En el último número de Wood&Steel presentábamos un grupo de majestuosas guitarras Taylor diseñadas y construidas a medida para un evento exclusivo orientado a distribuidores. El acto se organizó el pasado mes de junio coincidiendo con el retorno tras la pandemia de la feria NAMM de Anaheim, California. Estos instrumentos se producen en ediciones muy limitadas y representan la máxima excelencia de la artesanía y la creatividad estética de Taylor. Muchas de estas guitarras personalizadas utilizan maderas de calidad excepcional, que aportan una riqueza musical análoga al deslumbrante atractivo visual de sus complementos y acabados.
Para que puedas apreciar los detalles de estas guitarras en todo su esplendor, hemos creado una experiencia de galería ampliada en la página web de Taylor. Además, en https://customs.taylorguitars.com puedes explorar la colección en constante crecimiento de instrumentos Taylor personalizados. Allí encontrarás fotografías espectaculares e informaciones como las especificaciones completas de cada modelo y los distribuidores que los han encargado.
Y, si sientes un flechazo con alguna de estas guitarras, ponte en contacto con nuestro equipo de atención al cliente y te ayudaremos a encontrarla.
Grand Concert 12-Fret Custom (n.º 7)
Fondo y aros: nogal Tapa: nogal Complementos: perfiles de palosangre en la caja, roseta de anillo sencillo con motivo Roman Leaf en arce y palosangre, incrustaciones clásicas de la Serie 900 en arce y palosangre en el diapasón, acabado brillante con tratamiento shaded edgeburst de tono chocolate
Fondo y aros: arce de hoja grande Tapa: pícea de Sitka Complementos: apoyabrazos y perfiles de arce flameado, roseta de anillo sencillo en arce y koa, incrustaciones con motivo Art Deco en arce y koa en el diapasón, acabado Koi Blue brillante con cuña natural en el fondo
Fondo y aros: palosanto de la India Tapa: pícea de Lutz Complementos: perfiles de palosangre, roseta de anillo sencillo en arce y palosangre, incrustaciones con motivo Bouquet en arce y palosangre en el clavijero y el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo rojo australiano, bordes de la caja oblicuos, acabado Silent Satin con tratamiento Wild Honey Burst en la tapa y Kona Edgeburst en el fondo y los aros
Fondo y aros: arce de hoja grande Tapa: pícea de Sitka Complementos: perfiles de cocobolo en la caja, roseta de anillo sencillo de paua, incrustaciones con motivo Spring Vine en paua en el clavijero y el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo verde australiano, clavijas de afinación Gotoh 510 en oro viejo, acabado Amber brillante con tratamiento de tono envejecido en la tapa
Fondo y aros: caoba neotropical Tapa: pícea de Sitka Complementos: perfiles de ébano de África Occidental, roseta de anillo sencillo de paua, incrustaciones con motivo Nouveau en paua y madreperla en el diapasón, el clavijero y el puente; clavijas de afinación Gotoh 510 en oro viejo, acabado brillante con tratamiento transparente en color negro
Caja: sapele Tapa: arce de hoja grande ondulado Complementos: perfiles de color negro con recorte de la tapa en abulón verde, incrustaciones con motivo Byzantine en abulón verde en el clavijero y el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo verde australiano, acabado brillante con tratamiento Supernova Edgeburst
Fondo y aros: palosanto de la India Tapa: secuoya roja Complementos: perfiles y apoyabrazos de palosangre, roseta de anillo sencillo de paua, incrustaciones con motivo Leaf en paua en el diapasón, clavijas del puente de hueso teñido con puntos de ópalo rojo australiano, acabado Silent Satin con tratamiento oscurecido en la tapa
Fondo y aros: acacia negra veteada Tapa: pícea europea Complementos: perfiles y apoyabrazos de palosangre, roseta de anillo sencillo de palosangre, incrustaciones con motivo Running Horses en arce y koa en el diapasón, clavijas de afinación Gotoh 510
El responsable de la red de servicio de Taylor identifica las herramientas esenciales para el mantenimiento de la guitarra, y explica cómo cambiar las cuerdas y controlar la humedad adecuadamente.
Las guitarras acústicas son sistemas complejos de componentes interrelacionados. Cuanto más las tocamos, mejor les sienta el mantenimiento de rutina. Y, dado que las guitarras están hechas de madera, también están sujetas a las condiciones ambientales del lugar en el que las guardamos. Un buen conocimiento de los fundamentos del cuidado de la guitarra te ayudará mucho a mantener tu instrumento en plena forma. Cuando domines técnicas como el cambio de cuerdas y el control de la humedad, no tendrás ninguna dificultad para velar por tu guitarra de la mejor manera.
Rob Magargal, responsable de la red de servicio de Taylor, ha dedicado muchos años a la puesta a punto de guitarras de todas las formas y tamaños para sacarles lo mejor en términos de sonido y rendimiento, tanto en los bancos de trabajo de nuestra fábrica como allá en el mundo exterior. En estos vídeos, Rob enumera los utensilios esenciales que no pueden faltar en tu caja de herramientas para el cuidado del instrumento, esboza el ABC de la gestión de la humedad y demuestra las técnicas de cambio de cuerdas más apropiadas para prácticamente todos los tipos de guitarra acústica.
Herramientas esenciales para el cuidado de la guitarra
Aquí, Rob identifica las herramientas básicas para las rutinas habituales de mantenimiento de la guitarra, como el cambio de cuerdas.
Cambio de cuerdas: guitarras acústicas de 6 cuerdas de acero
En este vídeo, Rob repasa la operación imprescindible que todo músico debe saberse de memoria: cómo cambiar las cuerdas correctamente. Ten en cuenta que este fragmento trata específicamente de las guitarras acústicas de 6 cuerdas de acero.
Cambio de cuerdas: guitarras acústicas de cuerdas de nylon
Si alguna vez has tocado un modelo con cuerdas de nylon como la Taylor 312ce-N, la Academy 12e-N, la 812ce-N o una guitarra clásica de toda la vida, probablemente habrás notado que la sujeción de las cuerdas al puente y al clavijero es distinta a la de los instrumentos con cuerdas de acero. En este caso, Rob comenta el procedimiento para colocar un nuevo juego de cuerdas de nylon. Recuerda que las guitarras de cuerdas de nylon nunca deben encordarse con cuerdas de acero, ya que la tensión adicional dañaría al instrumento.
Cambio de cuerdas: guitarras acústicas de 12 cuerdas
El cambio de juego en una guitarra de 12 cuerdas puede parecer intimidante, ya que supone el doble de trabajo que en las guitarras de 6 cuerdas. Que no cunda el pánico: tal como aclara Rob, el proceso es bastante parecido.
Los modelos con pala ranurada, como nuestras guitarras Grand Concert 12-fret, combinan los métodos utilizados para los instrumentos de cuerdas de acero estándar y los de cuerdas de nylon. En esta ocasión, Rob te enseña a cambiarle las cuerdas a tu guitarra con pala ranurada.
La humedad relativa es uno de los factores más importantes que hay que tener en cuenta para garantizar la buena salud de tu guitarra. La madera es muy sensible a los cambios en el clima, y un grado de humedad excesivo o insuficiente en torno a una guitarra acústica puede provocar problemas de sonido y rendimiento. Por suerte, el mantenimiento de los niveles de humedad recomendados alrededor de tu instrumento no tiene ningún secreto. Rob te explica los conceptos básicos en este vídeo.
En colaboración con Pacific Rim Tonewoods y otros socios de peso en Hawái, estamos impulsando el desarrollo de modelos sostenibles para la reforestación de koa y el cultivo de madera destinada a la construcción de instrumentos musicales para las generaciones futuras.
Scott Paul, director de sostenibilidad de recursos naturales de Taylor, comentaba en números anteriores de Wood&Steel los avances de los proyectos de restauración de bosques de koa que hemos emprendido en Hawái junto con Pacific Rim Tonewoods, nuestro socio proveedor desde mucho tiempo atrás. Para acompañar el lanzamiento de nuestra Serie 700 de koa, hemos querido compartir una nueva mirada a las diversas facetas de nuestro trabajo de gestión forestal en Hawái, como la selección de semillas, la investigación genética o el cultivo de árboles para el futuro.
Si tienes una filia especial por la koa, probablemente ya sabrás que esta madera crece exclusivamente en las islas de Hawái. Sin embargo, es posible que no conozcas con detalle el estado actual de la koa en términos ecológicos. Debido en parte a su localización en una isla remota, mucha gente se pregunta si la koa está en peligro de extinción. Bien, no es el caso. Lo que sí es cierto es que, con el tiempo, el hábitat de la koa en Hawái ha ido cambiando. Esta transformación ha provocado una caída gradual de la salud de los bosques nativos en algunas zonas, y la regeneración de la koa se ha visto afectada por diversas circunstancias.
Antes de que los polinesios se asentaran en las islas hawaianas alrededor del año 1200, la koa crecía en diferentes hábitats y elevaciones casi hasta el nivel del mar. Se trata del árbol nativo más grande de Hawái: en condiciones saludables, crece a un rápido ritmo de aproximadamente metro y medio al año durante los primeros cinco años. Los hawaianos utilizaron ampliamente la madera de koa como recurso para múltiples usos, pero especialmente para la construcción de canoas. En 1778 tocó tierra el capitán James Cook, explorador naval británico. Su llegada precipitó una ola sostenida de contactos con Occidente que generó un nuevo interés por la koa como material para la fabricación de muebles y otros productos. Por aquella época, los bosques nativos de koa aún se extendían hasta una altitud de solo 600 metros.
Tras la introducción del ganado en 1793 por parte de otro explorador británico, el capitán George Vancouver (que obsequió al rey Kamehameha con seis vacas y un toro), el ecosistema de la isla de Hawái comenzó a cambiar. Se despejaron bosques para crear ranchos, y una creciente población de ganado salvaje empezó a alimentarse de brotes jóvenes de koa, lo cual sofocaba la regeneración natural de los árboles.
Por otro lado, durante la primera mitad del siglo XIX se promovió un proceso de conversión agrícola para la producción de azúcar y piña a gran escala que consumió algunos de los bosques de koa situados a menor altitud. Con el tiempo, una combinación de factores tales como el crecimiento de la población de Hawái, la explotación de parcelas privadas y la introducción de plantas, animales, insectos y microorganismos no autóctonos (incluidas especies invasoras) redujo aún más la propagación natural de la koa.
Hoy en día, todavía existen grandes extensiones de bosques de koa en Hawái, pero la mayoría de ellas se encuentran en tierras privadas o protegidas por encima de los 1200 metros. Y gran parte de esas zonas forestales está en decadencia, ya que la regeneración se ve seriamente amenazada por la presencia de ovejas, cerdos y ganado en estado salvaje; plantas invasoras como la aulaga, el jengibre kahili y la guayaba fresa; varias especies de hierba que se introdujeron para el pastoreo de ganado pero que también avivaron la propagación de incendios en áreas forestales, y un hongo transmitido por el suelo comúnmente conocido como fusarium que ha destruido muchos árboles de koa en tierras de poca altitud.
Por todo ello, la restauración de bosques nativos para darle la vuelta a esta situación ha requerido un esfuerzo coordinado en las islas. Actualmente, se está desarrollando un importante conjunto de investigaciones e iniciativas con el doble objetivo de mejorar la ecología de las zonas forestales existentes y recuperar bosques nativos convertidos en pastizales devolviéndolos a su estado original.
La koa y las guitarras
El historial de Taylor en el uso de la koa para la construcción de guitarras se remonta a más de 40 años. Pacific Rim Tonewoods lleva unos 30 años en el negocio del suministro de koa, y ha cortado las piezas que Taylor ha ido comprando durante gran parte de ese tiempo.
Vista delantera y trasera de una K22ce de koa del 2005
La madera de koa estuvo ampliamente disponible hasta hace unos 20 años. Ese fue el momento en el que Hawái dejó de despejar tierras para uso agrícola, lo cual redujo la cantidad de koa que llegaba al resto de los Estados Unidos. A partir de entonces, el suministro empezó a provenir principalmente (y de forma muy poco predecible) de madera rescatada. Hace unos siete años, en el 2015, la adquisición de koa para la construcción de guitarras se puso extremadamente difícil. En aquel contexto, Bob Taylor y Steve McMinn, de Pacific Rim Tonewoods, empezaron a investigar más a fondo para comprender mejor las perspectivas de abastecimiento en los años venideros. Se informaron sobre las leyes de protección contra la cosecha de koa en zonas públicas y privadas de Hawái, y se reunieron con grandes terratenientes para analizar sus necesidades de gestión de tierras y sus objetivos de conservación de cara al futuro.
En este vídeo, Steve McMinn y otros colaboradores hablan sobre los objetivos de Siglo Tonewoods y comentan nuestras iniciativas de restauración de bosques de koa en Hawái.
Las prospecciones culminaron en el establecimiento de una asociación formal entre Taylor Guitars y Pacific Rim Tonewoods. Hasta hace poco, esa empresa conjunta se llamó Paniolo Tonewoods, pero el nombre cambió recientemente a Siglo Tonewoods. La palabra «Paniolo» era una referencia a los vaqueros mexicanos que llegaron inicialmente a Hawái para enseñar a cuidar los ranchos a los hawaianos… y, de paso, trajeron sus guitarras y su música con ellos. Por su parte, el término español «Siglo» quiere aludir a la visión a largo plazo de la compañía.
La misión de Siglo es proporcionar y cultivar madera hawaiana para el futuro (a 100 años vista, y más) y crear un suministro duradero para la construcción de instrumentos musicales. Parte de ese compromiso se basa en la contribución a los actuales trabajos de restauración forestal sobre la base de proyectos gestionados a través de contratos con propietarios de tierras en Hawái. Esto incluye el desarrollo de varios programas de arboricultura orientados a la mejora de la resistencia al marchitamiento y del cultivo de huertos de semillas.
Contratos de gestión
Tal como explicaba Scott Paul en un antiguo artículo de Wood&Steel («Armonía a tres voces», publicado en el número 97, edición 2 de 2020), Siglo, por entonces Paniolo, adoptó un innovador enfoque de contratos de gestión implementado en primera instancia por el Servicio Forestal de los Estados Unidos y la organización The Nature Conservancy, que asumieron los importantes costes asociados a la restauración forestal. En lugar de pagarle a un terrateniente por los troncos o por los derechos de cosecha, Siglo tendría permiso para cortar un número determinado de árboles de koa en una zona de bosque comprometida y, a cambio, invertiría exactamente el valor económico de esa madera en proyectos de restauración forestal en esas tierras.
