Letters

Bajar

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Los mejores deseos

Nota editorial: Este mensaje iba dirigido al cofundador de Taylor, Kurt Listug, en referencia a la última parte de la columna que escribió para el número 102 de Wood&Steel (edición 1 de este año):

«También me gustaría dar las gracias a todos los propietarios de guitarras Taylor repartidos por el mundo por ser una parte esencial de nuestra evolución a lo largo de los años. Sabemos que mucha gente ha empezado a tocar la guitarra hace muy poco, y esperamos que los nuevos dueños de modelos Taylor disfruten de su experiencia con el instrumento. Uno de los propósitos del traspaso de la propiedad de la empresa a los trabajadores es mantener el objetivo a largo plazo de crear las mejores guitarras que podamos y continuar inspirando a las personas a expresarse a través de la música».

Acabo de leer vuestra revista; siempre me gusta saber lo que Bob y tú hacéis y hacia dónde se encamina Taylor. Me asombra hasta qué punto ha crecido la empresa. Yo ahora tengo nueve Taylor que son sin ninguna duda mis favoritas entre las 50 guitarras que he usado desde 1977.

Os merecéis todo el apoyo que os podamos dar como clientes. Muchas gracias por vuestros comentarios; os deseo lo mejor para cuando decidáis jubilaros. ¡Enhorabuena por el trabajo!

Daid

Una GT que enamora

Acabo de recibir mi nueva GTe Mahogany enviada por la tienda Chicago Music Exchange (que ha sido todo eficiencia y amabilidad). Esta guitarra tiene un tono extremadamente bien equilibrado: claro, brillante y articulado en todo el espectro de frecuencias. Además, genera mucho más volumen de lo que podía esperarme en un modelo de este tamaño.

A mis 79 años, la comodidad con el instrumento es algo crucial para mí, y la GTe ha superado totalmente mis expectativas. Todo resulta fácil de tocar, independientemente de la posición en el diapasón o de la complejidad de las secuencias de acordes.

A mí me gusta mezclar fingerpicking, punteos con púa y pasajes rítmicos que aprendí escuchando a Chet Atkins, Merle Travis y Scotty Moore durante mis años de formación. Y cualquier combinación de estos estilos suena genial en esta GTe de caoba. 

Yo empecé en los años 50 tocando guitarras Kay, Harmony y Stella; luego, cuando el bolsillo lo permitió, pasé a modelos Guild, Gretsch y Gibson. Actualmente utilizo sobre todo instrumentos Taylor por su calidad, sonido, comodidad, estética y relación calidad-precio, y también por vuestra preocupación por la sostenibilidad y las buenas prácticas empresariales. De hecho, si me compro alguna otra guitarra en el futuro, será una Taylor.

Gracias por otro instrumento musical fantástico, y ojalá consideréis la posibilidad de añadir la GTe a las series 300 o 500 a corto plazo.

John Clower Monroe, Georgia

Familia 800

Quería deciros cuánto me gustan vuestras guitarras y aprovechar para contaros mi historia con Taylor.

 Mis padres tenían un pequeño barco en los canales del Reino Unido, pero en el 2014 dejaron de poder mantenerlo. Decidieron venderlo, y parte de las ganancias nos llegaron a mi hermano y a mí.

Como tenía dinero, me puse a buscar una guitarra acústica de las buenas. Tenía en mente una Takamine o una Martin, y mi primera parada fue la tienda Sounds Great, cerca de Manchester (que, desgraciadamente, ya no existe). Allí toqué varias guitarras, y lo que más me llamó la atención fue la riqueza del tono y el volumen de una Taylor 814ce del 2014. Probé algunos modelos más de otras marcas y, una semana después, fui a hacer lo mismo a PMT Salford, otra tienda de la zona. Allí tenían una oferta de instrumentos mucho más amplia, pero ninguno me atrapó como la 814ce. 

 Volví a Sounds Great y, por suerte, la Taylor seguía allí, tan magnífica y potente como la recordaba. Es una guitarra increíble que me apasiona y que conservaré toda mi vida no solo porque es buenísima, sino también porque me recordará a mi padre, que lamentablemente está muy enfermo.

 Así empezó mi historia de amor con mi 814ce, disfrutando de cada minuto que la tengo en las manos y deseando que el cartero me traiga Wood&Steel para devorarla. Y, cuando un día me enteré de que había una Taylor Serie 800 de segunda mano a la venta, me dije que como mínimo tenía que probarla. 

 La verdad es que, mientras iba en el coche para encontrarme con el vendedor, tenía una sensación agridulce y me preguntaba por qué me estaba tomando siquiera la molestia. Sin embargo, pocos segundos después de tocar aquella 810 LTD de 1997, ya me había decidido a comprarla. Era otra guitarra con un aspecto y sonido indescriptibles que, según me explicaron, fue construida para una feria en los Estados Unidos y comprada por alguien que la acabó trayendo al Reino Unido. 

Así que ahora tengo otro hermoso instrumento antiguo además de mi modelo 814ce más joven, y no voy a venderlos jamás. El año que viene cumpliré 60, y espero gozar de mis dos guitarras durante mucho tiempo.

 Me encanta Taylor, como empresa y como fabricante de instrumentos insuperables. Hay gente que dirá que las guitarras de gama alta no justifican el dinero que cuestan, pero el placer y la felicidad que me dan mis Taylor (aparte de su esplendor y comodidad) valen cada céntimo.

Paul Stubbs Cheshire, U.K.

Mis primeras veces con Taylor

La primera Taylor que toqué en mi vida fue la 815 de 1985 de un amigo, una jumbo con puente de tipo mostacho. La primera Taylor de la que me enamoré fue una 514 de 1996. La primera Taylor que me compré fue una 314 LTD del 2002 con fondo y aros de arce. Y ahora, con 64 años, tengo una 522e que es la primera guitarra que satisface todas mis necesidades: caja pequeña, escala corta y tapa de caoba, ideal tanto para el fingerstyle como para puntear con púa.

Steve

Cartas

Bajar

La GT de la felicidad

Hace poco, me lancé a revitalizar mi colección de guitarras y me compré una Gibson J-45. Es una auténtica maravilla para la vista y el oído, pero una artritis temprana en las manos no me lo está poniendo fácil para seguir trasteando esas imponentes dreadnoughts clásicas. Me cuesta mucho tocar o practicar todo el tiempo que me gustaría, así que, después de la Gibson, pensé en buscar una guitarra más pequeña y un poco más manejable para mí. Cuando supe que ibais a sacar la Grand Theater, decidí hacerme con una.

Esta guitarra me ha devuelto la alegría de tocar sin dolor. Ya no tengo que estar contando los minutos hasta que la inflamación de las articulaciones no me deje seguir, sino que puedo pasarme horas y horas con el instrumento. Exploro ideas para componer de nuevo, y estoy retomando canciones que hacía años que no podía tocar. Y todo ello sin sacrificar la calidad del tono en favor de la comodidad física. Estoy tan contento que parezco un niño pequeño. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y, cuando vuelve a ti, lo aprecias muchísimo más.

