a partir de realidades genuinas en Taylor.

Para nuestra empresa y para mi departamento, la autenticidad es importante. Y mucho.

Antes de que filmáramos nuestra serie documental sobre el ébano de África Occidental (El Proyecto Ébano), Bob me dijo: «Tim, no puedes contar esta historia si no experimentas por ti mismo lo que es Camerún». Por lo tanto, un año antes de llevar a un equipo de vídeo a nuestro aserradero Crelicam en Yaundé, pasé dos semanas allí empapándome de la cultura, la ciudad y la gente con Bob y los empleados de Crelicam. Fue uno de los momentos más memorables de mi carrera profesional. El resultado de todo ello fue una serie sobre el ébano de Crelicam que da vida al relato de una manera muy auténtica.

Este mes, hemos lanzado nuevas guitarras de koa hawaiana. El equipo de marketing lleva años queriendo contar la historia de la koa, que está muy arraigada en la cultura y el legado únicos de Hawái. Pero, igual que en el caso del ébano, como empresa no queríamos empezar a explicarla hasta que varios de nosotros la hubiéramos vivido en primera persona.

Hace más de dos años, un grupo de empleados de Taylor, que incluía a miembros de las secciones de marketing, ventas, ingeniería, producción y hasta finanzas, acompañó a Bob Taylor y Steve McMinn de Pacific Rim Tonewoods (nuestro socio en Siglo Tonewoods, como puedes leer en este número de Wood&Steel) para hacer una inmersión en el mundo de la koa durante unos cuantos días. Exploramos varios bosques de koa y vimos con nuestros ojos el daño que el ganado salvaje puede causar a los árboles que no están protegidos por cercados. Nos reunimos con expertos que están trabajando en técnicas muy innovadoras para propagar árboles de koa saludables y aptos para la construcción de instrumentos musicales. Y recorrimos el Siglo Forest, una extensión de unas 230 hectáreas de pastizales que Bob Taylor compró en el 2018 para cultivar koa y otros árboles nativos. Incluso tuvimos la ocasión de plantar los primeros árboles de koa en los terrenos de Siglo.

Cuando el programa actual (que tiene el objetivo de plantar 150 000 árboles de koa para el 2030) esté completamente maduro y la cosecha y replantación de árboles eche a rodar a pleno rendimiento, deberíamos tener un suministro anual de koa suficiente para satisfacer todas las necesidades de Taylor y también para proveer madera a otros fabricantes de instrumentos.

Tim-OBrien
Tim O’Brien

Después de 10 años en la dirección de marketing de Taylor, me gustaría darle un giro al dicho de Bob con una aportación personal. Por ejemplo: «las únicas historias que vale la pena contar son las verdaderas». No está mal, ¿no?

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La Esquina de Kurt

Otro «Grand» diseño

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Diez años después de que la Grand Concert pusiera a Taylor en el mapa, le llegó el momento a la Grand Auditorium. El resto es historia.

Tal como le gusta decir a Bob Taylor, «solo hay una cosa mejor que una buena historia, y es una buena historia que sea verdadera». Siempre me ha gustado esa expresión, porque me parece una perfecta descripción de lo que yo entiendo que es el marketing de calidad y, más concretamente, el marketing que hacemos en Taylor Guitars.

Una de las artistas que había descubierto la Grand Concert y la tocaba habitualmente era la estrella del country Kathy Mattea, que en 1993 aprovechó una parada de su gira en San Diego para pasarse por nuestra fábrica. Bob le había estado dando vueltas al diseño de una nueva guitarra que sonara tan equilibrada como la Grand Concert, pero que fuera un poco más grande y generara más volumen y potencia de graves. Durante la visita de Kathy, Bob le comentó esa visión y se ofreció a construir la primera unidad para ella. Y así nació la Grand Auditorium.

La Grand Auditorium fue la guitarra adecuada en el momento adecuado.

En 1994, aprovechando nuestro 20.º aniversario, estrenamos esta forma de caja con dos modelos de edición limitada: la XX-RS de palosanto con tapa de pícea y la XX-MC de caoba con tapa de cedro. Un año después vinieron otras seis guitarras Grand Auditorium, también de edición limitada: las GA-RS (palosanto y pícea), GA-MC (caoba y cedro), GA-WS (nogal y pícea), GA-BE (palosanto del Brasil y pícea de Engelmann), GA-KC (koa y cedro) y GA-KS (koa y pícea). Con el tiempo, la Grand Auditorium se fue abriendo paso en varias series de nuestra línea, pero ya en forma de modelos estándar. Uno de ellos fue la que para mucha gente es la guitarra insignia de Taylor, la 814ce de palosanto y pícea.