Casos prácticos
Uno de los primeros proyectos de Siglo, que ayudó a la empresa a demostrar sus capacidades únicas y sus intenciones éticas en Hawái, fue una colaboración establecida en el 2015 con el Haleakala Ranch de Maui. En 1985 se habían plantado dos extensiones de koa en el marco de un programa llamado «Un millón de árboles de Aloha» e iniciado por Jean Ariyoshi, la esposa del entonces gobernador de Hawái George Ariyoshi. Por desgracia, aquellos árboles de 30 años estaban sufriendo problemas que habían afectado a su crecimiento, y empezaban a mostrar signos de pudrición del corazón que solo podían ir a peor. En general, los compradores rechazaban estos árboles de koa «jóvenes» (no procedentes de bosques naturales) y especialmente los ejemplares vulnerables. Pero Siglo, y más tarde también Taylor, aceptó trabajar con esa madera. Taylor tuvo que tomar ciertas medidas para poder construir guitarras con ella, pero acabó utilizándola en decenas de miles de unidades. Era la prueba de que la koa joven también podía servir para crear instrumentos musicales de alta calidad. A su vez, las ganancias de la venta de la madera permitieron al Haleakala Ranch ampliar el alcance de sus programas de restauración forestal a las tierras vecinas.
Un grupo de árboles de koa plantados en el Haleakala Ranch como parte de la campaña «Un millón de árboles de Aloha» en Hawái. La placa, roída por el tiempo, muestra un artículo sobre la plantación publicado en un periódico de la época.
Otro proyecto de aquella primera etapa, lanzado en el 2017, fue un contrato de gestión de conservación de unas 650 hectáreas del bosque de Honaunau por un período de cinco años. Esta zona de la isla de Hawái era propiedad de Kamehameha Schools, el terrateniente más grande del estado. Aunque ya se había establecido un procedimiento para restaurar el bosque, allí no se cosechaban árboles desde los años 90, lo cual significaba que no había un flujo de ingresos capaz de financiar las acciones necesarias. Gracias a este contrato, Siglo tuvo la oportunidad de cosechar un volumen de árboles de koa que generó unos beneficios de 1,6 millones de dólares por la venta de la madera. Según Nick Koch, gerente de Siglo, ese capital fue a parar a un fondo de conservación del cual ya se ha gastado alrededor de 1 millón de dólares, principalmente en operaciones de cercado y control de animales. El resultado inmediato es que ahora hay decenas de miles de nuevos árboles de koa en esa zona.
La koa es una de las pocas maderas del mundo cuya previsión de suministro para los próximos 25 años es superior a la actual.
Estos tipos de contratos de gestión por proyecto proporcionarán a Siglo un suministro de koa más predecible en los próximos años. Entretanto, se están ejecutando otros programas de rehabilitación de bosques y plantación de árboles para crear una reserva de koa más sostenible a largo plazo y ya pensando en el próximo siglo. Todo ello converge en una perspectiva favorable para el futuro, ya que la koa es una de las pocas maderas del mundo cuya previsión de suministro para los próximos 25 años es superior a la actual.
Plantación de árboles y construcción de un aserradero
Siglo dio un paso de gigante hacia sus objetivos de plantación en el 2018, cuando Bob Taylor compró unas 230 hectáreas de pastizales cerca de Waimea, en la Isla Grande de Hawái. Unos 150 años antes, esas tierras habían sido un bosque de koa legendario. Ahora están arrendadas por Siglo Tonewoods, que les ha dado el nombre oficial de Siglo Forest («Bosque Siglo»). Se ha diseñado un plan para plantar especies nativas mixtas en las zonas con pendientes pronunciadas (un 30 % del terreno, que se reservará para conservación) y árboles de koa para la producción de madera en las áreas más llanas. Cuando el Siglo Forest haya madurado, proporcionará más del doble del volumen de madera que Taylor utiliza actualmente, y el plan de gestión garantizará un suministro perpetuo y diverso de bosques nativos en operación.
Plantación de una plántula de koa en los terrenos de Siglo Forest en junio del 2021
Como decíamos en la edición de Wood&Steel de otoño del 2021, el programa de plantación había empezado el junio anterior con plántulas de koa y otras especies nativas de árboles y arbustos distribuidos en 8 hectáreas. Aprendimos muchas cosas que ayudarán a mejorar la viabilidad de proyectos futuros. El objetivo en esa zona es plantar 150 000 árboles de koa hasta el 2030, con la primera cosecha útil prevista para el 2050.
Cuando el Siglo Forest haya madurado, el plan de gestión garantizará un suministro perpetuo y diverso de bosques nativos en operación.
También estamos planificando la construcción de un aserradero que permitirá a Siglo Tonewoods cortar koa de manera eficiente en Hawái y estimular la integración vertical. Cuando esté operativo, el aserradero se utilizará para cortar koa y otras maderas para instrumentos musicales, y también para producir otros artículos de madera con valor añadido tales como planchas para suelos en las islas. Por otro lado, el aserradero mejorará el control de calidad y generará empleo para impulsar la economía local. De momento, Siglo ya ha mejorado su capacidad de acción en Hawái invirtiendo en su propio equipo de tala para lograr un uso más eficaz y cuidadoso de los árboles que extrae.
Selección de semillas y mejora de la genética de la koa
Steve McMinn inspecciona las semillas de un árbol de koa sano. Si se manipulan y almacenan adecuadamente, las semillas de koa pueden durar 15 años o más.
El desarrollo de una meticulosa investigación ecológica es esencial para la creación de un programa de plantación de koa que produzca árboles saludables y adecuados. Tras su experiencia con otras maderas, tanto Bob Taylor como Steve McMinn entienden la importancia de ese tipo de estudios. La iniciativa escalable de plantación de ébano en Camerún conocida como Proyecto Ébano se basó en una innovadora investigación financiada por Bob para comprender mejor las estrategias óptimas de propagación del ébano. En cuanto a Steve, ya en el número 81 de Wood&Steel (publicado en invierno del 2015) hablábamos de sus investigaciones sobre el cultivo de arce de hoja grande con una genética deseable para el uso en instrumentos musicales (en este caso, con un veteado atractivo). Aquel proyecto fue evolucionando hasta cristalizar en una serie de ensayos forestales que hoy se están llevando a cabo en una parcela de antiguas tierras de cultivo situada cerca del aserradero de su empresa en Skagit Valley, en el estado de Washington. En esa hacienda, llamada Utopia Forest, se está estudiando si el veteado de los árboles es una propiedad transmisible genéticamente. Existen paralelismos interesantes entre el arce y la koa: las dos especies crecen rápidamente hasta alcanzar un tamaño útil, y en ambos casos la idea es cultivar árboles con veteado para la construcción de instrumentos musicales y otros productos de primera calidad. Steve y su equipo han creado un vídeo en el que explican las líneas del proyecto.
Kevin Burke, horticultor de Pacific Rim Tonewoods y supervisor de las pruebas con el arce, también ha coordinado una iniciativa similar con la koa en Hawái. El objetivo es propagar árboles genéticamente superiores para restaurar el rango genético y la calidad de la koa, que ha disminuido durante los últimos siglos.
Ethan Romanchak (izquierda) y Jonathan Keyser fundaron la organización Native Nursery en Maui para cultivar plantas nativas de la zona con fines de reforestación y paisajismo en todo el estado. Aquí están examinando plántulas de koa para un proyecto de restauración. La hoja de tono rojizo es característica de la koa de Maui.
El proyecto se puso en marcha en el 2016 (poco después de la fundación de Siglo Tonewoods) como una asociación de investigación con el Haleakala Ranch, y se está desarrollando en las instalaciones de Native Nursery en Maui. El programa empezó con el cultivo cooperativo de hileras de árboles del Haleakala Ranch que habían sido seleccionados por la extraordinaria calidad de su madera. Hoy en día, se están propagando 65 hileras clónicas de esos árboles, mientras que 10 hileras han sido micropropagadas.
Siglo también ha patrocinado estudios en cooperación con el Centro de Investigación Agrícola de Hawái (HARC, por sus siglas en inglés) y con el programa de mejora de árboles tropicales del Servicio Forestal de los Estados Unidos. En el 2021, estas actividades desembocaron en el lanzamiento de un plan de selección de semillas destinado a reforestar Hawái con árboles de koa de genética superior. Se extrajeron semillas de 42 árboles «plus» que, mientras crecen en forma de plántulas, están siendo estudiadas para determinar su resistencia al marchitamiento y optimizar sus posibilidades de mantenerse sanas. La investigación también ha identificado muchos otros árboles «plus» cuyas semillas se podrán recolectar.
Burke explica que, en comparación con el arce, la koa es más fácil de cultivar a partir de semillas. Además, el veteado de la koa joven es mucho más dominante y se manifiesta en una fase más temprana.
Siglo también se asoció con el HARC para plantar en Siglo Forest un huerto de 1600 semillas resistentes al marchitamiento y realizar análisis de progenie. Este proyecto debería producir semillas utilizables en el 2026. Por otra parte, el HARC está trabajando en un programa de pruebas de resistencia al marchitamiento con variedades de cultivo desarrolladas en el Haleakala Ranch y semillas recogidas dentro del plan de selección de semillas y mejora de árboles iniciado por Siglo en el 2021.
En lo que llevamos del 2022, en el Siglo Forest se han plantado 12 500 árboles cortavientos y más de 12 hectáreas de koa y especies mixtas, y el huerto de semillas ha sido ampliado. Entretanto, Siglo Tonewoods también ha arrendado un invernadero en Waimea como instalación de apoyo a sus proyectos de propagación en curso. Steve McMinn afirma que, en última instancia, el objetivo de la investigación y de otros conceptos estratégicos que el equipo ha dirigido al desarrollo y perfeccionamiento de su iniciativa de plantación es ofrecer un modelo escalable a otras instituciones interesadas en la repoblación de koa y la reforestación (la plantación de árboles en tierras actualmente sin cubierta forestal, como los pastizales) en todo Hawái. En próximos números de Wood&Steel seguiremos informando sobre los progresos de estos proyectos.
Si hacemos un breve recorrido por los casi 50 años de Taylor en el mundo de la construcción de guitarras, encontraremos un historial de innovación continua centrada en ofrecer un mejor servicio a todo tipo de músicos, desde guerreros de los bolos de fin de semana hasta aficionados caseros y nombres rutilantes que llenan estadios. Un leitmotiv común ha sido siempre la comodidad de interpretación. Otra línea constante es la utilidad musical: un tono claro y equilibrado, rendimiento fiable, funcionalidad, etcétera. Pero, más allá de todo ello, Taylor ha ido desarrollando un catálogo de instrumentos cada vez más diverso que refleja la increíble variedad de paletas musicales y preferencias de los artistas en todo el mundo.
Esta filosofía de innovación se ha materializado también en nuestras enriquecedoras relaciones con artistas. Sus peticiones y necesidades prácticas han ayudado a modelar nuestro enfoque del diseño y, en muchos casos, nos han llevado a crear herramientas musicales más útiles y expresivas. En este sentido, el factor clave es la formación de vínculos genuinos, para lo cual es necesario contar con un sólido programa de relaciones con artistas (RA). Lógicamente, el crecimiento de Taylor y la evolución de las necesidades de los músicos también se han trasladado a nuestro equipo de RA, que se ha ido expandiendo para acoger en la familia Taylor a un abanico más amplio de artistas de gran talento y procedencias muy variadas.
Taylor planta la semilla
Durante mucho tiempo, manejamos las relaciones con artistas al estilo tradicional. Al fin y al cabo, no éramos más que unos novatos intentando sacar la cabeza por los círculos musicales. Afortunadamente, teníamos un as en la manga, que eran los cómodos mástiles de perfil fino de Bob Taylor: cuando los músicos probaban una guitarra Taylor, prácticamente se vendía sola. Nuestra proximidad a Los Ángeles tampoco nos vino nada mal, ya que tuvimos la suerte de conocer a un par de propietarios de tiendas de música que promocionaban nuestras guitarras y tenían buenos contactos con artistas de la escena de Laurel Canyon y profesionales que pasaban por la zona para grabar en estudios o tocar en directo.
Desde el principio, Bob estableció relaciones personales con algunos músicos que habían descubierto las guitarras Taylor, lo cual condujo a algunas colaboraciones creativas que cristalizaron en modelos signature exclusivos. Esos instrumentos ayudaron a los guitarristas a articular mejor sus estilos personales de interpretación: fue el caso del virtuoso del fingerstyle de 12 cuerdas Leo Kottke o el especialista en punteo de bluegrass progresivo Dan Crary. La verdad es que los artistas siempre han estado muy presentes en el proceso de creación en Taylor. En los años 80, el fenómeno del fingerstyle Chris Proctor nos ayudó a desarrollar la primera Grand Concert. Y, diez años después, el interés de la estrella del country Kathy Mattea estimuló a Bob a terminar la forma de caja Grand Auditorium con la que ya llevaba tiempo trasteando y que se convertiría en nuestro buque insignia. Aunque Bob nunca buscó dedicarse específicamente a las relaciones con artistas (tal como explica en su libro «Lecciones de guitarra»), los vínculos personales que más tarde forjó con artistas como Zac Brown o Taylor Swift (y con su padre, que años atrás había llamado a Bob para exaltar las cualidades musicales de su hija de 12 años) pusieron de manifiesto la importancia de un comportamiento honesto y transparente.
Un catálogo Taylor de 1996 con los modelos signature de Leo Kottke y Dan Crary
Nuestras posibilidades de tratar con artistas aumentaron al ritmo del propio crecimiento de Taylor. Algunos miembros de alto nivel de nuestro equipo, como el exdirector de ventas TJ Baden, el viejo rockero de la industria de la música Bob Borbonus o nuestro veterano coordinador de RA Robin Staudte, remodelaron esas operaciones en una infraestructura más formalizada. El nuevo planteamiento ayudó a tejer relaciones con algunos nombres de relumbrón, como Kenny Loggins, John Denver, Dave Matthews, Clint Black, Sarah McLachlan o The Edge de U2, entre muchos otros.
Por supuesto, hoy en día, la industria de la música no tiene nada que ver con el contexto en el que Taylor empezó a fabricar guitarras en 1974. Es más: muchos artistas opinan que el negocio es distinto incluso a lo que era hace tan solo dos años. Palabras como «influencer» o «interacción» les habrían sonado raras a la mayoría de los profesionales del sector, pero las redes sociales son un elemento crucial en la música actual. Ahora, la industria presta cada vez más atención a las publicaciones de estilo «Juan Palomo» y a la autopromoción, y la audiencia potencial no deja de crecer en número y diversidad en todo el mundo. Estos cambios nos llevaron a unas cuantas conclusiones. En primer lugar, ya no podíamos apostar únicamente por artistas reconocidos dejando de lado a músicos emergentes y profesionales en activo. Atrás quedaron los tiempos en los que un solo gran nombre ya era suficiente para mantener en lo alto a una marca de instrumentos musicales. En segundo lugar, nos dimos cuenta de que podíamos hacer más cosas para promocionar a artistas que, a su vez, nos ayudarían a alcanzar nuestros objetivos. Y, por último, entendimos que, como marca cada día más diversificada y global, necesitábamos un equipo de RA verdaderamente internacional tanto en escala como en estilo.