La Taylor Grand Theater me ha cambiado las muecas por sonrisas. Estoy inmensamente emocionado por lo que Taylor me ha podido dar, y os agradezco desde lo más profundo que me hayáis puesto una guitarra acústica en las manos y música en el corazón.

Mike Seattle, Washington

Un brindis por la T5

Llevo desde 1970 tocando en un dúo de folk de la provincia de Quebec, en Canadá: somos dos voces y guitarras acústicas pasadas por un sistema de sonido estándar. Yo tenía una buena guitarra acústica con una pastilla piezoeléctrica instalada debajo del puente que ya me iba bien, pero llegó un momento en el que empecé a buscar más variedad de sonidos. En la tienda Steve’s Music de Montreal me hablaron del concepto híbrido, y elegí la Taylor T5 como primera opción. Me la compré en el 2007 y la he estado tocando constantemente desde entonces.

Hace no mucho, me invitaron a participar en una gira norteamericana de Marty Hall, un músico de blues establecido en Alemania. Cada noche, los tonos claros de la T5 brillaban a través de unos amplificadores de guitarra acústica espectaculares. Estoy encantado con su versatilidad sonora, la agilidad del diapasón, su ligereza y su durabilidad más que probada. La T5 es una excelente guitarra todoterreno que me ha rendido estupendamente todos estos años. ¡Gracias a todos en Taylor por crear un instrumento tan práctico y fiable!

Keith Whittall L’Île Perrot, Quebec (Canadá)

A punto para el concierto

En noviembre me compré una 514ce y no puedo dejar de tocarla. Suena increíblemente bien, y estoy deseando sacarla en mi primer concierto al aire libre del año (será dentro de unas tres semanas) para ver cómo responde con un sistema de PA. Estoy muy admirado por la impecable artesanía de todos los profesionales de vuestra fábrica… ¡y la combinación de cedro y caoba es genial! He tenido una 214 y una 314, pero, en mi humilde opinión, la 514ce supera la calidad de sonido de esos dos fantásticos modelos. Las cuerdas Elixir también combinan perfectamente con las maderas de esta guitarra. La llevé a un taller local certificado por Taylor para que me rebajaran la acción y cambiaran las cuerdas a calibre .011 – .052. Muchas gracias otra vez, y transmitid mi gratitud a todas las personas que intervinieron en la construcción de mi guitarra.

Ed Esposito

La llama vuelve a prender

Me acabo de comprar una GS Mini-e Mahogany. Antes de la pandemia, practicaba o tocaba yo solo varias veces a la semana, y un día al mes hacía conciertos con amigos dentro de un programa de voluntariado en un centro para discapacitados autónomos de mi ciudad. Pero, como le pasó a todo el mundo, mis oportunidades para actuar en directo desaparecieron con la COVID-19. Lamentablemente, también perdí las ganas de tocar la guitarra. No solo por la pandemia, sino también por un dolor en el hombro derecho y, sobre todo, por un malestar emocional que se apoderó de mí.

Ahora, desde que tengo la GS Mini, he recuperado el amor por la guitarra. He estado tocándola sin parar, y el entusiasmo por volver a hacer música y subir a un escenario ha reverdecido gracias a este pequeño instrumento con un sonido enorme. A veces, una guitarra hace brotar la magia. Y esa magia suele manifestarse en una canción. Para mí, se materializó recordándome hasta qué punto disfruto tocando música, ya sea solo en casa o ante el público con mis amigos. La GS Mini acabó siendo la cura contra el desánimo por la COVID-19. Se rumorea que mis otras guitarras, incluida una Taylor NS24, están celosas de la recién llegada. Pero que no se preocupen, porque pronto volveré a ellas también. Es más, pueden agradecerle a la GS Mini que me haya reavivado las ganas de tocarlas. Gracias por construir una guitarra tan maravillosa. Aunque tengo instrumentos de varias marcas, a todo el mundo le digo lo mismo: una Taylor siempre es una apuesta segura.

Joe Verga Middletown, Nueva Jersey

Baby de mis amores

Me encanta Wood&Steel. Como buen adicto a las guitarras, tengo varios modelos, entre ellas una Gibson de los años 60 y una Martin de los 50. Y, como bien dice Andy Powers en la última edición de vuestra revista [número 102], cada guitarra tiene su propia identidad. Menciono estas preciadas posesiones no para presumir, sino para subrayar mi opinión sobre mi pequeña Baby Taylor.

Tal como yo lo veo, en Taylor no deberíais presentar a la Baby como una guitarra para principiantes, ya que ofrece un sonido fabuloso para el fingerpicking, por ejemplo. Pero lo que más me gusta de ella es que siempre está ahí contigo: en cuanto se te ocurre una idea musical espontánea, solo tienes que alargar la mano y tomarla directamente. Es tan ligera que hasta la puedes tocar caminando de una habitación a otra sin correa mientras buscas un papel para escribir la letra de una canción. Y otra ventaja: si viajas en avión, se puede desmontar para que te quepa en el equipaje de mano y vuelve a estar perfecta cuando la recompones.

P. D. Sería la bomba ver más desarrollos con el tamaño de la Baby. Vamos, Andy, ¡sé que a tus neuronas les encantaría trabajar en una miniatura perfecta!

David Londres, Reino Unido

California Dreamin’

Llevo tocando guitarras Taylor desde los años 90 y actualmente tengo siete modelos: una K20c, una parlor de edición 35.º aniversario, una 814ce de cocobolo de edición limitada, una barítono de 8 cuerdas, una 618e, una 810 y una K66ce. Hasta ahora, había tocado otras Taylor que he legado a amigos y familiares. También tengo varias guitarras Collings, una Guild D-50 y una Bourgeois OM.

Quería compartir con vosotros lo mucho que he gozado tocando vuestros instrumentos, especialmente en directo.

Yo crecí entre los años 50 y 60 en Oswego, Nueva York. Allí, los inviernos eran largos, y mi hermano y yo soñábamos con las playas de California. A los nueve años empecé a tocar eléctricas Fender. Sabía que en California bullía un espíritu de innovación y, cuando probé mi primer instrumento Taylor (una 810), sentí que era especial. Ahora tengo casi 69 años, pero aún quedo frecuentemente con mis amigos para tocar… y siempre llevo al menos uno de vuestros instrumentos. Gracias de todo corazón por vuestra artesanía de genios.

El último número de Wood&Steel traía un excelente artículo sobre las maderas con unos gráficos interesantísimos. Yo tengo guitarras de koa, arce, caoba, cocobolo y palosanto, y vuestro análisis encaja totalmente con mis impresiones.