La Grand Auditorium fue la guitarra adecuada en el momento adecuado. Tenía todas las innovaciones que habíamos proyectado en respuesta a las demandas del mercado: un diseño moderno y más cómodo, un tono más equilibrado, un mástil más fácil de tocar, cutaway y una pastilla con previo para amplificación. La Grand Auditorium se hizo superpopular en un santiamén. Se vendió como rosquillas, estimuló el crecimiento de Taylor durante los siguientes 10 años y aún hoy sigue siendo nuestra forma de caja con mayor éxito comercial. La Grand Auditorium es lo primero que le viene a la cabeza a la mayoría de la gente cuando piensa en las guitarras Taylor. En próximas columnas espero poder compartir más reflexiones sobre desarrollos importantes que han ayudado a consolidar nuestra empresa.

Y, hablando de reflexiones, el 2021 fue el mejor año en la historia de Taylor Guitars. Aparte de ser el primero en el que el 100 % de la propiedad de la compañía ha pertenecido a los trabajadores, en ese período batimos nuestros propios récords en muchísimas facetas: aumento del volumen de negocio, nivel de ventas, número de empleados, guitarras construidas, encargos recibidos y pedidos enviados en un solo día. Quiero agradecer a todos nuestros empleados-propietarios el excepcional trabajo que han hecho. La empresa está en buenas manos, ahora y de cara al futuro.

También me gustaría dar las gracias a todos los propietarios de guitarras Taylor repartidos por el mundo por ser una parte esencial de nuestra evolución a lo largo de los años. Sabemos que mucha gente ha empezado a tocar la guitarra hace muy poco, y esperamos que los nuevos dueños de modelos Taylor disfruten de su experiencia con el instrumento. Uno de los propósitos del traspaso de la propiedad de la empresa a los trabajadores es mantener el objetivo a largo plazo de crear las mejores guitarras que podamos y continuar inspirando a las personas a expresarse a través de la música.

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La Esquina de Kurt

Obertura de concierto

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Kurt reflexiona sobre el desarrollo de la forma de guitarra que puso a Taylor en el mapa.

Cuando Bob y yo fundamos Taylor Guitars, teníamos muy poco bagaje en el mundo de la guitarra. Sabíamos lo que sabíamos, y solo conocíamos las guitarras que pasaban por nuestro taller de reparación y las pocas que construíamos. Habíamos heredado los diseños de Sam Radding de la tienda American Dream en la que nos conocimos; en esencia, eran sus interpretaciones de las dreadnought Martin y las jumbo Gibson. Las primeras guitarras que Bob hizo en el instituto estaban basadas en una Yamaha.

En aquel escenario, los primeros instrumentos que construimos después de comprar la tienda de Sam fueron modelos dreadnought y jumbo. Muchos años después, tras innumerables pruebas y tribulaciones, diseñamos y lanzamos nuestra primera forma de caja exclusiva de Taylor: la Grand Concert. Estamos hablando de 1984; el artículo de Jim Kirlin «Cajas pequeñas, grandes sorpresas» en este mismo número de Wood&Steel cuenta la historia de su desarrollo con más detalle.

En el momento en que presentamos la Grand Concert, ya habíamos hecho unas cuantas cosas: diseñar nuestros primeros modelos Taylor (empezando por la dreadnought 810), establecer varias tiendas de música como distribuidores de Taylor, ampliar nuestra red de distribución, endeudarnos hasta las cejas, pagar prácticamente toda esa deuda y comprar la parte del negocio que correspondía a nuestro socio. Por el camino, fuimos recibiendo opiniones y sugerencias de distribuidores y músicos sobre cómo podíamos mejorar nuestras guitarras para satisfacer mejor sus necesidades, y dimos varios pasos en esa dirección.

Poco después de la presentación de la Grand Concert, se produjo una convergencia de las corrientes de los cutaways, las pastillas y las guitarras de caja más pequeña.