El equipo de relaciones con artistas de Taylor
Repartidos entre nuestra sede principal en El Cajón (California), núcleos musicales como Nashville o Los Ángeles y países de toda Europa y Asia, los profesionales de RA de Taylor forman un grupo divertido y gran conocedor de su sector que utiliza recursos muy diversos para configurar un catálogo de artistas atractivo.
En nuestro centro de operaciones, Tim Godwin y Lindsay Love-Bivens comparten la interminable tarea de contactar con los músicos, mantener los vínculos, enviar guitarras y viajar en avión cada dos por tres para reunirse en persona con los artistas en sus actuaciones. Pero, para que todo salga bien, hacen falta muchas manos, de manera que buena parte del equipo de marketing de Taylor también está muy involucrado en las relaciones con artistas. Jay Parkin y Andrew Rowley encabezan el departamento de producción de contenidos, y colaboran con profesionales del vídeo, la fotografía, la edición y otros campos creativos para filmar actuaciones exclusivas y publicar entrevistas íntimas con artistas de todo el mundo. Sergio Enriquez y Matt Steele acercan esos contenidos a las masas a través de las redes sociales, y Billy Gill actúa como nexo entre las secciones de marketing, relaciones con artistas y ventas. Devin Malone controla la situación en Nashville, y Terry Myers ayuda a mantener contentos a los músicos con ajustes personalizados y otros retoques que hacen que la guitarra de cada artista sea única en su especie.
Fuera de los Estados Unidos, el equipo no para de crecer. Andy Lund se encarga de las operaciones en China, y Masaki Toraiwa es el hombre de Taylor en Japón. Desde el Reino Unido, Dan Boreham coordina las actividades con artistas en toda Europa. Y, en su Colombia natal, Juan Lopera establece contactos con músicos de toda Latinoamérica.
Aquí tienes una sesión de preguntas y respuestas rápidas con miembros del equipo de relaciones con artistas, que por una vez se ponen frente a la cámara para hablar de todo un poco, desde sus guitarristas favoritos y sus talentos ocultos hasta sus cuestionables apreciaciones sobre la pizza.
En el 2010, Taylor fichó a Tim Godwin como director de relaciones con artistas y con el sector del entretenimiento a nivel mundial. La larga carrera de Tim como músico de estudio y directo y también como polivalente profesional de la industria le colocaba en una posición privilegiada para gestionar un programa de este tipo. Tim no solo había experimentado desde dentro la vida del músico (con lo cual comprendía perfectamente sus necesidades), sino que además había trabajado como [gerente de relaciones con artistas] para Line 6, con lo cual tenía muy buenos contactos con gente relacionada con esa marca. Y esas conexiones son importantes, porque ese tipo de tarea no se limita a los artistas: también incluye a los técnicos de guitarras, directores musicales, promotoras de espectáculos, responsables de locales, representantes, ingenieros de estudio y directo… En definitiva, a todos los actores que participan del negocio de la música.
Taylor contrató a Godwin para que hiciera lo que mejor sabe hacer: poner nuestras guitarras en manos de los músicos y permitirles experimentar una Taylor en primera persona. Sin embargo, cultivar un catálogo de artistas requiere tiempo y recursos, y nosotros no teníamos ni las posibilidades ni el legado consolidado de otras marcas de prestigio. Lo que sí nos caracterizaba como empresa era el compromiso con la innovación en el diseño, que sigue siendo un elemento diferencial respecto a algunas de esas marcas y nos mantiene a la vanguardia de la producción de instrumentos musicales. Por otro lado, nuestras guitarras tenían un aura de consistencia y fiabilidad de rendimiento, y ofrecíamos el tipo de servicio y asistencia técnica con el que sueñan todos los músicos cuando están de gira.
Con todo, Godwin admite que, para conseguir el apoyo que necesitaba por parte de los responsables de la toma de decisiones en Taylor, tuvo que demostrar hasta qué punto las asociaciones con artistas podían favorecer los objetivos de la empresa.
Tim relata una experiencia que resultó ser un punto de inflexión para las interacciones con artistas en Taylor. Ocurrió en el 2012, cuando el cantautor Philip Phillips se estaba haciendo un nombre en el programa de televisión American Idol.
«Hubo una actuación en la que, después de cantar, el juez del programa Randy Jackson le dijo a Philip: “oye, me gusta esa guitarra. ¿Cuál es?”. Se trataba de una Taylor GS7, uno de los primeros modelos Grand Symphony. Después de la emisión, comprobamos el tráfico de la página de la GS7 en nuestra web. Normalmente, la miraban menos de 10 personas al mes… pero, después de American Idol, tuvimos como 5000 visitas en solo una semana».
Godwin recuerda ese episodio como el momento en que pudo demostrar con datos concretos la capacidad de influencia de los artistas.
Taylor echa raíces…
Otro importante motor que nos impulsó a reforzar nuestras relaciones con artistas fue la escena de Nashville, una auténtica meca para estrellas de la guitarra acústica, intérpretes de música country y tradicional norteamericana, ingenieros de grabación y prácticamente cualquier profesional del mundo de la música. En los años 90, avanzamos bastante en ese territorio gracias a la popularidad de la Grand Auditorium, una forma de caja que entonces era nueva y que encantaba a los técnicos y músicos de estudio por su equilibrio, coherencia y claridad en las grabaciones.
Sin embargo, Nashville también puede ser muy exigente: es el corazón de la música de raíz tradicional en Norteamérica, y los guitarristas de ese entorno tienen muy en cuenta esa herencia en el momento de elegir un instrumento. En aquel ambiente, Godwin tocó todas las teclas posibles y organizó reuniones con responsables de gestión en locales clásicos como el Bluebird Café y con ejecutivos de Big Machine, una importante discográfica independiente. Aunque Taylor ya tenía una notable presencia en Nashville, había mucho trabajo por hacer.
«Nashville era prácticamente un coto de Gibson», rememora Godwin. «Y Taylor tenía que ganarse su derecho a ocupar un espacio».
La persistencia tiene sus compensaciones y, actualmente, Taylor está más implicada que nunca con la comunidad de Nashville. Una decisión que resultó determinante fue el establecimiento de nuestra sala de demostración. La posibilidad de suministrar guitarras a artistas locales y la creación de nuestro estudio en SoundCheck Nashville (donde filmamos las actuaciones acústicas de nuestra serie Taylor Soundcheck) atrajeron a todo tipo de nuevos músicos. Ese trabajo continúa en casa: en nuestras instalaciones, profesionales curtidos como Terry Myers crean ajustes personalizados para los músicos y se aseguran de que cada guitarra que se envía a un artista sea exactamente lo que él o ella quiere. Y ya no somos solo visitantes en Nashville: nuestro representante Devin Malone, que vive y trabaja allí, se dedica a apoyar a los artistas, organizar eventos y moverse entre bastidores para que la presencia de Taylor siga floreciendo.
… y crecen nuevas ramas
Nuestra labor en Nashville también nos ayudó a reconocer la diversidad cada vez mayor del mundo de la música. Una parte esencial del legado de Nashville en la tradición norteamericana es la rica historia de la música creada por artistas afroamericanos, y el equipo de RA quería integrar esa perspectiva de una manera que enfatizara el posicionamiento de Taylor como una marca más inclusiva.
Para ello, en verano del 2021 creamos una historia especial para la edición digital de Wood&Steel titulada Raíces profundas: el Museo Nacional de la Música Afroamericana. Producida por Lindsay Love-Bivens, responsable de relaciones con artistas y con la comunidad de Taylor, esta pieza multimedia homenajeaba la importancia de los artistas afroamericanos y su huella en la música actual. Lindsay viajó a Nashville para visitar el museo recién inaugurado, que cuenta la profunda historia de los músicos negros que dieron forma a la música estadounidense. Aquel viaje tuvo un impacto inmediato y nos animó a pensar en grande sobre nuestras estrategias para crear una comunidad de artistas que reflejara nuestros valores como empresa.
«La representación importa», defiende Lindsay. «Si quieres llegar a toda clase de artistas, tienes que crear conscientemente un programa que responda a esa diversidad».
Lindsay habla desde la experiencia de toda una vida en el mundo de la música tocando en giras y actuando como intérprete independiente. Con su trayectoria y su red de contactos, era la persona ideal para representarnos ante una serie de artistas y comunidades musicales con los que Taylor históricamente no había conectado, así que en el 2018 empezó a trabajar con Tim Godwin en el equipo de Taylor.
«Mi idea era desarrollar, fortalecer y potenciar nuestros vínculos con artistas BIPOC [siglas en inglés de «personas negras, indígenas y de color»], así como llevar nuestra presencia a géneros con los que normalmente no se nos asociaba. Yo he tocado neo-soul, R&B y hip-hop con guitarras acústicas desde que era pequeña y, como mujer negra que hacía música, sabía que también podíamos conectar con esas estéticas y comunidades. Solo teníamos que acercarnos a ellas».
Partiendo de la visión de Lindsay, nuestros equipos en todo el mundo lo tuvieron más fácil para interactuar con diversas comunidades musicales en nombre de Taylor.
Lindsay Love-Bivens
Orejas abiertas, mente receptiva
Desde entonces, el equipo de RA ha aumentado considerablemente. Andy Lund, que ya lleva 16 años en Taylor, dirige nuestro trabajo en gran parte de Asia, como China, Hong Kong, Japón, India, Corea del Sur, Tailandia y Vietnam. Masaki Toraiwa es nuestro enlace con la escena local de Japón, y en los últimos años ha colaborado con Andy para traer al catálogo de Taylor a artistas como Otake, Iko Asagiwa, Ryosuke Yufu y el tailandés Natee Chaiwut.
En Latinoamérica, Juan Lopera ha colocado a Taylor en el centro de la industria musical, lo cual ha facilitado relaciones con grandes nombres como Mon Laferte en Chile, Silvina Moreno en Argentina, Jorge Blanco en México, Techy Fatule en la República Dominicana o el ya consolidado Camilo en Colombia. En Europa, Dan Boreham ha contactado con músicos como los cantautores George Ezra y Jade Bird, el trío de pop New Rules y el multi-instrumentista Jake Isaac desde su base en el Reino Unido.
Nuestro concepto de las relaciones con músicos de todo el mundo es el mismo que seguimos en Norteamérica: escuchamos sus necesidades y respondemos en consecuencia.
«La exposición por sí misma ya no es suficiente», opina Lindsay. «Hoy en día, los artistas se preocupan más por la forma que adoptará su asociación con una marca. Tiene que ser algo más que apretones de manos y publicaciones en las redes sociales».
Iniciar un vínculo con un artista es la parte fácil, pero mantener viva la llama ya es otra historia. Como en cualquier relación, las conexiones entre marcas y músicos requieren dedicación y apoyo mutuo.
«Los artistas piensan: “¿qué gano yo con esto, aparte de una guitarra prestada?”», dice Jay Parkin, supervisor de producción de contenidos en Taylor. «Qué hay del acompañamiento a largo plazo? ¿Y qué podemos hacer nosotros para convencer a los artistas?».
Ese planteamiento dio lugar a una nueva ala del equipo de RA centrada en el uso de los contenidos como moneda de cambio para atraer a los músicos y mantenerlos en la esfera Taylor. Captar fielmente la esencia de un artista no es cualquier cosa, y la gran mayoría de los intérpretes no tienen los recursos necesarios para llevar a cabo ese tipo de promoción por su cuenta. Para ello, Jay Parkin lidera un equipo global que se encarga de generar contenido digital y vídeos de alta calidad de artistas de Taylor.
Actualmente estamos produciendo series como Taylor Soundcheck y Taylor Acoustic Sessions, en las que traemos a nuestros artistas al estudio de Taylor para grabar versiones totalmente acústicas de sus temas. Para estos episodios hemos filmado a la nominada a los GRAMMY Allison Russell, las promesas del pop-punk Meet Me @ the Altar, la prestigiosa cantautora y productora Linda Perry o la superestrella chilena Mon Laferte, entre muchos otros nombres.
Las formas de presentarnos a nuestros artistas pueden ser muy variadas. En muchas ocasiones, les construimos en exclusiva guitarras totalmente únicas (no confundir con los modelos signature) que pueden ayudarles a asociarse con Taylor de una manera personal e intransferible. Seguramente, los seguidores de Taylor recordarán la emblemática guitarra acústica de color púrpura que hicimos para Prince. Otros ejemplos de creaciones personalizadas han sido la guitarra completamente blanca de Katy Perry, la famosa acústica de doble mástil de Richie Sambora o la de Zac Brown decorada con su nombre. Y, más recientemente, también hemos construido instrumentos para iconos del pop actual como Billie Eilish y FINNEAS.
Sin embargo, el apoyo a los artistas puede requerir acciones más directas. Cualquier músico que haya salido de gira conoce la frustración de no tener una guitarra a mano cuando se necesita, ya sea porque te han robado la tuya, la has perdido o le ha pasado algo que te impide tocarla. Nosotros siempre estamos en contacto con nuestros artistas, así que podemos enviarles guitarras sobre la marcha para que no se queden en la estacada y puedan cumplir sus compromisos tanto en directo como en estudio. También trabajamos muy de cerca con promotoras de espectáculos para asegurarnos de que nuestros músicos tengan todo lo que necesitan cuando suben al escenario.
«Entendemos las relaciones con los artistas como una forma de asistencia», argumenta Tim Godwin. «Tienes que ser un colaborador real, no solo un patrocinador».
Tocando todos los palos
Nuestro equipo de RA también valora mucho la evolución de Taylor en dos áreas específicas que facilitan el fichaje de artistas: el diseño de guitarras y la responsabilidad medioambiental.
Tal como explica Scott Paul en sus artículos de la sección «Sostenibilidad» en este y anteriores números de Wood&Steel, Taylor ha realizado importantes inversiones para crear una cadena de suministro más sostenible y ecológica, tanto en California como en el resto del mundo. Si lo hacemos es porque creemos que es lo correcto, y nuestros artistas, igual que muchos de nuestros clientes, piensan lo mismo.