Peter Boyzuick North Augusta, Carolina del Sur

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Esta guitarra me ha devuelto la alegría de tocar sin dolor. Ya no tengo que estar contando los minutos hasta que la inflamación de las articulaciones no me deje seguir, sino que puedo pasarme horas y horas con el instrumento. Exploro ideas para componer de nuevo, y estoy retomando canciones que hacía años que no podía tocar. Y todo ello sin sacrificar la calidad del tono en favor de la comodidad física. Estoy tan contento que parezco un niño pequeño. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y, cuando vuelve a ti, lo aprecias muchísimo más.

La Taylor Grand Theater me ha cambiado las muecas por sonrisas. Estoy inmensamente emocionado por lo que Taylor me ha podido dar, y os agradezco desde lo más profundo que me hayáis puesto una guitarra acústica en las manos y música en el corazón.

Mike Seattle, Washington

Un brindis por la T5

Llevo desde 1970 tocando en un dúo de folk de la provincia de Quebec, en Canadá: somos dos voces y guitarras acústicas pasadas por un sistema de sonido estándar. Yo tenía una buena guitarra acústica con una pastilla piezoeléctrica instalada debajo del puente que ya me iba bien, pero llegó un momento en el que empecé a buscar más variedad de sonidos. En la tienda Steve’s Music de Montreal me hablaron del concepto híbrido, y elegí la Taylor T5 como primera opción. Me la compré en el 2007 y la he estado tocando constantemente desde entonces.

Hace no mucho, me invitaron a participar en una gira norteamericana de Marty Hall, un músico de blues establecido en Alemania. Cada noche, los tonos claros de la T5 brillaban a través de unos amplificadores de guitarra acústica espectaculares. Estoy encantado con su versatilidad sonora, la agilidad del diapasón, su ligereza y su durabilidad más que probada. La T5 es una excelente guitarra todoterreno que me ha rendido estupendamente todos estos años. ¡Gracias a todos en Taylor por crear un instrumento tan práctico y fiable!

Keith Whittall L’Île Perrot, Quebec (Canadá)

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En noviembre me compré una 514ce y no puedo dejar de tocarla. Suena increíblemente bien, y estoy deseando sacarla en mi primer concierto al aire libre del año (será dentro de unas tres semanas) para ver cómo responde con un sistema de PA. Estoy muy admirado por la impecable artesanía de todos los profesionales de vuestra fábrica… ¡y la combinación de cedro y caoba es genial! He tenido una 214 y una 314, pero, en mi humilde opinión, la 514ce supera la calidad de sonido de esos dos fantásticos modelos. Las cuerdas Elixir también combinan perfectamente con las maderas de esta guitarra. La llevé a un taller local certificado por Taylor para que me rebajaran la acción y cambiaran las cuerdas a calibre .011 – .052. Muchas gracias otra vez, y transmitid mi gratitud a todas las personas que intervinieron en la construcción de mi guitarra.

Ed Esposito

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Me acabo de comprar una GS Mini-e Mahogany. Antes de la pandemia, practicaba o tocaba yo solo varias veces a la semana, y un día al mes hacía conciertos con amigos dentro de un programa de voluntariado en un centro para discapacitados autónomos de mi ciudad. Pero, como le pasó a todo el mundo, mis oportunidades para actuar en directo desaparecieron con la COVID-19. Lamentablemente, también perdí las ganas de tocar la guitarra. No solo por la pandemia, sino también por un dolor en el hombro derecho y, sobre todo, por un malestar emocional que se apoderó de mí.

Ahora, desde que tengo la GS Mini, he recuperado el amor por la guitarra. He estado tocándola sin parar, y el entusiasmo por volver a hacer música y subir a un escenario ha reverdecido gracias a este pequeño instrumento con un sonido enorme. A veces, una guitarra hace brotar la magia. Y esa magia suele manifestarse en una canción. Para mí, se materializó recordándome hasta qué punto disfruto tocando música, ya sea solo en casa o ante el público con mis amigos. La GS Mini acabó siendo la cura contra el desánimo por la COVID-19. Se rumorea que mis otras guitarras, incluida una Taylor NS24, están celosas de la recién llegada. Pero que no se preocupen, porque pronto volveré a ellas también. Es más, pueden agradecerle a la GS Mini que me haya reavivado las ganas de tocarlas. Gracias por construir una guitarra tan maravillosa. Aunque tengo instrumentos de varias marcas, a todo el mundo le digo lo mismo: una Taylor siempre es una apuesta segura.

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Esta guitarra me ha devuelto la alegría de tocar sin dolor. Ya no tengo que estar contando los minutos hasta que la inflamación de las articulaciones no me deje seguir, sino que puedo pasarme horas y horas con el instrumento. Exploro ideas para componer de nuevo, y estoy retomando canciones que hacía años que no podía tocar. Y todo ello sin sacrificar la calidad del tono en favor de la comodidad física. Estoy tan contento que parezco un niño pequeño. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y, cuando vuelve a ti, lo aprecias muchísimo más.

La Taylor Grand Theater me ha cambiado las muecas por sonrisas. Estoy inmensamente emocionado por lo que Taylor me ha podido dar, y os agradezco desde lo más profundo que me hayáis puesto una guitarra acústica en las manos y música en el corazón.

Mike Seattle, Washington

Un brindis por la T5

Llevo desde 1970 tocando en un dúo de folk de la provincia de Quebec, en Canadá: somos dos voces y guitarras acústicas pasadas por un sistema de sonido estándar. Yo tenía una buena guitarra acústica con una pastilla piezoeléctrica instalada debajo del puente que ya me iba bien, pero llegó un momento en el que empecé a buscar más variedad de sonidos. En la tienda Steve’s Music de Montreal me hablaron del concepto híbrido, y elegí la Taylor T5 como primera opción. Me la compré en el 2007 y la he estado tocando constantemente desde entonces.

Hace no mucho, me invitaron a participar en una gira norteamericana de Marty Hall, un músico de blues establecido en Alemania. Cada noche, los tonos claros de la T5 brillaban a través de unos amplificadores de guitarra acústica espectaculares. Estoy encantado con su versatilidad sonora, la agilidad del diapasón, su ligereza y su durabilidad más que probada. La T5 es una excelente guitarra todoterreno que me ha rendido estupendamente todos estos años. ¡Gracias a todos en Taylor por crear un instrumento tan práctico y fiable!