Probablemente, el primer comentario fue el de Fred Walecki (de la tienda Westwood Music), que nos pidió un sonido un poco más brillante y «no tan oscuro» para nuestra dreadnought. Bob se puso manos a la obra enseguida, y ajustó el varetaje para que la guitarra quedara más equilibrada. Más tarde, Jack MacKenzie (de la McCabe’s Guitar Shop) observó que en la tienda le preguntaban a menudo por guitarras con cutaway. En respuesta, Bob diseñó nuestro cutaway florentino, que se hizo especialmente popular en nuestros modelos jumbo. En la tienda McCabe’s también nos recomendaron que empezáramos a ofrecer guitarras con pastillas instaladas de fábrica, tal como querían algunos de sus clientes. Y rápidamente incorporamos pastillas Barcus-Berry debajo de la selleta.

Poco después del estreno de nuestra forma de caja Grand Concert, se produjo una convergencia de las corrientes de los cutaways, las pastillas y las guitarras de caja más pequeña. Todo ello, sumado a la comodidad de nuestros instrumentos, hizo que la demanda de modelos Grand Concert se disparara. Habíamos creado la guitarra ideal para el intérprete de fingerstyle moderno. De hecho, las ventas de modelos Grand Concert fueron una de las principales razones de nuestro crecimiento durante los 10 años siguientes. Teníamos una guitarra que era exclusivamente nuestra, estaba alineada con las tendencias del mercado y cubría perfectamente las necesidades de los usuarios. He conocido a muchos artistas que empezaron a tocar nuestras guitarras a finales de los 80 o principios de los 90 y se inclinaron hacia las Grand Concert porque se adaptaban muy bien a las exigencias de los músicos.

La Grand Concert es la guitarra que puso a Taylor Guitars en el mapa. Gracias a ella, pasamos de ser una pequeña empresa que apenas podía pagar las facturas a una notable y próspera compañía muy reconocida en la industria. Nuestra siguiente forma de caja, la Grand Auditorium, nos catapultó al reino de las marcas famosas y los constructores punteros, pero la Grand Concert fue la que consolidó nuestro lugar como un fabricante popular.

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La Esquina de Kurt

Transición fluida

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Por qué la transferencia de la propiedad a los empleados es la mejor estrategia para la continuidad del éxito de Taylor.

Antes o después, cualquier persona que haya montado un negocio tendrá que enfrentarse a un dilema: «¿qué pasará cuando yo ya no esté?» En la práctica, toda empresa necesita un nuevo propietario para seguir avanzando. Y, si no tienes una familia a la que quieras dejar el negocio, tampoco es que haya tantas opciones. Te ves ante la disyuntiva de una venta, y debes tomar la mejor decisión para que haya un equilibrio entre dar continuidad a lo que has construido, ser fiel a tus valores, recompensar a tus empleados y ofrecer un intercambio financiero justo para los nuevos propietarios.

A lo largo de los años, me he quedado horrorizado al escuchar historias de empresas adquiridas por compañías financieras que básicamente dinamitaron el negocio, echaron a empleados con una larga carrera, cerraron plantas y subcontrataron trabajos al extranjero. Hay que decir que, en algunos casos, se trataba de empresas antiguas que necesitaban desde hacía mucho tiempo una renovación que nunca llegó, y comprimieron un proceso que puede llevar décadas en una serie de cambios drásticos forzados en un período muy corto. Pero eso tampoco es excusa.

No queríamos pasar a formar parte de otra compañía de instrumentos musicales porque perderíamos gran parte de nuestra cultura e individualidad.

Bob y yo llevábamos mucho tiempo pensando en el futuro de Taylor Guitars. Sabíamos que era inevitable vender la empresa, pero la cuestión era cómo y a quién. Hemos trabajado en ello durante los últimos 10 años, y el resultado ha sido la creación de un PTAE (plan de transferencia de acciones a los empleados) que ha establecido la transición de la propiedad a nuestros trabajadores al término del 2020.

Desde fuera, se puede pensar que todas las compañías de guitarras se parecen bastante. Bueno: sí… y no. Cada empresa tiene su propia personalidad, cultura y sistema de valores. Nosotros no queríamos pasar a formar parte de otra compañía de instrumentos musicales porque perderíamos gran parte de nuestra cultura e individualidad. Eso siempre pasa. Nos gusta lo que hemos creado y queremos que siga así.