Cada vez más, el esfuerzo medioambiental de Taylor es percibido como un valor por músicos de todos los géneros. De hecho, algunos de ellos se toman estas cuestiones tan en serio como nosotros: es el caso de la cantautora británica Beatie Wolfe, por ejemplo, que asiste habitualmente a eventos de sostenibilidad de Taylor. Otros, especialmente los artistas emergentes de la «generación Z», ven con muy buenos ojos su vinculación con Taylor porque saben que estamos liderando el camino hacia una industria musical más respetuosa con el medio ambiente.
El espíritu imaginativo en el que se fundamenta la filosofía de Taylor también es la piedra angular de nuestro concepto de RA. Muchos músicos tienen ideas preconcebidas sobre lo que una guitarra Taylor puede hacer. Por eso, y especialmente desde la llegada del diseñador jefe Andy Powers en el 2011, hemos diversificado meticulosamente nuestra línea de guitarras acústicas para que sea tan polifacética como nuestra lista de artistas. Así, podemos ofrecer un instrumento casi a medida para cada tipo de intérprete y hacer cambiar de opinión a los músicos que sospechan que una guitarra Taylor no es para ellos.
«Me ha pasado montones de veces que, hablando con guitarristas, me han dicho que no creen que haya ninguna Taylor que les encaje», reconoce Godwin. «Y yo siempre les digo: si no te convence nada de lo que tenemos ahora, espérate a ver lo que sacaremos el próximo año. Por ejemplo: a Glen Phillips, de Toad the Wet Sprocket, nunca le han gustado nuestras guitarras. Pero acabó tocando una Grand Pacific Builder’s Edition con un amigo, y muy poco después me llamó porque quería una para él».
Nuestro historial está repleto de innovaciones destinadas a satisfacer nuevas necesidades musicales y llegar a más artistas. La dreadnought Grand Pacific, diseñada para producir un tono fluido que evoca el sonido de las guitarras y grabaciones acústicas vintage, dio mucho que hablar tras su desembarco en Nashville. Otros desarrollos, como la pareja de nuevas guitarras de koa que este verano se incorporan a la Serie 700 (en este número de Wood&Steel te contamos más sobre ello), presentan una estética cruda y orgánica que suma a la línea Taylor otras opciones muy interesantes para los tradicionalistas. También hemos creado guitarras de escala más corta, como la GT y la GS Mini, para complacer a los intérpretes que prefieren una experiencia compacta. Nuestros diseñadores buscan adaptarse a las necesidades de los músicos incluso en el interior de la guitarra: el varetaje V-Class causó sensación entre los profesionales de la grabación, lo cual nos ayudó a llevar aún más instrumentos Taylor a estudios de todo el mundo.
La idea de mejorar la experiencia de interpretación siempre ha sido el principal foco de atención de nuestro equipo de desarrollo de guitarras. Y, en esencia, las relaciones con artistas también se basan en eso: queremos demostrar a los músicos lo útiles que pueden ser nuestras guitarras y, dando un paso más allá, apoyarles y estar a su lado de una forma que marque la diferencia.
Con el regreso de la feria NAMM después de un parón de más de dos años, se nos volvía a presentar una ocasión que nos llenaba de entusiasmo: la construcción de un nuevo conjunto de guitarras excepcionales que los distribuidores pueden ofrecer a sus clientes. Ahí va una degustación de algunas de nuestras creaciones favoritas.
En todas las ediciones de la feria NAMM de Anaheim (California), el equipo de ventas de Taylor organiza un evento en el que muestra una espectacular alineación de guitarras nacidas de nuestro programa de instrumentos personalizados. Este acto nos da la oportunidad de encontrarnos con representantes de algunas de las mejores tiendas de guitarras del mundo, que pueden ver, tocar y encargar estas auténticas obras de arte (algunas de ellas disponibles en cantidades muy limitadas) para exhibirlas en sus tiendas. El programa de personalización de Taylor ha dado lugar a algunos de nuestros diseños más imaginativos y a elementos visuales extremadamente sofisticados: de aquí salen sorprendentes combinaciones de maderas adornadas con detalles estéticos que no encontrarás en la línea estándar de Taylor. Echa una mirada a estas increíbles guitarras expuestas en la NAMM de este año y, si ves alguna que te roba el corazón, ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a encontrarla.
Grand Orchestra personalizada (n.º 15)
Fondo y aros: arce de hoja grande veteado Tapa: pícea de Sitka Complementos: perfiles de marfiloide veteado con fileteado de cremallera en la tapa, roseta de cremallera en marfiloide y color negro, incrustaciones con motivo Mission en madreperla y marfiloide veteado, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso.
Grand Orchestra personalizada (n.º 14)
Fondo y aros: koa hawaiana veteada de grado AA Tapa: koa hawaiana veteada de grado AA Complementos: roseta con diseño Roman Leaf en koa y boj elaborada a mano, incrustaciones con motivo Ocean Vine en koa y boj, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso con puntos de awabi (abulón).
Grand Auditorium personalizada (n.º 13)
Fondo y aros: sasafrás negro Tapa: pícea de Adirondack Complementos: perfiles de sapele, roseta con diseño Art Deco en boj y sapele, incrustaciones con motivo Euro Deco en boj y sapele, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso con puntos de ópalo iridiscente australiano.
Grand Concert 12-fret personalizada (n.º 9)
Fondo y aros: arce de hoja grande veteado Tapa: pícea de Sitka Complementos: perfiles de falso caparazón de tortuga, roseta de marfiloide y falso caparazón de tortuga; fondo, aros y mástil con tratamiento Vintage Sunburst; tapa de color negro, acabado brillante en la caja y el mástil, clavijas de afinación Gotoh 510, clavijas del puente de hueso.
Nuevamente, te damos la bienvenida a nuestra serie digital de vídeos didácticos producidos y presentados por artistas, guitarristas profesionales y educadores musicales de Taylor.
Nick Veinoglou vuelve a la carga para arrojar algo de luz sobre algunos aspectos clave de la guitarra acústica que te ayudarán a mejorar con el instrumento y a añadir nuevos sonidos y técnicas a tu paleta musical. Gracias a su experiencia como productor, director musical y guitarrista de estudio y directo, Nick es uno de los colaboradores de Taylor con más cosas que enseñar. Además, graba música original con su propio nombre y con sus alias artísticos Donut Boy y Lo Light. Aparte de sus tres discos publicados, Veinoglou ha tocado con figuras como Justin Timberlake, Camila Cabello, Shawn Mendes y Dua Lipa, y también ha acompañado en numerosas ocasiones a Joshua Bassett, Fletcher, Dove Cameron, Jordan Fisher y otros artistas de todo tipo de géneros.
Para empezar, nos fijaremos en una faceta aparentemente sencilla pero que puede influir muchísimo sobre tu forma de tocar: la postura. En este vídeo, Nick demuestra la mejor manera de sostener la guitarra para reducir la tensión física innecesaria y sacar todo el rendimiento a tus sesiones con el instrumento.
A continuación, Nick profundiza en la composición de los acordes de séptima, y aclara el concepto de «inversiones» para ayudarte a descubrir nuevas distribuciones de voces y ampliar tu vocabulario de acordes.
Por último, Nick entra hasta el fondo en un jardín que intimidaría a cualquier guitarrista: la conducción de voces y el arte de combinar varias líneas melódicas (como una melodía de guitarra tocada con una línea vocal) para crear un sonido armónico coherente.
¿Qué dicen los entendidos sobre la nueva American Dream Flametop, la AD22e y nuestros últimos modelos GT? ¿Y qué guitarras Taylor han entrado en las listas de «mejores guitarras»?
Tras su estreno a principios de este año, los nuevos modelos de Taylor han llegado a las manos de los críticos más exigentes. Gran parte del protagonismo se lo ha llevado la AD27e Flametop, construida íntegramente de arce. Fue nuestro lanzamiento estrella para el arranque del 2022 y, sin duda, representa la propuesta musical más singular de nuestra nueva cosecha de guitarras. A continuación, resumimos algunos de los comentarios que se han publicado sobre esta y otras novedades de Taylor en los últimos meses.
La mayoría de los críticos enseguida corroboraron nuestra proclama de que la Flametop es «la guitarra con menos sonido Taylor que hayáis podido escuchar hasta ahora». De hecho, incluso su aspecto visual refuerza esta idea, ya que el arce veteado no es en absoluto una madera habitual para una tapa armónica de guitarra acústica.
«Taylor continúa desafiando los límites con su serie American Dream, y este modelo encaja perfectamente en esa filosofía», comentaba Eric Dahl en American Songwriter. «La AD27e no tiene las frecuencias medias tradicionales de los instrumentos Taylor. El tono es más suave y sutil, y resulta perfecto para cantautores que busquen un sonido único».
Dahl reparó en el uso de cuerdas D’Addario de bronce niquelado para darle un sonido más maduro y delicado a la guitarra.
«Al rasguear sin amplificación, tuve la sensación de que la guitarra que nos habían enviado para la reseña tenía un carácter algo más crudo, y eso me gustó», dice. «Si la conectas, la electrónica ES2 te permite ajustar el tono según tus preferencias personales, pero aun así la AD27e parece estar más en su salsa si la haces sonar con más energía y un poco al límite».
En Guitar World, Chris Gill también hablaba del toque de color que aportan estas cuerdas, y describía el sonido general como «una voz potente y masculina con una respuesta excepcionalmente dinámica».
«Su tono es verdaderamente único gracias en parte a las cuerdas de bronce niquelado, que realzan las texturas sutiles y refinadas de un tacto suave pero también añaden brillo, contundencia e intensidad cuando tocas con más fuerza», continúa Gill. «Jugando simplemente con la dinámica de la interpretación, esta guitarra ya te da una impresionante gama de tonos con un carácter redondo y amaderado que se mantiene incluso cuando la amplificas mediante la electrónica Expression System 2».
David Mead (Guitarist / Guitar World) puso a prueba la guitarra junto con algunos de sus colegas, y resaltó la comodidad de interpretación y la uniformidad de la respuesta en todo el rango de frecuencias del diapasón.
«El tono es deliciosamente seco», escribía. «Suena a tierra y madera, y nos llevó inmediatamente a desempolvar todos nuestros licks de blues acústico y progresiones de estilo cantautor».
Charley Saufley, de Premier Guitar, aplaudía la voluntad de Taylor de ir más allá con este modelo: «es la demostración de que en el diseño de guitarras acústicas aún hay espacio para experimentar con imaginativas desviaciones de la norma».
«La AD27e no tiene la rotunda resonancia de graves de una D-28, que llega a recordar a un piano de cola, pero proyecta el volumen que se espera de una dreadnought y suena fuerte sin caer en la rugosidad o la saturación. Probablemente, esto es debido a que no hay un emborronamiento de graves que pueda oscurecer el agradable sonido de los medios y el brillo y claridad de los agudos. Y, a diferencia de muchas otras dreadnoughts, la AD27e también ofrece una respuesta muy dinámica a un tacto suave».
Saufley también cree que la Flametop será un instrumento «estelar para grabaciones».
«Tiene una agradable resonancia que no sobrecarga la mezcla, y puede aportar un bonito contrapunto a arreglos en los que los graves están ocupados por otros instrumentos. Esto es algo muy a tener en cuenta para algunos estilos de mezcla modernos empapados de efectos», continúa. «Sin embargo, la voz dulce y enfocada de la AD27e también puede sonar imponente. Si te gustan las guitarras acústicas de tapa plana, prueba la AD27e para escuchar de primera mano todo lo que la hace diferente».
Andy Powers, diseñador jefe de Taylor, tenía claro lo que quería conseguir con este ejemplar atípico en nuestra línea de guitarras. Y parece que su concepto convenció plenamente al crítico de Guitar Player Jimmy Leslie, que destacó su «tono robusto y directo» e hizo una curiosa comparación con esas rarezas geniales que a veces te encuentras en tiendas de segunda mano.
«La Flametop supone un importante alejamiento del campo tradicional de Taylor, ya que se aventura en un territorio totalmente funky ideal para tocar en el porche trasero de casa. Esta guitarra quiere que la rasguees al estilo cowboy, con una púa gruesa y dándole fuerte sin miramientos. Ese tono visceral, áspero y sin florituras es el que le da autenticidad al blues».
Leslie cierra su reseña con una anécdota relacionada con un ingeniero de grabación que normalmente evita las guitarras Taylor porque las encuentra demasiado brillantes.
«Rasgueó enérgicamente un solo acorde con la Flametop, e inmediatamente proclamó: “esta es mi Taylor favorita”».
La Grand Concert AD22e es otro modelo de la serie American Dream que forma parte de nuestras novedades para el 2022. Esta guitarra con fondo y aros de sapele macizo y tapa de arce macizo también fue calificada con muy buenas notas por Chris Gill, que, tras probarla junto con la Flametop, galardonó a ambos modelos con el «Gold Award for Performance» de Guitar World. Gill manifiesta que las dos guitarras le llegaron con una configuración de fábrica «perfecta», como corresponde a la comodidad de interpretación característica de Taylor.
«El mástil tiene la distintiva sensación de agilidad y finura de Taylor, y los bordes de la caja oblicuos son muy confortables físicamente», opina.
La AD22e dirigió la atención de Gill hacia las bondades únicas de una caja más pequeña.
«Esta guitarra será irresistible para los guitarristas de fingerstyle en cualquier estilo: folk, música celta, blues o incluso jazz. Ofrece un tono agradablemente rico y amaderado que recuerda al de la AD27e Flametop, aunque en general los medios quedan reforzados, los graves resultan menos prominentes y los agudos son ligeramente más brillantes. Por otro lado, este instrumento proyecta un sonido mucho más amplio de lo que se esperaría de su tamaño, así que es una opción ideal para los músicos que prefieren la comodidad de una caja más pequeña sin sacrificar rango acústico».
Trío de GTs: GT 611e LTD, GTe Mahogany y GTe Blacktop
Teja Gerken, de Peghead Nation, conoce a la perfección los vericuetos de los diseños de Taylor a lo largo de nuestra historia. Sin ir más lejos, escribió «The Taylor Guitar Book: 40 Years of Great American Flattops» («El libro de las guitarras Taylor: 40 años de grandes acústicas de tapa plana en Estados Unidos»), y sus reseñas en vídeo y medios escritos siempre son altamente perspicaces. En los últimos meses, Gerken ha examinado y reseñado tres modelos con nuestro nuevo estilo de caja Grand Theater: la GT 611e LTD, la GTe Mahogany y la GTe Blacktop.
Para empezar, Gerken destaca en su crítica de la GT 611e LTD de arce y pícea los atractivos de la plataforma de diseño GT.