Keith Whittall L’Île Perrot, Quebec (Canadá)

A punto para el concierto

En noviembre me compré una 514ce y no puedo dejar de tocarla. Suena increíblemente bien, y estoy deseando sacarla en mi primer concierto al aire libre del año (será dentro de unas tres semanas) para ver cómo responde con un sistema de PA. Estoy muy admirado por la impecable artesanía de todos los profesionales de vuestra fábrica… ¡y la combinación de cedro y caoba es genial! He tenido una 214 y una 314, pero, en mi humilde opinión, la 514ce supera la calidad de sonido de esos dos fantásticos modelos. Las cuerdas Elixir también combinan perfectamente con las maderas de esta guitarra. La llevé a un taller local certificado por Taylor para que me rebajaran la acción y cambiaran las cuerdas a calibre .011 – .052. Muchas gracias otra vez, y transmitid mi gratitud a todas las personas que intervinieron en la construcción de mi guitarra.

Ed Esposito

La llama vuelve a prender

Me acabo de comprar una GS Mini-e Mahogany. Antes de la pandemia, practicaba o tocaba yo solo varias veces a la semana, y un día al mes hacía conciertos con amigos dentro de un programa de voluntariado en un centro para discapacitados autónomos de mi ciudad. Pero, como le pasó a todo el mundo, mis oportunidades para actuar en directo desaparecieron con la COVID-19. Lamentablemente, también perdí las ganas de tocar la guitarra. No solo por la pandemia, sino también por un dolor en el hombro derecho y, sobre todo, por un malestar emocional que se apoderó de mí.

Ahora, desde que tengo la GS Mini, he recuperado el amor por la guitarra. He estado tocándola sin parar, y el entusiasmo por volver a hacer música y subir a un escenario ha reverdecido gracias a este pequeño instrumento con un sonido enorme. A veces, una guitarra hace brotar la magia. Y esa magia suele manifestarse en una canción. Para mí, se materializó recordándome hasta qué punto disfruto tocando música, ya sea solo en casa o ante el público con mis amigos. La GS Mini acabó siendo la cura contra el desánimo por la COVID-19. Se rumorea que mis otras guitarras, incluida una Taylor NS24, están celosas de la recién llegada. Pero que no se preocupen, porque pronto volveré a ellas también. Es más, pueden agradecerle a la GS Mini que me haya reavivado las ganas de tocarlas. Gracias por construir una guitarra tan maravillosa. Aunque tengo instrumentos de varias marcas, a todo el mundo le digo lo mismo: una Taylor siempre es una apuesta segura.

Joe Verga Middletown, Nueva Jersey

Hallazgo afortunado

El 6 de diciembre del año pasado sacasteis a la luz un modelo 224ce-K DLX con tapa de koa maciza. En algún momento después del día de su nacimiento, la guitarra se vendió por primera vez en la tienda Music Villa de Bozeman, Montana. Y yo tuve la suerte de que, al parecer, al comprador original no le gustó. Quién sabe, quizá había sido un regalo…

La semana pasada, aquel primer propietario la cambió por una Telecaster (él se lo pierde). En un golpe de fortuna, tuve la oportunidad de comprar esa guitarra el mismo día que se hizo el trueque. Antes de eso yo ya era un privilegiado, porque tenía una Martin D-35 de 1975 de madera maciza, una Gibson Dove de principios de los 80 también maciza y una Ramírez 1a de 1974 con aros laminados. Las tres suenan de maravilla y tienen sus deliciosas peculiaridades, como todas las grandes guitarras. Pero vosotros habéis creado un instrumento estelar con madera contrachapada y a un precio verdaderamente asombroso.

El sonido es para desmayarse nada más sacarla de la caja. No hay que esperar 10 años para que esta guitarra te dé todo su potencial. Las afinaciones alternativas quedan geniales, especialmente DADGBD: la canción «Don’t Let It Bring You Down» de Neil Young suena para echarse a llorar. Este instrumento no se desafina y reproduce perfectamente el sonido acústico con la pastilla. Es más: yo nunca había tenido una guitarra que considerara «hermosa»… hasta ahora. El trabajo de la superficie es impoluto (¡y, aparentemente, resistente al sudor!).

Por otro lado, en Music Villa no solo tienen una selección de instrumentos sin parangón, sino que el personal no podría haber sido más amable. Gino, Paul, Abel y Josh fueron extremadamente atentos y estuvieron absolutamente dispuestos a ayudar. Me dejaron una sala especial para que tocara todas las guitarras que quisiera. Soportaron pacientemente que un amigo y yo les volviéramos locos durante un total de seis horas repartidas en dos visitas hasta que finalmente me decidí a comprarla.

¡Mi más sincero agradecimiento!

Robert Roeper Missoula, Montana

Esta es para mí

He tenido varias guitarras, pero ninguna de gama alta. De hecho, por culpa de la artritis tuve que dejar de tocar durante un par de años hasta que, gracias a la magia de la medicina y de un brillante reumatólogo, pude retomar el instrumento. Durante esa pausa, resultó que el mástil de mi guitarra se había deformado mucho: era el momento de comprar una nueva. Había leído que hay gente que prueba una guitarra y dice: «esta es para mí, es la buena, la que llevo buscando toda la vida». Y eso fue lo que me pasó cuando compré mi GS Mini de palosanto: el tono y la comodidad me parecen inmejorables. Aunque ya no tengo dolores a causa de la artritis, mis dedos encorvados no me hacen ningún favor a la hora de tocar. Por ejemplo, hay días en que no alcanzo a digitar un acorde de Sol 7 o un Fa con cejilla. Pero, aun así, el perfil compacto del mástil hace que por lo menos pueda tocar algo. Gracias por volver a hacerme sonreír.

Gord Lefort

Gran guitarra, púas geniales

¡Saludos desde Bélgica! Acabo de comprarme otra Taylor de la imbatible Serie 300. Ya tengo una 314ce, una 355ce y una Academy 12e-N, y esta maravillosa 327e es mi primera guitarra V-Class. Si tuviera más presupuesto, habría optado por una 524ce… pero, como músico autónomo no profesional, queda muy por encima de mis posibilidades. En cualquier caso, la calidez de la 327e me dejó alucinado. Había leído en Internet que la respuesta de graves de los instrumentos V-Class es «ligeramente inferior», pero mi 327e lo rebate: genera la misma resonancia de graves que mi vieja guitarra de otra marca, pero está más equilibrada y no sobredimensiona los agudos. Y suena encantadora tocada tanto con los dedos como con púa.

Hace unos 10 años, dejé de usar púas porque los modelos estándar de cualquier grosor, material o marca me daban un sonido chillón y quebradizo. Pero vi que Taylor también fabrica púas, así que encargué varios paquetes de seis unidades de distintos materiales y grosores, y… ¡tachán! El modelo Thermex les sacó un tono de ensueño a mis guitarras de jazz, y las acústicas sonaban más vivas que nunca, con mucha calidez pero con toda la claridad y definición.

Llevo en la música casi 50 años, así que era muy consciente de que el grosor y el material de una púa influyen muchísimo en el sonido de una guitarra. Pero estos nuevos modelos superaron todas mis expectativas y, después de más de 10 años, me hicieron recuperar el entusiasmo por los solos (acústicos) rápidos y articulados.