Tampoco teníamos ninguna intención de convertirnos en una empresa de cartera de una entidad financiera, aunque probablemente esa habría sido la solución más lucrativa. No podíamos permitir que la motivación principal de Taylor pasara de construir instrumentos de máxima calidad para inspirar la creación de música a basar nuestra toma de decisiones en el retorno de la inversión y los objetivos de crecimiento. Creíamos que ese tipo de transición no sería sana ni para el negocio, ni para nuestros empleados, distribuidores y proveedores, ni para las personas que compran y tocan nuestras guitarras.

En el 2013 empezamos a estudiar el funcionamiento de la transición de la propiedad a los empleados, y lo que averiguamos nos entusiasmó. Cuanto más sabíamos sobre esa estructura, más claro veíamos que cumplía todas nuestras condiciones. Bob y yo mantendríamos nuestros trabajos para seguir guiando a la empresa, que era lo que queríamos hacer. Y Andy podría continuar dirigiendo el diseño de nuestras guitarras durante décadas. Los empleados, muchos de los cuales llevan un montón de años con nosotros, se quedarían en Taylor. Y, quizá lo más relevante, los trabajadores serían los que se beneficiarían económicamente del crecimiento y la prosperidad de la empresa en el futuro.

La transferencia de la propiedad a los empleados supone una oportunidad única para paliar el reparto desigual del dinero, ya que ofrece un medio para que los trabajadores puedan generar riqueza para ellos y sus familias. Nos pareció que darles la oportunidad de cosechar las ganancias de Taylor Guitars era más importante y apropiado que vender la empresa a otra compañía o a una entidad financiera. Y estamos absolutamente encantados con nuestra decisión.

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El rincón de Kurt

Garantía de futuro

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Una de las claves de la longevidad de una empresa es encontrar formas de mejorar la vida de las personas.

Antes que nada, quiero desearos a todos salud y felicidad para el 2021. Durante la pandemia, muchas cosas han escapado totalmente a nuestro control. En Taylor hemos tenido la suerte de capear el 2020 con buenos resultados, ya que estamos en un sector al que no le ha afectado el hecho de que la gente tuviera que pasar más tiempo en casa o teletrabajando. Y eso le ha llevado a recurrir a la música. Ahora que ya hay noticias de varias vacunas que han demostrado ser efectivas y están cerca de ser aprobadas, espero que todos podamos pasar página, volver a unas condiciones más normales y tener un año positivo.

Como he escrito muchas veces, nunca sabemos qué nos traerá cada nuevo año o qué desafíos se nos presentarán. ¡Y, desde luego, el 2020 no ha sido una excepción!

Con un poco de suerte, nuestra vida es larga y dura décadas. Pero, en algunos sectores, las empresas pueden vivir siglos. Hace poco, en una conversación con Bob y Andy, Bob sugirió de forma un tanto provocadora que Taylor Guitars podría sobrevivir a Apple. Esto puede sonar escandaloso, pero creo que lleva a una reflexión interesante. Los instrumentos musicales evolucionan con bastante lentitud. Los mejores instrumentos producidos por algunos fabricantes se construyeron hace 60 años o más. Se trata de un tipo de tecnología que no queda anticuada fácilmente.

Es muy llamativo que algunas de las empresas más antiguas de los Estados Unidos sean fabricantes de instrumentos musicales.

Martin Guitars lleva en el negocio desde 1833. Steinway, desde 1853. Gibson, desde 1902. Más de cien años produciendo instrumentos musicales bastante tradicionales. Como acto estético y creativo, hacer música y disfrutar de ella satisface una necesidad humana. Es una forma de arte y hace que nuestra vida sea mejor. En mi opinión, es muy llamativo que algunas de las empresas más antiguas de los Estados Unidos sean fabricantes de instrumentos musicales que no han cambiado mucho a lo largo de los años.

Por el contrario, la tecnología puede evolucionar tan rápidamente que los productos enseguida quedan obsoletos y las empresas acaban en la cuneta en cuestión de pocos años. Las compañías deben estar siempre a la última para no perder relevancia. Todos conocemos nombres de empresas de tecnología que en su día dominaron el mercado pero hoy ya no existen. Es un mundo que cambia muy rápido.