«Estos instrumentos unen sus dimensiones compactas y una comodidad de ejecución prácticamente imbatible a un tono sorprendentemente pleno, y se han hecho muy populares entre los músicos que buscan algo parecido a una guitarra parlor moderna».
Gerken quedó tan seducido por la 611 como por los otros modelos GT que habían caído en sus manos.
«Las digitaciones difíciles se vuelven factibles, la tensión de las cuerdas es cómoda para los dedos y, por supuesto, su tamaño compacto es una bendición para la sensación de confort general», afirma.
También tiene elogios para la personalidad tonal de la guitarra: «ya había tocado otras GT, así que tampoco me extrañó encontrar en la GT 611e LTD esa riqueza sonora asociada a las guitarras de tamaño completo. Aun así, me encantó comprobar que este modelo tiene el carácter que se espera de un instrumento de arce. El sonido es muy claro y agradablemente percusivo en el rasgueo, y ofrece una respuesta de graves controlada pero profunda».
A Gerken también le encantó la voz amplificada de la guitarra.
«Igual que me pasó con otras GT, al conectar la pastilla ES de fábrica a un amplificador Fishman Loudbox se me evaporó cualquier posible sensación de estar ante una guitarra “pequeña” en términos acústicos. En un contexto de amplificación, la GT 611e LTD suena tan imponente como cualquier otra Taylor con electrónica ES, así que es una alternativa que ni pintada para los músicos que quieran una guitarra compacta para actuaciones en directo».
En marzo, Gerken probó la GTe Mahogany construida íntegramente de caoba: en sus propias palabras, «¡una guitarra fabulosamente divertida de tocar!».
El crítico también tiene algo que decir sobre su identidad tonal: «…el resultado es un sonido rico y cálido con el carácter ligeramente comprimido de las tapas de madera dura. Es una guitarra con una hermosa voz para el rasgueo y un magnífico equilibrio para el fingerstyle».
Su sonido amplificado le pareció tan espléndido como el de la 611, y el tamaño manejable del diseño GT volvió a llevarse buenos comentarios.
«Es un modelo perfecto para guitarristas con un físico de “talla pequeña” que las pasan moradas con instrumentos más grandes. Por otro lado, es una fantástica guitarra de sofá ideal para tener a mano en cuanto llega la inspiración. Y, tal como ocurre con todas las GT, su ergonomía y comodidad de interpretación les hará la vida más fácil a los músicos que estén empezando o aprendiendo nuevas técnicas».
La última guitarra de su trío de reseñas fue la GTe Blacktop, que combina fondo y aros de nogal macizo con tapa de pícea maciza. A Gerken le gustó ver un modelo de nogal en esta selección de guitarras.
«Taylor ha usado mucho esta madera en otras épocas, y es genial que haya reavivado esa tradición. Al nogal se le suele situar entre la caoba y el palosanto en cuanto a cualidades tonales. Con la elección de esta madera, Taylor confiere a la GTe Blacktop una voz muy original acompañada de un aspecto visual único. La tapa de pícea garantiza un amplio rango dinámico, y el fondo y los aros de nogal parecen equilibrar el sonido general para no inclinarlo hacia ningún estilo de ejecución en particular».
Guitarras Taylor entre las mejores del 2022
Recientemente, Guitar World publicó en Internet una serie de «Guías del comprador» para el 2022. Estas listas están divididas en varias categorías de guitarras acústicas (electroacústicas, de gama alta, clásicas y de cuerdas de nylon de gama alta, tamaño tres cuartos…), e incluyen recomendaciones de los mejores modelos de cada clase. Taylor estuvo bien representada en todos los segmentos; ahí va un breve resumen de nuestros modelos distinguidos en estas clasificaciones.
Mejores acústicas de gama alta: Nuestro buque insignia Grand Auditorium 814ce de palosanto y pícea se aupó al primer lugar de esta lista con la calificación de «guitarra para una isla desierta». La comodidad de interpretación y la versatilidad musical estuvieron entre sus atributos más valorados. «Con la inestimable contribución del varetaje V-Class de Taylor, la voz de esta guitarra es lo bastante potente y profunda como para aguantar rasgueos agresivos e intensos punteos con púa sin ningún problema», escribe Simon Fellows. «Por otra parte, sus medios dulces, equilibrados y bien definidos son inmejorables para el fingerstyle más exquisito».
Mejores guitarras clásicas y de cuerdas de nylon de gama alta: La 814ce-N, la versión con cuerdas de nylon de la 814ce, sacó muy buena nota como la «guitarra híbrida perfecta» para los músicos acostumbrados a las cuerdas de acero que quieren explorar la paleta sonora del nylon. Igual que su hermana de cuerdas de acero, la 814ce-N fue ensalzada tanto por sus materiales de máxima calidad y su impecable artesanía como por la personalidad tonal «llena de carácter, pero maravillosamente equilibrada» de la combinación de palosanto y pícea.
«Si te gusta el universo Taylor y buscas una guitarra de cuerdas de nylon para tocar jazz, bossa nova o country, no te lo pienses y quédate con ella», recomienda Simon Fellows.
Mejores guitarras electroacústicas: Los músicos con limitaciones de presupuesto pueden probar los dos modelos Taylor que entraron en esta lista: la Academy 12e y la AD17e Blacktop, una de nuestras guitarras de madera maciza fabricadas en Estados Unidos con un precio más asequible.
El varetaje V-Class de la Blacktop cautivó al equipo de críticos de Guitar World: «la entonación y la resonancia son asombrosas en todo el diapasón, así que con esta guitarra visitarás los trastes agudos más de lo que te imaginas», dice Rob Laing. «Esta dreadnought de hombros redondeados con el estilo de caja Grand Pacific es una guitarra de nivel profesional para toda la vida. Con su amplia respuesta en frecuencia y equilibrio tonal, es un magnífico ejemplo de lo que debe ser una dreadnought».
Aparte de todo ello, a Laing le gustó «el aire a lo Johnny Cash y los Everly Brothers» de la tapa de pícea con acabado negro mate.
La compacta Grand Concert Academy 12e también se llevó grandes alabanzas, en este caso como una excelente guitarra para agilizar los progresos de los músicos en desarrollo gracias al perfil fino del mástil, la escala más corta, la acción baja y el apoyabrazos. «Creemos que es la mejor guitarra en cuanto a ergonomía, comodidad de interpretación y rendimiento. Este instrumento acompañará a cualquier guitarrista desde sus primeros pasos hasta el final del camino».
Mejores guitarras acústicas de tamaño de tres cuartos: No es raro que tanto la GS Mini como la Baby Taylor compartan posición en esta lista. La Baby Taylor (BT1) con tapa de pícea y tamaño de tres cuartos real fue elegida la número 1 en términos generales.
«Que nadie se confunda: esta guitarra es una Taylor con todas las letras», escribía Matt McCracken en Guitar World. «Graves precisos, medios claros y agudos nítidos; una proyección estupenda… Esta es una de las mejores acústicas de tres cuartos que se pueden encontrar».
En cuanto a la GS Mini, McCracken definió a esta popular serie como un «clásico moderno», y escogió el modelo GS Mini Rosewood (fondo y aros de palosanto contrachapado y tapa de pícea maciza) por su «absoluta comodidad de interpretación», «sonido brillante y articulado» y «agudos de seda».
La edición del 2020 del Americanafest, el evento de celebración de la música tradicional norteamericana que se celebra anualmente en Nashville, tuvo que trasladarse íntegramente a territorio virtual. Pero el 2021 ha supuesto su retorno por todo lo alto con una serie de actuaciones de los talentos emergentes más brillantes del género. El pasado septiembre, nuestro equipo viajó a Nashville para acompañar a nuevos miembros de la familia de artistas de Taylor, como Brittany Spencer, Raye Zaragoza, Brock Gonyea o Allison Russell. Y estamos encantados de compartir varios vídeos de esas memorables actuaciones en la versión digital de Wood&Steel.
La creciente y muy diversa familia de intérpretes de guitarras Taylor cerró el 2021 por todo lo alto, acaparando elogios por parte de la crítica y premios en todo tipo de géneros. Los artistas de Taylor tuvieron un especial protagonismo en los últimos GRAMMY Latinos con diez nominaciones. El guitarrista y cantautor Camilo fue la gran figura con cuatro galardones, incluidos los de Mejor álbum vocal de pop por su disco Mis manos y Mejor canción pop por «Vida de rico».
Estamos encantados de presentar a varios de nuestros nominados a los GRAMMY Latinos en esta edición de la lista de reproducción de Wood&Steel. También encontrarás temas de artistas como Brittany Spencer, Raye Zaragoza, The Native Howl, Cat Burns y Allison Russell, cuyo álbum Outer Child fue considerado como el tercer mejor disco del año por la revista The Atlantic.
Guarda nuestra lista de reproducción en tu cuenta de Spotify y no te olvides de seguir a Taylor Guitars para estar al día de las novedades de nuestro catálogo de artistas repartidos por todo el mundo.
El educador musical y guitarrista profesional Kerry «2 Smooth» Marshall comparte tres nuevas lecciones en vídeo para ayudarte a añadir unas pinceladas de soul a tu sonido.
La guitarra acústica tiene un legado muy importante en un amplio espectro de estilos, y no hay nada mejor para evolucionar con el instrumento que internarse en nuevos territorios musicales.
Es posible que la guitarra acústica no se considere a primera vista un instrumento de R&B, pero músicos como Kerry «2 Smooth» Marshall están cambiando las reglas del juego con la adaptación de sonidos acústicos a nuevos géneros. En su andadura, Kerry ha ido atrayendo a un público que le sigue fielmente en sus facetas de educador musical, músico de estudio y productor. Y ahora nos muestra cómo la guitarra acústica puede aportar un sonido fresco y sorprendente a estilos como el R&B, el gospel y el neo-soul.
En esta serie, Kerry amplía sus lecciones en vídeo del número anterior de Wood&Steel, en las que exploraba progresiones básicas de acordes de R&B, técnicas de cuerdas dobles y el uso de acordes de séptima disminuida para capturar el auténtico espíritu del género.
En primer lugar, Kerry habla de la importancia de los acordes con cejilla en la guitarra acústica de R&B, y demuestra cómo un par de digitaciones de acordes simples puede abrirte nuevos horizontes sonoros.
A continuación, Kerry profundiza en el uso del hammer-on, una técnica de guitarra de toda la vida que en el R&B se puede reinventar para añadir color y variedad.
Andy Powers, el luthier jefe de Taylor, reflexiona en profundidad sobre la evolución del diseño de nuestros instrumentos y los muchos factores que influyen en la personalidad musical de una guitarra acústica, incluido el intérprete.
Andy Powers y yo nos encontramos junto a una espléndida mesa de trabajo que domina su taller recientemente renovado en el campus de Taylor. Este estudio ordenado, espacioso y bañado por la luz natural de las grandes cristaleras que hay en uno de los lados, resultaría de lo más inspirador para cualquier amante de la madera y la carpintería, y es un entorno ideal para hablar sobre el punto en el que se encuentra la fabricación de guitarras en Taylor. El taller está equipado con unas hermosas mesas de trabajo y armarios hechos a medida con excedentes de sapele, acacia negra, ébano y otras maderas que no se utilizaron para piezas de guitarra (incluso el suelo ajedrezado de ébano y sapele viene de ahí). El ambiente es refinado, rústico, cálido, sin pretensiones y muy funcional.
En última instancia, lo que escuchas de una guitarra acústica es una combinación de todos sus elementos.
En este estudio todo está cuidadosamente organizado, desde las estanterías con juegos de maderas para futuros prototipos de guitarras hasta una estructura en forma de A con todo tipo de abrazaderas, lijadoras y demás artefactos esenciales. Entre ellos está la niña de los ojos de Andy, una indestructible sierra de cinta Davis & Wells fabricada antes de la Segunda Guerra Mundial.
«Bill Collings me la hizo descubrir», recuerda antes de ponerse a ensalzar las maravillas de su rendimiento. «Y tengo la suerte de tener otra en el taller de mi casa».
Como artesano, Andy dice que siempre se ha fijado en los entornos que la gente se crea para vivir y trabajar.
«Mi padre ha sido carpintero desde que tengo uso de razón, aunque lo máximo que yo me acerco al negocio familiar es cuando hago chapuzas en mi casa. Sin embargo, esos antecedentes me han llevado a interesarme por los espacios que la gente se procura, porque reflejan una manera de vivir, de ver las cosas, de relacionarse con el entorno».
Andy es consciente de que, a raíz de la pandemia, muchos de nosotros nos hemos visto obligados a cambiar radicalmente nuestros hábitos de vida y trabajo durante los últimos dos años. Si ha habido algo positivo en este período de reflexión colectiva, podría ser la forma en que nos ha hecho reconsiderar nuestras prioridades y quizá mirarlo todo desde una nueva perspectiva que nos ayude a hacer un reset para dar más significado a nuestras vidas.
Algunas personas decidieron aprender a tocar la guitarra; otras volvieron a ella después de una larga pausa. Por su parte, Andy aprovechó la ocasión no solo para rediseñar su espacio de trabajo, sino también para meditar sobre su relación con el arte de la construcción de instrumentos.
No todos tocamos ni escuchamos igual, y yo tampoco quiero construir todas nuestras guitarras exactamente de la misma forma.
«Ahora mismo, hacer guitarras me entusiasma más que nunca», afirma. «Llevo mucho tiempo en ello, y me sigue encantando. Igual que ocurre con cualquier relación a largo plazo, con el tiempo se producen cambios y hay un crecimiento. Creo que es importante detenerse un momento, mirar de frente al instrumento y preguntarse: ¿cómo lo abordo ahora? ¿Cómo ha evolucionado esta relación? También vale la pena reparar en los componentes. Hemos trabajado con miles de piezas de caoba, arce o pícea, pero es bueno hacer una pausa y pensar: ‘normalmente lo hacemos así, pero ¿y si lo hiciéramos asá?’. Tengo la sensación de que todavía queda mucho por descubrir sobre la madera y los instrumentos que construimos con ella».
Aparte del amor por la carpintería que comparte con su padre, parece que Andy también lleva en la sangre el gusto por la innovación. En la pared tiene enmarcadas varias reproducciones de dibujos de patentes de su tatarabuelo, Arthur Taylor (sí, se llamaba Taylor), hechos a mano a principios del siglo XX. Esos inventos van desde un encendedor de chispa para motores de combustión interna hasta una cabeza de martillo con un dispositivo en el extremo que permitía colocar un clavo con una sola mano.
Tal como Andy comenta, «es divertido contemplar esos dibujos e imaginarse a mi tatarabuelo mirando a algo tan cotidiano como un martillo desde una nueva óptica para mejorar su función».