Me parece admirable que, aun siendo uno de los mejores fabricantes de guitarras acústicas del mundo, en Taylor dediquéis tiempo y energía a algo tan humilde como una púa. Ahí es donde empieza nuestro tono, nuestra voz como músicos. Independientemente de las maderas caras o de las pastillas que lleve la guitarra, si lo primero que genera la vibración de las cuerdas ya no suena bien de entrada, lo único que harán las maravillas tecnológicas y las exquisiteces de la artesanía de la madera será amplificar esas deficiencias.

Marc Steenhaut

La transmisión de un legado

Durante los últimos dos meses, he encargado y devuelto cinco guitarras diferentes de tiendas por Internet. Nunca he tenido un instrumento de más de 1000 dólares, así que quería una acústica para disfrutar y digna de legársela a mi hijo. Probé modelos de varias marcas, pero ninguno de ellos satisfizo ni mis necesidades musicales ni mis preferencias visuales. Finalmente, encontré la Taylor 317e Grand Pacific y me decidí a encargarla. En aquel momento, mis expectativas ya eran bajas. Cuando saqué la guitarra de la caja, inmediatamente quedé seducido por el estuche de estilo country. Lo abrí para inspeccionar la guitarra al detalle: ¡IMPECABLE! Una artesanía espléndida. La cosa empezaba bien. Al tocarla, tanto el mástil como la sensación me dejaron con la boca abierta. Es sin duda el mástil de acústica más cómodo que he tocado en la vida. Esta guitarra me da exactamente el sonido que estaba buscando, y más. No soy un músico famoso ni una celebridad en las redes sociales, pero a todo el mundo le digo lo maravillosa que es esta guitarra. Sé que en términos estadísticos solo soy un humilde individuo, pero Taylor se ha ganado un cliente para toda la vida. Esta guitarra vale cada céntimo que pagué con tanto esfuerzo. ¡Mi más profunda gratitud a todos!

Chris Yonker

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La GT de la felicidad

Hace poco, me lancé a revitalizar mi colección de guitarras y me compré una Gibson J-45. Es una auténtica maravilla para la vista y el oído, pero una artritis temprana en las manos no me lo está poniendo fácil para seguir trasteando esas imponentes dreadnoughts clásicas. Me cuesta mucho tocar o practicar todo el tiempo que me gustaría, así que, después de la Gibson, pensé en buscar una guitarra más pequeña y un poco más manejable para mí. Cuando supe que ibais a sacar la Grand Theater, decidí hacerme con una.

Esta guitarra me ha devuelto la alegría de tocar sin dolor. Ya no tengo que estar contando los minutos hasta que la inflamación de las articulaciones no me deje seguir, sino que puedo pasarme horas y horas con el instrumento. Exploro ideas para componer de nuevo, y estoy retomando canciones que hacía años que no podía tocar. Y todo ello sin sacrificar la calidad del tono en favor de la comodidad física. Estoy tan contento que parezco un niño pequeño. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y, cuando vuelve a ti, lo aprecias muchísimo más.

La Taylor Grand Theater me ha cambiado las muecas por sonrisas. Estoy inmensamente emocionado por lo que Taylor me ha podido dar, y os agradezco desde lo más profundo que me hayáis puesto una guitarra acústica en las manos y música en el corazón.

Mike Seattle, Washington

Un brindis por la T5

Llevo desde 1970 tocando en un dúo de folk de la provincia de Quebec, en Canadá: somos dos voces y guitarras acústicas pasadas por un sistema de sonido estándar. Yo tenía una buena guitarra acústica con una pastilla piezoeléctrica instalada debajo del puente que ya me iba bien, pero llegó un momento en el que empecé a buscar más variedad de sonidos. En la tienda Steve’s Music de Montreal me hablaron del concepto híbrido, y elegí la Taylor T5 como primera opción. Me la compré en el 2007 y la he estado tocando constantemente desde entonces.

Hace no mucho, me invitaron a participar en una gira norteamericana de Marty Hall, un músico de blues establecido en Alemania. Cada noche, los tonos claros de la T5 brillaban a través de unos amplificadores de guitarra acústica espectaculares. Estoy encantado con su versatilidad sonora, la agilidad del diapasón, su ligereza y su durabilidad más que probada. La T5 es una excelente guitarra todoterreno que me ha rendido estupendamente todos estos años. ¡Gracias a todos en Taylor por crear un instrumento tan práctico y fiable!

Keith Whittall L’Île Perrot, Quebec (Canadá)

A punto para el concierto

En noviembre me compré una 514ce y no puedo dejar de tocarla. Suena increíblemente bien, y estoy deseando sacarla en mi primer concierto al aire libre del año (será dentro de unas tres semanas) para ver cómo responde con un sistema de PA. Estoy muy admirado por la impecable artesanía de todos los profesionales de vuestra fábrica… ¡y la combinación de cedro y caoba es genial! He tenido una 214 y una 314, pero, en mi humilde opinión, la 514ce supera la calidad de sonido de esos dos fantásticos modelos. Las cuerdas Elixir también combinan perfectamente con las maderas de esta guitarra. La llevé a un taller local certificado por Taylor para que me rebajaran la acción y cambiaran las cuerdas a calibre .011 – .052. Muchas gracias otra vez, y transmitid mi gratitud a todas las personas que intervinieron en la construcción de mi guitarra.

Ed Esposito

La llama vuelve a prender

Me acabo de comprar una GS Mini-e Mahogany. Antes de la pandemia, practicaba o tocaba yo solo varias veces a la semana, y un día al mes hacía conciertos con amigos dentro de un programa de voluntariado en un centro para discapacitados autónomos de mi ciudad. Pero, como le pasó a todo el mundo, mis oportunidades para actuar en directo desaparecieron con la COVID-19. Lamentablemente, también perdí las ganas de tocar la guitarra. No solo por la pandemia, sino también por un dolor en el hombro derecho y, sobre todo, por un malestar emocional que se apoderó de mí.

Ahora, desde que tengo la GS Mini, he recuperado el amor por la guitarra. He estado tocándola sin parar, y el entusiasmo por volver a hacer música y subir a un escenario ha reverdecido gracias a este pequeño instrumento con un sonido enorme. A veces, una guitarra hace brotar la magia. Y esa magia suele manifestarse en una canción. Para mí, se materializó recordándome hasta qué punto disfruto tocando música, ya sea solo en casa o ante el público con mis amigos. La GS Mini acabó siendo la cura contra el desánimo por la COVID-19. Se rumorea que mis otras guitarras, incluida una Taylor NS24, están celosas de la recién llegada. Pero que no se preocupen, porque pronto volveré a ellas también. Es más, pueden agradecerle a la GS Mini que me haya reavivado las ganas de tocarlas. Gracias por construir una guitarra tan maravillosa. Aunque tengo instrumentos de varias marcas, a todo el mundo le digo lo mismo: una Taylor siempre es una apuesta segura.