Yo no me imagino a Apple desapareciendo, porque sus productos también hacen que la vida sea mejor. Pero, si la empresa dejara de desarrollar productos que mejorasen la vida de las personas, ¿seguiría prosperando? Quizá sea esa la cuestión clave, porque los instrumentos musicales sí continúan mejorando la vida de la gente incluso cuando ya son bastante viejos. Su tecnología inherente no cae en la obsolescencia y la inutilidad.

Para mí, la pregunta es: ¿en qué facetas quiero que la tecnología me ayude a tener una vida mejor y más fácil, y en cuáles no necesito más tecnología? A algunas personas les gusta la idea de un coche autónomo. No es mi caso; a mí me encanta conducir. Yo quiero que la tecnología me ayude a disfrutar haciendo las cosas que me gustan, no que las haga por mí. No me interesa que la tecnología me quite la habilidad para esas cosas o la capacidad de gozar con ellas.

Nuestro trabajo como diseñadores y constructores es crear instrumentos musicales que sean más inspiradores y divertidos de tocar y que te alegren el día cada vez que los tengas en las manos. Ese seguirá siendo nuestro foco y propósito de cara al futuro. Si hacemos un buen trabajo y tenemos un poco de suerte, Taylor Guitars seguirá creciendo e inspirando a crear música a las próximas generaciones.

El rincón de Kurt

En plena lucha

Bajar

En Taylor nada sigue igual, mientras seguimos adaptándonos a un mundo en transformación.

Este ha sido un año de extremos, ¡y los últimos seis meses han parecido seis años! Desde el 11/9, no habíamos pasado por unos tiempos tan inciertos e inquietantes. Tuvimos que cerrar las instalaciones de El Cajón y, más tarde, nuestra planta de Tecate. Nos enfrentábamos a la batalla de nuestras vidas, la lucha por la supervivencia.

En ese contexto, Bob tuvo la brillante idea de hablar con los funcionarios del gobierno local y persuadirles de que nos dejaran mantener equipos básicos para continuar entregando guitarras y avanzando con nuevos productos. Y nos dieron todo su apoyo. Creímos que era importante acelerar el desarrollo y el lanzamiento de las nuevas guitarras que habíamos diseñado, porque estaba claro que íbamos a necesitarlas cuando fuera posible retomar la producción. Y era imprescindible seguir enviando las guitarras que nos encargaban para obtener ingresos de cara al futuro.

Gracias en parte a la promoción «Taylor Days», lanzada en marzo con excelentes resultados, tuvimos unos buenos meses de abril y mayo en términos de envío de guitarras, aunque nuestras operaciones de fabricación permanecieron suspendidas hasta finales de mayo. A principios de junio, no teníamos ni idea de qué iba a pasar a continuación. La promoción había finalizado y nuestro inventario estaba agotado. Habíamos vuelto a producir guitarras, pero a un nivel muy reducido.

Lo más positivo que hemos sacado de esta situación ha sido el increíble trabajo en equipo que hemos realizado y cómo hemos remado todos juntos.

Y, cuando llegó junio, observamos el cambio que se estaba operando en el mundo. La gente trabajaba desde casa si podía, y se dedicaba a aficiones saludables como tocar la guitarra. Durante aquellas semanas, empezamos a recibir cada vez más encargos de nuestros distribuidores, ya que las guitarras Taylor se vendían muy rápido. Nuestro equipo de fabricación puso toda la carne en el asador e hizo magia para entregar el máximo número de pedidos posible. Esta línea se mantuvo durante junio y julio, ¡que acabaron siendo los dos meses seguidos con más encargos recibidos en la historia de la empresa! Para agosto, habíamos vendido gran parte de nuestra producción prevista hasta el primer trimestre de 2021. El futuro vuelve a ser prometedor y parece que tendremos un mercado de guitarras saludable.

Nuestra forma de trabajar ha cambiado radicalmente, y yo no creo que vuelva a ser como antes de la pandemia. La mayoría de nuestro personal de ventas, marketing y finanzas lleva desde marzo trabajando en casa, aunque la gente ya está empezando a volver a la oficina unos días a la semana. Hemos utilizado mucho las aplicaciones de Internet para hacer virtuales las reuniones  que antes hacíamos en persona. Claramente, hemos aprovechado el tiempo de forma más productiva y, ahora, ya no nos desplazamos para las reuniones de negocios. Todo esto ha cambiado la percepción de nuestra capacidad para seguir el ritmo de las actividades de la empresa sin tener que estar atados a nuestros lugares de trabajo. Por otro lado, echamos de menos los aspectos sociales de ver a nuestros compañeros.