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Como este número de Wood&Steel incluye nuestra guía de guitarras, pensamos que era una ocasión inmejorable para ponerla en contexto hablando con Andy sobre sus proyectos en Taylor, la evolución de nuestra línea de instrumentos y la dirección en la que cree que irá el futuro. Una cosa está clara: si en nuestro catálogo actual tenemos más diversidad que nunca en cuanto a personalidades de guitarras, es gracias a los diseños visionarios de Andy.
Llevas 11 años en Taylor. Visto en perspectiva, ¿tienes la sensación de que entraste con una misión creativa determinada y acordada entre Bob y tú?
No empezamos con ninguna misión o mandato que tuviera que ver con el diseño, salvo el objetivo de que nuestras guitarras fueran más musicales. Ese es el «noble camino» de Taylor, por decirlo así. Nuestro trabajo como constructores de guitarras es servir a los músicos. A mí me parece genial que nuestros instrumentos puedan llegar a ser piezas de colección y que el público los aprecie por su belleza, pero nosotros pensamos ante todo en las personas que los van a usar para hacer música. A simple vista, tocar un instrumento es algo muy poco práctico. Sin embargo, yo pienso que es absolutamente esencial como vehículo para expresarse y darle sentido al mundo. Por lo tanto, quiero que cada una de nuestras guitarras sirva a un propósito musical.
Y ese propósito puede variar de una guitarra a otra, ¿no?
Cada guitarra debe servir a un propósito especial. No pueden ni deben funcionar exactamente de la misma manera. Cuando toco nuestras muchas guitarras, lo primero que me llama la atención es que todos los modelos suenan esencialmente musicales, como debería ser la norma. Pero, más allá de eso, cada guitarra se percibe de forma diferente. Unas suenan intimistas, otras rotundas; algunas proyectan muy lejos, otras son muy sensibles al tacto; las hay cálidas, oscuras o brumosas, y también alegres y vibrantes. Unas están en su salsa en una habitación bonita y tranquila; otras han nacido para deslumbrar en los grandes escenarios. Todas tienen diferentes objetivos y personalidades, y ahí es donde yo veo el valor de construir guitarras de distintos tipos. Hay muchas particularidades que hacen que un instrumento sea especialmente adecuado para una cosa en concreto.
Seguro que cuando llegaste a Taylor ya estabas familiarizado con nuestras guitarras. ¿Identificaste de entrada alguna oportunidad inmediata para diversificar aún más nuestra línea?
Sí, vi una vía muy clara en la que podíamos seguir desarrollando nuestra oferta. Si miras las guitarras que fabricábamos hace 15 años, verás muchas similitudes en la construcción. Las dos grandes variables que modificábamos eran el contorno y la madera del fondo y los aros. La mayoría de los componentes internos eran idénticos de una guitarra a otra. Algunos se retocaban ligeramente para que encajaran mejor, pero en general eran muy parecidos. Y, tal como yo lo veía, ahí había campo abierto para ofrecer un repertorio de sonidos más amplio.
Recordemos que tú venías del mundo de los instrumentos personalizados, ya que todas tus guitarras estaban hechas para ajustarse a las necesidades específicas de cada cliente.
Sí, yo tenía experiencia en el extremo exactamente opuesto en términos de producción. Cuando alguien me encargaba un instrumento, le preguntaba: «antes de que decidamos si va ser una guitarra eléctrica, con tapa curvada o plana, etcétera, ¿cómo quieres que suene? ¿Qué música escuchas? ¿Qué tipos de sonidos te gustan? ¿Qué tipos de sonidos no te gustan?». Partiendo de ahí, empezábamos a ver qué podíamos hacer para llevar el instrumento al resultado deseado. Viniendo de esa experiencia, la variedad musical me sigue interesando mucho. Me gusta la diversidad de músicos, géneros, tipos de composición, estilos de interpretación. Es algo fantástico. No todos tocamos ni escuchamos igual, y yo tampoco quiero construir todas las guitarras exactamente de la misma forma.
Un dibujo de una patente firmada en 1927 por Arthur Taylor, tatarabuelo de Andy, que ilustra una cabeza de martillo con un dispositivo integrado para colocar clavos
Once años después, ¿cómo valoras la evolución de la línea de guitarras Taylor?
Estoy muy orgulloso del punto en el que estamos como fabricantes de guitarras. Los modelos que hacemos actualmente ofrecen más variedad sonora que nunca, y con diferencia. Esa variedad también está presente en la estética visual, la función musical, el tono, la sensación… Y todo ello se cimenta sobre unas cualidades fundamentales que queremos mantener siempre. Bob describiría esas cualidades como los elementos objetivos que él persiguió durante décadas. Para mí, son principios irrenunciables. El instrumento tiene que ser cómodo y sonar bien. La configuración física debe ser impecable, el mástil tiene que estar recto, la guitarra debe ser fiable y precisa, las notas tienen que sonar afinadas, la mecánica no puede tener ni un fallo. Cuando has conseguido todo eso, entonces ya puedes empezar a pensar en moldear el sonido. Hoy en día contamos con equipos modernos que permiten calibrar la sonoridad con análisis de espectro y cosas por el estilo, pero a mí me parece más útil evaluar los sonidos en función de la interpretación artística. Siempre puedes considerar una guitarra en términos técnicos y decir que tiene un grado de sensibilidad «x» en una frecuencia de «y» hercios. Pero lo que yo siento es si esa guitarra es sensible a la forma en que yo pulso las cuerdas, o si transmite emotividad porque puedo articularla delicadamente o con fuerza, tocarla con mano dura o con mano dulce, y el instrumento responde a todos los estímulos. Cada diseño es como una invitación a tocar de una cierta manera. Con nuestras nuevas guitarras Grand Orchestra, te dan ganas de coger una púa bien gruesa y darles caña: sacan un sonido enérgico e intenso, el «espresso triple» de los tonos acústicos. Tienen mucho poder. A mí me gusta la variedad de colores sonoros y los considero según lo que me hacen sentir como músico.
La era del varetaje V-Class empezó hace ya algunos años, y parte de lo que prometía era aportar un nuevo motor sonoro capaz de abrir nuevos horizontes para el desarrollo continuo. Sin ir más lejos, el varetaje C-Class para las guitarras GT salió de ahí. ¿Está respondiendo a tus expectativas el sistema V-Class?
Bien, es innegable que estamos sacando partido a las oportunidades de desarrollo que ofrece el varetaje V-Class. Me encantó poder implementar el diseño asimétrico C-Class en las guitarras GT, y hay más proyectos futuros en esa dirección. De hecho, las propias guitarras V-Class se pueden ajustar de múltiples formas. Incluso hemos llegado a crear distintos patrones de varetaje para el fondo adaptados a varios modelos para los que usamos maderas similares. Esas voces diferentes se manifiestan en función de cómo se hagan los retoques. Por ejemplo: si te fijas en el varetaje del fondo de una 652ce Builder’s Edition de arce de 12 cuerdas, verás que el perfil es muy distinto al de nuestras otras guitarras de arce. La posición de las varetas y el remate de sus puntas se han ajustado a ese modelo en concreto.
También has ampliado la paleta sonora de Taylor con nuevos estilos de caja como la Grand Pacific. Ahora que los modelos Grand Pacific y GT están llegando a cada vez más músicos, parece que estamos ante una importante diversificación del atractivo de la línea de guitarras más allá de nuestro buque insignia Grand Auditorium, que durante mucho tiempo ha sido considerado por el público como el heraldo del sonido distintivo de Taylor.
Sí, algo de eso hay. A todos se nos conoce por nuestro trabajo, seamos constructores de guitarras, músicos o artistas de otras disciplinas. A la gente le es muy fácil identificarte con una cierta idiosincrasia cuando eso se convierte en la mayor parte de lo que haces. Es como escuchar a tu grupo favorito: te acostumbras a sus sonidos, sus canciones y su estilo. Pero, luego, esa banda produce un nuevo disco que no tiene nada que ver con eso. Y, aunque puedes reconocerles, notas que han evolucionado, han desarrollado más matices, más sonidos. Está claro que mucha gente piensa en nosotros como la empresa que hizo la Grand Auditorium. Construimos la guitarra acústica moderna por excelencia, que es una GA con cutaway. Y nos encantan esos instrumentos, porque encajan perfectamente con muchas de las cosas que los músicos le piden a una guitarra acústica. Pero no deberían ser lo único que exista. Nosotros empezamos con guitarras jumbo y dreadnought antes de diseñar la Grand Concert. Creamos las guitarras GS y GS Mini. Más recientemente, las Grand Pacific y Grand Theater. Yo estoy muy satisfecho con la acogida de las guitarras GP y GT entre los músicos. Es genial ver que todas esas opciones han encontrado su lugar en diferentes escenarios musicales, y a mí me gustan todos esos colores por igual.
En la guía de guitarras anual de Wood&Steel, tendemos a deconstruir nuestros modelos y explicar sus rasgos tonales asociándolos a componentes clave como la forma de la caja y las maderas. El año pasado, tú nos ayudaste a crear unas tablas con las que queríamos ilustrar los rasgos sonoros de varias maderas de forma visual, y definiste cuatro categorías que contribuyen a crear un perfil tonal para cada madera: rango de frecuencias, perfil de armónicos, fidelidad (capacidad de reflejar al intérprete o al diseño frente a las maderas) y sensibilidad al tacto. Sin embargo, lo cierto es que una guitarra es un sistema más complejo. Y quizá sería más fiel a la realidad crear una tabla de ese tipo para cada modelo, porque explicaría más claramente la forma en que esos elementos funcionan juntos.
La verdad es que, cuando coges una guitarra y tocas una nota, es difícil discernir qué estás escuchando. ¿Es la cuerda? ¿La púa? ¿La selleta, el puente, la tapa, el fondo, el mástil, el varetaje interno, el tamaño, la masa de aire dentro de esa «cosa»? El sonido no se puede reducir a solo uno de esos aspectos, y a mí me cuesta incluso asignar un porcentaje del tono de la guitarra a uno u otro componente. Entiendo ese instinto de deconstrucción para comprender mejor las cosas que nos entusiasman, y está claro que todo guitarrista quiere entender mejor su instrumento. Eso está muy bien. Pero, en última instancia, lo que escuchas es una combinación de todos los elementos.
Incluido el intérprete.
Totalmente. Hace poco, leí un libro de un ingeniero que grabó a Elton John a principios de los 70. En aquella época, todo el mundo quería el sonido de piano de Elton. El ingeniero tiró de técnicas de microfonía y otros trucos para intentar replicarlo, pero el piano seguía sonando como otro cualquiera. Cuando Elton llegó para la sesión y empezó a tocar, ahí estaba su sonido personal. No se trataba del piano: el instrumento solo transmitía el tacto del músico. Y eso no es cualquier cosa, porque entre la cuerda y las yemas de los dedos del intérprete hay toda una estructura mecánica. Un piano tiene un montón de artilugios que transmiten el movimiento de una tecla a través de un martillo forrado de fieltro hasta golpear la cuerda exactamente en el mismo punto cada vez. Eso hace que yo me pregunte cómo hay que tocar las teclas para que esos matices sean audibles y el resultado cambie tan radicalmente incluso después de pasar por esa compleja maraña de pequeños mecanismos de madera, fieltro y cuero que acaba impactando en una cuerda. Si trasladamos esa idea al contexto de una guitarra, en la que los dedos pulsan directamente las cuerdas, no es de extrañar que los músicos la sientan como un instrumento tan personal cuyo sonido refleja a quien la está tocando.
Aparte de las características tonales, has hablado de la sensación y la respuesta, que también están relacionadas con el sonido pero desde otro ángulo.
Aquí hay cosas que van más allá de la sonoridad, porque no estamos hablando solo de lo que escuchas, sino de lo que la guitarra te hace sentir. Y esto no tiene que ver con la tensión de las cuerdas, su longitud de escala ni su distancia respecto al diapasón, que son propiedades mesurables. Se trata de la comunicación de ida y vuelta que experimentas cuando tocas una guitarra. La combinación del sonido que le sacas y de aspectos táctiles como la sensación de las cuerdas bajo los dedos, la resistencia, la flexibilidad o la sensibilidad al tacto dan forma a la interacción de un intérprete con la guitarra.
Un intérprete nunca debería sentirse abrumado ante la profusión de alternativas. La variedad está ahí para disfrutar explorando sus posibilidades.
Últimamente he estado tocando muchos tipos de instrumentos diferentes, y esta «conversación» dinámica se me hace muy evidente. Una guitarra con tapa curvada tiene una respuesta que me lleva en una dirección determinada. Siento que no toco igual con esa guitarra que con otra. Si cojo una GT, hay algo en la sensación de agilidad de las cuerdas y en la rapidez de respuesta del instrumento que me hace frasear una misma melodía de forma distinta. La interpretaré con unas inflexiones y una articulación diferentes. Con una Grand Pacific o una Grand Orchestra, no tocaré igual: una misma pieza cambiará en función del sonido que oigo salir de la guitarra. Muchos músicos sacan partido a esta interacción entre intérprete e instrumento y eligen conscientemente un modelo en particular para llevar su interpretación hacia un lugar específico. A veces, incluso optan por un instrumento al que no están acostumbrados en lugar de otro que les es más cómodo para obligarse a ir en una dirección creativa totalmente diferente.
Hablemos un poco de las cuerdas. En tus últimos diseños, has empezado a elegir juegos nuevos, como las cuerdas D’Addario de las guitarras American Dream. Las cuerdas son un elemento importante en la sensación y el sonido de una guitarra acústica, y también dicen mucho de las preferencias de los intérpretes. ¿Qué puedes comentar sobre la influencia de distintos tipos de cuerdas en la percepción de la guitarra?