Joe Verga Middletown, Nueva Jersey

Hallazgo afortunado

El 6 de diciembre del año pasado sacasteis a la luz un modelo 224ce-K DLX con tapa de koa maciza. En algún momento después del día de su nacimiento, la guitarra se vendió por primera vez en la tienda Music Villa de Bozeman, Montana. Y yo tuve la suerte de que, al parecer, al comprador original no le gustó. Quién sabe, quizá había sido un regalo…

La semana pasada, aquel primer propietario la cambió por una Telecaster (él se lo pierde). En un golpe de fortuna, tuve la oportunidad de comprar esa guitarra el mismo día que se hizo el trueque. Antes de eso yo ya era un privilegiado, porque tenía una Martin D-35 de 1975 de madera maciza, una Gibson Dove de principios de los 80 también maciza y una Ramírez 1a de 1974 con aros laminados. Las tres suenan de maravilla y tienen sus deliciosas peculiaridades, como todas las grandes guitarras. Pero vosotros habéis creado un instrumento estelar con madera contrachapada y a un precio verdaderamente asombroso.

El sonido es para desmayarse nada más sacarla de la caja. No hay que esperar 10 años para que esta guitarra te dé todo su potencial. Las afinaciones alternativas quedan geniales, especialmente DADGBD: la canción «Don’t Let It Bring You Down» de Neil Young suena para echarse a llorar. Este instrumento no se desafina y reproduce perfectamente el sonido acústico con la pastilla. Es más: yo nunca había tenido una guitarra que considerara «hermosa»… hasta ahora. El trabajo de la superficie es impoluto (¡y, aparentemente, resistente al sudor!).

Por otro lado, en Music Villa no solo tienen una selección de instrumentos sin parangón, sino que el personal no podría haber sido más amable. Gino, Paul, Abel y Josh fueron extremadamente atentos y estuvieron absolutamente dispuestos a ayudar. Me dejaron una sala especial para que tocara todas las guitarras que quisiera. Soportaron pacientemente que un amigo y yo les volviéramos locos durante un total de seis horas repartidas en dos visitas hasta que finalmente me decidí a comprarla.

¡Mi más sincero agradecimiento!

Robert Roeper Missoula, Montana

Esta es para mí

He tenido varias guitarras, pero ninguna de gama alta. De hecho, por culpa de la artritis tuve que dejar de tocar durante un par de años hasta que, gracias a la magia de la medicina y de un brillante reumatólogo, pude retomar el instrumento. Durante esa pausa, resultó que el mástil de mi guitarra se había deformado mucho: era el momento de comprar una nueva. Había leído que hay gente que prueba una guitarra y dice: «esta es para mí, es la buena, la que llevo buscando toda la vida». Y eso fue lo que me pasó cuando compré mi GS Mini de palosanto: el tono y la comodidad me parecen inmejorables. Aunque ya no tengo dolores a causa de la artritis, mis dedos encorvados no me hacen ningún favor a la hora de tocar. Por ejemplo, hay días en que no alcanzo a digitar un acorde de Sol 7 o un Fa con cejilla. Pero, aun así, el perfil compacto del mástil hace que por lo menos pueda tocar algo. Gracias por volver a hacerme sonreír.

Gord Lefort

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Interiorismo

Últimamente estoy experimentando con la fotografía, especialmente con la naturaleza muerta, y he pensado que quizá os gustaría ver qué pasa dentro de vuestras guitarras cuando salen de la fábrica. Por cierto, gracias por los vídeos sobre mantenimiento que habéis publicado en YouTube. Acabo de cambiarle las cuerdas a la guitarra siguiendo una de las guías.

 interior still-life photo of Taylor acoustic guitar

Steve Hyde

Uno más de la familia

Tengo 54 años, soy escritor y veterano de guerra discapacitado y siempre había querido aprender a tocar la guitarra. Ahora, estoy en un momento de mi vida en el que puedo intentar en serio llegar a ser un buen guitarrista. Más mayor, sí, pero también mucho más comprometido. Llevo un tiempo practicando cada día y espero poder tocar pronto mi primera canción de verdad.

Después de investigar concienzudamente, escuchar guitarras de varias marcas y hacer las comparaciones pertinentes, me decidí por una Taylor. La 814ce fue la que más me gustó, y el sábado pasado me llegó a casa mi flamante Taylor 814ce V-Class.

En el camino de mi iniciación como guitarrista me estoy informando mucho sobre Taylor, porque creo que conocer la historia, el legado y el equipo que hay detrás de la empresa me hará mejor intérprete y también mejor persona.

Sin ir más lejos, me encanta Taylor Primetime porque es educativo, divertido, informativo y algo «friqui», y por los músicos que intervienen en cada episodio. Gracias por hacerme sentir parte de vuestra familia.

James A. Murphy

Entre algodones

Ya tengo una edad para escribir cartas en plan fan, pero dejadme decir que estoy absolutamente impresionado con el servicio técnico de Taylor. Hace veinte años, mi mujer me regaló una 410ce LTD en un momento de nuestras vidas en el que no teníamos mucho dinero. Es mi posesión más preciada. Hecho un manojo de nervios, la envié a un viaje de ida y vuelta de casi 10 000 kilómetros desde el norte del estado de Nueva York hasta California para que la repararais, y prácticamente recibí una guitarra nueva. ¡Me quedé de piedra!

Hoy en día, conseguir que la gente haga lo que dice que va a hacer parece casi imposible, así que encontrar profesionales que vayan incluso más allá es un auténtico placer. Y vuestro equipo de servicio entra en esta categoría. Todo fue increíble, desde la comunicación rápida, atenta y eficiente de Adam Bernal hasta la impecable organización del reenvío por parte de Mike Puckett. Sin olvidar, por supuesto, la paciencia y el alto nivel técnico de la reparación de Chris Beardenin. No sé cuánto pagaréis a vuestra gente, pero sea lo que sea, ¡se merecen más!

Jim Meade

El noble camino

Hace unos años, un amigo mío se compró una guitarra Taylor y siempre me pasa su copia de Wood&Steel cuando termina de leerla. La verdad es que estoy muy, muy impresionado no solo con vuestras guitarras, sino también con Taylor como empresa. El trabajo que hacéis con el cultivo de árboles ya iba más allá de vuestras responsabilidades, y ahora veo que también tenéis un programa de madera urbana. El artículo de Scott Paul sobre vuestra asociación con West Coast Arborists acabó de convencerme: Taylor es LO MÁS. ¿Cuántas empresas de instrumentos musicales tienen un puesto de director de sostenibilidad de recursos naturales? Lo vuestro no es palabrería: en Taylor predicáis con el ejemplo. Como defensor de los bosques urbanos, amante del trabajo de la madera y guitarrista ocasional, me siento obligado a transmitiros mi agradecimiento.