Hacer guitarras en un ambiente limpio, seguro y con la distancia social necesaria es un desafío mucho más complicado, pero lo estamos consiguiendo. Recientemente, hemos reorganizado los turnos de trabajo de nuestra fábrica de Tecate para cumplir con los protocolos de seguridad y mantener a los empleados más separados unos de otros. Nos llevará tiempo recuperar los niveles de producción en los que nos movíamos antes de la pandemia, pero tenemos un plan sólido y vamos por el buen camino.

Sin duda, lo más positivo que hemos sacado de esta situación ha sido el increíble trabajo en equipo que hemos realizado y cómo hemos remado juntos para sobrevivir con éxito. Todos estamos tremendamente agradecidos por el esfuerzo y la implicación de cada uno de nosotros y, por supuesto, por el apoyo entusiasta de la gran comunidad de Taylor en todo el mundo. Os deseamos lo mejor para lo que queda de año. ¡Gracias!

La esquina de Kurt

Catalizador de Creatividad

Bajar

La dificultad de estos momentos ha hecho que Taylor responda con un sinfín de ideas creativas.

Este ha sido un año de extremos, ¡y los últimos seis meses han parecido seis años! Desde el 11/9, no habíamos pasado por unos tiempos tan inciertos e inquietantes. Tuvimos que cerrar las instalaciones de El Cajón y, más tarde, nuestra planta de Tecate. Nos enfrentábamos a la batalla de nuestras vidas, la lucha por la supervivencia.

Cuando pienso en gente altamente creativa, yo pienso en artistas. Me encanta cuando los veo siempre tratando de hacer cosas nuevas para sacudir el mundo. Eso es difícil, y no es algo seguro, pero no le tienen miedo a nada y no buscan repetir una formula segura, se arriesgan.

Yo creo que los negocios, en particular tienen una tendencia a volverse formulaticos y a operar en automático una vez la parte creativa se acaba, ellos solo necesitan mercadear y vender variaciones de productos que ya están creados. Los empresarios siempre buscan por lo que ya salió bien y quieren repetirlo. No hay nada malo con eso por que ellos quieren maximizar el retorno de esas ideas creativas. Después de todo, no todas las ideas creativas otorgan el mismo nivel de éxito. Así que cuando una idea de producto es muy bien recibida y obtiene y disfruta de mucha popularidad siempre se desea tener el mayor retorno posible por el mayor tiempo. Pero es muy importante seguir apoyando la creatividad para introducir nuevas ideas, ya que si no inviertes en eso el mundo eventualmente se cansa y busca otras opciones.

Me siento orgulloso de la dedicación, ingenuidad y coraje de nuestro equipo para dirigir la compañía durante estos tiempos tan difíciles.

El mundo también puede cambiar drásticamente, como lo hemos notado en este momento. Esos productos y planes que han trabajado muy bien siempre por tantos años repentinamente no funcionan más. Uno tiene que volverse recursivo inmediatamente, y reinventarse en tiempos tan duros y de tanta incertidumbre. Los días de poner las cosas en automático se terminaron. Tienes que buscar tu camino si quieres sobrevivir. Estamos en ese momento, y nuestro equipo esta mas creativo y enfocado que nunca produciendo nuevas ideas en estos momentos tan difíciles.

Estoy muy orgulloso con la velocidad y efectividad que nuestro equipo tiene en este momento para enfrentar este reto tan grande, entre ellos: desarrollar nuevas estrategias de mercadeo, promociones especiales a una velocidad increíble, desarrollo de nuevos productos y que pueden estar disponibles en tiempo record, continuar con la productividad trabajando desde casa, no parar con la distribución de productos a nuestros clientes, y manteniendo un canal de comunicación constante con ellos. Estoy muy orgullosos de la dedicación y tenacidad de nuestro equipo para mantener la compañía en curso durante este momento tan difícil para la humanidad.

Ocasionalmente escucho de otros empresarios que es muy difícil estar lejos de su compañía por cualquier periodo de tiempo, por que sus empresas no funcionan bien sin ellos. Siempre me sorprende escuchar eso. Creo que nunca han experimentado lo que es una empresa como Taylor Guitars.