Volviendo a la idea del instrumento como un sistema que da forma al músico y a su interpretación, esta relación dinámica se manifiesta a través de los puntos de contacto de una guitarra. Yo hago una comparación con las tablas de surf: cada tabla tiene un «algo» intrínseco que te dice qué quiere hacer, cómo quiere que la montes y en qué condiciones funcionará mejor. Más allá de esa personalidad inherente, tú puedes tunear la tabla ajustando pequeños detalles que mejorarán su rendimiento de formas muy particulares. Lo mismo pasa con las guitarras. Lo primero que hay que preguntarse es: ¿qué hace esta guitarra de forma intrínseca? Lo siguiente es pensar qué cuerdas le pones. Cuando un amigo me dice que se ha comprado una guitarra nueva, lo primero que le pregunto es: «¿qué guitarra es?» e, inmediatamente después, «¿qué cuerdas le has puesto?». La tercera pregunta es: «¿qué púa usas, si es que tocas con púa?». Normalmente, el interrogatorio sigue esa secuencia porque la identidad de la guitarra es muy relevante (es lo que te dice qué instrumento tienes entre manos), y luego ya decidirás cómo refinar ese sonido con las cuerdas que elijas. La disyuntiva no se reduce a usar cuerdas con o sin recubrimiento: también hay que pensar en la aleación del entorchado y en el rango de tensión, por ejemplo. ¿Cuál es la composición de las cuerdas? ¿Son de bronce fosforado? ¿O de bronce niquelado como el que nosotros estamos usando para la nueva AD27e Flametop? Cada una de esas opciones enfatiza un determinado espectro de frecuencias, un tipo de respuesta, un sonido inicial que se envía al sistema mecánico. En cuanto a la púa, es divertido analizar cómo altera la ecuación. Hay un montón de parámetros a considerar en el contacto de la púa con las cuerdas, como la dureza, la forma y la textura de su superficie. Sin embargo, un intérprete nunca debería sentirse abrumado o intimidado ante la profusión de alternativas. La variedad está ahí para disfrutar explorando sus posibilidades.
Como fabricantes, nosotros también sopesamos otras consideraciones en la elección de las cuerdas, como la necesidad de que las guitarras suenen y respondan bien en cualquier tipo de entorno de venta en todo el mundo.
Sí, por supuesto. En cierto modo, se parece a lo que pasa en una empresa de automoción cuando construye un coche o una camioneta. La idea es que funcione bien durante su período de rodaje para garantizar una vida útil larga y saludable. Para favorecer el proceso, pueden elegir un tipo específico de neumáticos o de aceite con aditivos para el motor. En nuestro caso, cuando construimos y encordamos una guitarra, no sabemos si la persona que finalmente se la llevará a casa será la primera o la décima en tocarla. Tampoco tenemos ni idea de si se venderá en una tienda local a un kilómetro de nuestra fábrica o si dará la vuelta al mundo en barco antes de llegar a un escaparate. Por lo tanto, usamos cuerdas que aguanten todas esas circunstancias potencialmente adversas y ofrezcan una respuesta neutra que resulte agradable para los guitarristas que la prueben. Pero, pasado ese período de rodaje inicial, hay muchas opciones musicalmente interesantes. Yo uso cuerdas sin recubrimiento en algunas de mis guitarras porque me gusta esa textura. Me da una sensación que me reconforta. Eso significa que cada vez que busco un sonido algo más brillante tengo que cambiar las cuerdas, pero en general, y siempre en el contexto adecuado, prefiero los sonidos tirando a apagados.
Por ejemplo, yo tengo un viejo bajo que he tocado en muchas grabaciones y al que le pongo cuerdas de entorchado semiplano: ni totalmente plano como el de las cuerdas para guitarras de jazz, ni circular como en una guitarra acústica o eléctrica; está a medio camino. Recién salidas del paquete, tienen un sonido más bien opaco que me encanta para ese bajo en particular. ¡Le va como anillo al dedo!
¿Cómo afecta una cuerda más apagada a tu forma de tocar (esto podríamos relacionarlo con la nueva AD27e Flametop) o a la aproximación de otros músicos al instrumento?
Desde el punto de vista mecánico, algunas cuerdas amortiguan una parte de los armónicos agudos y eso genera un sonido no tan metálico, con menos «twing». Un técnico de grabación diría que no tiene tanta sibilancia, transitorios o presencia. El contenido de armónicos agudos enfoca las notas y define su inicio y final de forma clara y audible. Cuando esta característica se modera, la nota suena con un inicio y final más suaves y fluidos. Es como si escucharas más madera y menos metal. Esta calidez llevará al intérprete a articular las cuerdas de forma muy diferente.
¿Qué es lo que te inspira a crear tus diseños? No hay duda de que tienes muchas influencias: vives rodeado de música, tienes muchos amigos artistas con los que tocas y estás al día de lo que pasa en el sector. ¿Cómo integras esos estímulos con tus propias ideas para imaginar diseños innovadores?
Las decisiones de diseño tienen muchas caras, porque una parte del proceso de crear algo es descubrir los materiales con los que trabajas. Es raro que un fabricante diga: «quiero construir este diseño, así que sencillamente buscaré el material perfecto para ello». Algunas decisiones de diseño son tan pragmáticas como usar lo que tienes a mano o recurrir a un suministro de materiales «sano» y fiable. Entretanto, yo voy dando vueltas a diferentes sonidos o aplicaciones musicales que he escuchado o que me han interesado. Podría pensar en un grupo de músicos que han estado trabajando con ciertos sonidos y se inclinan hacia un sentimiento, emoción o estilo de interpretación que invitaría a un buen uso de un material determinado. A continuación, estudio con qué voy a complementar ese material: la forma de guitarra adecuada para esa madera y ese propósito musical, la voz apropiada, el acabado, las cuerdas… Es como si la receta se creara casi por sí sola, como si un cocinero encontrara un ingrediente único y se preguntara: «¿cómo podemos utilizar esto para hacer algo bueno e interesante?».
Hablando de la disponibilidad de ingredientes, déjame que destaque el uso de maderas urbanas en Taylor y nuestro deseo de trabajar de una forma más ética y responsable. La idea es usar materiales que tengamos a mano, y la madera Urban Ash es uno de ellos. ¿Tienes ganas de seguir avanzando por este camino?
La silvicultura urbana está siendo una aventura muy emocionante para nosotros. Desde el principio nos volcamos en este proyecto porque, aunque en su primera etapa se reveló como sorprendentemente caro y parecía que podía no ser del todo viable, sabíamos que era algo que teníamos que hacer. A pesar de los obstáculos, pensábamos que era necesario intentarlo y alguien tenía que dar el primer paso. En los años que han pasado desde que empezamos a trabajar con estas maderas, el concepto ha resultado ser mucho más fructífero de lo que yo esperaba. Y no solo en cuanto a la calidad de los materiales disponibles, sino también en los beneficios ofrecidos por este modelo de silvicultura en términos de uso práctico de la madera y de reducción de la presión sobre otras especies. Es maravilloso poder empezar a aliviar parte de esa presión sobre otros materiales o suministros aumentando nuestro repertorio de maderas con nuevas especies, algunas de ellas procedentes de bosques urbanos. Esto significa que la iniciativa va progresando a un ritmo constante y prometedor, y que nosotros podemos continuar diversificándonos. Y, para un luthier, esa posición es tan saludable como apasionante.
Desde la Grand Concert hasta la Grand Theater, los innovadores diseños de caja pequeña de Taylor han conseguido que la experiencia de tocar la guitarra sea más accesible, más expresiva y más divertida.
En los primeros años de Taylor, los clientes podían elegir entre dos estilos de caja: dreadnought y jumbo. Bob Taylor había adoptado y refinado estas dos robustas formas de guitarra tras su experiencia en la tienda American Dream en la que empezó su carrera. Ambas acarreaban un legado consolidado que las había convertido en modelos de referencia para otros fabricantes de guitarras: la dreadnought, una forma original de Martin bautizada en honor a los poderosos acorazados británicos, presentaba una cintura ancha con líneas rotundas, mientras que la jumbo, la apuesta de Gibson, tenía los hombros más redondeados y una cintura más estilizada. Las curvas específicas de cada silueta se traducían en una voz distintiva, pero las dos cajas eran capaces de generar una potencia acústica muy significativa.
Sin embargo, las primeras guitarras acústicas no eran tan grandes como esas. Los modelos Stauffer y Martin de la primera mitad del siglo XIX tenían una figura esbelta y fueron los precursores de las guitarras de salón (parlor) compactas que llegaron en los años posteriores.
Las proporciones de la caja empezaron a crecer a principios del siglo XX. Fue una época de importantes innovaciones de diseño tales como el varetaje en X y las cuerdas de acero, que se aliaban para aumentar el volumen de la guitarra y competir con el sonido de banyos, mandolinas y orquestas formadas por batería y sección de metales en conciertos celebrados en recintos de grandes dimensiones.
Con la evolución de la amplificación, se empezaron a añadir pastillas a las guitarras acústicas con tapa plana. A finales de los 60, Glen Campbell ya tocaba una Ovation electroacústica con pastilla piezoeléctrica en su programa de televisión semanal. En los años siguientes, Takamine elevó la apuesta con sus propias pastillas para acústica mientras otros diseñadores ofrecían accesorios de amplificación a los fabricantes de guitarras. Para los más tradicionalistas, colocar una pastilla en una guitarra acústica era una herejía, pero Bob Taylor tuvo en cuenta las peticiones de los intérpretes y empezó a instalar pastillas Barcus-Berry en algunas de sus guitarras. Y, aunque el sonido acústico amplificado producido por la mayoría de las pastillas de la época no era nada del otro mundo comparado con los estándares actuales, aquella innovación implicaba que las guitarras acústicas ya no tenían que ser grandes para que se escucharan.
«A la gente le gusta las guitarras más pequeñas», defiende Bob Taylor. «Son cómodas de tocar. Y, en aquel momento, nos pareció que podíamos empezar a centrarnos en la sensación de intimidad y las cualidades tonales de una guitarra más pequeña, porque siempre se podía amplificar si se quería».
La primera guitarra de caja pequeña de Taylor, la Grand Concert, vio la luz en enero de 1984 (es decir, diez años después de la fundación de Taylor y otros diez antes de la aparición de la Grand Auditorium). Aparte de la llegada de las pastillas, hubo otros factores que favorecieron el diseño de guitarras más pequeñas. El primero fue que los intérpretes de eléctrica querían una caja acústica más compacta.
«Muchos de nuestros primeros clientes tocaban sobre todo la guitarra eléctrica», explica Bob. «Les encantaba nuestro mástil fino, pero no querían un instrumento grande y ‘viejo’. Estaban acostumbrados a la sensación física de una guitarra pequeña. Y me preguntaban: ‘¿se puede conseguir un instrumento más compacto que suene como estas guitarras que tú haces?’».
Entretanto, Kurt Listug, cofundador de Taylor y, en aquel momento, comercial de la empresa, se dedicaba a recorrer largas distancias en coche para visitar a distribuidores, y a la vuelta informaba de que muchos se interesaban por guitarras de caja más pequeña. (Kurt también evoca esa etapa en su columna de este número de Wood&Steel).
La fiebre del fingerstyle
Por esa misma época, había surgido una nueva generación de intérpretes que estaban revolucionando el fingerstyle acústico instrumental. Esos artistas partían de influencias musicales muy diversas (blues, folk, clásica, jazz, pop, celta, ambient, etcétera) y las sintetizaban en estilos novedosos y estimulantes. También exploraban afinaciones alternativas, técnicas de tapping percusivo y otras formas de creatividad musical melódica y armónica. Con sus composiciones originales e ingeniosos arreglos de canciones populares en formato fingerstyle, aquellos músicos estaban expandiendo la paleta sonora de la guitarra acústica, y muchos buscaban activamente nuevos tipos de instrumentos capaces de optimizar su rango expresivo.
Uno de ellos fue Chris Proctor, un talentoso guitarrista que en 1982 ganó el campeonato nacional de fingerpicking del Walnut Valley Festival celebrado cada año en Winfield (Kansas). Proctor llevaba años buscando un constructor que le hiciera el instrumento para fingerstyle de sus sueños.
«Me frustraba la falta de opciones en el mercado para los intérpretes de fingerstyle instrumental», escribió en un ensayo publicado en Wood&Steel en el 2006. «Había empezado a fantasear con una guitarra de caja más pequeña que tuviera una voz clara y un buen equilibrio entre graves y agudos, con cutaway y un mástil más ancho, que se mantuviera estable en los cambios de afinación y que al tocar tuviera el ‘carácter Taylor’».
«Muchos de nuestros primeros clientes tocaban sobre todo la guitarra eléctrica. Les encantaba nuestro mástil fino, pero no querían un instrumento grande y ‘viejo’».
Bob Taylor
En aquel momento, las guitarras dreadnought y jumbo de 6 cuerdas de Taylor tenían una cejuela de 42,8 mm de ancho, que era lo habitual en las guitarras acústicas pero que resultaba insuficiente para las digitaciones de los intérpretes de fingerstyle. Y el volumen de la caja tampoco era el más adecuado para tocar sentado, como acostumbraban a hacer los guitarristas del género (al estilo de los clásicos).
Proctor coincidió con Bob y Kurt en la NAMM de verano de 1983, en un momento en que Bob ya estaba acariciando ideas para crear una guitarra de caja pequeña. Después de varias conversaciones, Bob construyó un instrumento personalizado para Proctor que acabaría convirtiéndose en la primera Grand Concert. Aquella guitarra tenía fondo y aros de koa, tapa de pícea de Sitka, cutaway florentino afilado y un mástil superancho de 47,6 mm para acomodar las articuladas digitaciones de Proctor. Taylor estrenó oficialmente la nueva forma de caja en la NAMM de invierno de 1984 con dos modelos: la 512 de caoba y pícea y la 812 de palosanto y pícea, ambas con un ancho de cejuela de 44,4 mm.
Posteriormente vinieron más combinaciones de maderas como la 612ce de arce y pícea con cutaway, que llamó la atención de los músicos de estudio y técnicos de grabación de Nashville. Chris Proctor lo vio claro: «era un instrumento ideal para añadir pistas rítmicas esplendorosas a las sesiones de música country y tradicional norteamericana. La voz clara de la Grand Concert encajaba perfectamente con la complejidad y el brillo de aquellas canciones sin enturbiar las voces ni interferir con los solos o con otras partes de guitarra. De hecho, la 612ce se convirtió rápidamente en un instrumento de estudio muy habitual en Nashville».
Bob Taylor recuerda haber recibido comentarios similares de varios ingenieros de grabación que ensalzaban las virtudes de la Grand Concert frente a acústicas de caja más grande.
«Los técnicos se quejaban de que tenían que pasarse horas y horas quitando sonido de una mezcla porque había demasiados armónicos, demasiada resonancia, demasiada pelota. Pero, cuando hablaban de la Grand Concert, nos decían: ‘con esta guitarrita, no tenemos que pensar en eso. Podemos ponerle un micrófono delante, grabar, y listos. Solucionamos el trabajo sin más preocupaciones y nos queda una pista que suena bien».
Aquella caja más pequeña también era más sensible a un tacto suave, porque la tapa se ponía en movimiento más fácilmente. Y, al no tener que tocar con tanta energía, era posible ejecutar digitaciones con estiramientos sin que la mano se cansara tanto.
Los artistas de Taylor Sam Yun, Daniel Fraire, Cameron Griffin y Francisca Valenzuela comentan las posibilidades musicales únicas que ofrecen las guitarras más pequeñas gracias a su versatilidad y facilidad de interpretación.