Me encantaría tener una guitarra Taylor algún día. Cuando llegue ese momento sentiré una gran satisfacción, no solo por ser dueño de un instrumento diseñado con inmenso cuidado y dedicación (como queda claro en las columnas de Bob y Andy en la revista), sino también por saber que el acto de comprar una Taylor apoya a una buena empresa. Muchas gracias por abrir un camino tan positivo para este mundo. ¡Que sepáis que apreciamos vuestros esfuerzos!

Craig Haggart Sunnyvale, California

Micros mágicos

Esta carta tiene que ver con el artículo de Gabriel O’Brien «Introducción a la grabación de guitarras acústicas» en el número 98 (edición 3 de 2020) de Wood&Steel. En ese excelente trabajo se explica acertadamente el método probado de colocar un micrófono cardioide a unos 30 centímetros de la tapa y apuntando ligeramente hacia fuera de la boca del instrumento. Esa técnica de grabación en un canal (mono) siempre ofrece un sonido natural con muy buenos resultados.

En cuanto al «estéreo», el artículo menciona brevemente la posibilidad de usar un patrón XY. Pero, en mi opinión, esa configuración capta el sonido del instrumento más o menos en mono (la guitarra queda fija en el centro aunque los canales estén completamente abiertos) y, en cambio, graba una amplia imagen «estéreo» del entorno acústico que rodea a la guitarra. Queda bonito, pero aun así…

Hace unos años, ingenié una técnica de grabación de guitarra acústica con dos micrófonos que proporcionan dos canales con sonidos distintos que pueden ser muy útiles en una mezcla. La imagen muestra la idea general:

El Micro 1 (que también puede apuntar unos trastes por detrás del final del diapasón) registra lo que yo llamaría un sonido «ahuecado» en las frecuencias medias, es decir, con muchos graves y unos agudos brillantes y presentes pero sin demasiado músculo en los medios.

El Micro 2, orientado hacia el centro del lóbulo inferior, capta muy pocos graves y absolutamente ningún brillo de agudos, pero graba con mucha eficacia toda la rotundidad de medios del instrumento y llena el hueco en el espectro de la señal del Micro 1.

Así, estos dos canales permiten jugar con diferentes opciones interesantes de cara a la mezcla, como por ejemplo:

  • Abrir totalmente los sonidos de la guitarra en el campo estéreo.
  • Pulir el equilibrio tonal para adaptarlo a una orquestación determinada, etcétera.

Como los micrófonos apuntan a distintas fuentes de emisión de sonido desde la tapa, las señales no interactúan de manera que se produzca mucha cancelación de fase cuando se suman a mono.

Me pareció que valía la pena compartir esta idea.

Larry Revit

La respuesta de Gabriel: Muchas gracias por tus comentarios, Larry. Hablé de la grabación XY coincidente como un recurso popular para la captación de guitarras acústicas con varios micrófonos, igual que también podía haber mencionado la grabación con el método ORTF o con un par espaciado como el que tú describes. Tienes razón cuando dices que el sonido resultante no es especialmente «estéreo». Supongo que mucha gente graba con un par XY porque emula la audición humana. Sin embargo, mis objetivos en el momento de grabar guitarras dependen de las circunstancias. Si se trata de una sesión de estudio, normalmente pienso en encajar el sonido en una mezcla más amplia. Para contenidos de vídeo, mi idea es mostrar lo que una guitarra puede ofrecer, y transmitir al oyente una impresión del sonido que llega al intérprete para que decida si le gustaría probar esa guitarra en una tienda y quizá comprársela (un matiz bastante relevante). En configuraciones de estudio con un guitarrista solista o un cantautor que utilice una acústica como instrumento principal, suelo usar dos o tres micrófonos. Generalmente, coloco el primer micro en la posición que comentaba en el artículo: a unos 30 centímetros del lado de agudos del lóbulo superior. El segundo micrófono lo añado a la altura del hombro del brazo que queda sobre la caja con una ligera inclinación hacia el puente desde una distancia de entre 90 y 120 centímetros, lo cual cumple la «regla del 3 a 1». Profundizaré más en todo ello en un próximo artículo, pero, por ahora, gracias otra vez por compartir tu experiencia. ¡Voy a probar la técnica que has sugerido!

El time-lapse de Tiffany

Solo quería compartir una foto muy chula que sacamos en Dakota del Sur. Pensé que os podría gustar. Llevo tocando guitarras Taylor desde los 8 años, cuando tuve mi primera y deslumbrante Baby Taylor Swift. (También os envío esa foto). Desde entonces, he estado componiendo, publicando y tocando música en directo a la caza de mi sueño. Siempre que puedo viajo a Nashville, y mi idea es irme a vivir allí en los próximos dos años. ¡Ojalá algún día pueda tener mis propias guitarras Taylor Tiffany Johnson Signature! Me encanta escribir y tocar música con vuestros instrumentos.

Tiffany Johnson, Artista y cantautora

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Cartas

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Conciertos caseros

Mi hijo Uriah y yo estuvimos haciendo cuarentena en casa durante 10 días, y nos pasamos horas y horas tocando la guitarra. El chaval ha alucinado con el instrumento: si oye que me pongo a tocar, viene literalmente corriendo desde la otra punta de la casa con la guitarra en la mano. ¡Es una pasada!

Chris Cassidy 

Amor de 12 cuerdas

Hoy me he comprado una 652ce WHB Builder’s Edition. Es fantástica. En su momento, tuve una 562ce que me pareció la mejor guitarra de 12 cuerdas de la historia. ¡Pero esta 652ce es la bomba! Gracias, Andy; has hecho un trabajo impresionante con esta guitarra.

John Carter

Wood&Steel en Internet

Siempre tengo una sensación especial cuando recibo una copia impresa de Wood&Steel en el buzón. La llevo a todas partes y me la leo de cabo a rabo. Hoy he entrado en vuestra web y he descubierto la nueva versión electrónica de la revista, el número 2 de 2020. Y, claro, no he podido evitar hacer clic para explorar las novedades del maravilloso mundo de Taylor.

Lo primero que he hecho ha sido ir a mi sección de referencia: “Pregúntale a Bob”. ¡Y me ha dejado totalmente alucinado! No solo por la espléndida respuesta de Bob a la pregunta sobre la garra de oso, sino porque las imágenes y el vídeo aportado por el proveedor de la madera hacen que la explicación sea mucho más fácil de entender. ¡Habéis dado en la diana! No dejéis de utilizar esta tecnología tan educativa para todos nosotros.

Bart Marshel Goodyear, Arizona

Nota editorial: Nos alegramos de que te haya gustado, Bart. Bob responde a más preguntas en vídeo en la edición digital de este número.

La gracia está en los detalles

En el episodio “Strings and Picks” de Primetime Live, a Andy Powers le preguntaban por qué las guitarras Taylor se envían con cuerdas Elixir. Andy explicó que las cuerdas con recubrimiento (como las Elixir) garantizan que las guitarras lleguen al distribuidor con un juego que sonará bien. Y yo quería corroborar el acierto de esa idea. Hace dos años, fui al Guitar Center de Tyler (Texas) decidido a comprarme una guitarra de otra marca. Había estado investigando y me gustaba lo que había leído sobre sus modelos más asequibles. En la tienda encontré el que me interesaba, lo cogí, rasgueé un acorde… y sonó como un zapato viejo. Miré la guitarra y vi que las cuerdas estaban roñosas y gastadas. Con eso, ya está todo dicho. Luego toqué todas las guitarras de menos de 1000 € que había en la tienda por si encontraba alguna que me llamara la atención. Vi una Taylor 110ce y le di un tiento. Sonó como los ángeles. Hasta aquel momento, ni siquiera había considerado la posibilidad de comprarme una Taylor. Y, ese día, unas cuerdas nuevecitas fueron lo que hizo que aquella guitarra se vendiera. Eso es lo que me gusta de Taylor: la atención al detalle.

Marshall Endsley Athens, Texas

Nombre en clave: Proyecto Ébano

Nota editorial: Esta carta fue enviada por un viejo conocido de Bob y usuario de Taylor desde hace tiempo. Los dos llevan años enviándose correos electrónicos.

Bob, quería comentarte algo que creo que te gustará. Como sabes, trabajo en Mitsubishi Chemical y me dedico a la estrategia corporativa orientada la planificación a largo plazo y a las fusiones y adquisiciones. La semana pasada anunciamos nuestra última compra, una compañía alemana de reciclaje de fibra de carbono. En nuestras operaciones de adquisición, siempre utilizamos un código interno en clave para no revelar el nombre real de la empresa. En este caso, elegimos el de “Proyecto Ébano” en honor a Taylor. Soy un gran admirador de vuestro trabajo de conservación y uso responsable del ébano en Camerún desde que invertisteis allí por primera vez. Me acuerdo de cuando leí que un enorme porcentaje del ébano acaba echándose a perder porque no es completamente negro, y de la convicción que demostraste al usar tu poder de mercado para darle un giro al asunto.

El sector de la fibra de carbono se encuentra en la misma situación. Alrededor del 30 % de toda la que se fabrica a nivel mundial se desperdicia y suele acabar en vertederos. Esto ocurre porque el público o bien no tiene acceso a la fibra de carbono reciclada, o no confía lo suficiente en ella. Hace tres años, llegué a la conclusión de que el planteamiento de este problema corresponde a las grandes organizaciones, y que solo una empresa con el poder de mercado necesario puede contribuir a resolverlo. Por lo tanto, decidí ponerme manos a la obra. Desde entonces, hemos realizado varias inversiones para establecer una cadena de suministro completa con capacidad para darle una segunda vida a ese material desechado. El último paso en esta dirección ha sido nuestro Proyecto Ébano. Hemos creado una nueva planta en Mesa (Arizona) que fabricará compuestos con fibra reciclada, y actualmente estamos levantando una instalación en Alemania que utilizará esa fibra para construir paneles grandes y rígidos para electrónica de consumo y automoción. Aún no hemos llegado al final del camino, pero lo haremos… y ese será el mayor logro de mi carrera.

Cuando mis colegas japoneses me preguntaron por qué lo llamé «Proyecto Ébano», les expliqué tu iniciativa en Camerún y la forma en que utilizaste el prestigio y la presencia en el mercado de tu marca para cambiar las cosas. Quería compartir esta experiencia contigo para que sepas que tu magnífico trabajo está influyendo en áreas en principio inesperadas, y eso es algo de lo que estar muy orgulloso. Gracias por la inspiración, ¡seguid así!

Ron Denoo

Bob responde: Ron, ese programa que habéis lanzado es fantástico. Es maravilloso tener una visión y estar en una posición que te permita hacerla realidad. ¡Bien por ti! Y gracias por transmitirme que mi trabajo supuso una pequeña inspiración para tu causa. Yo considero mis proyectos como piezas de demostración. Siempre digo a nuestro equipo y a la prensa que, aunque no podemos cambiar el mundo con la pequeña escala de nuestras iniciativas, sí es posible que demos ideas a compañías más grandes, mejores y con más capacidad que nosotros para que las apliquen en sus propios proyectos. ¡Ahí es donde está el impacto real! Y también estoy convencido de que las cosas suceden porque alguien quiere que sucedan. Lo que nos cuentas es la prueba de que hemos conseguido influir sobre algo bueno. Gracias, amigo mío: estas cosas son las que nos dan alas.

Regalo de cumpleaños

Hoy, mi guitarra ha cumplido 15 años. El 20 de julio del 2005, mi 714ce inició su viaje desde la fábrica de El Cajón hasta mi casa en University City (San Diego). No es una gran distancia, sobre todo teniendo en cuenta las 160 000 guitarras que Taylor produjo el año pasado y los variopintos rincones del mundo a los que habrán llegado. Pero University City fue un buen lugar para el aterrizaje de aquella guitarra.

Un buen instrumento es como un regalo de cumpleaños, y eso es exactamente lo que siento cada día que saco la 714ce de su estuche. Es como desenvolver un paquete, o incluso mejor, porque cada vez me encanta lo que encuentro: un diseño elegante y encantador, hermosos materiales, una confección y acabado impecables.

El tono creado por la tapa de pícea de Engelmann y el fondo y los aros de palosanto de la India ha madurado, pero aún mantiene las cualidades que me sedujeron desde el principio. La pícea de Engelmann es cálida pero no empalagosa, y los armónicos envuelven tiernamente a unas fundamentales claras en todo el espectro musical. He pensado en la posibilidad de cambiar de guitarra, pero después de unas cuantas comparaciones cara a cara, no he encontrado ningún instrumento tan versátil ni que me resulte más agradable al oído.

Como guitarrista todavía soy novato; digamos que tengo nivel intermedio avanzado en fingerstyle. También rasgueo y toco con púa, y esta guitarra suena genial en todos los estilos. Me complace poder decir que voy mejorando (gracias desde aquí a Mark Bacilla, mi estupendo profesor) y, también en este caso, el hecho de ver que cada día aprendo a sacarle más partido al hermoso sonido de esta guitarra es como abrir un regalo.

He leído tu historia, y me parece curioso pensar en la conexión entre tus estudios de artes industriales en el instituto y el instrumento que tengo en las manos. De alguna manera, esto te hace partícipe de mi viaje musical, así que me parece natural escribirte esta carta como fan el día del cumpleaños de mi guitarra. Muchas gracias a ti y a todo el equipo de Taylor, y os deseo muchos éxitos más.

Harry Eisner San Diego, California