Guitarras Grand Concert 12-fret
A lo largo de los años, Taylor ha ido añadiendo interesantes refinamientos a la caja Grand Concert. En el 2006, la longitud de escala pasó de 647,7 a 631,8 mm. En el aspecto táctil, esa escala más corta reduce la tensión de las cuerdas, mejora la comodidad y condensa ligeramente el espacio entre trastes para facilitarle el trabajo a la mano del mástil, particularmente en las digitaciones de acordes sofisticados que abarcan varios trastes.
Desde su llegada en el 2011, el diseñador jefe Andy Powers ha adoptado la caja Grand Concert como marco de referencia para otros desarrollos exclusivos en términos de diseño y experiencia de interpretación, incluidos varios modelos 12-fret y de 12 cuerdas. Nuestras guitarras 12-fret cuentan con clavijero ranurado y utilizan un mástil ligeramente más corto que el de las ediciones 14-fret. Por otro lado, la proporción entre el mástil y la caja provoca una pequeña variación en la localización del puente, que se aleja de la boca para quedar ligeramente desplazado hacia el centro del lóbulo inferior. Este cambio de posición modifica el movimiento de la tapa de forma que genera más potencia sonora, un tono más cálido y dulce y unos medios muy plenos.
«A pesar de su tamaño compacto, la Grand Concert 12-fret puede producir una voz sorprendentemente musculosa con un rango dinámico espectacular».
Andy Powers
«A pesar de su tamaño compacto, la Grand Concert 12-fret puede producir una voz sorprendentemente musculosa con un rango dinámico espectacular», afirma Andy.
Y, desde que las Grand Concert fueron reinventadas con la arquitectura de varetaje V-Class de Andy en el 2019, los modelos 12-fret se han hecho aún más versátiles con unos graves maravillosamente claros y una articulación de las características tonales de cada combinación de maderas más perceptible que nunca. (Tienes más información sobre nuestras Grand Concert V-Class en un artículo publicado en la edición de invierno del 2019 [número 93 de Wood&Steel).
Y seguimos con las 12 cuerdas
Andy aprovechó las dimensiones intimistas y la excepcional comodidad de interpretación de nuestras Grand Concert 12-fret para diseñar nuevos modelos de 12 cuerdas. Tradicionalmente, estas guitarras tienen formas de caja más grandes, así que esta reducción del tamaño ofrecía una experiencia de 12 cuerdas mucho más accesible físicamente. Tal como él mismo explica, una caja más compacta tiende a ser más fuerte y eficiente de forma natural. Por lo tanto, en el caso de una guitarra de 12 cuerdas, no es necesario reforzar demasiado el varetaje.
«La caja Grand Concert resulta óptima para las cuerdas individuales más pequeñas de un juego de 12, porque se pone en movimiento fácilmente. Además, la cavidad resonante más reducida acentúa las frecuencias de las cuerdas agudas y afinadas en octavas».
En cuanto al sonido, esta caja ofrece la cantidad justa de brillo y resonancia de 12 cuerdas, especialmente en contextos de grabación: el tono se mantiene en su rango del espectro y no emborrona la mezcla.
Nuestra Grand Concert de 12 cuerdas más reciente ofrece otras ventajas únicas que la hacen aún más apetecible: varetaje V-Class para un hermoso sonido con entonación perfecta, nuestro sistema de anclaje de cuerda doble en el que cada par de cuerdas comparte una clavija del puente (lo cual uniformiza el ángulo de todas las cuerdas sobre la selleta), y una selleta de compensación doble que alinea las cuerdas de fundamentales y octavas en el mismo plano para que el rasgueo resulte más fluido.
Pero quizá nuestra Grand Concert de 12 cuerdas más golosa sea la 652ce Builder’s Edition de Andy, lanzada en el 2020. Esta guitarra con fondo y aros de arce y tapa de pícea torrefactada incluye apoyabrazos y cutaway biselados para mejorar la comodidad de interpretación, y utiliza una disposición invertida de las cuerdas que enfatiza la nota fundamental y genera una voz de 12 cuerdas más limpia.
Francisca Valenzuela con su GS Mini Mahogany
Otros modelos Taylor de caja pequeña
La Baby Taylor
Este fue el instrumento que contribuyó a la consolidación de la guitarra de viaje como una categoría por derecho propio, pero en principio la Baby Taylor estaba pensada para ser… un ukelele. Nos encontramos en una feria comercial a mediados de los años 90. Un respetado distribuidor de Taylor está intentando convencer a Bob de que el interés por los ukeleles está resurgiendo y que sería bueno para Taylor incorporarlos a su línea de instrumentos.
Bob se va para casa y empieza a trabajar en un diseño, pero por el camino se le enciende la bombilla.
«Cuando imagino algo, ya estoy pensando en cómo voy a llevarlo a la práctica… porque, si veo que no podré hacerlo, directamente no lo diseño. Y me dije: ¿de verdad voy a ponerme a fabricar todas las herramientas que hacen falta para construir ukeleles? Si hago ese mismo esfuerzo para producir una guitarra pequeña, creo que venderemos más unidades».
Bob ya había estado dándole vueltas a un nuevo concepto de elaboración de mástiles, y el proyecto Baby le dio el vehículo para probarlo junto con otras ideas de producción.
«Cada vez que decidimos crear un modelo que exige nuevas herramientas, aprovechamos ese impulso para probar métodos de construcción que no podemos introducir fácilmente en nuestros procesos de producción de otras guitarras. Esta es una de nuestras estrategias para seguir innovando con una lógica de diseño dinámico en la fábrica. Utilizamos los nuevos modelos y herramientas como un ensayo de posibles prácticas que quizá podamos integrar en el futuro. Por ejemplo: podríamos hacer un cutaway contorneado para una guitarra Builder’s Edition y, si resulta que queda increíblemente bien y podemos reproducirlo en otros instrumentos, pues genial. Pero, aunque solo funcione en un modelo, ya valdrá la pena igualmente».
En el caso de la Baby Taylor, Bob decidió hacer una inversión en su primer láser para cortar la tapa y el fondo y grabar la roseta. Ahora, cortamos todas las tapas y fondos de nuestras guitarras con láser. En cuanto a las ideas de construcción del mástil que Bob exploró con la Baby Taylor, acabaron siendo el germen del diseño de la junta del mástil patentada que hoy en día llevan todos nuestros instrumentos.
¿Y qué fue de la propia Baby Taylor? Bien, después de su estreno en 1996, esta mini-dreadnought de tamaño de tres cuartos se convirtió en la guitarra infantil y de viaje más popular de todos los tiempos (aunque se podría discutir si hoy en día ese honor le corresponde a la GS Mini). Y, aunque la voz de la Baby Taylor no llega a la potencia o la profundidad de una guitarra de tamaño completo, los músicos profesionales la reconocen como un instrumento totalmente legítimo y han recurrido a su tono único con interesantes planteamientos, como tocarla con afinación Nashville para añadir un toque de brillo de octavas a una mezcla o ponerle una cejilla para sacar sonidos de tipo mandolina. En el mundo de la música latina, incluso hemos visto a artistas que han convertido a la Baby Taylor en un tres cubano…
GS Mini
Otra prueba irrefutable del atractivo de las guitarras de caja pequeña es la GS Mini, sin duda el diseño más exitoso en la historia de Taylor. Presentada en el 2010, la Mini fue concebida inicialmente como una redefinición de la Baby Taylor. Cuando la Baby cumplió 15 años, Bob se propuso mejorar su sonido y se metió en faena junto con Larry Breedlove, socio de diseño de Taylor. Hicieron todo tipo de experimentos para darle más potencia, pero nada acabó de convencerles… al menos, no sin tocar las proporciones originales de la guitarra. (En el 2000, Taylor había lanzado la Big Baby, que también fue muy bien recibida por el público. Este modelo ya se acercaba a una dreadnought de tamaño completo con proporción 15/16 y longitud de escala de 647,7 mm, aunque la caja de solo 101,6 mm de profundidad le daba una sensación más íntima en manos del intérprete).
Bob y Larry se dieron cuenta de que iban a necesitar una caja más grande y profunda y una escala más larga (la de la Baby Taylor era de 577,8 mm), pero querían conservar la portabilidad y el carácter inmediato y accesible de una guitarra compacta. Y lo que hicieron fue recurrir a una versión reducida de las curvas de la caja Grand Symphony introducida en el 2006. Eligieron una escala de 597 mm e incorporaron el diseño de mástil Taylor patentado, que garantizaba la precisión de la geometría angular del mástil con un tacón de perfil completo para aumentar la estabilidad.
«Era una guitarra de la que podía sentirme orgulloso», dice Bob. «La sensación era más agradable y, aunque era un poco más grande, se distribuía en una funda de concierto y aún cabía en el compartimento superior de un avión. Pero no me podía imaginar que iba a convertirse en ‘la guitarra del pueblo’. La verdad es que la GS Mini se ha abierto camino con una identidad única y creo que, en cierto sentido, podría ser nuestro mayor logro: una guitarra que no es un objeto de lujo, que le encanta a todo el mundo, conocida en cualquier parte del planeta y que seduce a principiantes, abuelas y profesionales por igual».
La GS Mini también ha dado lugar a una serie con varias opciones de maderas y tratamientos estéticos, entre ellas la magnífica GS Mini-e Koa Plus con tapa de koa y acabado shaded edgeburst. Como colofón, Andy Powers añadió su marca personal con el diseño del GS Mini Bass, que consiguió adaptar la escala normalmente más larga de un bajo a las proporciones de la GS Mini. El resultado es un bajo acústico fácil de tocar y con un sonido estupendo que se ha convertido en una herramienta muy inspiradora para todo tipo de músicos, niños incluidos.
Academy 12 / Academy 12-N
Ese mismo espíritu de comodidad física, facilidad de interpretación y ausencia de ostentación también marcó el diseño de nuestra Serie Academy. En este caso, al timón del proyecto estaba Andy Powers, que quería destilar los elementos esenciales de una gran guitarra en un instrumento más asequible (una filosofía también presente en nuestros recientes modelos American Dream). La caja Grand Concert forma el esqueleto de dos de las tres guitarras de esta serie: la Academy 12 con cuerdas de acero y la Academy 12-N con cuerdas de nylon.
Ambos modelos cuentan con tapa de pícea maciza, fondo y aros de sapele contrachapado y un apoyabrazos simple para mejorar la comodidad, y están disponibles también con electrónica integrada. La versión con cuerdas de acero tiene un ancho de cejuela de 42,8 mm y una longitud de escala de 631,8 mm, y es una excelente opción de tamaño completo como instrumento utilitario o para principiantes. Por su parte, la guitarra con cuerdas de nylon utiliza un mástil 12-fret con cejuela de 47,6 mm para acomodar el diámetro ligeramente más grueso de este tipo de cuerdas. Este modelo ofrece una sensación y un sonido increíbles; de hecho, los intérpretes más inclinados hacia las cuerdas de acero que quieran añadir un toque de nylon a su música difícilmente encontrarán una guitarra mejor que la Academy 12-N en este nivel de precios. Y, teniendo en cuenta la popularidad de las guitarras de nylon en diversas culturas de todo el mundo, es una alternativa ideal para mercados internacionales. (También producimos modelos Grand Concert con cuerdas de nylon en otras series).
La GT
Nuestras nuevas guitarras GT, las últimas en llegar a la línea Taylor, representan la continuación de nuestros esfuerzos por combinar la comodidad de interpretación y un tono fabuloso en una forma compacta. Igual que el deseo de mejorar el sonido de la Baby Taylor condujo a la creación de la GS Mini, el deseo de mejorar el sonido de la GS Mini llevó al nacimiento de la GT. Una vez más, el desafío era mantener las proporciones reducidas que hacen que una guitarra acústica sea percibida como físicamente agradable y accesible y, al mismo tiempo, sacar todo el partido posible a esas dimensiones para generar una voz acústica de espectro completo y calidad profesional. Y todo eso, sin perder el aire de diversión y espontaneidad que hace de las guitarras pequeñas una excelente compañía de sofá.
Las medidas del diseño de Andy buscaban ese punto de equilibrio óptimo: una caja Grand Orchestra reducida con una longitud situada entre la GS Mini y la Grand Concert, escala mediana de 612,7 mm a medio camino entre la Mini (597 mm) y la Grand Concert (631,8 mm), y una cejuela de 43,6 mm que deja un espacio confortable entre las cuerdas (en este caso, el ancho está entre nuestro mínimo de 42,8 mm y los 44,4 mm habituales en la mayoría de guitarras de 6 cuerdas de acero). ¡Y todo ello en madera maciza!
La combinación de las cuerdas de calibre fino con la escala de longitud media ofrece la sensación de agilidad de una guitarra con escala de 647,7 mm afinada un semitono hacia abajo. Sin embargo, la respuesta sigue siendo agradablemente definida y no pierde nada de punch. Desde la perspectiva del sonido, Andy partió de su sistema V-Class para diseñar nuestra nueva arquitectura de varetaje C-Class™ como solución a uno de los mayores desafíos de una guitarra de caja pequeña, que no es otro que garantizar una respuesta de graves plena y profunda.
Para dejar bien claro que nuestra intención era ofrecer a los músicos otra opción de caja pequeña asequible, lanzamos el primer modelo GT (la GT Urban Ash) en el mismo nivel de precio que nuestras acústicas con caja de madera maciza más económicas. A la GT Urban Ash pronto le siguieron la GT 811e de palosanto y pícea y la GT K21e íntegramente de koa.
Aunque la GT lleva poco tiempo en el mercado, no ha tardado en hacerse un lugar aventajado entre las propuestas de guitarras compactas de Taylor. «Intimista», «ágil», «dulce», «enfocada» y «divertida de tocar» son algunos de los calificativos que nos han transmitido los músicos y críticos que han tenido la oportunidad de probarla.
Samuel Yun con su GT 811e
¡Hay para todos!
Más de 35 años después de que Bob Taylor construyera su primera Grand Concert, nuestras guitarras de caja pequeña han conformado una familia de instrumentos muy variada y llena de matices que amplía las posibilidades de este tipo de instrumentos compactos. Más allá de tu constitución física, nivel de habilidad, estilo de interpretación o aplicaciones musicales preferidas, estas cómodas guitarras te invitarán a tocar, te harán sentir bien y responderán a tus dedos a la perfección.
Revisitando el nacimiento de la GS Mini. Además: Celebrando medio millón de Minis fabricadas | Modelos notables de GS Mini con arte destacado | Diseñando la GS Mini Bass.
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Meet Taylor’s latest offerings: the American Dream Series and the Taylor GT. Plus: recording acoustic guitars, updated 800 models and a new Grand Symphony.